Zen Latino

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  • Words: 6,049
  • Pages: 11
Daniel Medvedov •

ZL en

atino

Palabras de Plomo para transformarlas en Oro

• Madrid 2009 / 2016

El Amor no tiene complemento. Es total. Se le ha inventado el vil odio, que no es más que un mosquito para el elefante. Penetrar el sentido de las cosas no es fácil, ni difícil. ¡Es así! Basta con que haya Amor, porque al Amor nada puede opacarlo... El Amor es como un puro cuya ceniza nunca se separa... El espíritu no puede ensuciarse: es puro, no necesita de limpieza. Es el Ser el que tiene que alcanzar la pureza. Basta que haya Amor para que la luz brille clara y negra, como el día y la noche. Sólo hay días en el año. El odio es un invento vil para opacar al Amor. Ábrete caverna a la luz del día Ábrete noche a la luz de las estrellas. En lo natural, lo espontáneo. En lo artificial, lo automático Intuición y conciencia Sistema y método Razón e intelecto Cosmos y universo. Si en el Ser se crean dos singularidades por grandes que sean el cielo y la tierra, están destruidos. ¿Por qué las brujas cabalgan una escoba? Porque la escoba es la imagen de un manojo de pensamientos unidos en un sólo palo de la concentración. La Justicia no tiene complemento, pero se creó un vil invento: la injusticia. La felicidad es la exaltación de la alegría, la desgracia es la exageración de la tristeza. La lucha entre lo cierto y lo falso, nos eleva hacia la verdad. La verdad te está buscando ¿Dónde te has perdido? ¿Dónde te has escondido? Si no penetramos en el origen de las cosas, nuestro Ser no conocerá la verdad. La vía y la vida, el amo y el amor, el ansia y la dist-ancia, son todos lo mismo. Ayudamos al pez, comiéndolo. Es lo que más desea el pez: ser comido, no nadar. Libres somos, no es que la razón tenga la razón. Rechazar o atraer, es sólo querer. El dojo soy yo, el doyo soy jo. Nuestro Ser se expande espontáneamente y puede llegar a ser tan grande como el cosmos mismo. El hombre de sal es perturbado y turbado cuando llega a la orilla del mar. Tranquila está la mar adentro y movida en mil olas afuera. Si quieres silencio y paz, penetra en el mar, adentro, y mira tan sólo a la montaña... Tranquila está la montaña afuera y moviéndose en mil hojas adentro. La cola del dragón no puede ser atrapada por la puerta del establo que se cierra, puesto que es pura nube. El que bebe de la fuente, sentirá el gusto del agua. Al bien y a lo bueno, en nada se les complementa. El mal es un vil invento para opacar el bien. No llegaremos juntos al final si no me amas. Tal vez tenga yo que amar la parte que a ti te corresponde. Abraza la esencia y conocerás la existencia. Abraza la existencia y beberás la esencia. Salvaje, natural, hombre artificial... Las palabras dicen todo, pero los que escuchan no entienden las palabras. Por ello, el todo queda desconocido. El monasterio no es necesario en el magisterio y no encuentras el misterio en el finisterio. Es eso el misterio, espíritu en el vacío, lo absoluto en las cosas que tocas. Retornando a la raíz, no encontrarás la semilla. Eres semilla. Subiendo a la flor, no encontrarás la flor. Eres el fruto. Cabeza, corazón, vientre y pies. Corona, semilla, tronco y raíz. 2

