HISTORIAS PARA NO OLVIDAR Abuela de Ana La abuela Ramona nos cuenta que en 1.882 ,la plaza de General Acha en su tiempo era de muchas plantas. No había casi adornos porque era todo llano; no tenia el monumento que hay hoy en día. Porque algunos de sus soldados la destruyeron. La historia de nuestro pueblo podríamos dividir a mí entender en primera etapa fundacional que iría de 1.882 a 1.884 en el que sale el decreto anteriormente citado. La segunda iría de 1.884 a 1.888 en que se instala el primer Consejo Municipal y la tercera etapa de consolidación que va de 1.888 a 1.896 con la llegada del ferrocarril a nuestra ciudad cambiando radicalmente las comunicaciones y el comercio como la primera casa fundada que fue de Ruiz Pérez. Su anécdota: Bueno, esta es una anécdota que tuve a los 9 años , en esa tarde de calor yo vivía en la chacra de mi abuelita junto con mi padre; tenía que venir a buscar algunas cosas al pueblo; yo, para cortar camino, sin pensar que podía haber lechuza, paso cerca de unas cuevas y al pasar, me tira un tirón de pelo y me revoloteaba al contorno de la car. Eso me asustó. Abuelo de Nicolás López Poey Mi abuelo nació en el campo, en una casita de barrio muy pobre que era de barro y paja ; así se fue criando en la estancia y era muy afecto a los perros y ya siendo más grande corría vizcachas con ellos. Una vizcacha lo llevo al perro a la cueva, y el abuelo por salvar al perro se metió en la cueva, y gracias a los peones pudo ser rescatado. Antes en el campo, cuando había que cortarle el pelo, era a cambio de un cuero de chulengo (guanaco chico) y así fueron pasando los años hasta que fue empleado nacional. Abuela de Florencia Contreras Encuestas a la Sra. Maria Damiana Montenegro. Nació en Quehue el 13 de julio de 1.934 se vino a General Acha a los 15 años en el año 1.950. La Municipalidad estaba en el edificio viejo, era chica y había poca gente. El parque tenia el fortín, se hacia a la retreta del Desierto, había chozas de paja. Las fotos que se sacaban eran en blanco y negro. La tele blanca y negra. Los suegros de escaparon de la guerra de España en buque a los 17 años. Para escribir utilizaban la pluma. Los medios de transporte eran trenes, en sulquis, carretas. El hospital se llamaba Don Tomas y estaba en el asilo de ancianos. Las casas eran de adobe, de chorizo de barro. La primer escuela fue la Nº 11. Vivíamos de la ganadería. Las calles eran todas de tierra. Jugábamos a la mancha, payana y a la escondida.
Las familias eran numerosas, (ellos fueron 11 hermanos). Los castigos eran rígidos, se los respetaba mucho a los padres. Las casas de negocios que recuerdo: la moderna y Ruiz Pérez, farmacia Silva y Onofri. Los taxistas: Gali, Mena y Lara. Se utilizaba la medicina casera. (yuyos). Se hacían bailes populares, se festejaban los carnavales, comparsas. Estaba el cine rex- y el colegio de curas.
Abuelo de Matías Videla Fecha de nacimiento: el 17 de Agosto de 1.984, nacido en Chaján - Córdoba. Escuela Nombre: José de San Martín. Él hizo primero inferior y primero superior hasta 6° año. Los primeros años los hicieron en un local policial. Empezó a trabajar a los 13 años en el campo, en la cosecha, los tractores, y en el servicio militar. Año 69 “el Cordobazo”: era un golpe de estado. El abuelo participó porque estaba como militar. Año 71 salió del servicio militar escolar estuvo 3 meses.
