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La conciencia humana, reflejada en la oscuridad de los colores La ciencia creación humana, usada como herramienta de la humanidad, que lo ilumino, sacándolo de las tinieblas del ignorancia, sirviendo de principal escudo y espada del hombre para combatir a la ignorancia, y quienes tratan de desacreditarla como lo hacen los más escépticos, ortodoxos e ignorantes, con argumentos falaces, y sin bases alguna de información de la misma, solo se niegan a sí mismo el conocimiento, provisto de una la que es tal vez la mayor de las herramientas del desarrollo humano, en eso nadie puede, por más que intente, contradecirlo Pero como la ciencia no se hace “sola”, la hacen los hombres en su afanoso intento de entender el cosmos, y reiterando los mencionado en el primer párrafo que es una creación humana, por más exacta, y perfeccionista que la misma intente no es infalible, y cuando se equivoca se ve obligada a volver sobre sus pasos llevándose a cuestas el ridículo, en el mejor de los escenarios, o la vida de inocentes en el peor. En la obra “La oscuridad de los colores”, se narra la historia de 5 niños arrebatados de sus hogares, sin siquiera tener un año de nacimiento, por excéntrico, egocéntrico e inhumano, auto proclamado “científico” que experimenta con dichos bebes, todo en nombre de la ciencia. Es una visión impactante, cruda y triste, de los que es capaz de hacer el hombre con el hombre, siguiendo esta línea de ideas empezamos con el caso de Amira Annuar, Azul, o la mística, como la rebautizo Andrew, en su caso se experimentó con el uso de drogas, con la mera intención de ver qué pasaba, además de confinar a la pobre chica a una habitación completamente blanca que la mantenía hermética, totalmente aislada del mundo exterior, lo cual le produjo unos problemas psicológicos, que la hacían distorsionar la realidad. El proyecto MK Ultra fue el nombre en clave dado a un programa secreto e ilegal diseñado y ejecutado por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) para la experimentación en seres humanos. Estos ensayos en humanos estaban destinados a identificar y desarrollar nuevas sustancias y procedimientos para utilizarlos en interrogatorios y torturas, con el fin de debilitar al individuo y forzarlo a confesar a partir de técnicas de control mental. Cronológicamente El programa se inició en la década de 1950, oficialmente sancionado en 1953, y no fue hasta 1964 cuando empezó a reducir paulatinamente sus actividades, reduciéndolas aún más en 1967 y descontinuado oficialmente en 1973. MK Ultra utilizó diversas metodologías para manipular el estado mental de los sujetos de prueba, como la alteración de sus funciones cerebrales con la administración de drogas como LSD y otros productos químicos, la hipnosis, la privación sensorial, el aislamiento, diversas formas de tortura, y abusos verbales y sexuales. En el cual estuvieron involucradas desde compañías farmacéuticas, pasando por hospitales y cárceles hasta Universidades de prestigio.