Todos los círculos son redondos y todos los cuadrados son cuadrados. Pero hay un círculo cuadrado que antes fue triángulo. Al abrirse las ocho puertas somos uno. Dentro de nosotros no hay nada. Todo está fuera porque nosotros mismos somos redondos, somos el centro cuyo círculo está alrededor. Alrededor de la nada hay un círculo: es el vacío. “Apóyame, ayúdame, me estoy ahogando”- grita el nadador cansado. Sí, pero antes te daré un golpe para desmayarte, para no ahogarme contigo. Así, los dos nos salvaremos. El rocío viene desde dentro de la hoja, no cae del cielo. Busca la verdad y la verdad te encontrará. El prejuicio anula el juicio. El fiel de la balanza, piensa: Sin los dos platillos, yo sería nada. Sin el fiel, ¿qué pudiéramos nosotros pesar?. A su vez, las pesas piensan, lo siguiente: Sin el fiel y los platillos nuestro peso sería inútil. El pesador, sin embargo, pesa, y no piensa nada. El Zen son tres letras escritas con luz en el este, en el sur, en el norte y en el oeste. Todas las existencias son vida, pero la vida no siempre se manifiesta en la existencia. A ratos guarda su Ser en la esencia. ¿Por qué el sol no se moja cuando llueve? Porque el Ser es el ojo del cielo y los ojos no se mojan jamás en la lluvia sino en el llanto. Eso no es bueno ni malo, es así. Digo lo que debo decir y no lo que no debo decir. Fusión no confusión. Misión no sumisión. Visión no previsión. Pero sí compasión y no pasión. Mientras tanto canto y paso por encima de todo desencanto. Apégate al uno mientras el dos desaparece. El espejo desea reflejar y el reflejo añora el espejo. El tabaco desea ser humo y el humo quiere nacer de nuevo como puro tabaco. Mientras tanto, yo fumo. Las hormigas son la imagen de los pensamientos, nunca descansan. En cambio, la tortuga es el signo del Ser: siempre cargando su cuerpo. ¡Si el Ser no se manifestara, jamás conocerías la luz!. Sin error no hay ensayo y sin ensayo no hay creación: Crea, créame... erra y serás. El águila no mueve las alas mientras las termas revolotean. El “suj” quiere el “obj” y los dos desean el “eto”. Pero el “eto” anhela la erre para ser un reto. Tantas montañas Tantos ríos El Sol, uno. Los monos inventaron la armonía al saltar de rama en rama y por ello, Rama respeta a Hanuman. Con ser Dios, basta...- dijo Dios. Y él sabe mejor... Objeto y sujeto son las dos comidas del Ser. El Ser es y de cuando en cuando, existe. La esencia es como la sal, que impregna toda el agua del mar. Olores, colores, sabores, humores, rumores, todos son ilusión; no llores. El son y el sonido son uno, porque el otro se ha ido. Cara al muro, una puerta en el muro. Ojos perciben lejos la montaña. Hay que pasar el umbral. Debajo de la tela está lo sutil (sub-tela). Debajo de la risa se halla la sutil sonrisa (sub-risa). La verdad es el siete del dado de seis caras, mientras revolotea en mi puño antes de lanzarlo sobre las mesas. Comer y conocer es lo mismo: Todo se transforma, en parte, en puro excremento, después del saber y del sabor. Lo que ocurre en el cuerpo, nadie lo sabe. La Gran Vía es Real. Un Camino por donde pasar. Único y tortuoso. Reyes y mendigos caminan juntos. Pero el Rey viaja en la Osa Mayor, mientras que los mendigos viajan en “El Carro”. El lápiz está romo por haber escrito tanto. El lápiz está afilado por no escribir nada. En la punta del cálamo duermen todos los poemas. El Zen es un círculo que aún no ha sido trazado, pero sigue redondo en el mundo del no existir. 3

