Capitulo 2

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  • Words: 6,643
  • Pages: 13
Con la intención de no dar respiro al vizconde Beaumont Sahid y Bruce espolearon al grupo a perseguirlo, siguiendo los pasos de las pistas que habían hilado hasta la fuente del libro y el posible objetivo de Edgard, la propia Baho. El marqués rehusó cederles el preciado libro para guardarlo y al tiempo que sirviese de cebo, pero si les informó con precisión del lugar donde lo había adquirido en el lejano país. Acotando de este modo su destino a la mañana siguiente, ignorando los rumores que se fraguaban a sus espaldas partieron a caballo con rumbo a Dupois . Las calzadas antaño imperiales estaban bien Barco fluvial provista y vigiladas, de modo que e viaje resulto de pasajeros y mercancias rápido y seguro, incluso cómodo para aquellos que Tras dos días a bordo alcanzaron la ciudad de podían pagar el hospedaje en las numerosas fondas y hosterías que salpicaban el paisaje de llanuras y Chaville, capital de Gabriel y muestra del contraste de clases sociales, donde los enormes suburbios de la padros de Gabriel. ciudad se extienden como una ciudad independienDupois es un lugar poetico, hermoso y tran- te, tan distinta que naquilo, salpicados de lagos junto al gran río que cru- die cree en su primera za la nación... pero su estancia en él tan solo duro visita que sean la misel tiempo justo de contratar pasaje hasta Chaville, ma ciudad. la capital, donde sus famosos puertos decían poder El gigantesco albergar en caso de necesidad al únisono todas las puerto del Mar Inflotas que navegan por el Mar Interior. terior gozaba de la Atrás quedan rápidamente las famosas man- fama de ser el mayor siones de marmol blanco, así como su colosal teatro de Gaia, capaz de alde marmol y cristal, sin tiempo siquiera de disfrutar bergar cada navío del de su belleza. La premura por poner el pie en Cha- Mar Interior en caso ville se ve recompensada con los numerosos barcos de necesidad. Los kifluviales que recorren el río, permitiendo un viaje lometros de costa que conforman el puerto más veloz, descansado y seguro. están divididos en puertos privados, comerciales o publicos, propiedad de personajes privados, empresas de transporte,

Algunas villas en los lagos de Dupois, la ciudad del cisne blanco

astilleros, navieras... pero descontando la impresionante torre del reloj visible a su paso por el río el grupo dedicó poco tiempo a conocer la metropolis, su principal objetivo era alcanzar a Beaumont, y para ello debían partir con urgencia. Pero las rutas que buscaban eran complejas, cruzar el mar interior hasta Kashmir o Baho les llevaría varias semanas de navegación y la mayoría de ellos no partirían en varias semanas... eso hacía que el viaje se demorase en demasía para sus intereses. Finalmente la opción más ajustada parecía ser desembarcar en Kashmir y acabar el viaje hasta Baho en un navio costero o por tierra, de otro modo seguir el rastro del vizconde parecía imposible.

La famosa torre del reloj de Chaville

fuerza por varios de sus marinos, a pesar de su inexperiencia sería un grumete útil.

Constantin y Alucard unieron ingenio y talento para vender bisutería, trucos de malabares, robos y estafas varias... entretanto Bruce y Sahid se dispusieron a adentrarse en los suburbios con Henrik, para localizar en las tabernas y puertos luchadores dispuestos a combatir por diConseguido el pasaje en una embarcación aún nero. En una ciudad del tamaño de Chaville, con restaba hacerse con aposento para los diez días haslos peligrosos suburbios de esta no resultó complita la partida del navío junto a numerosos buques cado dar con combates nocturnos, donde la gente y su escolta. El dinero parecía el mayor problema, apostaba algunas monedas a favor del marino o algunos de los compañeros no disponían del elevamatón que pareciese capaz de derribar al otro. Brudo precio que suponía tomar un viaje de esa larga ce en una taberna derribó a un gigantesco marino distancia, y quienes podían gastaban con ello sus calvo, procedente de alguna región norteña por unas ultimos ahorros. monedas, más tarde, Henrik cruzo sus puños con un gigantesco kwa que ni tan siquiera hablaba latín, pero su compañero citó al grupo al dia siguiente Kwa boxeador para explicarles donde sucedían esos combates que buscaban. Acompañados por Constantin y sin la presencia de Henrik que malherido del combate decidió no acudir esa noche desbaratando el combate que el marino de Nanwe había buscado para el gigante, Bruce derrotó sin problemas a su primer adversario, subestimado por el organizador, y en esta ocasión Sahid declaró que él se enfrentaría al luchador detinado al norne. Henrik soluciono pronto la dificultad ofreCuando estaba a punto de iniciarse el comciendo al capitán sus servicios como marino, en bate al marino se le comunicó algo que hizo que la una portentosa demostración de fortaleza el patrón expresión de su rostro reflejase la sorpresa, y con del barco se convenció de que este valdría con su algo de confusión en la voz les dijo a la pareja que le