Abuelo de Ignacio Gago El abuelo de Ignacio, que se llamaba Alberto, fue a estudiar a la universidad, a Bahía Blanca. Vivía en una pensión, en un barrio retirado. Una noche de invierno, luego de acompañar a su novia, o sea a mi abuela, regresaba con un poco de miedo a la pensión. Le parecía que alguien lo perseguía y no se animaba ni a darse vuelta. Hacía mucho frío, así que caminaba muy abrigado a paso vivo. Al entrar a la pensión, siente un fuerte tirón, pensó que alguien lo había agarrado. Se quedó quieto, sin atreverse a nada. Pero… cuando juntó coraje, se dio vuelta y vio que su bufanda había quedado enganchada en la reja, el abuelo suspiró aliviado. Anécdota de mi abuela Eva Mi abuela, jugaba a la payana y con muñecas en el patio de su casa había jagüel (pozo de agua) de hay sacaban agua
Abuelos de Martina Una mañana mi abuela, quien vivía en un campo en Junín de los Andes, despertó con apendicitis. Mi bisabuelo mandó a un peón del campo a buscar al médico a la ciudad. Pero el médico no estaba en la ciudad. Él estaba en Chile. Entonces mi bisabuela, bisabuelo, mi abuela y dos peones del campo decidieron cruzar a caballo la cordillera de los Andes. Después del largo camino, llegaron a Villa Rica, allí los esperaba un auto que los llevó a una estación de tren donde el largo camino continuaba. Allí fueron hasta Temuco y al fin pudieron operar a mi abuela
Cuando mi bisabuelo debía ir de visita a caballo a un campo vecino ¡debía llegar limpio y con nada de sudor! Así que mi bisabuela siempre llevaba una maleta con ropa limpia, y en un río o arroyo que estuviera cerca se bañaba, se ponía su ropa limpia y ¡llegaba como nuevo!.
Abuelos de Julián Espíndola Donde hoy se encuentra la tienda “El Obrero” funcionaba la terminal de ómnibus de nuestra ciudad desde donde salían muy pocos micros. En donde se encuentra una casa de materiales para la construcción , en la calle Campos al 700, antiguamente se encontraba un local bailable donde la gente de Acha y sus alrededores pasaba sus fines de semana . Incluso cuando el salón se llenaba sacaban mesas y sillas a la vereda e improvisaban el baile en la calle. Abuela de Matías Olivera: Dionilda Yo tenía 6 años cuando me llevaron a Buenos Aires una familia, para mí era conocida y buena. Me tenían ahí, me vestían,me mandaban al colegio, también me hacían trabajar, con lo chiquita que era, tenía que lavar los pisos, hacer los mandados, atender a los animalitos, a las gallinas. Después estuve hasta los 12 años ; mi hermana fue a Buenos Aires , se casó, me fui a vivir con ella; nacieron mis sobrinitos; ayudé a criarlos hasta los 14 años, y me trajeron de vuelta a La Pampa. Empecé a trabajar de sirvienta, limpiando casas, a los 15 nació mi primer hijo, me casé y así fue mi vida. Tuve 13 hijos en total. Y me fui con tu abuelo Pedro Olivera al campo donde él trabajaba de hachador y yo lo ayudaba. Hacíamos las casas con madera de caldén y paja y me jubilé cuando tenía 63 años. Hoy sigo trabajando en el carro panchero. Abuelo de Estefanía Kaufmann “Abuelo Luis” Salí sorteado y me tocó ir a San Martín de los Andes, al IV Cuerpo de Caballería “Coracero Gral. Lavalle”. Con unos compañeros viajamos en el ferrocarril a Zapala, de allí nos trasladaron en un camión hasta el cuartel. Como teníamos mucha sed, paramos en un arroyito a tomar agua. Cuando llegamos nos tuvimos que bañar. Nos mandaron agua bien caliente y luego bien fría; nos cortaron el pelo y nos entregaron la ropa. A mí , me tocó estar en la veterinaria y cuidar los caballos, darles de comer y sacarlos a caminar. Un día llegó la orden del jefe que debíamos hacer ejercicios en la montaña y lloviera o tronara, partíamos a las 7 de la mañana. Llevamos forraje, caramañolas con agua, abrigos , mantas y grasa para aguantar el frio ya que era invierno. Al rato, dejó de llover y comenzó a nevar. Llegamos a una estancia, encontramos madera, hicimos fuego para calentarnos y secar la ropa.