La puerta sin llave tiene un ojo por donde se ve la llave. El espíritu es la esencia luminosa del Ser, como la sal es la esencia salada del agua del mar. Y, no obstante, hay agua no salada en las fuentes y manantiales. Los pinos reverdecen cada primavera sin perder jamás su verdor en el invierno. Los sabios rejuvenecen en la vejez sin haber perdido jamás su juventud. El mundo, por fuera, mundo. En el centro, armonía. Si nos aferramos al balcón, nunca veremos la montaña. Lo que más desean las flechas es volar, no estar en el carcaj. Lo que más desea la diana es ser visitada por las flechas, sólo piensan en el centro del mundo, volar a porfía, sin diana, sin meta, sin cuerda, sin arco. A todas estas, el arco no piensa nada, sólo se curva y se relaja acorde al arquero. Hay un lugar adonde ir. Es ningunaria, la isla de los bienaventurados. El té era virtud en China y llegó a ser bebida en castellano. El sin era una negación en castellano y llegó a ser el corazón en China. La naturaleza, la armonía y la vía son las tres, lo mismo. Es de día. En nuestro cuerpo no hay algún lugar adonde ir o permanecer. Cuando digo que hay que permanecer en el entrecejo es un modo de hablar. Lo que deseo expresar es: estar en calma y vivir en el país del Capítulo 80 del Tao TeChing. Mañana soleada bajo los cedros del bosque, crepúsculo sutil bajo los edificios. No hay gran diferencia. Si deseo, tener Si meta, llegar Sin buscar nada, encontrar Sin pensamiento, saber Sin obtener, recibir Sin rechazar, ahuyentar Sin atrapar, alcanzar Sin abandonar, ir Sin callar, estar en silencio Se redondo y por ello, Libre. Nada puede opacar a la verdad, pero la mentira se le opone como una cortina de telaraña. Una mosca sobre la piel del elefante. Nada escapa a la verdad Ni los escapistas Ni los tubos de escape Ni los escaparates Ni las capas Sólo los copos de nieve, que Ya son y ya no son. Sentarse Tu intelecto: siéntalo Tu cuerpo: siéntalo Tu alma: siéntala De todos modos, Tu Ser está parado Ya que jamás se sienta. Si deseas viajar en la Osa Mayor, cuenta las ocho estrellas, en cada una de las estrellas de la Osa Mayor y quédate en Alcor, el entrecejo. “Fulano es Dios”, dicen de un Santo. Yo digo, todo lo vivo es Dios y no me oyen. Tampoco oyen la voz de Dios. Los ojos son luz Las orejas son sonido La nariz es viento La lengua es palabra El cuerpo es mar La mano es rayo El pie es montaña La boca es tierra Las lágrimas son rocío Flor de azahar en una rama, a su vez rama en pico de un pájaro que se dirige hacia las tierras de la primavera. El vehículo supremo es la Osa Mayor, Osa quiere decir luz y Mayor supongo que es grande. Aún así hay luces pequeñas y siguen siendo luz. No odies las manchas Huellas, son el recuerdo de lo que ha pasado ya. Aquí, en este círculo de la mesa, ha bebido una taza de té el maestro, hace muchos años. Un pez dijo: PO.. Un tigre dijo: MO... Un pájaro dijo: AAA Un lagarto dijo: LAA... Una salamandra dijo: LO... Un cóndor dijo: HO... Un hombre dijo: YO. El sabio ama El sabio quiere El erudito conoce El niño juega Tal vez sea necio, El sabio. En la ceremonia del té El té no sólo es bebido Sino también gustado, Palpado, olido, entendido, escuchado, comprendido En la ceremonia del café, lo mismo. Una vez, llovía La lluvia escampó El sol apareció, La luz brilló ¡Qué lástima que sólo pasa eso, una vez! Espinas en la cáscara de la castaña, tras la cual, el sabor dulce del corazón de la nuez. 4