habían advertido de un cambio de luchador. Sahid Mientras Sahid agonizaba desmembrado la se enfrentaría a otra persona designada por “la or- muchacha con un chasquido convirtió su latigo de ganización“. nuevo en una espada, se acercó y susurró algo al moribundo, pero ninguno de sus compañeros supo Este asintió sin problemas y se adelanto al que le dijo. centro de la arena de combate. Esta se situaba en el centro de una casa semi derruida, un circulo de Bruce, impresionado por la habilidad combatierra apisonada de una amplitud de unos quince tiva de la joven quiso saber porque había hecho algo metros de diametro rodeados por los espectadores. así, no había necesidad, decía, de combatir a muerAún con sus armas a la espera de saber como pre- te. La joven le ignoró hasta que este lanzó un reto tendía luchar su oponente. Quien apareció era una contra ella. muchacha, portando una espada ya desenvainada -Solo mato por dinero -declaró. y ropas de color verde, al estilo de Varja aunque su procedencia no era ryuan. La mujer instó a Sahid a -Hay apuestas, una bolsa... todo será tuyo si me gadesenvainar sus armas y este hizo lo propio con su nas. cimitarra. Con una sacudida la hoja de la espada de Durante unos segundos guardó silencio y esla joven se fragmentó en mil afilados pedazos que se movían como un latigo, alcanzado al tayahar en el tudió al phaiano hasta que finalmente asintió. Bruce armado con sus dos katanas se dispuso a enfrenpecho y frenando en seco la ofensiva de este. tarse a la joven que de nuevo había convertido en un peligroso látigo. Las cuchillas cruzaron el aire pero chocaron contra las hojas de Bruce que las repelió con un gesto, buscando arrancarlas de la mano de la chica, pero esta era una con su arma y evitó el desarme. La danza de intentonas continuó unos pocos segundos más hasta que la joven, con un movimiento gracil y delicado que aunque rasgó en muchos puntos las vestiduras de Ueda apenas le produjeron más que unos cortes superficiales enredó por completo a este en el látigo de cuchillas. Con los brazos, el torso, las piernas y hasta el rostro en una delicada presa el luchador podría haber sido una presa más de la carnicera... tan solo con un gesto. -Andar con asesinos de Barakah podría ser tu final. Sobre todo si como Sumadih no cumplen lo que deben, y además asesinan a la esposa del objetivo en vez de a este- el látigo se tensó incrustando un poco más las cuchillas, la muerte parecía la única salida una vez le habían revelado la verdad de todo aquello.

Delia, asesina

Ueda prisionero y sorprendido ante la revelación de la identidad de su compañero y lo que esto implicaba sobre la chica se apresuró a reconocerse derrotado y tras un tenso instante en que la chica debatía en su interior con las opciones liberó, finalmente, a su oponente.

Manteniendo la distancia Sahid lanzó el turcus que fue rechazado en un movimiento espiral del -¿Cual es tu nombre?¿Cómo se llama tu estilo? -quiso látigo que se lanzó contra él apresandolo al tiem- saber el artista marcial. po que sajaba su carne. La muchacha mantenía la presa tensa tirando del arma y sin una palabra con La chica parpadeó sorprendida, sin entender un fuerte tirón hizo que las cuchillas recorriensen el la pregunta hasta que este la repitió. cuerpo del asesino cortando en pedazos sus brazos y -Mi padre forjo este arma... -confesó aturdida por piernas y destrozando su torso...

el interrogante- He practicado su manejo desde los tres años. Me llamo... Delia. Bruce se presentó a su vez y la muchacha adelantó la espada para que este pudiese comprobarla en una impresionante muestra de confianza entre guerreros. En mitad de la arena de combate conversaban en tono quedo sin importar quienes les rodeaban. Sin descubrir el secreto de su transformación Ueda la devolvió admirando el arma. -Querría otra oportunidad de derrotarte... -Sea -aceptó la joven-. Tienes un año. El tácito acuerdo de volverse a encontrar un año despues en los suburbios de Chaville concluyó el asesinato del tayahar y los combates de esa noche. Los días siguientes todo siguió su curso... el talento del asesino para ser olvidado hizo que Constantin y Bruce no se viesen asaltados por sus compañeros sobre su desaparición y estos, sabiendo lo arriesgado de hablar del asunto, y entendiendo entonces mucho mejor lo sucedido con el vizconde Beaumont acordaron no mencionar nada de momento. Los días proseguían su curso hasta que el día anterior de la partida del barco acordado los manejos con talismanes mágicos de Constantin en la gran capital de Gabriel atrajeron la atención no deseada de la Iglesia... y de la Sagrada Inquisición. Mientras el zinner voceaba en busca de clientes para sus chucherías de protección, buena fortuna y demás chatarra sin valor divisó, casi cuando los tenía encima, a un grupo de guardias eclesiasticos. Sabedor de lo poco dados que eran a tolerar las menciones a lo sobrenatural y su especial secreto el joven optó por huir. Esto solo alarmó aún más al Inquisidor que acudía a investigar los cachivaches que vendía y le ordenó detenerse mientras él y sus tres guardias iniciaban la persecución. Constantin trató de evadirse con una ilusión de invisibilidad pero de algún modo el inquisidor vió a través de ella y eso le hizo actuar sin piedad alguna al comprobar como realmente el zinner era un brujo. Instando a sus guardias a que le siguiesen atravesó un falso muro disipandolo a su paso. De cerca le seguía su guardia, pero la torpeza de un casual Alucard les cubrió de orines y excrementos al vaciar desde la entrada de la taberna un