Los caballos se enterraban en la nieve. ¿El frío era insoportable!. Llegamos a la montaña y armamos la carpita para dos personas. Con el alcohol de quemar que llevábamos hicimos un fueguito adentro de la carpa para calentarnos. Nos dormimos y a medianoche me desperté por el olor a humo. Se estaba quemando el birrete de mi compañero. Con una palita sacamos nieve que había alrededor dela carpa y lo apagamos. Llevábamos morteros con los caballos. Teníamos que combatir con soldados de Junín que venían en burros entre las montañas. Tirábamos con unas balas luminosas. Pudimos ver que las balas no penetraban en el agua y rebotaban en la montaña o rocas. Estuvimos varios días allí hasta que regresamos nuevamente a San Martín de los Andes. Abuelos de Leandro Mis abuelos me contaron su historia de infancia, con qué jugaban, cómo era su época, cómo se vestían, entre otras cosas que a continuación relataré. El papá de mi mamá, es decir, mi abuelo materno, le contó a mi mamá que ellos se divertían jugando al futbol con una pelota de trapo, a Martín pescador, a la rayuela, al embolsado, al balero. Ellos se transportaban en carreta , a caballo para ir a la escuela que quedaban a muchos kilómetros desde sus casa. Esto provocaba que al estar lejos faltaran mucho a la escuela. No existían muchos medios de comunicación pero para comunicarse lo hacían con el telégrafo o por medio de cartas. Miraban televisión en blanco y negro. También cosechaban la primera radio y entretenimiento de los niños de esa época Antes no era necesario hacer el jardín de infantes; ellos comenzaron la escuela a los seis años pero solo terminaron la primaria. Para los cumpleaños o fiestas se reunían todas las personas de barrio para celebrar en familia. Para ir a la escuela se vestían de pantalón corto , camisa y chaleco de lana.
Abuela de Lucrecia Conte: La abuela de Lucrecia contó muchas anécdotas en una entrevista filmada pero lo más divertido fue ver cómo recordaba llegar desde los cinco años desde Italia en un gran barco, donde casi se cae al mar por curiosa desde la popa y fue rescatada por un marinero que la llevó hasta donde estaba su mamá y le dijo: “Señora, cuide mejor a su hija que casi se cae a la mar”.
Abuela de Sasha: Abuela Nilda (69 años) Había mucha neblina todas las mañanas entonces faltábamos al colegio porque teníamos que caminar y un día dijo mamá “ya faltaron mucho al colegio; No va a llover todas las mañanas”. Nos fuimos a la tarde y cuando llegamos al colegio empezó a llover muy fuerte; entonces la maestra nos dijo que nos teníamos que ir porque no sabía a donde dejarnos, porque tenía miedo que nos agarre la noche. Porque no podía tenernos a todos, porque éramos muchos.
Entonces nos fuimos lo más cerca que nos quedó; llegamos hasta la casa de los tíos y de ahí nos buscó un primo con carrito. Llovió más de 100 milímetros y muy de golpe. Muchas veces cruzamos los campos que nos quedaban más cerca, nos quedaban como media legua. Cuando llegábamos a la casa teníamos que trabajar , cuidar la hacienda y después a la noche nos encerrábamos y después de cenar hacíamos la tarea. Muchas veces llegaban crotos y mi papá los hacia pasar a comer con nosotros . A veces le teníamos miedo y otras mañanas estaban en la cocina tomando mate con mi papá. Un día mi hermana me quemó con una plancha de carbón porque me quería marcar porque me quería mucho. Me quedó una ampolla grande que me costó curar.