En el camino no hay ninguna piedra, pero el hombre se tropieza consigo mismo. Un meditador meditaba al borde de un lago pero los peces, saltando, lo molestaban. El meditador los pescó y los comió. De nuevo, meditando, descubrió que el canto de los pájaros le molestaba muchísimo. Los atrapó con lazos y se los comió fritos. De nuevo, meditando, su cuerpo sentía peces saltando y pájaros trinando. A la naturaleza, nadie puede callarla. La percepción justa parece ignorancia El pensamiento recto parece torcido y absurdo La palabra precisa parece balbuceo La acción justa parece torpeza La vida justa parece un castigo El esfuerzo justo parece inútil La concentración precisa parece apatía Y la consciencia, parece un sueño A todas esas, el Ser Comprende algún día Es más que seguro. El Ser es todo y parece nada La persona es nada y parece todo Cuando mi ser comprende Todos los seres comprenden al mismo tiempo Porque el que comprende Es el Ser y sólo hay un Ser Y una sola comprensión. La duda es nada y la fe es todo. Si le agregas la nada al todo, nada cambia. Si le agregas la duda a la fe, la duda cambia más no la fe. Educación no es estudio y estudio no es educación. Aquí y ahora es como un remolino: debes estar quieto para que el remolino te expulse. Consideramos demasiados hechos elementales y de todos los aspectos sólo vemos lo que está cerca. ¿Por qué, acaso la gente bota la gran semilla del mango que han comido? Musgo recubriendo la piedra que quieres tirar en las apacibles aguas del lago. Como el sol, el mar, un fuego crepitante así es nuestra vida. ¿Por qué no intentar disfrutar de todas esas pequeñas maravillas? Ven más acá, no vayas más allá. Retorna y llegarás al Ser. El Ser eres tú y tu nombre es nadie. He recibido la iluminación al ver como la sombra del avión que despegó, quedó en tierra y siguió acompañándolo en el suelo mientras el aparato sin sombra volaba. El hombre es el Ser eterno que vuela, a veces con sombra, otras veces alejado de su sombra. Pero su nombre siempre le acompañará en el mundo, otras veces fuera del mundo. Los animales sólo son moradas de la vida, sombras pasajeras, sin futuro ni eternidad. Más que saber otras cosas lo único que hay que saber es que eres el Ser eterno. Se llena la luna bajo la montaña. No es necesario ser un monje para ver esto. El monje citadino percibe la niebla que cubre la ciudad. Se desvanecen los sueños nuestros cuando todos duermen. Entonces, el sueño del que está despierto se hace realidad. Demasiado claro, demasiado oscuro. Lo único igual es demasiado. Me contó mi maestro que un hombre necesitaba dinero, le pidió a Dios que le concediera lo que deseaba. Un día, hacía mucho frío en la ciudad, al volver a su casa vio en un charco una bolsa transparente llena de monedas de oro. Decidió que esa bolsa era el deseo concedido por Dios. Orinó sobre el hielo para fundirlo con el calor de la orina y así poder coger la bolsa. La agarró con las dos manos. En ese momento se despertó en su cama mojada, agarrado fuertemente de sus testículos, tirando con fuerza. Nuestra vida es así. Juego misterioso es el pájaro Belleza profunda es el elefante Grandioso deseo es la ballena Eres un punto Eres una línea Eres un triángulo Eres una cruz Eres una estrella Eres un dado Eres un sueño Eres ocho cosas Eres un niño Que acaba de nacer. La unidad muestra el cosmos que existe en todo. Las diferencias someten al Ser y lo atan a mil sueños. Cuando las palabras dicen lo mismo de atrás y hacia delante están en la verdad. Las relaciones todas podemos cortar, pero hay que dejarlas así y seguir sin ataduras como los caballos amaestrados. Es mejor amaestrar que domar. Quien mira es el Ser. Al origen es el retorno, considéralo. En el origen está el Ser. El silencio habla, las palabras dicen. Cállate, los dos modos de actuar son iguales. 5

Compara el Ser con la nada y verás que es todo. En ese examen di “si”, también puedes decir “no” y estarás en lo cierto. El examen jamás termina. Siempre serás interrogado. Alerta, sólo se te pide una respuesta, cualquiera que sea tu palabra. Lotos en un estanque, en la orilla un pato salvaje. Hojas caídas en un charco en la ciudad. Y yo, mirando mi reflejo en el agua estancada. A la inmovilidad hay que dejarla inmóvil. La inmovilidad se mueve cuando hay movimiento. Hay que dejar también el movimiento y moverse sin movimiento. Uno también es dos y es mucho. Es imposible no serlo. En calma o en movimiento, el Ser sigue siendo dinámico y, a la vez, tranquilo. Por cierto, no hay reglas para llegar a saber. Sólo sigue adelante y retrocede al Ser. Granos de uva en un racimo, hijos de hombre debajo del árbol en el parque. Un grupo está hablando con un cisne. Desaparecen las acciones en los hechos. Por las huellas del origen, el Ser retorna a su fuente. ¿Cuándo llegarás tú también? ¡Puedes hacerlo, ya!. Fe, así aparecen de repente los obstáculos y en el juego de ajedrez nadie gana: sólo se contempla la posición de las piezas, Así saltamos en la existencia en el viejo mundo ¡Plop! El Ser parece una rana que salta en el estanque viejo. ¡Plop! y círculos nacen con un único centro. En la memoria hay una huella que ha quedado desde la última vez que en este mundo he bebido una taza de café. La mancha que ha quedado en la madera me recuerda el sabor de este líquido espiritual: Todavía veo el humo de mi último puro, fumado en épocas de antaño. Sólo el fuego conoce sus propias cenizas. Sólo la leña recuerda la llama del fuego. La ceniza no sabe qué son las cenizas. Considerar el hacer no es difícil, es la iluminación lo que impone respeto. En el Ser hay un poder que usa y que requiere del vacío de la luz interior para saber. La iluminación se ilumina a sí misma. Fuego en círculo. Luna redonda. En la cocina vacía me he dormido y soñé que estaba comiendo. Mientras comía me desperté y estaba en la cocina vacía. La diferencia es otra y ninguna. En la persona hay y no hay realidad, sólo hay mundos. Pero para los despiertos sólo hay un mundo. El río corre y sigue para escapar de las olas. El pájaro es el Ser que se mueve sobre las aguas hacia el mar... mientras tanto, percibe las montañas y las ciudades de la orilla y descubre que es el mar que ha llegado al río, no es el río el que alcanza al mar. Esto es esto Esto es eso Eso es eso Eso es esto Esto es todo Eso es nada Dos no es posible en la soledad. El uno sabe eso. En la soledad sólo es posible todos. Pino debajo de la luna. Poste de luz debajo de su propia iluminación nocturna. De día ¡qué cosa! ¡el bombillo ha quedado encendido! En el silencio está el sí al comienzo. En la palabra está el no al final y en el sino está todo. No es necesario usar palabras. Para decir sí, basta; con el no, sobra. Tolera las contradicciones ya que parecen idénticas y las cosas todas están en el Ser, que no es dos sino uno. Las ocurrencias y lo brusco no deben sorprendernos –me lo dijo el Maestro. Ni los obstáculos y dificultades. Ni los peligros deben asustarnos. Yo repito eso para que tú también lo repitas. El ruido no debe molestarnos ni hacernos huir. Nuestro Ser puede volverse amplio y así, nos hacemos fuertes. Podemos meter en la misma bolsa del Ser todas las cosas y, mirando de frente, sin miedo, ni sorpresa, vamos hacia lo desconocido para descubrirlo y morar en el silencio lleno de música callada. El origen de la fuente es la enseñanza y hacia ella vamos. 6