Inquisidor Marcus

cubo de los mismos sobre la guardia eclesiastica y lateral a la nave de la iglesia donde un solo guardia despues deshacerse en suplicas y lamentos, dando se vio abrumado por los tres luchadores, pero aún así algo de margen de huida a su amigo. así resistía sus envites hasta dar aviso al interior. Agotado, malherido y rodeado el guardia resistía Lamentablemente el inquisidor era implaca- hasta que la puerta fue abierta desde el interior por ble y dio alcance en su carrera al zinner asestando- otro de los guardias que recibió una patada aerea de le un mandoble en la espalda que dejó malherido Bruce que le arrojó volando cinco metros, rodando a Constantin que comenzó a suplicar por su vida, por el suelo casi hasta los pies del inquisidor, que asegurando que solo eran amuletos falsos... pero el impasible presenciaba lo que sucedía cerca de Consinquisidor había visto la magia de este y ya no creía tantin. Su espada bastarda se alzó hasta tocar el sus palabras, aunque le aseguró un juicio justo. gaznate del zinner. Con sus guardias le llevó hasta la Iglesia donde la Inquisición tenía su sede en Chaville, un lugar discreto y pequeño, donde probablemente nunca hubiesen pensando en buscarles. Encerrado en una celda sin luz en el sótano Constantin descubrió que no podía convocar el poder de su magia, igual que le había sucedido cuando el Inquisidor había estado cerca de él. No por ello desistió y trató de forzar, inutilmente la cerradura. De tal modo pasaron las horas, sin recibir cura ni alimento hasta que le llamaron a ser juzgado. Encadenado de pies y manos fue llevado hasta estar frente al altar, el Inquisidor, escoltado por diez guardias eclesiasticos se disponía a juzgarle pero un gran alboroto en la puerta de la Iglesia le obligó a enviar a un puñado de ellos para dispersar una turba de mendigos que peleaban entre ellos.

-Deja que Dios decida su suerte con un combate entre nosotros... si yo gano significará que es inocente -le retó, una vez más, Ueda. -Jactancioso hereje... Dios habla por mi boca, no por la tuya. La hoja se hundió, despacio y firme, en la gargante de Constantin, arrebatandole la vida sin piedad ni posibilidad alguna de salvación. Alucard y Henrik al ver lo sucedido con un reniego abandonaron la lucha con los guardias y emprendieron la huida, tras solo un instante Bruce les siguió mientras a su espalda el Inquisidor ayudaba a ponerse en pie a un malherido guardia sin hacer un gesto por atraparlos.

La mañana trajo la partida del barco y su salY así era, pagados y aleccionados por Alucard, vación, pues lejos de Gabriel las palabras de su inBruce y Henrik, los mendigos distraían a los guar- tento contra la Inquisición aú tardarían mucho en dias en el frontal mientras ellos buscaban el acceso tener resonancia.

El viaje en barco no supuso un trayecto sencillo ni más seguro que quedarse en tierra, tras dos semanas, en el punto más delicado del viaje, cuando la distancia con las costas de partida y origen era enorme una terrible tormenta asoló a la flota comercial. Su formación fue rápida y sobrecogedora y parecía centrarse desastrosamente sobre el navío del grupo de aventureros, para desazón del capitán. Tras una noche en la que el barco amenazaba con zozobrar a cada sacudida el sol apreció trayendo la calma... los desperfectos eran terribles, el barco a duras penas podía navegar y de este modo retenía a toda la flota que no había sufrido ni por asomo tantos daños. La decisión final supuso dirigirse a la costa de Varja, más cercana, para hacer las reparaciones necesarias. Este viaje no estaba exento de dificultad por el mal estado del casco y la falta de un mastil, pero las opciones eran escasas. La posición actual limitiba enormemente los puertos a los que dirigirse, el barco no aceptaría mucho esfuerzo y cuanto menos tuviese que recorrer más seguro sería para todos.

