Ejercicios Espirituales Introducción II Marcos 6, 30-31 1. Método: Anotaciones [12.15.17.18]
Duodécima Anotación: Juan 4, 15: Décimaquinta Anot.: Juan 14, 21: Décimaséptima Anot.: Lucas 24, 19: Décimaoctava Anot.: Salmo 62, 2:
“(...) procure siempre que el ánimo quede harto” [12] “Señor, dame de esa agua, para que no vuelva a tener sed” “(...) deje inmediate obrar al Criador con la criatura” [15] “(...) yo también lo amaré y me mostraré a él” “(…) ser informado de las varias agitaciones…” [17] “¿Qué ha pasado?” “(...) descansadamente llevar y aprovecharse...” [18] “En Dios sólo el descanso de mi alma”
2. Tema: La vida Sentido del ‘retiro’: Nos retiramos del ajetreo de nuestra vida ordinaria, no porque en ella no esté Dios hablando y comunicándonos sus proyectos, sino porque necesitamos ‘distancia’ y ‘silencio’ para mirar nuestra propia vida con una perspectiva más amplia y escuchar la voz de Dios en los acontecimientos de nuestra vida y de la vida de nuestro pueblo. Venimos a un lugar apartado, para mirar la vida desde los ojos de Dios… Jesús invitó un día a sus discípulos a “descansar un poco en un lugar tranquilo” (Mc 6, 31). También hoy el Señor nos ha invitado a venir aquí para estar con él tranquilamente y contemplar nuestra vida a la luz de su Palabra y de las orientaciones de la CG 35ª. Actitudes necesarias: Es necesario tener deseos de hacer los Ejercicios y estar muy dispuesto a dejarse interpelar por el Señor y por su Palabra. Este primer día es para pedir insistentemente que el Señor nos conceda las disposiciones necesarias para hacer los Ejercicios con fruto. Algunas de estas disposiciones son: Entrar en los Ejercicios como si fueran los primeros, los últimos o los únicos que vamos a hacer. No vivamos la experiencia por rutina, sino como novedad de Dios. Estar dispuestos a buscar en el acompañamiento, una luz para confrontar nuestra propia vida con Dios, para descubrir su voluntad para nosotros hoy. Organizar nuestros tiempos de oración para aprovechar lo más posible la experiencia. 3. Puntos Textos bíblicos: Lucas 24, 19: Marcos 6, 30-32: Job 1 – 2,10: Isaías 43, 1-13: Salmo 139 (138):
“¿Qué ha pasado?” “(…) vamos (…) a descansar un poco a un lugar tranquilo” “¡Bendito sea el nombre del Señor!” “(…) eres de gran valor y yo te amo” “Señor, tu me has examinado y me conoces…”
Preguntas y sugerencias: ¿Cuáles son los hitos más importantes de nuestra vida? ¿Cuáles son las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas que tenemos en este momento en nuestra vida?
Escribamos una carta a Dios en la que le expresemos todo lo que traemos a estos Ejercicios: Preguntas, dolores, necesidades, inquietudes, búsquedas…
Ábrete al primer amor “Has hablado mucho sobre morir a los viejos apegos para poder entrar en el nuevo lugar donde Dios te espera. Pero es posible terminar con demasiados noes: no a tu antigua manera de pensar y sentir, no a las cosas que hiciste en el pasado y, sobre todo, no a las relaciones humanas que eran en otro tiempo preciosas y fuentes de vida. Estás planteando una batalla espiritual llena de noes, y te enfrentas a la desesperación cuando te das cuenta de lo difícil que es, si no imposible, cortar totalmente con tu pasado. Particularmente el amor que te llega en forma de amistades humanas concretas, y que despertó tu deseo dormido de ser amado completa e incondicionalmente era real y auténtico. No hay por qué negarlo por idólatra y peligroso. Un amor que te viene a través de personas es verdadero, es un amor dado por Dios y como tal debe ser celebrado. Cuando las amistades humanas te hacer ver con claridad que no pueden ser vividas porque pides que tus amigos te amen de una manera que está más allá de la capacidad humana, no tienes que negar la realidad del amor que has recibido. Cuando intentas morir a ese amor para encontrar el amor de Dios, estás haciendo algo que Dios no quiere. La tarea no es morir a las relaciones que nos ha regalado la vida, sino darse cuenta de que el amor recibido en ellas es parte de un amor mayor. Dios te ha regalado una personalidad con una riqueza que todavía eres incapaz de valorar. En ella mora Dios y te ama con el primer amor, el que precede a todo amor humano. Tú eres portador de tu propia belleza, a la que amas profundamente en tu corazón. Puedes y debes ser consciente del amor que se te ha dado y reconocer ese mismo amor en los demás, que ven tu bondad y te aman. Por eso, deja de intentar morir al único amor real que has recibido. Da gracias por él y míralo como algo que te permite abrirte al primer amor de Dios”. HENRI NOUWEN, La voz interior del amor. Desde la angustia a la libertad, Madrid, PPC, 42000, 42-43. ************************
NADA QUE PEDIRTE Hoy no tengo nada que pedirte, ni te traigo ninguna queja. Yo solo busco un encuentro desde lo infinito que late en mí. ¡Pobre de mí, si atase tu respuesta a mi pregunta tan medida, o a mi lamento tan herido!
¡Pobre de mí, si ya supiese la respuesta! Tal vez sólo encontraría para mi sed mi propia agua reciclada, el eco de mi monótono decirme, mi pasado humedecido por el sudor o por el llanto.
Te necesito más allá de lo que sé o de lo que digo de mí mismo. ¡Hoy descubro ya presente, en el amor con que me atraes, la pasión con que me buscas!
BENJAMÍN GONZÁLEZ BUELTA, Salmos para “sentir y gustar internamente”, Sal Terrae, Santander, 2004, 18-19.