I. INTRODUCCION El desarrollo de la sociedad como proceso nos lleva a la reflexión como gestores de cambio, los profesionales de la educación, en la que la realidad supera la adaptación del maestro hacia el cambio, sólo somos parte de una cotidianeidad que empuja como agua de río que corre impetuosa y transforma su entorno, pero sin darse cuenta el maestro es como esa piedra del río que individualmente no se nota, pero que es necesaria para que la corriente siga su cauce aparentando ser este un cauce natural. Es necesario ser parte de esa corriente, pero haciendo una reflexión desde nuestra praxis, entender los programas de estudio desde su génesis. De esta manera surge esa necesidad de un nuevo modelo educativo, existiendo una diversidad de estudios relacionados a la enseñanza, a los procesos en los que se apoya el aprendizaje, los modelos educativos se originan desde ámbitos distintos, respondiendo a intereses diferentes, con una multiplicidad en la dirección de sus aplicaciones. A través de la historia nuestro país a considerado a la educación como un acto por el cual el pueblo puede acceder a mejores oportunidades de desarrollo en lo social, cultural y económico, que a la nación le sirve para alcanzar un grado tecnológico sustentable de sus políticas económicas. Las teorías educativas desde este paradigma son el artífice del desarrollo de los pueblos, en su contexto histórico y cultural muy particular de cada uno, es por eso que cada región de nuestro continente tiene diferentes parámetros para la eficiencia de sus modelos educativos. Por lo tanto se hace un análisis de la teoría educativa de una manera subjetiva, ya que se interpreta interpolando las características etnográficas, culturales, políticas y sociales muy particulares de cada región, aún para el mismo modelo, que se adapta y modifica en cada una de ellas.
1
El discurso científico se interpreta desde la deconstrucción del mismo, partiendo de un análisis arqueológico hasta un análisis de segundo orden, en los cuales es necesario apoyarnos desde y con los conceptos de Derrida, Focault y Luhmann, con el acompañamiento de Josefina Granja Castro. Entender el conocimiento como proceso en el que las significaciones sociales son parte de una ruptura y dislocación, una estabilización y sedimentación para dar paso a los procesos de formación, necesarios para comprender el contexto histórico-social-geográfico de un modelo educativo. Es necesario establecer el cómo adecuar la equidad de géneros, ha sido punto nodal en el discurso político educativo de la actualidad, en el que se busca abatir el rezago educativo, pero la realidad muestra que la equidad todavía está distante de alcanzarse, por lo que concierne a su aplicación, sin desentenderse de la exclusión a la que la gran cantidad de alumnos de bajos recursos no encuentra cabida en el sistema educativo actual, así funciona al parecer la aplicación de la equidad en nuestro entorno laboral, ¿hay democracia en nuestras aulas?, qué piensan los alumnos, los padres y madres de familia, en fin todos los actores que participan del colectivo escolar. La equidad de géneros observada desde el contexto histórico, con sus ramificaciones en la actualidad; como política educativa obedece a intereses neoliberales o globalizadores, la educación en México propuesta por el Programa de Modernización Educativa busca posicionar la equidad como fortaleza del sistema político educativo, con recortes de la realidad que dista mucho entre sí misma con cada región del país el PME es analizado en su contexto histórico cultural. La trascendencia del neoliberalismo como política económica y su impacto en la educación, ¿cómo llegamos a este escaño? La política educativa que oferta esta corriente ideológica de producción está estrechamente ligada al desarrollo tecnológico de una sociedad que necesita estar apta para entrar de lleno en ese ritmo acelerado de obtención de satisfactores. 2
La conformación de bloques económicos que permiten el libre comercio y traslado de personas para emplearse en lugares distintos a su contexto ha traído un fenómeno cultural de transformación social, así identificamos a los “paisanos” que regresan a sus regiones con costumbres distintas que se arraigan en sus lugares de origen, ¿y la educación?, por empuje mismo de esa sociedad también tiene mutaciones, hoy nos encontramos con una educación en un contexto globalizado, compitiendo con países nunca visitados por la mayoría de los mexicanos, así se establece una comparativa con Noruega, Japón, Finlandia y otros, cuando la realidad es que dentro del mismo país hay marcadas diferencias entre la Sierra de Chihuahua, la Selva Lacandona, el Cuarto Distrito de Tamaulipas con la Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara, entre entidades federativas completas como Oaxaca, Guerrero, Michoacán y el Distrito Federal, que se han distinguido por ser los representantes democráticos del magisterio nacional, con el resto del país. La educación como proceso nunca ha estado en reposo, al contrario se ha movido en distintas direcciones, siempre atendiendo las necesidades sociales y culturales del contexto histórico en un espacio geográfico dado.
3