Al destaparse el escándalo diversos organismos del gobierno de Estados Unidos (como el Congreso y la Comisión Gerald Ford) trataron de investigar a la Agencia, pero sus esfuerzos se vieron obstaculizados por el director de la CIA, Richard Helms, que ordenó destruir todos los documentos sobre MK Ultra, en consecuencia, la destrucción intencional de la CIA de la mayoría de los registros, su incapacidad para seguir protocolos informados de consentimiento con miles de participantes, la naturaleza incontrolada de los experimentos, y la falta de datos de seguimiento, el impacto total de los experimentos de MKULTRA, incluidos los mortales, nunca será conocido. Pasando a otro caso el de Marrón, Dimitri Chernovich, también conocido el hombre perro, como dice su apodo, un hombre que desde que era recién nacido fue tratado y criado para actuar como tal, un perro, una experiencia que no tiene uso de razón, por que intente verle la posible utilidad, o beneficio (en este contexto, no se concibe dicha palabra), que le causo un daño irreparable. Pero si nos referimos a una completa barbarie, cabe resaltar, a Demien Authier, Negro o el asesino, el cual llevo la peor parte de experimento, el cual era víctima de constantes, por no decir diarias, torturas, con el fin de desvanecer todo rasgo de piedad, conciencia y prudencia, para transformarlo en una bestia asesina carente de humanidad. Semejante circunstancia se llega a aparentarse con las acciones del escuadrón 731, aunque sus alcances y consecuencias fueran, respectivamente más Amplios y de aciagas. El Escuadrón 731 fue un programa encubierto de investigación y desarrollo de armas biológicas del Ejército Imperial Japonés, que llevó a cabo letales experimentos médicos sobre humanos durante la Segunda guerra sino-japonesa (1937-1945) y la Segunda Guerra Mundial. Fue responsable de algunos de los más horribles crímenes de guerra cometidos en la época moderna. Fue formado con la intención de contrarrestar la influencia político-ideológica de los enemigos y reforzar el sistema de unidad militar. Al tratar de enumerar, solo algunas de las atrocidades realizadas por el escuadrón 731, con fines científicos como fueron: prisioneros de guerra que fueron sometidos a vivisección (disección cuando aún se está en vida) sin anestesia, algunos prisioneros se les extrajo quirúrgicamente el estómago y se les ligó el esófago a los intestinos, Otras veces las extremidades de los prisioneros eran congeladas y amputadas, mientras otros miembros eran congelados y después descongelados para analizar los efectos de la gangrena y la putrefacción resultantes sin tratamiento, personas fueron atadas a postes y usadas como blancos para probar bombas de gérmenes, armas químicas y bombas convencionales, para investigar las repercusiones de enfermedades de transmisión sexual sin tratamiento, prisioneros masculinos y femeninos fueron deliberadamente infectados con sífilis y gonorrea vía estupro, siendo después estudiados, los presos eran infestados con pulgas transmisoras de la peste bubónica, para analizar la viabilidad de una guerra biológica, a las madres con bebés las metían en un tanque que llenaban de agua y observaban el comportamiento de la madre (que al principio sostenía al bebé a lo más alto pero luego terminaba pisándolo para no ahogarse ella misma), por mencionar unos pocos.

A consecuencia de lo anterior se presentó una controvertida situación porque se ha formulado un dilema moral en la comunidad médica a razón del uso de los resultados de pruebas sobre armas biológicas realizadas por el Escuadrón 731 del Ejército Imperial Japonés; sin embargo, los resultados del Escuadrón 731 fueron mantenidos clasificados por los Estados Unidos y se concedió indulto a la mayoría de los médicos involucrados. Llegado a este punto me siento asqueado, producto de un leve sollozo, al descubrir que la crueldad humana no tienes límites, amparada por la ciencia, que tanto ayudo la evolución del conocimiento humano, pero no es que se culpa recaiga sobre la ciencia es si, somos los hombres los culpables de todo lo mencionado a lo largo del texto, como mencionaba en cierta ocasión Neil deGrasse Tyson, el presentador de cosmos, que mencionaba, que algún día le gustaría vivir en una sociedad regida por la ciencia, pero cabe resaltar un error, la ciencia por lo general se entiende de la moral, dirán algunos y el juramento hipocrático de los doctores, si tienen razón, pero quienes hicieron las atrocidades, anteriormente mencionada, pero quienes fueron los que hicieron caso omiso a aquello que juro “En el momento de ser admitido entre los miembros de la profesión médica, me comprometo solemnemente a consagrar mi vida al servicio de la humanidad… Desempeñaré mi arte con conciencia y dignidad. La salud y la vida del enfermo serán las primeras de mis preocupaciones…” fragmento, Versión del juramento hipocrático de la Convención de Ginebra. En conclusión, parece que mi postura es agresiva, aparentemente atacando a la ciencia, pero como mencione al comienzo, todo lo contrario, considero a la ciencia una de las mayores creaciones de la humanidad. Pero no estoy de acuerdo, en que ninguna atrocidad cometida por el hombre contra el hombre se justificada, bajo ninguna circunstancia. Solo se puede esperar que la conciencia y el remordimiento eviten que revivan dichos páginas oscuras en la historia de la ciencia.

SEBASTIAN RACEDO TORRES

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