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ESTADO DEL ARTE TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA

1. ANTECEDENTES Y REVISIÓN CONCEPTUAL

Buscando el desarrollo óptimo y con la finalidad de facilitar el discernimiento de la teoría de la terapia familiar sistémica a partir de este apartado justificamos la realización de este trabajo en el contenido más práctico que encontramos en la revisión de diversos compilados investigativos sobre la evolución de la terapia desde su creación hasta la actualidad, y que a continuación relacionamos:

El autor Roberto Pereira precisa un amplísimo recorrido del desarrollo y progreso de la terapia familiar sistémica presentando una recopilación del marco histórico así como diversos planteamientos personales con énfasis en la información que plasma en su documento. Según lo afirma Pereira (1994): “La Terapia Familiar, tal como la conocemos actualmente, comenzó a desarrollarse en Estados Unidos, en la década de los 50. Los historiadores de la Terapia Familiar precisan incluso que puede citarse el año 52 como el del inicio del movimiento” (p.1).

El autor presenta una corta contextualización histórica de los hechos que enmarcaron el nacimiento de la terapia familiar sistémica:

Por esas fechas estaban apareciendo nuevas tendencias en el campo de las ciencias sociales y de la conducta, especialmente en U.S.A. Tras la 2ª guerra mundial, se abordan

los problemas en un sentido más amplio, recuperándose una visión holística. Hasta entonces, las ciencias de la conducta se habían centrado en una óptica individual, muy influidas por el Psicoanálisis, que a pesar de haber nacido en Europa, tuvo un gran desarrollo en los Estados Unidos.

Dentro de los cuales cabe mencionar que:

Además se registra el desarrollo de nuevas disciplinas-antropología, sociología- que facilitan ese desplazamiento que va a tener lugar en la Psiquiatría, de centrarse casi únicamente en los fenómenos intrapsíquicos a prestar una progresivamente mayor atención a los interpersonales y sociales. El desarrollo de la Ecología, la Cibernética, las teorías de la Comunicación, y las Ciencias de los Sistemas, van a poner las bases para la aparición de un nuevo paradigma en las Ciencias de la Conducta, el denominado Paradigma Sistémico. (Pereira, 1994, p.1)

De modo que aparecen los precursores de la terapia a quienes el autor define como “los pioneros” quienes dan inicio desde dos puntos de partida, la teoría psicoanalítica y las nuevas teorías en desarrollo.

Para definir la primera citamos una justificación enmarcada en otra investigación realizada sobre terapia familiar sistémica. En la terapia psicoanalítica de Freud, a pesar de que él estaba interesado en la manera como el paciente recordaba a su familia, excluía a esos otros miembros para ayudar a su paciente a sentirse seguro al explorar sus emociones y pensamientos (López, 2009).

La segunda, las nuevas teorías en desarrollo dentro de las cuales estaban la antropología, la sociología y la comunicación fundamentalmente. En torno al campo de la antropología sus investigaciones derivaron en el estudio de la comunicación, primero en animales seguido en los humanos, abordando así el estudio de los trastornos de la comunicación. El

punto de partida de los dos grupos coincide totalmente, siendo éste, el trastorno de la esquizofrenia.

Continúa su recorrido con otros autores de difícil clasificación ya que a lo mejor su influencia no fue intencionada y por ende no se dedicaron posteriormente a ampliar la teoría de la terapia familiar sistémica.

Uno de ellos fue John Bowlby psiquiatra infantil quién publicó en 1949 El estudio y reducción de la tensión grupal en la familia, en el que describe el uso de entrevistas familiares conjuntas como auxiliares en el tratamiento individual de sus pacientes. También John Bell, quién visitó a John Sutherland en Londres, con quién discutiera los trabajos de Bowlby. Muy seguramente, Bell entendió que lo que Bowlby hacía eran tratamientos conjuntos de la familia, en lugar de ver a ésta de vez en cuando para conseguir que interfirieran lo menos posible en el tratamiento individual del paciente. Le pareció tan buena idea que volvió a Estados Unidos a entrevistar y tratar familias al parecer con muy buenos resultados.

