LIMITES Y NORMAS Límite: es todo aquello que no se puede hacer o hasta dónde se puede llegar con una conducta. Norma: es aquella conducta que debe hacerse y la manera de llevarla a cabo. Toda norma lleva implícita un límite. El establecer límites y normas ayuda a los niños: Darles seguridad, sentirse tranquilo y evita que se pierda en su comportamiento. Se le muestra referencias estables y constantes sobre su conducta. Ayuda a regular sus ritmos de sueño, alimentación y deberes, facilita el autocontrol emocional, expresando sus necesidades y aumentando la capacidad de tolerar la frustración (aprende a esperar para conseguir lo que desea). ¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL PONER LÍMITES? Pueden existir múltiples razones, entre ellas quizá sea que la educación que los padres recibieron fue muy estricta o quizá agresiva y no quieran repetir eso con sus hijos, otra de ellas es que prefieren ser más amigos de sus hijos que padres, para tratar de ganar su confianza y llevarse bien con ellos o quizá simplemente el trabajo no permite pasar tanto tiempo en casa y los hijos se encuentran bajo el cuidado de abuelos o alguien más. ALGUNAS CAUSAS DE LA FALTA DE AUTORIDAD DE LOS PADRES 1.- Los padres no saben decir “No” para no parecer autoritarios, pero tampoco hacen lo posible por mantenerse firmes y ceden en contra de su voluntad. Estos padres no quieren parecer anticuados o intolerantes, lo relajado y amistoso tiene para ellos más valor con la esperanza de que sus hijos no sufran presiones o prohibiciones y crezcan de forma libre, sin embargo, no suele suceder así, ya que los niños no saben con seguridad hasta donde llegar, les faltan referencias y ejemplos claros con los cuales orientarse. En ocasiones eso puede llevar a hijos tiranos que imponen su voluntad por encima de la de los padres, sin mostrar el menor respeto por ellos u otras personas, estos niños cuyos padres no les niegan nada vivirán casa “No” en el futuro como un fracaso personal y no sabrán manejar la frustración. 2.- Los padres imponen a sus hijos limites demasiado estrictos. En la educación de los hijos existen dos posturas negativas: la sobreprotección y la excesiva permisividad, la primera ocurre cuando los padres están excesivamente preocupados porque sus hijos no caigan en los posibles peligros que puedan encontrar en su vida. Esto les lleva a no dejar solos a sus hijos en situaciones sociales y a resolver los problemas por ellos aun que ellos mismos los puedan resolver, esto les impedirá a los hijos valerse por sí mismos, no sabrán como afrontar los problemas y esperaran que sus padres los resuelvan por ellos. Confían poco en sus habilidades y no llegan a comprender que deben acabar ellos solos sus deberes o protestan cuando los padres no resuelven todos sus problemas, se les niega el derecho a equivocarse porque se les entrega todo en la mano.
3.-Los padres se mantienen al margen de los aspectos escolares y de autoridad porque tienen poco tiempo para dedicarles. Llevan a cabo actividades agradables con ellos y cuando pueden les hacen grandes regalos, en ocasiones por algún remordimiento que se encuentra presente por el poco tiempo que existe para dedicarles. No tienen una relación de padres con sus hijos, desvían la mirada cuando aparecen conflictos o conductas inapropiadas en lugar de tomar parte activa en los problemas, esto para no entrar en polémicas y evitar la idea de “Pasa poco tiempo con su/sus hijos y cuando lo hace lo/los regaña”. Ocurre mayormente con padres que suelen estar fuera de casa o que no viven con sus hijos por cuestiones de separación, no participan en tareas educativas y minimizan los problemas, esto es muy negativo para los niños, pues les faltara un referente para orientarse sobre lo correcto e incorrecto, no terminaran deberes porque no los consideran importantes, ya que sus mismos padres tampoco les dan la importancia a estos y no corregirán actitudes erróneas pues no sabrán que están mal. Esto llevara a que, al crecer, el niño mida el afecto y amor con objetos materiales, su autoestima estará basada en poseer objetos caros y no logrará comprender porque no obtiene lo que él quiere cuando lo desea o por que no puede hacer lo que él quiera cuando quiera. ¿CÓMO ESTABLECER LÍMITES? Poner límites a los niños ayudará a que aprendan a autorregularse, es decir, a ponerse limites a ellos mismos, lo que les brindará seguridad en ellos mismos y capacidad de resolver problemas, así como establecer vínculos estables con otras personas. Estos deben ser claros y acompañados de explicaciones breves y sencillas, el niño debe sentirse en todo momento guiado, apoyado, apreciado, nunca juzgado y mucho menos rechazado. Es imposible educar sin intervenir, cuando el niño nace no sabe lo que es bueno o malo, los adultos deben decirle lo que está bien y lo que está mal, así los niños tendrán referentes para saber diferenciar adecuadamente. No podemos esperar que sepan que algo está mal si no les educamos al respecto. APRENDER A MANEJAR LA FRUSTRACIÓN El aprendizaje del dominio de sí mismo depende de cómo se sienta consigo mismo y de la forma en que afronta las frustraciones de la vida cotidiana, una de las mejores formas de enseñar a manejar esa frustración es brindar las oportunidades para que elijan y decidan por si mismos, ayudarles a mantener sus decisiones puede ser difícil, pero para los niños es necesario aprender a experimentar las consecuencias de sus sesiones, también es preciso aclarar que no todo puede ser una opción y no todas las cosas son negociables.
