EDITORIAL
La publicación de las Cartas de Santa Claudina Thévenet quiere ser un homenaje a nuestra valiente Fundadora en este año de su canonización, marcado, además, por el 175° aniversario de la Congregación. Movida por un gran amor de Dios y del prójimo, con una predilección por los niños y los jóvenes, Claudina fundó esta Congregación a precio de sufrimientos, de entrega, de renuncia, con el único deseo de hacer conocer y amar a Jesús y a María. ¡Cuánto camino recorrido después de aquella primera noche en PierresPlantées, del 5 al 6 de octubre de 1818! A la muerte de la Fundadora, la Congregación se limitaba a Francia y no contaba más que tres casas. Se extiende ahora por los cinco continentes en veinticinco países, y acaba de surgir una Asociación de Laicos, la Familia Jesús-María, cuyos miembros participan del carisma de Santa Claudina y desean responder a la llamada a la santidad inspirándose en la espiritualidad que ella nos legó. Que la lectura de estas Cartas nos inviten a la acción de gracias por el Sí de esta mujer generosa y llena de amor que supo creer en la bondad misericordiosa de Dios y la supo testimoniar a lo largo de su vida. La obra que ella inició, la continúan sus hijas en los diversos países en que se encuentran, y también cuantos participan de su gracia carismática; y, como ella, desean ser testigos de la bondad operante de Cristo en todo lugar y en todos los medios sociales.
Las Editoras Roma, 6 de octubre de 1993.