Wei Hong Pei, maestro del lobo y el tigre

Kianlung era una ciudad de buen tamaño y prospera pero sus grandes cañones resultaban amenazadores, pronto se recibieron avisos para identificarse pero dado el lamentable estado del barco no se puso trabas a que echasen amarras en el puerto antes de debatir nada con ellos. El capitán trató de explicarles que solo querían hacer reparaciones pero se les planteaba un dilema legal... actualmente Shivat tenía contratos comerciales con Phaion y pocas banderas más tenían vía libre en el puerto, de no ser por la intervención de Bruce Ueda, que gozaba de una posición social envidiable en Phaion la andadura de la nave podría haber terminado terriblemente mal. Con el nombre de Ueda y un desembolso economico de importancia se iniciaron los tramites burocráticos para permitir las reparaciones del navío.

Bruce y Alucard buscaron aposento en la zona del puerto, cerca del barco y los marinos, pues no querían causar problemas en la ciudad con su presencia. Aunque eso no resultaría, como descubrían en poco tiempo, tarea fácil. La ciudad apacible en apariencia escondía bajo la superficie situaciones peligrosas, el reciente atentado contra el emperador por parte de un monje de Ning Shi era muy comentado de modo que la aparición de un monje de dicho templo en la ciudad no pasó desapercibida por nadie. De este modo las preguntas algo torpes de Fei Li le llevaron a la policia de la ciudad, donde un oficial le instó a ayudarle con un asunto a cambio de su colaboración en la busqueda de Shang el renegado. Sin muchas otras pistas el monje, con su rostro desfigurado por las cicatrices, cubierto con una ceñida capucha y las manos enguantadas, aceptó y comenzó una busqueda por la zona del puerto, donde según el oficial habían sido vistos unos supuestos espías de una provincia vecina; estaban difundiendo rumores sobre guerra, y desalentando a la población con el consiguiente descontento y malestar de las autoridades.

Lamentablemente el barco estaba peor de lo previsto y hasta los camarotes corrían riesgo de inundarse si el peso seguía arrastrando la nave hasta el fondo, el capitán ordeno desalojar tripulantes y mercancías hasta que el barco fuese reparado. De este modo Henrik,

Fei Li, discípulo del templo de Ning Shi

Fei Li no tenía mucha experiencia en el trato social, criado en el templo cuando fue abandonado por sus padres apenas conocía las normas basicas de relacionarse con las personas, y su particular maldición le hacía muy reacio a mostrarse abiertamente cortés o cercano. Sus primeras pesquisas no arrojaron ninguna luz pero le hicieron entrar en conflicto con un descarado Alucard, que con la confianza que le daban sus habilidades sobrenaturales no temía a ley ni a desconocido alguno. Pero Fei Li resultó una rareza para Alucard, sin problema alguno su primer golpe hizo retroceder al brillante ladrón de Dwänholf. Por primera vez en mucho tiempo había sentido dolor.

inicialmente quisieron probarse con alguno de sus alumnos al ver el porte del gigante Henrik se ofreció él mismo, por temor a que sus jovenes discipulos no estuviesen a la altura de su descomunal fuerza. La técnica de Wei era claramente superior a la de Henrik, su conocimiento del ki le permitía emplear poderosos ataques, su kung fu animal era sin duda superior al tosco boxeo de Henrik, que no era más que un iniciado en aquella disciplina... pero la dureza y resistencia del norne le hacía virtualmente imparable. Con graves heridas en ambos contendientes el maestro Wei pidió detener el combate y concedió la victoria, pues, sinceramente, temía por su vida si aquello continuaba.

Su investigación de los espías no avanzaba con buen tino, no sabía como afrontarla y aunque descubrió los rumores que iban difundiendo y algunos de los lugares donde habían estado sus preguntas ponían en alerta a todo el mundo.

Días más tarde Fei Li frecuentaba una taberna en el puerto, la misma donde había discutido con Alucard. Los extranjeros discutían sobre sus asuntos personales en la planta baja cuando se percataron de que la gente se marchaba en silencio pero con premura. Cuando solo ellos estaban ocupando el lugar un puñado de hombres con ropas negras y hachas aparecieron y les indicaron por gestos que se marcharan, pues ninguno de ellos hablaba el yamato shun para entender sus palabras. Una verdadera riada de hombres armados con hachas fueron llegando al local, trepando incluso por los tejados

Mientras tanto Bruce y Henrik estaban intrigados por los estilos de combate marcial del lugar, en un dojo no muy famoso encontraron a un joven que adiestraba a un nutrido grupo de alumnos. Su kwon no era muy grande pero el maestro Wei Hong Pei no rechazó el reto que lanzaron, aunque

cercanos. Su objetivo era Fei Li que en la planta superior comenzó a plantar batalla. Bruce, Alucard y Henrik se negaron a abandonar al monje a su suerte y lucharon para defenderlo. El combate fue encarnizado, Henrik al pie de las escaleras blandía su gigantesco mandoble cercenando miembros, torsos y cabezas en cada pasada de su arma, ni tan siquiera las paredes o mesas resistían los coletazos de sus movimientos, levantado una lluvia de astillas cuando el arma se trababa contra la pared al finalizar algún movimiento. Con todo el gigante recibió terribles heridas que habrían matado a un hombre normal, pero Henrik no parecía verse afectado, seguía luchando como una terrible tormenta de hielo imparable.

