Burocracia Mexicana.docx

LA BUROCRACIA MEXICANA COMO ACTOR: CONSTRUYENDO LAS BASES PARA SU ANALISIS EMPÍRICO. Para poder realizar un análisis y entendimiento de la mecánica de operación y actuación (dominación), tanto del modelo burocrático mexicano y sus actores, resulta necesario acudir a conceptos como el modelo burocrático de Weber y a su vez, integrando conceptos y formas de dominación social, como los del patrimonialismo. Las formas de dominación han tenido su evolución a través del tiempo, desde las formas tiránicas o totalitarias de dominio social de los detentadores del poder y riqueza, hasta que se pudieron lograr concesiones paulatinas de poder y organización, con el concepto abstracto de “Estado” que viene a estimarse como un pacto de voluntades y renunciamientos de libertades con miras a la obtención de un bienestar común. Estas concesiones, en el caso de patrimonialismo, vienen restringidas por una serie de normas con la intención de preservar el control y dominio, también conocido como una forma de dominación racional. Para México, estas formas de control, resultaron arraigadas en gran medida en su forma de organización, las tradiciones y prácticas institucionales de este tipo quedaron muy enraizadas. Estudiar los problemas implantados en la cultura institucional de nuestro país resultaría a manera de realizar una comparación en relación del estado actual que guarda la estructura y su dinámica o practicas formales, contra las de los modelos y conceptos contemporáneos, lo cual resultaría en una clara asimetría de requisitos funcionales. Pero para poder realizar un diagnostico y poder ir mas allá de un simple diagnostico estructural, resulta necesario analizar al sistema mexicano a través de sus particularidades que claramente se pueden identificar, visto como actor de la vida política, con calidades muy especiales, donde se integra con ciertas características que se verán a continuación. La organización gubernamental y política se considera como una estructura social gobernada por un grupo de privilegiados. En este sentido, la

organización burocrática y política y hasta a veces la legal, responde a una serie de intereses enquistados en las cúpulas de poder, elites que dominan y marcan la pauta de las acciones del gobierno. La forma en la que se llevan a cabo las relaciones entre estos grupos de poder y los integrantes que no lo tienen, está envuelta dentro de un marco bien delimitado de jerarquías, subordinación y apego cumplimiento de las formalidades, ello con miras siempre a la perpetuación del poder y sesgo a los intereses que representen. Y como debe ser, este ambiente se desarrolla bajo un esquema de normas formales que legitiman el dominio racional y patrimonial, donde la subordinación casi es una cualidad de los actores que no detentan el poder. La organización es una arena para resolver las luchas por el poder entre los grupos. En México, esta lucha de poder se desarrolla en el escenario político, donde es común detectar que las directrices de la política, se ven determinadas por los intereses de los grupos dominantes, donde existe una permanente pugna por los puestos clave, con la intención de encontrar las primeras filas de los espacios de decisión. Dentro de este ámbito, las reglas formales y la autoridad se vuelven un mero espectador, entran al juego las reglas y practicas informales en los procesos de negociación y de decisión. El sistema de relaciones organizacionales es un sistema de intercambio. Este sistema de intercambio viene precedido de un factor condicionante, las relaciones. Este sistema de intercambio e influencia, es una especie de juego, donde el alcance de los acuerdos a través de prácticas informales que permite una convivencia entre los grupos de poder, los cuales, realizan consensos que los beneficien a todos para preservar la consecución de simulación democrática y política. Los procedimientos de toma de decisiones son procedimientos de negociación. La existencia de reglas que permiten crear condiciones de control y poder, a través de estas es que se realizan los acuerdos, como una especie de protección o garantía formal. Ante esto, la burocracia mexicana es promotora de al estricto apego a las normas como instrumentos de negociación, porque

cuidadosamente se realizan estas negociaciones con apego a las formalidades y rutinas. Existen candados que disminuyen la probabilidad de modificar las normas formales existentes, que permitirían crear mejores condiciones, precisamente por esa resistencia al cambio, ya que dicho modificación provocaría un desvalor político de los grupos dominantes, lo que implicaría concesiones o aperturas a entes o actores que no comparten el mismo interés político. La estructura formal tiende a volverse rígida y depreciarse. Estructura formal permite que grupos manejen a su interés propio los mecanismos de decisión, pero a pesar de esto son el basamento de las formas de negociación y decisión. Esto podría llevar a una crisis de legitimación, ya que las reglas del juego son interpretadas con cierta flexibilidad practica, lo que culminará con una nueva ola de normas legitimas para resolver dicha situación. Hacia la nueva burocracia mexicana: la falla en comprender al actor.