Milton Erickson otro de los autores de influencia sin intención, hipnoterapeuta de gran éxito, que utilizaba en sus tratamientos técnicas paradójicas que resultaron muy influyentes en los autores de terapia familiar sistémica que prestaron especial atención a la comunicación.

Otros autores que si tuvieron intención en desarrollar y ampliar la teoría de la terapia familiar sistémica partiendo de sus investigaciones y escasa influencias previas fueron:

John Bell mencionado anteriormente, con su publicación Familiy Group Therapy, publicada luego de forma abreviada en Family Process, constituyó una de las bases del desarrollo de la terapia familiar en Estados Unidos. Considerado uno de los fundadores de la terapia a pesar de su escasa producción científica.

Christian Midelfort, que a pesar de ser uno de los primeros autores en publicar un libro sobre el tema de la Terapia Familiar (The Family in Psychotherapy, 1957), tuvo escasa repercusión, y menos aún proyección posterior.

Los años cincuenta: La década fundacional

Los psiquiatras y psicoanalistas agremiados en torno a las investigaciones sobre la esquizofrenia, en especial en o con fondos del NIMH (National Mental Health Institute): Theodore Lidz plasmó en un artículo la descripción de los hallazgos encontrados en la relación conyugal de los padres de esquizofrénicos, Murray Bowen la mayor influencia del psicoanálisis, se acercó al tratamiento de las familias desde su trabajo con niños psicóticos, y Lyman Wynne plasma en un trabajo realizado las relaciones encontradas con frecuencia en las familias de jóvenes con cuadros psicóticos agudos la cual tendría parte fundamental en el desarrollo de dichos cuadros.

El llamado Grupo de Palo Alto, una localidad cercana a la universidad de Berkley California, creado por y en torno al antropólogo Gregory Bateson: Jay Haley, John Weakland, William Fry y Don Jackson, a los que posteriormente se unió Virginia Satir.

Gregory Bateson estaba interesado en el estudio de la comunicación humana. Comenzó a reunir un grupo de trabajo, comenzó contactando a Jay Haley un experto en Comunicación, con John Weakland, un ingeniero químico reciclado a antropólogo, y con un psiquiatra, William Fry, y Don Jackson, psiquiatra y psicoanalista quien se unió al grupo más tarde como consultor clínico; entraron en contacto con él en una de sus conferencias sobre La Homeóstasis Familiar. En 1956 publican el artículo Hacia una teoría de la Esquizofrenia donde postulan la teoría etiológica de la esquizofrenia basada en un trastorno comunicacional denominado Doble Vínculo. Más adelante Virginia Satir con un estilo muy carismático se une al equipo como trabajadora social.

En 1959, Jackson funda el M.R.I. (Mental Research Institute) al cual se integra el psiquiatra austríaco Paul Watzlawick muy interesado en la comunicación. Para el año de 1951 Jackson acuerda con el psiquiatra infantil Natham Ackerman fundador en 1960 en Nueva York del Family Institute, que las instituciones de los dos financien una publicación en Terapia Familiar, naciendo Family Process, cuyo primer editor fue Jay Haley.

Tanto el Grupo de Palo Alto, así como el MRI y sus diversas secuelas, se van a caracterizar por tratar de plantear un nuevo paradigma explicativo de los trastornos de conducta, partiendo de la Teoría de la Comunicación, la Cibernética y la Teoría General de Sistemas.

También el llamado Grupo de Filadelfia, con su capitán Ivan Boszormenyi-Nagy, y que incluye a James Framo, Gerald Zuk y David Rubinstein. Boszormenyi-Nagy también psiquiatra y psicoanalista fue el fundador del Family Institute of Philadelphia junto con Framo, Zuk, Spark, Rubinstein y otros, que ha sido y es uno de los centros de formación en

Terapia Familiar más importante de Estados Unidos. Su libro Terapia Familiar Intensiva y su trabajo más conocido Lealtades Invisibles sean la principal cuota contributiva del Grupo de Filadelfia en el que desarrollan una teoría familiar basada en la ética y en la óptica transgeneracional.