huyesen del lugar dejando a un grupo maltrecho y completamente desconcertado. ¿Quién enviaba a casi cuarenta asesinos a por un monje recién llegado? Sin duda las descaradas preguntas sobre espías de Fei Li no habían hecho sino provocar este suceso. La policía no tardo en llegar, y un oficial conocido expresó al hermano Li su desconcierto por como habían resultado las cosas. Nunca creyó, le aseguró, que su petición le pondría en un peligro como ese, pero en cualquier caso, había hecho un gran servicio haciendo tanto daño a la banda del hacha.

Los malheridos luchadores regresaron a su posada, invitando a Fei a ir con ellos para poner en común lo sucedido y descubierto, ahora eso les afectaba a todos, al fin y al cabo casi morían. Así Alucard bailaba con sus espadas, una hoja en Li, subiendo algo de vino, explicó que buscaba al cada mano y por muchos enemigos que le rodeasen renegado y que para ello había accedido a ayudar acababa, indefectiblemente, atravesandolos, mien- al oficial de policía con la investigación sobre espiotras que su cuerpo plateado cada vez estaba más naje. El monje no tenía grandes dotes detectivescas expuesto, pues su ropa si sufría los multiples cor- y pronto se había atascado, de modo que Ueda y tes. Pronto comenzaron a llamarle demonio, y no Henrik comenzaron a idear una linea de actuación... sin razón, apresado en una montaña de enemigos no cuando todos, el monje, Alucard y Bruce, sufrieron podía alzarse, pero tampoco moría ante sus golpes. tremendos dolores y poco a poco perdieron la vista. Solo el norne parecía inmune a lo que sucedía... Ueda blandía sus dos katanas con precisión y todo parecía indicar algún tipo de envenenamiento fiereza, con frialdad estudiaba a sus enemigos, y a y el vino era lo único que habían tomado. Henrik, pesar de verse siempre rodeado en una gran infe- sorprendido y extrañado, bajó con los restos del rioridad numerica la sangre fría no le abandonaba, vino hasta el dueño del local y le exigió con aire inmedía cada movimiento para no perder la guardia timidatorio que bebiese de la botella. El hostalero y la buena posición pero los hachazos eran muy nu- no entendía el motivo, pues Henrik apenas gruñía el merosos y las heridas que le alcanzaban pronto ha- latín, mucho menos se comunicaba en el idioma del cían mella en su resistencia y aguante. shivatense pero sin poder hacerle entender que si el vino estaba malo se lo cambiaría por otro acabó por Pero la banda del hacha no esperaba cuatro beber. Tras esperar unos minutos el hombre cayó al luchadores expertos, y la brutalidad de las muertes suelo retorciendose de dolor y completamente ciede sus compañeros hizo que los pocos que quedaban go... mientras maldecía al gigante extranjero.

Con ayuda de un tripulante del barco que en los primeros días les sirvió de traductor y guía Henrik buscó un doctor que ayudase a los afectados, este no pudo identificar el veneno, pero trajo un preparado que si no se trataba de un veneno muy extraño y potente podría ayudarles a combatir el envenenamiento. La suerte estuvo de su lado y el bebedizo recuperó a todos del veneno. En los días que necesitaron para recuperar Fei explicó que el hombre que estaba sirviendo bebidas y que le entregó el vino era más joven y completamente diferente del que resultó ser el dueño del local y que aquello debía ser la prolongación del intento de darle muerte que había ejecutado la banda del hacha. La banda por otro lado era bastante conocida, y aún contaba con muchos miembros, de modo que Ueda propuso buscar a su lider y sacarle la información sobre quien le había encargado aquel asunto. Henrik a pesar de los días transcurridos estaba realmente malherido y dada la naturaleza de su visita no parecía necesaria su fuerza bruta. Pronto descubrirían lo equivocados que estaban, una vez más.

