Sl070607 Zizek, No Estoy Para Dar Soluciones Sino Problemas

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SÁBADO 7š7š2007

«Yo no estoy aquí para dar soluciones sino problemas» Slavoj Zizek š Filósofo, premio Gabarrón de Pensamiento

Zizek no es «un pesimista», pero tiene un apreciado talento «para ver problemas» en la cultura contemporánea dominante y ahora se alegra de «saber que no estoy restringido al mundo anglosajón» RAMIRO VILLAPADIERNA CORRESPONSAL BERLIN. Uno de los pensadores postmodernos más citados se dijo ayer agradecido por el reconocimiento en España, «todos saben hoy el importante dominio global de la cultura hispana» comentaba ayer a este diario, desde su casa en Ljubljana, este investigador de la Facultad local de Sociología y director internacional del Birkbeck Institute for the Humanities en Londres. El «sublime teórico», como titula un libro, nacido en Eslovenia en 1949, representa la herencia reactualizada de Lacan y el psiconanálisis, «en lo que me siento cercano también a algunos españoles», pero readapta frecuentemente estos en lecturas contemporáneas del Otro y la subjetividad (Bienvenidos al desierto de lo real), tolerancia y globalización, posmo-

dernismo y multiculturalidad, cine y derechos humanos, todo con un punto de ironía neomarxista y crítica de la cultura. Se siente «un auténtico privilegiado por dedicarme a la pura investigación» y no tener que poner ladrillos ni fichar. «Debo mi carrera a la represión comunista», admite sin demasiada broma, «para mí una bendita catástrofe». De no haber sido apartado a un instituto en los días duros de 1973, «hoy sería un modesto sociólogo esloveno más», dice quién estudió en París VIII con Miller y Regnault y luego ha sido profesor invitado de Princeton a Chicago y a Columbia, pasando por Londres, Madrid, Barcelona, Valencia y Santiago.

Lógica irracional del mercado

En El frágil absoluto o ¿por qué merece la pena luchar por el legado cristiano? y ¿Quién dijo totalitarismo?, reflexiona con agudeza contra las nuevas verdades establecidas de la era «post-política», «pero yo no estoy para dar soluciones, sino problemas», desentrañar aquellos que tiene el mercado hegemónico actual, «una realidad incontestada pero no por ello libre de problemas», desde el ecológico a la propiedad intelectual en tiempos globales, o la represión china, pasando por los errores de Iraq y las contradicciones estadounidenses, «un país que en los 90 casi fue aceptado como potencia hegemónica», habría malbaratado con Bush (Irak, la tetera prestada) mucho de su prestigio: «Han hecho lo contrario que decían los verdes de “piensa globalmente, actúa localmente”, EEUU piensa localmente y actúa globalmente». A quien escribió En defensa de la intolerancia le molesta oír

Un filósofo «rompedor y creador» con una obra «revulsiva» F. I. VALLADOLID. El jurado del premio Cristóbal Gabarrón de Pensamiento y Humanidades 2007, reunido ayer en Valladolid, tomó su decisión «en razón a la originalidad y potencia intelectual de su obra, que reúne la gran tradición filosófica occidental con una atención constante por las culturas de nuestro tiempo». Integrado por Enrique de Ybarra, presidente de la Fundación Vocento; Juan Barja, director del Círculo de Bellas Artes; Alexander Kuznetsov, embajador de la Federación Rusa; Demetrio Madrid, miembro del Consejo Consultivo de Castilla y León; y Alejandro Royo-Villanova, presidente de «El Norte de Castilla», el jurado coincidió en la personalidad «rompedora y creadora de conceptos» del galardonado con una obra «revulsiva».

hablar de tolerancia: «Nunca le oí a Luther King pedir tolerancia: pedía igualdad económica, de oportunidades, de trato, denunciaba problemas sociales no culturales». Lamenta que hoy todo se reduzca a un problema cultural «o hasta religioso», porque si todos «incluida la izquierda» han asumido un horizonte capitalista liberal «no pueden quedar conflictos. Pero los hay» porque la llamada lógica del mercado «tiene un punto irracional» y sus límites no podrían «explicar la propiedad intelectual». En su aportación multidisciplinar Zizek aboga no sólo por una politización de la economía, sino por una «repolitización de la política, que se ha convertido en mera administración». Critica la globalización, «porque genera el problema de los excluídos», pero no tiene alternativa y «peor es el nacionalismo». Quiere más globalización, «no sólo pensar sino actuar colectivamente», el mercado es incapaz ante una catástrofe y «vivimos en tiempos peligrosos de transición». Critica que la UE no haya conseguido «encontrar el sentido a sí misma tras la guerra fría: es un problema de desorientación, no de constitución». Más información del premio en: http://www.fc-gabarron.es