La entera humanidad está toda llena de sabios. No te sorprendas al saber que tu eres uno de ellos, una de ellos. Para descansar es mejor cuando se es, lo peor es cuando no se es. Veneno lleva el “pero”. Pero, ¡qué bello es hablar y usar palabras triviales!. En el año dos mil dos yo tendré la edad de la eternidad y me voy a morder la cola para chupar la miel de los días. La montaña está encima de otra vieja montaña. Su silencio es un silencio salvaje. El maestro mora en la sabiduría de otro viejo maestro y su silencio es civilizado. Es un caballero. En los ojos todo es existencia y la no existencia no es, ni es ni está. Es importante lo manual en el trabajo y la meditación en el templo, es comer. Sin un día, el trabajo languidece y el campesino que soy yo ve al sombrero de paja como simple paja. De una sola mirada podemos ver el cosmos entero. En un solo sonido, oírlo. De un solo bocado saborearlo y con nuestra mano tocarlo. Baila y se levanta la piedra en la mujer, canta la madera en el hombre. En lugares diferentes, las fronteras se borran y debemos ver lo máximo dentro de lo mínimo y lo mínimo dentro de todo. La flor exhala perfume, y sus pétalos ordenan la fragancia. El Ser emite palabras y los labios ordenan su sentido. Los lugares ilimitados pueden verse. El infinito en lo pequeño es señal de grandeza que hay que leer. La cruz quiere decir “aquí” y “ahora”. El bosque en el río, en realidad sólo troncos flotando. La gente en la calle, en realidad sólo seres andando. La existencia misma es y no es existencia. Yo mismo soy y no soy yo. La existencia no es la misma existencia. Yo no soy yo mismo y, a la vez, soy el mismo de antaño. Clara es, no blanca, la luz. Brilla la noche en la mitad del día. Como una envoltura el cuerpo oscurece la luz del Ser, que prosigue su brillo por la mirada. Hay un príncipe en cada uno de nosotros. La montaña es como una ciudad lejana en el paisaje. La ciudad es como una montaña lejana en el paisaje. Hay que proteger el estado de contentura con una cara de ogro. El viejo maestro no sabe que es viejo, es viejo porque sabe. Sigue la señora el llamado del marido. Son dos cigüeñas volando hacia su nido. Libertad, no hay libertad sin ataduras Ni esclavitud, sin mochila Sin alas, sin garras Sólo hay libertad eterna. Llena la luna bajo el bambú la ermita, le muestra la entrada el monje. Llena la luna, y abajo, la ciudad, la reja de la entrada está cerrada y la luz de la luna no puede abrirla. En la ciudad o en el bosque la luz de la luna es la misma, y el Ser es el mismo en el eremita, como en el borracho o mendigo. Uno lo son las cosas todas Todo es uno y lo mismo Sólo yo soy diferente Puesto que aún no he despertado. La montaña en la nieve tiene frío y siente que puede no tenerlo. El mendigo tiene frío en la plaza y siente que puede no tenerlo. La mujer del dragón es la draga, no la dragona. Los animales no son seres, son almas puras pero pasajeras. Lo finito no se puede considerar y es necesario que esto sea así. Sólo puedes considerar el infinito. 7