Henrik Von Strachen, mercenario goldariano La zona de los muelles que frecuentaba la banda era amplia, y cuando caía la noche el grupo comenzó a vagar buscandoles... el destino rápidamente les puso delante a un miembro de la banda, guardaba la puerta de un almacén y ante los gritos cloqueantes de Alucard en su tarazv natal el miembro de la banda huyó al interior. Fei ante la puerta cerrada descargó una serie de potentes patadas que acabó por arrancar la puerta de cuajo, lanzandola al interior. El grupo se adentró en el almacén a oscuras viendose rapidamente rodeados en la oscuridad y sobre las mercancías apiladas por un gran número de miembros de la banda. la lucha parecía inminente y Fei Li exigió conocer al lider. Quien respondió al desafío era un matón sin más distintivos que la ropa negra y el hacha, el monje le ofreció una lucha en solitario, si le vencía le diría cuanto sabía... si perdía desaparecerían para siempre. El trato no era ventajoso para el matón, pero aún así viendo puesta en duda su valentía aceptó, muy seguro de su victoria. El combate no pintaba bien para Fei Li, el hachero luchaba con violencia y embistió contra él asestando un golpe tras otro sin que la vara que el monje manejaba con destreza llegase siquiera a tocarle. Entonces alguien desato el caos... por supuesto se trataba de Alucard. Haciendo gala de un sigilo increible en alguien que reflejaba la luz como una armadura bien pulida se había situado muy cerca del lugar de la lucha y corriendo, al ver a Li en mala

Bruce Ueda, noble heredero de Phaion

situación, se colocó a la espalda del lider de la banda del hacha y lo atravesó de lado a lado con su espada, provocandole una herida terrible y logrando que toda la banda se lanzase sobre ellos. Durante unos tensos y largos segundos todos se batieron contra una multitud de enemigos ya no por resolver aquel misterio sino por salvar sus vidas y cuando todo parecía perdido una cantidad desconcertante de policías irrumpieron en el lugar por puertas y ventanas, guiados, como no podía ser de otra forma, por el oficial que había encomendado a Li aquella misión. El oficial confesó que había estado siguiendo al grupo desde su última pelea, esperando que le llevasen a la pista correcta o a la banda del hacha en plena fechoría... al verles dirigirse a la peor zona del puerto

Alucard, daevar delincuente habitual y actualmente encarcelado

sospechó que necesitaría a sus hombres y agrupó a todos los que pudo. Por suerte habían desvelado sus intenciones pronto y dado con la banda tarde, de otro modo no habría estado allí a tiempo. Poco despues el oficial de la policía les visitó en su posada, los miembros de la banda habían revelado que quien les contrató fue una mujer, hermosa y con unos llamativos ojos de color ambar. La pista parecía bastante buena ya que no es un color de ojos común en Varja, aunque no esperaba que diesen con ella el grupo parecía decidido a seguirle el rastro cuando sus heridas sanasen, al menos unos días despues. Pero Alucard tenía planes propios. Sin heridas y sin mucho dinero quería hacerse con un buen botín, y tras investigar las zonas de almancenes encontró un golpe digno de su talento... un almacén de armas, solo un par de espadas serían un buen golpe, las armas se vendían realmente caras. Durante la noche salió a escondidas de la posada, Ueda y los demás sabían de su oficio y le habían advertido seriamente sobre ejercerlo en Shivat... la ley del país era muy estricta, sobre todo con los extranjeros. Pero el golpe no salió como planeaba... no salió de ningún modo, aunque logró sobrepasar la seguridad exterior con facilidad dentro del almacén llamó la atención de un guardia y su descuidado estilo le delató... la puerta exterior quedó abierta, y su total distracción le impidió darse cuenta, mientras seguía buscando un botín adecuado y cómodo de transportar, de que el lugar se llenaba de guardas con lamparas buscando al intruso que debía haber allí. Finalmente abriendo una caja encontró sables de excelente factura, realmente afilados... y descubrió estar rodeado de sorprendidos guardas que no acertaban a comprender como podía seguir robando delante de su cara, iluminado por sus faroles... Alucard, por los nervios o el despiste, decidió sujetar el más afilado de los sables que pudo encontrar en su cinturón... huelga decir que cortó limpiamente el cuero que sostenía sus armas y pantalones. Sujetandolos como pudo corrió sobre las cajas que tenia al frente y cayó al otro lado, siendo perseguido por un gran número de guardias hasta el exterior, sin lograr perderlos en los callejones Alucard regresó hacia el puerto y se lanzó al agua, nadando hacia el interior... donde casi muere ahogado, teniendo que deshacerse de todo el peso que llevaba encima para vencer las corrientes y regresar hacia la orilla donde aún buscó cobijo en el brco que les hgabía llevado

