Carta 1:
A su sobrina Emma Mayet
Le notifica que no podrá ir a su casa. (Le Puy, abril de 1827) Mi muy querida Emma: Tu cartita me ha dado gran alegría. Cuando se está lejos de los amamos, el recibir noticias suyas nos proporciona un gozo muy profundo. Tengo pena, querida sobrina, de tener que decirte que no podré ir a dormir a casa de tu madre. He tenido que retrasar mi viaje al viernes; no llegaré, por tanto, a Lyón hasta el sábado muy tarde. Y tú sabes muy bien que los domingos hay demasiada gente en las iglesias del centro de la ciudad para que yo pueda ir a oír la Misa. Además, luego, por la tarde, tendría que atravesar toda la ciudad para irme a Fourvière. Créeme, querida Emma, que esto me supone una gran renuncia. Espero que para compensarme del sacrificio al que las circunstancias me obligan, vendréis vosotros a verme a Fourviére el domingo después de vísperas, y así pasaremos la tarde juntos. No tienes que darme tantas gracias por los pequeños favores que os hago; para mí es más bien una dicha, puesto que nada me proporciona tanta satisfacción como poder hacer felices a mis sobrinas a las que amo con todo el cariño de mi corazón. Muchos recuerdos al papá; un abrazo bien afectuoso a la mamá, y también a tus hermanas y al traviesillo. Adiós, querida sobrina. Tu tía que te querrá siempre con el más tierno afecto,
María Ignacio A mi querida Emma Mayet
CARTA Nº 1: Anotaciones Esta carta fue llevada a mano. No lleva timbres de correo ni dirección. Seguramente en este tiempo Emma iba regularmente a Fourviére ya que la Madre se dirige a ella cuando en realidad el recado era para la Sra. Mayet. Tampoco lleva fecha. Por lo que dice del viaje de regreso, sabemos que la escribió en Le Puy. Había servicio directo de diligencias que recorrían el trayecto hasta Lyón en dos días, haciendo algunas paradas. Creemos que pertenece al año 1827, porque por lo que dice la Madre ha pasado bastante tiempo fuera; en la Positio, p. 766, se dice que en abril de este año estuvo allí un tiempo largo. Y el carácter de la letra es parecido al de la firma y certificación autógrafa del contrato de alquiler de la casa de Le Puy del 25 de abril de 1827. Da recuerdos en general para las hermanas; da la impresión de que todavía estaban todas en casa; Alina se casó en noviembre de 1827 y marchó luego a Arbent. No da recuerdos para Claudio. Éste estuvo fuera de casa, estudiando en Clermont-Ferrand, durante dos cursos 18261827 y 1827-1828. Al datar esta carta en 1827, nos apartamos de la opinión de la Madre Gabriela María que la colocó en 1833. Aparte de los motivos antes expuestos, creemos que no se puede retrasar a este año porque en la carta original, en la dirección, la Madre puso: «A mi querida Emma Mayet», luego, todavía no estaba casada; su boda fue en 1831 y desde entonces su tía la denomina siempre, según la costumbre francesa, con el apellido del marido: “Emma Perroud” y precedido de «Madame». No le habla para nada del marido, cosa que siempre hace luego de casada. Cuando esperaba un hijo, la Madre se interesaba de modo especial por el estado de su salud; en abril-mayo de 1833, Emma esperaba un hijo y aquí no encontramos la más mínima alusión. Tampoco podemos retrasar la carta a 1833 puesto que llama a Tony «petit lutin», traviesillo, apelativo impropio para un muchacho de 18 años. Tampoco admitimos que la hubiera escrito desde Belleville, pues de esta población, que dista sólo 45 Km., se iba a Lyón en pocas horas y en el mismo día, según consta en los horarios de las diligencias de esta época. Los Mayet, en 1827, vivían en la calle Bat d'Argent, n° 11, que se encuentra casi a orillas del Ródano. Realmente, había que atravesar toda la ciudad para llegar a Fourviére. Según el horario que consta en el Libro de Reglas, los domingos la comunidad tenía las vísperas a la tres de la tarde, y después, tiempo libre. Las hermanas de Emma eran: Alina, mayor que ella, Melania y Elisabeth. Los hermanos: Claudio y Antonio (Tony); había habido otro, Eusebio, que falleció muy pequeño. Estos fueron los únicos sobrinos que tuvo Claudina, hijos de su hermana Elisabeth y de su esposo Juan Bautista Mayet. La Madre firma siempre en todas sus cartas — menos en dos, como veremos más tarde — «Marie Ignace». Es el mismo nombre que encontramos en las firmas de los Registros y otros documentos. Solamente en el Registro I, y únicamente en actas del año 1823, firma «St Ignace». La familia, desde que era religiosa, la llaman «la tía Ignacio».