Una rata muerta, se había muerto por haber engullido una piedra preciosa. Todos huyen de la rata muerta. Sólo un gato ciego al tropezar con la rata muerta maulló en señal de victoria. La agarró entre los dientes y se la llevó como regalo a su amo que era joyero. El amo la acarició, sacó la piedra preciosa de la garganta de la rata muerta y le dio la rata al gato. El gato llevó la rata al desierto y la cambió por un pescado recién caído del cielo, fresco y trémulo, delante de una hiena que agradeció sobremanera el cadáver de la rata, al gato ciego del joyero. Ha veces, hay que actuar así. Llevar las cosas a quien conoce su valor. Manjar del cielo es el cadáver para la hiena, sólo el joyero conoce el valor de la piedra preciosa. Un gato ciego puede encontrar el tesoro anhelado por todos los joyeros. Cotidiana vida Verdad auténtica Contentura No felicidad El agua que hierve mucho se vuelve turbia y el té será amargo. No dejes hervir el agua, sólo hay que llegar al punto de verla sonreír. Limitados estamos al dejar el futuro, el presente y el pasado. Todo se resquebraja y el habla nuestra arguye hasta el final. Mientras tanto el lenguaje contempla callado, puesto que el lenguaje no habla. Muchos no han visto aun la nieve y por ello no hablo aun de ella. La vía que viajé la traigo aquí en la mochila. La mochila que llevé la dejé allí, en la vía. Morir viviendo, vivir muriendo. Esa es la vida verdadera. Saber es saber, no importa si sabes mucho o sabes poco. Lo que hay que saber es todo, nada más. Un círculo pequeño es redondo, igual de redondo como un círculo grande. La poesía no tiene versos, sólo tiene luz. El poeta no sabe que es poeta. La luz, tal vez, no sepa que es luz. Ninguno de nosotros cambiará en este estado en el cual, todos, nos encontramos. Hemos llegado así y, por esta vez, así partiremos. Pero ello no debe ser motivo de tristeza. El Ser que todos somos es idéntico en todos nosotros, perfecto y sabio, y no necesita cambiar. Tal vez no nos contenta el actual estado de cosas, en cuanto a nosotros nos concierne. Pues es así, no hay nada que hacer. Sólo podemos restaurar lo perdido, no construir un nuevo mundo o llegar a ser lo que no somos. Al estar contento con lo que eres, con lo que tienes y con lo que haces, puedes llamarte un Ser realizado. Has madurado. Ahora, lo que tienes que esperar es el despertar. ¿Sabes? El alba es anunciada por la estrella de la mañana. Hay gente que todavía no ha visto la estrella del amanecer, por quedarse dormidos hasta el mediodía. No te desanimes. Pasa algo maravilloso: la misma estrella de la mañana aparece a veces al atardecer, después del crepúsculo. Si no la has visto en la mañana de tu juventud, espera la noche de la vejez y luego del atardecer verás a hyperion, el astro de la tarde. Los dos son la misma estrella. Siempre hay una oportunidad para volver a mirar la vía láctea. Para ello es necesaria la oscuridad perfecta, la sombra de la noche sin luna. La vía láctea es un camino de polvo estelar que atraviesa la bóveda de la noche de lado a lado. No obstante, lo más sorprendente del cielo sigue siendo la presencia del sol, un regalo para cada uno de los seres. Aun así, nadie se sorprende y cada uno toma este hecho como una presencia trivial, algo que está allí iluminando los mundos. Tal vez eso es bueno. Es bueno que lo más grande sea tan sencillo y natural que nadie se percate de su presencia. Pero nosotros, los buscadores de lo que no se ha perdido, hemos sido encontrados. De cuando en cuando, retrocedamos al Ser y desde allí miremos las cosas bajo la auténtica luz de los acontecimientos. Yo Ya Eso Así Aquí Cinco palabras de oro para escapar de las trampas diarias y cuyo poder te puede recordar que: Yo soy yo, que ya es ya, que eso es eso, que así es así, y que aquí es aquí. En ellas está grabada la verdad de todos los milenios de sabiduría y la medicina de todos los padecimientos. Repítelas sin perder su sentido y descubrirás que todo eso es bello, bueno y justo. Saludos a todos, presentes o ausentes. 8