hasta Shivat. El capitán, previendo un incidente entre naciones no dudó en entregarlo a las autoridades ante la sorpresa y el desconcierto de Bruce y Henrik. Alucard fue reducido y atado para ser juzgado por robo de armas, un delito bastante serio, pero menor en condena que el espionaje... en su ignorancia y torpeza el ladronzuelo aseguró que su única intención allí era observar las reservas de armas, y esa oportunidad no fue desaprovechada por el magistrado para dar ejemplo con él acusandole, como él mismo se había declarado, de espía. La condena, afortunadamente para él, no fue de muerte, sino de treinta años de prisión y trabajos forzados. El barco zarparía con urgencia tras el juicio de Alucard, el oficial que había estado manipulando a Fei Li se sentía en deuda con ellos, pero la condena por espionaje a un extranjero y compañero suyo los ponía en mal lugar. Bruce Ueda y Henrik Von Strachen no volvieron la vista atrás, aunque una ayuda Alucard había sido, en demasiadas ocasiones, una carga, y su aire mágico era un peso constante en la calma de los viajeros, que tras el reciente encontronazo con la Inquisición donde perdieron a Constantin no habían podido dejar de mirar por encima del hombro esperando que algo parecido sucediese con el ladrón de un momento a otro. El barco navegaría al norte, cerca de la costa de Varja donde las aguas eran menos profundas y calmas y tras unos días viraría hacia el continente, por el camino más seguro que el capitán pudo trazar para aquel cascarón quebrado y maltrecho. Durante el viaje Ueda comenzó a demostrar unas dotes de mando y marineras desconocidas en él que empezaban a molestar al legítimo capitan. Henrik no dudó en hacerle saber que su comportamiento no era adecuado, y este aunque molesto pareció aceptar la crítica y dejó de mostrarse un tiempo en cubierta

recurrió a la visión espiritual que desde muy niño le había acompañado. Era tan parte de él que solo necesitaba cerrar los ojos en calma... la figura de Bruce era sustituida ante él, al cerrarlos, por la de un ryuan de mayor edad y aspecto curtido, cubierto de tatuajes y espesa barba. -¡Al fin te das cuenta muchacho! -repuso “Bruce“ viendo claramente que Henrik había descubierto lo que sucedía- Soy el capitán Yoemon y este es mi barco ahora.

Takeru Yoemon, capitán pirata de Lannet Ueda arengaba a sus hombres en la cubierta, y es que Henrik pudo ver que muchos tripulantes estaban atrapados por diversos fantasmas de piratas, o a punto de serlo... una visión poco esperanzadora. -¡Regresaremos a hacer pagar a esos adoradores de la luna lo que nos hicieron! ¡Kianlung caerá ante nosotros por fin!

Esto rápidamente alertó a Fei Li y al propio Henrik, Kianlung estaba poderosamente defendida Al día siguiente el capitán estaba indispuesto ante los corsarios por el Dragón de Cinco Cabezas, con fiebres y temblores y el phaiano rapidamente pero para sorpresa del monje a Henrik el plan de asumió sus labores en cubierta. En el camarote de Yoemon de asaltar, saquear y enriquecerse en las Ueda Henrik encontró, motivado por su extraño costas de Shivat no le parecía mala idea. Entre risocomportamiento, unas marcas grabadas en las pa- tadas Yoemon acogió con alegría a un voluntarioso red las cuales, Wung, el marino que había pasado norne y trató de hacer entrar a uno de sus piratas en mucho tiempo con ellos en Varja haciendo de tra- el cuerpo de Fei cuya disciplina marcial parecía harductor, les aseguro que parecían mágicas. Ni Hen- cerle muy dificil de quebrantar... contrariado pero rik ni Fei podían confirmar los temores del supersti- divertido hizo que lo atasen. cioso marino, pero temiendo que pudiese ser cierto -Ya me dirás como te sientes mañana -muy sedestruyeron los simbolos. Solo la suerte hizo que guro de doblegar finalmente su espiritu. El capitán Henrik se percatase de que algo no funcionaba bien con el aspecto de Ueda y con una fuerte sospecha envió a varios de sus seguidores a grabar los extraños simbolos en diversas partes del barco mientras

Henrik explicaba al pirata que los cañones de Kianlung eran mortales, pero el marino databa de antes de la guerra de Rah, cuando Lannet le envió a asolar las costas de Shivat mientras ellos aún luchaban por obtener las magatamas y poco o nada sabía de los cañones de los que le hablaban. Con todo las palabras del norne lograron refrenar su impulso de volver rapidamente a la ciudad y le hicieron trazar un rumbo más tranquilo. Esto dio algo de tiempo a Henrik que bajando a la bodega junto a Wung liberó a Fei a escondidas. En el camino se habían cruzado con un saludable capitan que estaba, como pudo comprobar Henrik, bajo el control de un pirata norteño que le saludó en arkes. Tras liberar a Fei comprobo como Wung parecía palido y enfebrecido, acudiendo de nuevo a su visión espiritual comprobó como un fantasma trataba de dominar al marino. Aquí Fei se reveló vital... su entrenamiento en el templo incluía una canalización del propio espíritu lo cual le hacía sospechar que podía, con buen tino, expulsar a los espíritus mediante sus artes marciales... lo único malo es que no podía evitar que sus golpes tambien dañasen los cuerpos. Henrik, con buen tino le guió para golpear a ciegas al fantasma que buscaba dominar a Wung, dado que aún estaba fuera del cuerpo del marino Fei logró liberar a un atemorizado marino que veía como llovían los golpes sobre su cabeza.