Este grupo de exponentes desarrollo durante los años 50 de manera aislada su trabajo, al final de la década comenzaron a juntarse y las nuevas teorías comenzaron a difundirse, terminando así la década fundacional.

Los años sesenta: La década de la expansión

En consecuencia, durante las décadas de los sesentas y setentas, van a hacer su aparición numerosas escuelas de terapia familiar sistémica, que van a ocupar un amplio abanico que oscila entre los sistémicos puros, y los psicoanalíticos, pero aceptando todos como base la teoría sistémica del funcionamiento del grupo familiar, como lo asegura el autor.

Pereira da un repaso de las escuelas más importantes, su origen y propuestas teóricas principales, clasificándolas de un extremo a otro del arco sistémico, desde las sistémicas puras, a las que mantienen una mayor influencia del psicoanálisis.

La Escuela de Palo Alto, es el nombre dado a los herederos directos de la Orientación Comunicacional del Grupo de Palo Alto, organizados en torno al MRI creado en 1959 por Don Jackson como una división del Palo Alto Medical Research Institute, y que desde su creación hasta la actualidad se ha caracterizado por una actividad continuada en tres niveles: clínico, de formación, y de investigación.

En 1967 se crea el Brief Therapy Center (BTC), dirigido por Richard Fisch, y con la participación de Paul Watzlawick, Weakland y Bodin, con el fin de investigar los resultados de La Terapia Familiar Breve. La duración del tratamiento se limitaba a un máximo de 10 sesiones, sin selección alguna de la patología, focalizando las intervenciones en el problema presentado, con técnicas activas y muy directivas.

La Escuela Estratégica junto a su fundador y representante más aventajado Jay Halley. Es por lo tanto una escuela que tiene también sus raices en el Grupo de Palo Alto, y en el MRI, y que recibe una influencia decisiva de Milton Erickson.

La Escuela de Milán inicia su camino en 1967 con Mara Selvini Palazzoli una psicoanalista, que como lo define su hijo Matteo Selvini en su libro Crónica de una investigación: La evolución de la terapia familiar en la obra de Mara Selnini Palazzoli en 1990 "tomó la drástica decisión de terminar para siempre con la psicoterapia individual y fundar el Centro para el Estudio de la Familia".

Durante los primeros años el debate de la escuela se centra en si continuar desarrollando las teorías familiares a partir del psicoanálisis, o romper con ese modelo, y centrarse en la Teoría de la Comunicación y la Teoría General de Sistemas; después de tanto ir y venir deciden optar por la segunda opción.

En efecto, estas tres escuelas, agrupadas dentro de las sistémicas puras, tienen en común la unidad familiar como objeto de estudio e intervención, quedando relegado el individuo a la condición de miembro del sistema familiar. El concepto de intrapsíquico se deja de lado, utilizando el concepto cibernético de caja negra para encajarlo en la dinámica de la teoría

comunicacional, sin necesidad que tener que estudiarlo, únicamente interesan las comunicaciones que mantiene con su entorno.

Cabe resaltar del texto, que los principales fundamentos teóricos de esta escuela, así como el lenguaje que utilizan, provienen de la Teoría General de Sistemas, la Cibernética, la Teoría de los Juegos y la Comunicación.

La base es la Teoría General de Sistemas, formulada por el biólogo austríaco, Ludwig Von Bertalanffy, que desarrolló una organización de los seres vivos basada en los sistemas abiertos. El sistema definido como un conjunto de elementos organizado en función de una finalidad, con características de totalidad, circularidad, isomorfismo y equifinalidad. La cibernética fundada por el suizo Norbert Wiener aporta los conceptos de feedback o retroalimentación, homeóstasis, morfogénesis, escaladas, entropía y círculos viciosos. La teoría de los Juegos de John Von Neumann y Oskar Morgenstern que utiliza modelos para estudiar interacciones en estructuras formalizadas de incentivos (juegos) y llevar a cabo procesos de decisión, suministra los conceptos de juego relacional tipo suma cero o suma no cero. Y la Teoría de la Comunicación que estudia la pragmática de la comunicación interpersonal, la comunicación es considerada como una relación cualitativamente diferente de las propiedades de los individuos que participan en ella (intercambio de información, meta comunicación, redundancias, paradojas, etc.).