CONTROL DEL COMPORTAMIENTO AGRESIVO La agresión física (morder, golpear, empujar, aventar, arañar, etc.) es muy común en los primeros años, estos episodios pueden prevenirse antes de que empiecen, la anticipación siempre es útil y alivia el estrés tanto en los adultos como en los niños. *Si observa que se avecina un problema diga a su hijo específicamente lo que se espera que haga y ayúdelo a ir en esa dirección. *Si es necesario, aleje al niño de la situación inmediata, pero manténgalo con usted. *Hable sobre los sentimientos y las reglas cuando esté más calmado *Ayúdelo a regresar a la actividad y a que sea más exitoso. *La recompensa de un comportamiento deseado ayuda a que los niños aprendan lo que se espera de ellos. OFRECER TIEMPOS DE DESCANSO Cuando un niño presenta dificultades para calmarse o regular sus emociones, puede resultar eficaz ofrecerle tiempos breves de descanso, en una habitación o espacio cerrado y en presencia de un adulto para que se recupere, la presencia del adulto ayuda a que no se sienta rechazado y que no se desencadenen crisis de ansiedad. OFRECER TIEMPO Y ESPACIOS PARA DESAHOGARSE Las energías de los niños son extraordinarias y una manera de canalizarlas es ofrecerles tiempo y espacio para que desarrollen todo su potencial energético, a través de actividades que les ayuden a expulsar su agresividad y tensión. Algunas de estas pueden ser: correr, saltar, llevarlos a parque infantiles, hacer natación, perseguir una pelota, tirarse por el pasto, etc. Las actividades bien distribuidas en la jornada ayudan a no aburrirse, fomentan la creatividad y permiten quemar energías. ERRORES QUE DEBEN EVITARSE *Ceder después de decir “NO”: una vez que se ha decidido actuar, la primera regla que se debe respetar es la del ”NO”, sin ser negociable, cuando se le vaya a decir que NO al niño es necesario que se piense bien, porque el retractarse los desacredita y los niños son muy hábiles en parodiar gestos para producir compasión o bien obtener el perdón se sus padres. *Tratamiento del “SI”: el “SI” se puede negociar, si usted piensa que el niño puede ver televisión esa tarde, negocie que programa y por cuanto tiempo. *Falta de coherencia: Las reacciones de los padres o las personas involucradas en la educación del niño deben estar siempre dentro de una misma línea, si existen desacuerdos o desacreditaciones de parte de una figura de autoridad a la otra se confundirá al niño con respecto a lo que se supone que haga. *Abusar del autoritarismo: El intento de que el niño haga todo lo que los padres quieren tiene como consecuencia la anulación de la iniciativa propia del niño, el autoritarismo solo persigue obediencia ciega, formando hijos sumisos y sin capacidad de decisión propia.