ZEN LATINO: Ser genuino en la Ciudad Por Ta Yi Li, Un Tutor del Zen Latino Independiente: Z.L.I. Observa lo siguiente y reflexiona: 1. El Sol en las plazas de la ciudad ilumina igual que en un claro de bosque o en una planicie de la montaña 2. La fuerte corriente artificial de los pasillos del metro, en las salidas, parece viento de los bosques 3. Al pasar al lado de un colegio, las voces cristalinas de los niños jugando, parecen gorjeo de pájaros en las mañanas 4. El olor del panal pasar al lado de las panaderías es como fragancia de flores en los campos 5. Los colores de las frutas y de las verduras en los mercados son como los colores de la naturaleza salvaje 6. El sonido de la campana del reloj de la plaza es como la música interior del silencio 7. El ruido de la fuente artificial en la ciudad es como el rumor de las aguas en las grandes cascadas. Sólo hay que cerrar los ojos . . . 8. Ese largo pasillo subterráneo del metro por el cual caminan diligentes miles de personas, es como la ida y la venida de los seres en este mundo 9. Lo visible y lo invisible se encuentran en lo VISINVISIBLE 10. La soledad del alquimista en la ciudad es CRISOLEDAD 11. La materia para el hombre realizado es ALMATERIA 12. Los sueños del adepto es vigilia del guardia nocturno, a quien no le es posible dormir en su puesto 13. Los números de la ciudad son acuerdos y presagios del gran cambio invisible 14. El cielo azul entre los grandes edificios es parecido a la salida luminosa de una gran caverna por la cual hemos viajado toda la noche 15. El crepúsculo es la calma serena después de una tempestad, en el mar 16. La fragancia del aire en la madrugada es el elixir de los buscadores 17. La estrella de la mañana es la luz encontrada dentro de su propia oscuridad 18. La estrella de la tarde, la misma estrella de la mañana, es, a la vez, la misma luz que otros pueden ver al cerrar los ojos 19. El arco-iris es el sello secreto de la puerta invisible de la existencia 20. La luna llena en el cielo y en el reflejo de este charco en la calle, es la misma luna de los poetas que viven solos en la montaña 21. La lluvia lavando tu cara, en la ciudad 22. Una mujer embarazada pasando por delante de ti 23. Hojas caídas, sobre las cuales pisas, a cada paso 24. Perros ladrando 25. Gritos de los borrachos, en la noche 26. Las siluetas de los edificios, proyectados en el cielo del crepúsculo 27. Palabras desconocidas de los extranjeros, en el metro 28. El callado barrendero de la calle 29. Las canciones de los músicos ambulantes, en las esquinas de la ciudad 30. La calle solitaria, en la noche 31. La plaza solitaria y sucia de botellas y vasos de plástico, en la mañana 32. Los niños saliendo de sus escuelas, al lado de sus abuelos 33. Las tiendas y sus vitrinas 9

34. Los mendigos ambulantes y su palabrería 35. Los mendigos sentados en su lugar de siempre, y su silencio 36. Los elegantes, tomando un paseo nocturno para estirarse 37. Los pobres buscando comida en los basureros 38. Los niños de la calle comiendo un pan fresco en la esquina 39. Las mujeres regresando de sus trabajos 40. Los hombres en los bares 41. Los ancianos en los bancos 42. Los turistas perdidos mirando sus mapas 43. Las frentes de la gente y sus arrugas 44. Las orejas de las personas, al lado tuyo en el metro 45. Idiomas, lenguas, jergas y discursos, mientras esperas en el semáforo 46. Rostros, de todos los calibres 47. Manos, de todos los tamaños 48. Zapatos, de todos los modelos 49. Bufandas, cargadas de todas las maneras 50. Las tiendas cerradas para siempre 51. Avisos, de un sinnúmero de eventos 52. Pintas y firmas secretas de los jóvenes que protestan en los muros de la ciudad 53. Anuncios y publicidad, colgados por doquier en los muros y en las esquinas 54. Carros estacionados desde hace años en el mismo lugar 55. Carros andando lentamente en las colas y la gente toreándolos en las avenidas 56. Esa pareja de ancianos que andan por la calle, desde hace años 57. Ese joven que ostenta su tatuaje 58. Esas ventanas iluminadas en la alta noche 59. Ese papel tirado en la calle