Carmen Ruiz Catedrática de Literatura y Pensamiento Árabes Modernos

MARAVILLA DE MARAVILLAS

L

a Alhambra es el lugar donde uno se quedaría contemplando, sintiendo y meditando, la bendición del existir, por encima del drama de la vida. La Alhambra es una colina que trasmina el abrazo del color solar en el poniente, su luz rojaanaranjada, y lo funde en su nombre. Son torres, terrazas, ventanitas, rincones, rampas, escaleras, pasillos, bóvedas, susurros que se adaptan y abrazan a la colina, haciendo de ella una arquitectura viva habitada por todos nosotros, que recordamos a sus artesanos y artistas y pobladores varios tanto o más que a los reyes y césares que la disfrutaron y mandaron cuidar. Este sábado van a la Alhambra Marta, con sus 13 años, y su madre, Ángela. Me han sorprendido con su mensaje. Han dicho que este fin de semana tienen una tarea que hacer para nuestra clase de árabe. Después he caído en la cuenta de lo que querían decir. Saben, mejor que yo, que hoy se decide por votación popular —envío de mensajes por internet o móvil— cuáles son las maravillas que hay que añadir a la lista de las siete conocidas. Aunque todos sabemos que el número sie-

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te es simbólico, y lo que significa es que las maravillas del mundo son infinitas, yo sí envié un mensaje con el nombre de la Alhambra. Pero ellas, Marta y Ángela, han hecho realidad una maravilla, que es ir a la Alhambra. Alhambra es la colina, es subirla, es peregrinarla. La Alhambra es el cambio de luz. Lleva el desierto en ella. Es la capa oscura y cerrada o el azul intenso de la noche, sus estrellas, la luna inmensa que asciende por su ladera, las nieves más blancas, la lluvia que empapa el corazón. La Alhambra es el no poder más. Oriental y occidental, árabe andalusí, cristiana y mora, antigua, renaciente-renacentista, medieval y abstracta, gitana y señorial, dominante y dominada, desolada y siempre visitada, adoradora del agua y la luz, y bendecida por ambas. Los árboles hunden en ella sus raíces, entrando a formar parte de su arquitectura dinámica. Lo que fue palacio, maqueta, ciudad en ciernes de utopía, revirtió con el paso del Tiempo en nuestro lugar, de todos, patrimonio humano, latido de innúmeras pisadas, puertas que se nos abren, escritura descifrable y ondulada. La Alhambra es entendible por todos, y a todos inspira, de nuevas maneras. Marta, Ángela y yo misma acabamos de ver, por ejemplo, en cine y en internet Azur y Asmar. Seguro que ahora, en su maravilla de viaje a Granada, reconocen los elementos recreados y traspasados a la escenografía de la interesantísima película, y a la línea de objetos de papelería que sobre ella se han creado. Cuadernos y carpetas alhambrescos en los que escribirán, quizá, sus impresiones. Somos tres generaciones distintas, y cada cual tendrá su lectura y vivencia del lugar. Un sabio creyente islámico dijo, hace siglos, que prefería no visitar la Alhambra para no conocer el Paraíso antes de morir. Para los no creyentes que hemos podido asomarnos a este paraíso, ahí está la maravilla de las maravillas: estar solos y sentirse integrados en la belleza del espacio, leves como la brisa del arrayán; y al mismo tiempo sentir la compañía humana, de un modo enigmático. Alhambra, encarnada empatía, amor en minúscula y mayúscula. ¡Ah, maravilla de cuantos han ascendido a ella y nos ayudan a entenderla, maestros, compañeros, artistas, poetas, músicos, todas las gentes de a pie! Lo hermoso de la Alhambra es la fusión de los lugares: la colina, el arte de su arquitectura, y la sintonía abierta de todos los que la han amado, sentido, cantado abrazado y perdido. No hay otro lugar que genere tanta maravilla universal.