Un aporte de orientación mixto fue La Escuela Estructural

liderada por Salvador

Minuchin quien fuera introducido a la terapia familiar sistémica por Nathan Ackerman. Esta escuela marcó una orientación diferente ya que el abordaje de los problemas debía

tener en cuenta no sólo los síntomas, sino también el contexto en que éstos aparecían, en familias que vivían en condiciones notables de pobreza y marginación.

La estructuración de la familia se basa en tres dimensiones básicas: Límites, Alianzas y Jerarquía. La funcionalidad de la familia dependerá de la adecuada organización de la estructura familiar a las "circunstancias".

De modo que, Los objetivos de la terapia según el autor serán, no sólo resolver el problema presentado, sino también modificar la estructura familiar disfuncional, a fin de que pueda contrarrestar con mejores defensas a los problemas venideros. Para conseguirlo, el terapeuta se une a la familia. Ya no un simple observador externo, sino que se compenetra en el proceso familiar, actuando como agente de cambio, encargado de reestructurar el funcionamiento familiar. Las técnicas utilizadas en este método de intervención son primero de unión a la familia (Joining), y posteriormente de Reestructuración, con maniobras centradas en los subsistemas (adición o sustracción de subsistemas) en el síntoma (focalización, recalificación, etc.) o en la estructura (provocando conflictos, reorganizando, etc).

La unificación

La terapia familiar sistémica tras los primeros años de desarrollo pausado, conoció una gran expansión. Durante las décadas de los setenta y ochenta, miles de profesionales de la salud mental realizaron cursos y seminarios de formación.

Se engendró un interesante mercado en la docencia, y la competencia por los alumnos fue cada vez mas dura. Desde el punto de vista comercial, no es extraño que las diversas ofertas delimitaran su producto, y trataran de diferenciarlo del competidor, afirmando por supuesto, que el suyo era el más efectivo.

Ahora bien, la práctica de la terapia familiar sistémica sin la necesidad de serle fiel a ninguna escuela en particular, estimula a que de manera gradual comiencen a definirse indicaciones de las diversas técnicas, llegando a la conclusión más o menos consensuada, de que algunas de ellas son mas útiles en determinadas patologías, y que en otras es necesario utilizar conjuntamente técnicas de diversas escuelas.

Finalmente encontramos en esta etapa dos teorías más la constructivista y la narrativa. Tal y como lo afirma Watzlawick en su libro The Invented Reality (la realidad inventada, 1984) el constructivismo pone en cuestión nuestra percepción de la realidad. Defiende que no hay una realidad lírica y objetiva, sino que cada observador configura su propia interpretación de la realidad, su personal manera de entender el mundo; todos los seres humanos somos un mundo diferente y así mismo hacemos nuestras percepciones de él y nuestro entorno personal, familiar, social, etc.

En este método de intervención el terapeuta no aborda entonces un problema que le trae la familia, como algo objetivo, externo a él, sobre el que hay que intervenir para modificarlo sino que selecciona lo que le parece relevante de lo que cuenta la familia, no

porque sea lo verdadero, o lo evidente, sino porque le parece que puede resultar útil para modificar la visión del mundo del sistema terapéutico de la manera que sea más satisfactoria para todos.

La base de las teorías del funcionamiento familiar basado en las narrativas es que las narraciones que hacemos construyen nuestra realidad, se podría casi decir que “somos lo que contamos” hasta el punto de que pueden llegar a ser la realidad misma. La familia evoluciona así en una historia contada por sus protagonistas, los miembros de la familia, y en la que se integra todo lo ocurrido, lo que hubiera podido ocurrir, todas las personas, contextos y situaciones pasadas, presentes (o incluso futuras) que llegan a ser significativas para ese grupo familiar. Además de la historia de la familia, cada miembro tiene su propia historia, que se entrelaza con las historias del resto de los miembros, construyendo entre todos la vida familiar. Los conflictos surgen cuando se producen discordancias entre las diversas historias.