*Gritar y perder el control: Perder el control supone un abuso de fuerza que conlleva una humillación y deterioro de la autoestima del niño, cuando actuamos por impulso o descontrol el niño se acostumbra a los gritos e insultos y lo toma como una rutina más, aprendiendo que eso es normal. *No cumplir lo prometido: cada promesa de premio o castigo no cumplida es un paso atrás en su autoridad, por ello deben ser realistas, es decir, fáciles de cumplir y aplicar. *Exigir éxitos inmediatos: El éxito y la competitividad están presentes como una obsesión en algunos padres, muchos basan su competencia en el éxito académico de sus hijos sin detenerse a analizar su formación en valores éticos y morales, los cuales se deben enseñar desde casa. *No establecer puentes para negociar: No negociar nunca implica rigidez e inflexibilidad, supone autoritarismo y abuso de poder y, por lo tanto, incomunicación, esta manera de actuar provocara que en la adolescencia se deterioren las relaciones entre los padres y los hijos. *No escuchar a los hijos: Es una queja común entre los padres el que sus hijos no los escuchen, el problema es que ellos tampoco han escuchado a sus hijos ni han establecido la interacción necesaria interesándose por sus problemas o ilusiones, les han juzgado, evaluado y les han dicho que debían hacer, pero no los han escuchado. FORMULACIÓN DE LIMITES DE FORMA CONCRETA Y POSITIVA *Hay que tener objetivos claros de lo que se quiere educar, estos objetivos deben ser pocos, formulados y compartidos con los responsables de la educación, requieren tiempo para ser acordados, tienen que ser claros, específicos, sencillos y positivos. La información poco clara confundirá al niño y nunca sabrá que es lo que se espera de él, las instrucciones claras y concretas son útiles y no requieren molestias ni gritos, por ejemplo: “Después de jugar recoge los juguetes y colócalos en su lugar”. Se debe informar lo que hay que hacer y no lo que no hay que hacer, por ejemplo, es preferible decir: “Cuando te sientes pon la espalda recta”, en lugar de “No te sientes así porque se te va a hacer una joroba” Valora sus intentos y esfuerzos por mejorar, se debe resaltar lo que hace bien y ser comprensivos si algo sale mal, pues cuando algo sale mal no es por molestarnos, sino porque están en proceso de aprendizaje, tampoco debemos esperar que obedezcan a la primera orden, el autocontrol requiere repetición y práctica. Sugerir alguna alternativa. Siempre que se aplique un límite al comportamiento de un niño, hay que intentar indicar una alternativa aceptable, sonará menos negativo y tu hijo se sentirá compensado. De este modo, puedes decir: “ese es mi labial y no es para jugar. Aquí tienes un lápiz y papel para pintar'. Al ofrecerle alternativas, le estás enseñando que sus sentimientos y deseos son aceptables. Este es un camino de expresión más correcto. Una regla puntual es esencial para una efectiva puesta en práctica del límite, una rutina flexible (acostarse a las 8 una noche, a las 8 y media en la próxima, y a las 9 en otra noche) invita a una resistencia y se torna imposible de cumplir. Las rutinas y reglas importantes en la familia deberían ser cumplidas día tras día, aunque estés cansado o
indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a tus reglas, ellos seguramente intentarán resistir. Desaprueba la conducta, no al niño. Deja claro a tus hijos que tu desaprobación está relacionada con su comportamiento y no va directamente hacia ellos. No muestres rechazo hacia los niños. Antes de decir 'eres malo', deberíamos decir 'eso está mal hecho' o en lugar de decir “No molestes a tu hermano” deberíamos decir “no le quites sus cosas a tu hermano”. Confiar en su hijo. La confianza es clave, la autoridad supone que el niño tenga confianza en los padres, es difícil que esto ocurra si el padre no da un ejemplo de confianza hacia el hijo, los padres como guías deben tener presento que sus hijos serán seguidores solo si son su ejemplo en hechos y palabras. Guiar implica una dedicación constante, pero hacia una dirección, el establecer estos límites ayudaran a que exista un dialogo permanente, a alimentar su potencial y capacidad de crecer. DUDAS FRECUENTES “¿Cuándo estamos en un lugar público me pide que le compre algo, tengo que dárselo para que no haga un berrinche en ese lugar?” -Si las demandas no nos parecen adecuadas no las hemos de satisfacer y mucho menos para evitar un berrinche, si se encuentran en un lugar público y no se logra contener lo mejor es irse a casa o alejarnos con el momentáneamente hasta que se tranquilice, escucharlo y explicar por qué no es posible lo que está pidiendo. Debemos mantener el NO que hemos dado, tolerando el enojo que esto le pueda generar, eso ayudará a poco a poco tolerarlo el mismo, como un proceso de frustración, poco a poco irá disminuyendo. “Si el otro padre o madre ha puesto un castigo y yo pienso que es excesivo ¿Lo puedo modificar?” Los limites deben ser mantenidos en lo posible y acordados por ambos padres, si se piensa que la otra persona se ha excedido se debe hablar sin el niño presente y valorar la modificación del castigo, quien ha puesto el castigo serpa el encargado de modificarlo, explicando al hijo las razones o llegando a un acuerdo, pero nunca debemos desautorizar al otro frente a los hijos. “Trabajo muchas horas y cuando llego estoy muy cansado/cansada, prefiero pasar un rato tranquilo y evitar enfrentamientos” Debemos procurar que el tiempo que pasamos con los hijos sea de calidad, pero esto no debe ir en contra de educarlos y poner límites, si no queremos enfrentamientos podemos poner las normas de forma tranquila y firme, pero no dejarlos hacer lo que quieran para evitar conflictos.