Abuela de Florencia Gigena Fui a la escuela la “Garro” que estaba en la calle Larrea. Fui dos años, después mepasaron a la escuela Nº 11. Hice hasta cuarto grado. Después me fui al campo a vivir. Recuerdo que antes había cárceles. Abuelo de Luna y Estefanía de la Cruz Yo conocía la Comisaría de Limay Mahuida, porque nosotros nos criamos cerca de ahí. Bueno en aquellos tiempos era muy distinto al tratamiento que se le da a un detenido ahora. En la comisaría había un calabozo y cuando ese calabozo se llenaba los pasaban detrás de la comisaría, donde había tres chañares, con tres cadenas y ahí los ataban y le prendían las cadenas de los tobillos o los estaqueaban en el piso. Cuando yo era chico era más difícil la forma de vida porque no había medios de transporte que pudiera llevar la mercadería a la zona que estábamos nosotros por falta de caminos. El transporte que más andaba eran los carros que llegaban cada dos o tres meses. El año más difícil y más cruel en mi vida fue el año 1947, porque hubo una sequía muy grande y el río Salado dejó de correr por lo cual los animales se morían de flacos, por falta de pasto y para colmo llegó la langosta que hasta hoy en mi vida, no he visto semejante cantidad, que terminó dejando el campo en la ruina más grande que he visto Abuelo de Julián Delous - Clemente Antonio Delous Mi nombre: Clemente Antonio Delous nacido el 26 de Noviembre de 1.943 ,asentado el 1° de Diciembre porque nací en el campo con partera y como no se iba muy seguido al pueblo me asentaron unos días después. El campo pertenecía a la Colonia La Mutua, en ese lugar transcurrí hasta los 4 años y de ahi nos vinimos al Valle Argentino donde concurrí de 1° a 5° grado en la escuela Nº 19 del mismo Valle y el último año 6° lo hice en la escuela 145° de General Acha. Fue mi director Lucio Di Liscia y mi maestra Carmen Silva de Di Liscia y después fui 2 años al colegio secundario, que fue un colegio fundado por un grupo de padres y teníamos que ir a rendir a Santa Rosa. El colegio estaba en La Calle Victoriano Rodríguez al lado de la ex unión telefónica; como el Estudio no me gustaba mucho me dedique a trabajar . Primero: Teníamos despensa y verdulería, teníamos una camioneta Ford T Modelo 1925 y mi padre me compró un camión Ford A 1929 para traer la fruta de la estación del Ferrocarril que la pedíamos de Buenos Aires y con ese camión me puse hacer viajes y después compré un camión Ford 1937 con el
cual salía a vender a la campaña, a la zona Puelches y Cuchillo Có. LLevaba para vender mercadería: vino, galleta, y compraba frutos del país: lana, cuero, pluma, cerda, zorro, gatos monteses. Después compré un camión Ford 1946 y después un acoplado y trabajaba en la cosecha acarreando cereal en bolsas y también empecé a acarrear hacienda cuando tenía 20 años. A los 22 años compré un camión Beck Ford y a los 25 un camión Ford 600 hasta los 32 años , que compré un camión Mercedes 1.114 hasta el año 1.980, con el que en el año 1991 lo vendí y germiné la vida como camionero. En el año 1968 me casé con Mirta Otamendi y tuvimos 2 hijos: Pablo Fabián clase 70 casado con Pilar García y tienen 2 hijos Julián y Melisa. La otra hija Laura clase 72 casada con Javier Ampudia y tienen 2 hijos Nicolás y Antonella. Después de ser camionero nos dedicamos al negocio de ferretería y hotel.
Mis abuelos me contaron su historia de infancia, con que jugaban, como era su época, como se vestían entre otras cosas que a continuación relataré. El papá de mi mamá, es decir mi abuelo materno, le contó a mi mamá que ellos se divertían jugando al fútbol con pelota de trapo, a martín el pescador, a la rayuela, al embolsador, el balero. Ellos se transportaban en carreta, a caballo para ir a la escuela que quedaba a muchos kilómetros desde sus asas, esto provocaba que al estar lejos faltaban muchos al escuela. No existían muchos medios de comunicación pero para comunicarse lo hacían con el telégrafo, o por medio de cartas. Miraban televisión en blanco y negro también escuchaban la primera radio a galena y entretenimiento de los niños de esa época. En la época de mis abuelos no era necesario hacer el jardín de infantes, ellos comenzaron la escuela a los seis años pero solo terminaron la primaria. Para los cumpleaños o fiestas se reunían todas las personas del barrio para celebrar en familia. Para ir a la escuela se vestían de pantalón corto, camisa, chaleco de lana.