El desarrollo de las teorías y técnicas basadas en la narrativa se ha producido en los años 80 con los trabajos de Michael White y David Epston en su libro Medios narrativos para fines terapéuticos de 1980 que proponen una concepción narrativa basada en la capacidad de las personas para desarrollar historias alternativas. Cuantas más historias distintas sea capaz de aceptar un sistema familiar, más posibilidades tienen sus miembros de crecer, individuarse, y desarrollar sus capacidades emocionales e intelectuales.

Diversos autores han escrito y realizado estudios que han permitido avanzar en la conceptualización de la terapia familiar sistémica.

La terapia familiar se considera como una forma de intervención cuyo propósito explícito es la modificación de las interacciones que se producen entre una pareja, una familia nuclear o extensa o entre una familia y otros sistemas interpersonales, con la meta de reducir los problemas presentados inicialmente por los miembros individuales, los subsistemas familiares o la familia completa.

La terapia familiar sistémica como algunas otras formas de psicoterapia tuvo sus orígenes en la investigación clínica. El proyecto de investigación sobre comunicación se desarrolló para estudiar los procesos en familias que tenían un miembro esquizofrénico.

A diferencia de lo que aconteció en la investigación de otros modelos terapéuticos, durante la década de los cincuentas la investigación y la terapia fueron investigadas como una misma especie, ya que la investigación y el tratamiento estaban íntimamente fusionados.

La terapia familiar sistémica en el campo de la investigación en se fue consolidando en los años posteriores. En el año de 1978 se otorgó el primer premio por la contribución a la investigación en terapia familiar por la Asociación Americana de Terapia Marital y Familiar. Así pues en el año de 1982 se creó una versión anual del “diálogo” entre terapeutas e investigadores. Una considerable cantidad de estudios se llevaron a cabo durante los setentas para evaluar empíricamente los resultados de la terapia familiar.

Los estudios llevados a cabo durante los años ochentas clarificaron la eficacia general de la terapia familiar sistémica para diferentes trastornos y desórdenes clínicos así como también para diferentes escuelas terapéuticas.

Aunque diversos autores manifiestan que debería ser necesario realizar más estudios acerca de la efectividad, sobre los mecanismos de cambio en tratamientos sistemáticamente orientados, ya que se ha demostrado fehacientemente que la terapia familiar es probablemente más efectiva que otros tratamientos (comúnmente terapia individual) para la resolución de conflictos familiares.

Ya en la década de los noventas se llevaron a cabo numerosas investigaciones que confirmaron que la terapia familiar sistémica funciona y según uno de los estudios más importantes de meta-análisis de la época existe literatura que apoya dicha conclusión.

En efecto, hay evidencia científica que la terapia familiar sistémica resulta eficaz para el tratamiento de problemas en niños, adolescentes y adultos cuando estos desórdenes se acompañan de variables moderadoras relacionales con dilemas maritales o conflictos familiares.

En la década siguiente, estudios de meta-análisis de la literatura de resultados en terapia familiar sistémica confirmaron su efectividad, aunque con escasas diferencias con otros modelos.

Aunque las intervenciones familiares se encuentran basadas en evidencia, la investigación en terapia familiar sistémica ha seguido la tendencia de los estudios en

psicoterapia individual enfatizando los resultados de los tratamientos e ignorando otras variables como los factores comunes.

2. REFERENCIAS

Díaz O, Ismael F. (2012). La investigación en terapia familiar. En-claves del pensamiento, 6 (11), 163-196. Eguiluz, Luz de Lourdes. (2004) Terapia familiar. México. Editorial Pax. López, Estefanía. (2009). Uso de la terapia familiar sistémica en parejas con conflictos matrimoniales y niños con problemas de atención: un estudio de caso. 1, 1-98. Maffia, M. (2013). Reflexiones metodológicas sobre algunas contribuciones de la terapia familiar sistémica a un estudio antropológico de la familia. Revista Latinoamericana de Metodología de las Ciencias Sociales, 3 (2). En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.6159/pr.6159.pdf Navarro G, José. & Beyebach, Mark. (1995) Avances en terapia familiar sistémica. España. Editorial Paidós. Pereira T, Roberto. (1994). Revisión histórica de la terapia familiar. Revista psicopatología., 14 (1), 5-17.

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