ZEN LATINO En la Ciudad Vivo en Barcelona. Sus calles son para mi, senderos de montaña. Las fuentes artificiales tienen un sonido que me trae a la memoria el ruido denso de grandes cascadas. Los carros en la Diagonal, en su pasar incesante, producen ráfagas de viento que me cubre la cara como una brisa marina. Si deseo ver mar, voy a la mar, en Barcelona. Los humanos que encuentro, son para mi, como bestias salvajes. Andan apurados detrás de un no se qué y un no se cuanto. Alguno que otro se molesta, por mil causas, y comienza a ladrar, como los perros que ladran a quienes desconocen. Los altos edificios son, para mi, montañas entre las cuales paso, inmutable. El viaje del poeta Basho, hace unos cuatrocientos años, es un continuo motivo de reflexión: "el profundo norte", dice el poeta. "El profundo norte" repito, tratando de imitarlo. Cada momento especial de la ciudad provoca la aparición de la poesía. Diría que en la ciudad, como en la montaña, cada momento es especial: esa cara, esa esquina, ese árbol, esa hoja en el suelo de cristal, esas cosas tiradas a la basura, esos niños gritando, ese pájaro en el poste, esa lluvia que no cesa, el Sol, la Luna, esa gente que está buscando comida en los contenedores de los desperdicios diarios, ese pan de las mañanas. Todo es igual que en la montaña. Oigo voces a las cuales no presto atención: sólo me importa su tesitura, su eco, su timbre inconfundible. Son voces de la ciudad. En la noche, nada es distinto de la noche en la montaña. Los borrachos gritan y sus ruidos descontrolados parecen cantos de buhos y voces de animales nocturnos. 10

Considero que la montaña es una ciudad. No distingo entre los animales y los hombres. A la vez, para mi, la ciudad es una montaña. No veo diferencia alguna entre sus plazas y los claros de bosque. Pero hay una sorprendente diferencia: a cierta hora, en el crepúsculo, el bosque y la montaña entera CALLAN . . . Es sólo un momento, un instante sin duración<. Todo parece congelado en el callar y la calma. Ese es un momento crucial para todo aquel que vive en los bosques y montañas. Y ese instante silencioso no ocurre en la ciudad. ¿Por qué? Porque lo natural tiene un fluir que no se percibe en el ritmo del movimiento de las cosas artificiales. Es cierto: dentro de lo natural y lo espontáneo, se encuentra algo de artificial y programado. Lo artificial es sistemático y controlado, pero lo natural lo supera con lo sorprendente y lo energético. El ZEN es un estado de contemplación y a través del Zen se puede vislumbrar tanto lo natural, como lo artificial. Por eso, un sujeto solitario puede deambular en la ciudad como en una montaña y en la montaña, como en una ciudad. La diferencia consiste en la poesía. El que vive sin la poesía no puede subsistir en la ciudad y tampoco aguanta en la montaña. Hay que ser una montaña en el medio de la ciudad. Para subsistir en la montaña, no obstante, tienes que ser la poesía misma, debes ser el poema. He encontrado una vez, una ciudad en la montaña. Era un sueño, nada más. En la montaña, o en la ciudad, el Zen Latino percibe el flujo del devenir pasando a través de las cosas, seres, criaturas, hechos y objetos. El Ser que contempla todo eso no está tocado por la impermanencia. Se queda callado tras el escenario del mundo, inmerso en el mundo y, a la vez, fuera de él. ¿Cómo puede ocurrir ese doble estado? A través del RETORNO, un retorno hacia la perspectiva del Ser. Retrocede lentamente hasta el Ser. Desde allí, contempla lo que ocurre alrededor y, sin hacer juicio alguno, permanece en la calma motora, el movimiento del Ser. Es Zen Latino. A propósito de ello, escribí el siguiente poema: Con el Zen Latino, Adivino, El presente. Vino, De los poetas, vino, Embriaga mi Ser. Soy Nadie, Un sujeto anodino . . . Dante Carbonela, apellido de letras mezcladas, en Barcelona.

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