a los pocos marinos que aún conservaban su voluntad y rápidamente sometieron a los poseídos. La situación dio un vuelco cuando uno de los fantasmas se hizo con el cuerpo de Henrik pero Fei Li descargo dos fieros golpes sobre la cabeza del norne que le hicieron perder el conocimiento como al resto. Aún quedaba resolver aquella posesión pero sin saber como lo único que Wung pudo proponer fue alejarse de Varja, era nativo de aquel lugar y sabía que los espíritus eran muy poderosos en su tierra. Casi tocando ya el populoso puerto de Hong Kua los marinos empezaron a recobrar su ser, salvo Ueda y algunos más... ellos sencillamente no recobraron el conocimiento. Padecían fiebres y temblores como otros habían tenido antes de ser poseidos... y las autoridades del puerto jamás les dejarían desembarcar, aseguró el capitán, con lo que tenía aspecto de ser una epidemia, no una increíble historia de fantasmas. Buscando en la ciudad a la familia de Ueda, pues le sabían nativo del lugar atrajeron la atención de un joven llamado Marc Lee que se preocupó de escuchar su versión de aquella enfermedad. El joven no dudó que aquello fuese obra de fantasmas y usó su influencia, pues su familia tenía importantes

Henrik regresó a cubierta, de él no se sospechaba y mientras Fei y Wung podían pensar que hacer... pero en cuanto se encontró cara a cara con Yoemon el capitán se mostró decepcionado. -Muchacho, esperaba más de ti. Me has traicionado... no mereces ser uno de mis piratas. Un gran número de marineros, todos ellos poseidos por fantasmas, trataron de inmovilizar al gigante mientras Yoemon desenvainaba la katana maldita de Ueda para quitarle la vida a Henrik. Este, con una sacudida, se libró de los marinos y con un certero golpe, guiado por el destino, dejó inconsciente a Bruce o más bien a Yoemon. Desconcertados por este hecho comenzó una breve confrontación. Alertado por los gritos Fei corrió a apoyar a Henrik que había desenfudando su gigantesco mandoble y golpeando de plano girando como una peonza golpeaba una cabeza tras otra, derribando sin matar a un cuarteto de marinos. La lucha animó

Marc Lee, amigo de juventud de Bruce

negocios, para hacer llegar al puerto a una personalidad que era el rumor más comentado los ultimos días... un Santo reconocido de la Iglesia. Este, muy joven, llevaba en sus ropas las señas de la Iglesia a pesar de no estar ordenado, y aseguraba que Dios le había dado poder para sanar al herido y destruir al impío. Uriel Bartimeus era huerfano pero no culpaba a Dios sino a los demonios por su perdida, y ahora compartía su fe y dones con el mundo, a pesar de la reticencia de la Iglesia a que hiciese gala de ellos. De este modo acudió al barco, donde comprobó el estado de los inconscientes sin pasarsele por alto los restos del ritual mágico con el que Yoemon pretendía atraer a su propio barco fantasma al mundo real para fundirlo con el destrozado navío y atarse a si mismo completamente a la realidad, escapando del preta-gati para siempre. Su examen fue seguro, estaban debilitados por la posesión su alma luchaba por salvarse pero aún estaba debil ante otros fantasmas... debían ser llevados a un lugar donde estos no los alcanzasen... un lugar consagrado. Marc ofreció una capilla en sus propiedades, su madre era cristiana y su padre la había construido para ella hacia años, se hizo con el beneplacito de un sacerdote local y el lugar estaba consagrado adecuadamente. Siendo así a Uriel le pareció un lugar adecuado y Marc hizo traer carros suficientes para

viajar junto con los afectados a sus tierras. La villa del muchacho estaba en las afueras, lejos del ajetreo de la urbe y allí, tras dejar que Uriel purificase con sus inciensos a los poseidos y sus rezos rogasen dando fuerza a sus almas Marc llevó a Henrik y Fei con él a la mansión. Eran compañeros de Bruce y mientras este no despertase los acogió como invitados. Allí conocieron a los padres de Marc, el muchacho, viendo las extrañas situaciones de este grupo entendió que debían comprender el terrible pasado de Bruce. La muerte de su padre y su prometida a manos de un demonio, su sensación de impotencia y culpabilidad... todo eso había cambiado a Bruce de un modo que Marc aún no acababa de comprender, pero estaba deseoso de ver recuperado a su amigo pues tenía una noticia que quería compartir con él: su boda. Estaba prometido desde hacía muchos años por un pacto entre familias cuando solo eran niños. La joven había estado estudiando fuera y ahora regresaba a Phaion, Marc hizo extensiva la invitación a los amigos de Bruce y estos aceptaron encantados dando la enhorabuena al joven. La agradable cena transcurrió sin incidentes y la mañana trajo buenas noticias... Bruce y los demás estaban recuperando la consciencia. El camino del grupo había dado un gran giro devolviendoles al continente muy cerca de donde lo dejaron. Devolviendo a Ueda a su hogar...

~Fin del capitulo segundo~

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