Carta 11:
A su sobrina Emma Mayet
Encomienda a una joven que sale de la Providencia. Insiste en la compra de la vaca.
(Fourviére), 7 de abril de 1835. Mi querida Emma: Esta carta te la entregará la pequeña Pelletier que sale de nuestra Providencia. Su padre, que es de Belleville, me ha escrito diciéndome que le había encontrado una colocación en Villefranche; no sé exactamente en dónde, pero por lo que me dice, me imagino que es en casa del hijo del Sr. Perin, negociante. Había retrasado unos días el viaje para poder informarme de la casa en la que el señor Pelletier colocaba a su hija, pero me ha escrito de nuevo, de modo que ya no puedo diferirlo más. La haré acompañar al coche de Melineau como me ha indicado su padre y haré que la recomienden al conductor que es muy buena persona; pero yo deseo vivamente saber donde va a estar esta pequeña: si es una familia piadosa y si la vigilarán un poco; sólo tiene 19 años y no tiene experiencia. Yo le he dicho mucho que vaya a ver al Reverendo Sr. Donnet; te ruego que tengas la bondad de recomendársela pues esta pobre pequeña sólo podrá recibir consejos de él, y a esta edad se tiene poco juicio y especialmente esta joven que es muy niña y que no tiene todavía un carácter bien formado. Te estaría muy agradecida, mi querida sobrina, si me pudieras decir algo acerca de la casa donde estará colocada. Si de vez en cuando puedes encontrarla y darle algunos buenos consejos, harás un gran acto de caridad muy agradable a Dios y que me dará gran alegría. ¡Deseo tanto que estas chicas se comporten bien cuando salen de nuestra casa!; pero, por desgracia, no siempre se realizan mis deseos. La semana pasada escribí a tu marido pidiéndole que me comprara una vaca; comprendo que me hago pesada con mis demandas, pero tu querido esposo cumple tan bien mis encargos que caigo siempre en la tentación de molestar. Quizá tendrá más dificultad en encontrarla ahora que al empezar el invierno; ya me imagino que será más cara. En verano cuestan menos, pero prefiero pagar más y tenerla ya. Espero que todos os encontréis bien y que tu pequeña se haga más fuerte cada día y más graciosa al ir comprendiendo más. Os deseo todas las bendiciones divinas, tanto espirituales como temporales. Siempre tuya, mi querida sobrina, y de tu querido esposo. Tu tía que mucho os quiere, María Thévenet Señora Mayet de Perroud en su casa Villef ranche departamento del Ródano
CARTA N° 11: Anotaciones
Hacía sólo cinco días que la Madre había escrito la carta anterior a los Perroud. Pero ahora se presentaba un caso urgente y se trataba del bien de una de sus acogidas. Carta preciosa que nos hace conocer directamente el interés y el desvelo de Claudina por sus niñas y jóvenes, no sólo cuando las tenía en casa, sino también cuando salían de ella. Al cerrar la casa de Belleville, varias niñas pasaron a la Providencia de Fourviére. En el libro de cuentas de dicha casa, se anotó el 16 de mayo de 1832: «Pagado diligencia niñas y Hermanas». Esta niña Pelletier era una de ellas. El autor Francis Mandy, en su reciente artículo Belleville, la Maison du Sacré-Coeur, publica casualmente el contrato hecho en 1827 entre los padres de Jacqueline Pelletier y la Madre Borja, Superiora de nuestro convento de Belleville, documento que ha encontrado entre los del notario Chassaignon de dicha población. Muy bueno para nosotras dicho contrato porque nos da detalles muy interesantes sobre la Providencia. Desde 1827, era párroco de Belleville el Rdo. Sr. Donnet (la Madre escribe en su carta Donnay; la ortografía no estaba bien fijada en aquella época), muy conocido de Claudina Thévenet desde los tiempos de la Asociación del Sagrado Corazón. Este sacerdote había sido compañero del P. Andrés Coindre en los Misioneros de los Cartujos y le había reemplazado a veces en las reuniones de las Asociadas. También por este motivo conocía a Emma Mayet. Al llegar a Belleville y conocer a Justo Perroud, soltero y muy buen cristiano, pensó que haría buena pareja con Emma; procuró que se conocieran, y se realizó el matrimonio. Poco podría aprovecharse la « pequeña » Pelletier de los consejos del Rdo. Donnet. Precisamente el día anterior a la fecha de esta carta, había sido preconizado obispo; fue consagrado el 31 de mayo y pasó a Nancy como obispo auxiliar. Poco más tarde, en 1837, fue nombrado obispo de Burdeos donde permaneció muchos años como tal, hasta su muerte en 1882. Desde 1852, era también cardenal. En esta carta la Madre firma de nuevo: María Thévenet, en vez de: María Ignacio. ¿Fue de nuevo una distracción? Son los dos únicos casos, de tantas firmas que se conservan, en que encontramos esta denominación.