Daniel Medvedov •
EH A l
ombre-
muleto
Desayuno en la Boquería
• Barcelona / Madrid 2009 / 2016
Hay pequeños objetos en la calle. Puede que entre el polvo y la hierba, Encuentres tesoros escondidos, Vidrios rotos y tuercas perdidas En busca de su propio tornillo o, VICEVERSA
Conocí ayer a un hombre llamado CLAVO-OXIDADO. Le pregunté respetuosamente a qué evento se debía su nombre y me respondió que acostumbraba recoger de la calle diversos objetos sin importancia, cosas triviales que caían, o se perdían casualmente. No eran cosas que la gente botaba. Tampoco eran cosas que él mismo buscara en la basura. Eran agujas imperdibles que la gente perdía, botones descosidos que la gente dejaba por doquier, sin percatarse, tuercas, tornillos, rodelas, clavos oxidados, hilos y cabos, tapas de plástico, esferas de metal, canicas, alambres, zarcillos rotos, eslabones perdidos, llaves viejas, pedazos de metal con formas curiosas, maderos cúbicos, corchos, dados, vidrios de colores, y demás nimiedades que nadie se digna en mirar en las aceras. Clavo-Oxidado era un caballero muy elegante. Los domingos, desayunaba sui generis en el mercado de la Boquería, en Barcelona, y su modo de comer lo justo, era más que sorprendente. Vestido de corbata, sombrero y bastón, se paraba frente a diversas ventas de queso, de jamón y de frutas y, como distraído y sin querer, aceptaba ser invitado “a probar” este “pedacito” de queso, esta “lonjita” de jamón, ese “grano” de uva. -“! El desayuno está listo!- solía decir, luego de probar, y retornaba contento a su bujardilla de la Plaza del Sol, en la calle Planeta 11. Me explicaba Clavo-Oxidado que las cosas insignificantes, por estar días y meses, tal vez años enteros, bajo la lluvia y en el sol ardiente, adquirían un cierto poder natural que cuidaba al portador y, al tiempo, lo guardaba de tropiezos casuales y de muchos otros obstáculos del diario convivir. Eran amuletos.
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Un amuleto es un objeto de poder, un talismán, un poder mágico y privado, cuyo efecto concierne al mundo de las cosas visinvisibles. Puede que sea un simple papel, una joya rota, un “ente” oxidado, pero este objeto tiene la bella propiedad de proteger a aquel que lo lleva, o que lo carga, de los efectos generados por los defectores de la energía. Hay amuletos defesivos y también existen los talismanes ofensivos. El combate consiste tanto en la defensa como en el ataque. Por tanto, aunque me defienda, estoy luchando, estoy en combate. Entre los amuletos defensivos, hay unos muy eficaces: La Mano haciendo “cuernos”, un clavo oxidado, que debe estar siempre clavado en un corcho, una aguja, metida en su corcho, también, o la Mano haciendo el signo de la Higa. Las dos manos que he citado, deberían llevarse como colgantes y lo mejor sería encontrarlas de coral rojo. También la Mano de Fátima, un amuleto universal, y no sólo islámico. Tiene que ser confeccionado de oro, marfil, o de plata. Luego están los dientes de tiburón, las garras de gato salvaje, o de jaguar, de león, o de tigre, poderosos talismanes defensivos. No busquen cuernos de ciervos-volantes (Cerf-Volant) pues no existen, ya que se trata de un juego de palabras: en francés - la cometa de los niños es llamada “cerf_volant”. Hay un bello libro de amuletos personales publicado por el autor del ”Mono desnudo”, Desmond Morris. El texto y las fotografías son un encanto, allí encontrarán todos los detalles sobre este tema gracioso. Su título completo es GUARDIANES DEL CUERPO, “Amuletos y objetos protectores” y fue editado en 2001, en Plaza & Janes Editores, S.A., en Barcelona. Los amuletos descritos en la publicación pertenecen a la colección privada del autor y ese dato dice mucho de la ardua labor editorial volcada en este libro. Tales objetos de poder hay que llevarlos en forma de brazalete, colgante, broche, o collar. Pero lo mejor es no llevar nada, pues las manos son el más poderoso de los amuletos invisibles. La mano tiene una energía que no se puede comparar con ningún objeto. Sus gestos son signos gráficos que se pintan en la pantalla discreta del espacio frecuentado por la energía. A pesar de lo que digan todos los incrédulos, los talismanes protegen del mal-de-ojo, que existe, no es un cuento de las supersticiones. El mal-de-ojo es un evento grave. Más vale tomarlo en cuenta que ignorarlo. La gente, sin saberlo, traga energía del otro, quita el calor interno, opaca la luz del amigo, come poder, y en consecuencia, impregna todo de una estela de frío que envuelve lo que cae entre sus garras. A veces, trae calor excesivo, magnetismo desastrado, electricidad pasiva, o estática, y otras mil cosas que no cuento aquí. Pero tampoco hay que estar temblando por todo eso. Calma. “Toma todo de modo natural”- decía Clavo-Oxidado. Los talismanes ofensivos o activos ejercen acciones visinvisibles combinadas: • El Alfiler PHI, que se lleva como colgante, o en la solapa de la chaqueta. Es la letra griega del célebre número de Oro. Todos los demás números mátemágicos, como PI, e, i , etc. tienen efectos de combate armónico para con los perdidos, es decir para aquellos que no saben qué están diciendo, o qué están haciendo, en el diario convivir.
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La ENERGÍA
Mi ENERGÍA
Tú ENERGÍA
Hay un ciclo de intercambio continuo de energía entre las cosas, es decir entre los seres, las criaturas, los hechos y los objetos. No es que estos amuletos hagan “daño” alguno: de hecho, están armonizando la energía negativa del contrario y así, todos ganan y están protegidos. ¿Qué es la energía? La energía no es ni la olla, ni el fuego, ni el arroz, ni el agua, ni la tapa de la olla. Es el vapor que surge cuando levantas la tapa de la olla donde se ha hecho el arroz. Cocinar el arroz no es ninguna tontería, pues tiene sus secretos. El fuego debe ser un fuego “entretenido”, ni muy alto, ni muy bajo. Una sopa se hace mejor a fuego lento y otra cosa que yo se, también se hace muy bien a fuego lento. Investiga, preguntando a los cocineros y a las madres. La Piedra IMÁN, el óxido magnético de hierro. Parece que alivia los dolores de todo tipo, pues los anula magnéticamente, especialmente los dolores de cabezas, que son de cuatro tipos- frontal (para quitártelo, presiona con el pulgar el punto que está en el entrecejo), parietal (para aliviarte, presiona los dos puntos que está en los forámenes laterales, donde se encuentra la curva de la ceja con la línea del “rabo del ojo”), apical, de la cima de la cabeza ( y allí puedes presionar con la uña del pulgar, para aliviártelo), occipital, detrás de la cabeza (puedes presionar con los dos pulgares, circularmente, hacia afuera, en el punto que está detrás de la base de cada oreja, atrás, en la base del hueso occipital) Todo dolor de la zona de la cabeza, y en general del cuerpo entero, se alivia y hasta puede desaparecer, si presionas fuertemente con el pulgar, tomando como base para la presión, al índice, y la zona de presión es la que se halla en el ángulo de encuentro de los huesos del pulgar y el índice. Este punto gracioso es llamado “La boca del Tigre”, entre los chinos. •
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El Anillo de Pelo de Elefante. Es negro y se parece a un hilo grueso. 4
Perdería el día entero con listas y descripciones de talismanes, pero no es esta mi intención. Desearía decirles, más bien, que el mejor de los talismanes es nuestro propio cuerpo, sus dientes y la bella sonrisa, arma capaz de ahuyentar toda influencia negativa. Y mira, mira lo que decía Emily Dickinson: “Hay una palabra Que lleva espada Puede atravesar a un hombre armado” El mensaje de Clavo-Oxidado era sencillo: los objetos en la calle, pueden ser motivo de contemplación, pues cada uno tiene su historia y detrás de su esconde el oricalco de la imaginación.
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