Capitulo 2

  • June 2020
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CAPÍTULO 2 LÓGICAS EPISTÉMICAS EN EL CONOCIMIENTO DE LO SOCIAL Y LO COMUNICACIONAL Con lo esbozado en el capítulo anterior quedó asentado que el análisis de las teorías de la comunicación social requiere tomar en cuenta diversas dimensiones, debido a que en la evolución histórica de su estudio se presentan distintas disciplinas sociales e incluso algunas ciencias naturales. Los medios de comunicación requieren ser analizados por sus características ontológicas, deontológicas y por su acción en el seno de la sociedad en general, por el derecho, la sociología la ciencia política, la psicología, las relaciones internacionales, la economía, la pedagogía, la semiología, entre otras, así como también en sus dimensiones técnicas. Ya advertimos que el análisis de lo que se ha generado en el estudio de la comunicación en general y los medios de comunicación en lo particular requiere forzosamente identificar la forma y el modo en que se organiza el conocimiento, diferenciar las lógicas sobre las cuales se genera el saber y entender la pluralidad y diversidad de tendencias teóricas existentes alrededor de los medios. Para ello partimos de la filosofía y la epistemología como materias que nos permitirán identificar las categorías lo más amplias posibles para poder llevar a cabo una taxonomía de las teorías de la comunicación y sus nexos tanto con las disciplinas como con las vertientes 53

paradigmáticas. Así se explicarán en un primer momento las lógicas epistémicas que nos remitirán a los tipos de ciencia o modos de organización del conocimiento según sus perspectivas teórico-metodológicas, las disciplinas y finalmente las teorías. El propósito es poder presentar con la mayor neutralidad valorativa las diferentes tendencias y modos de estudiar a la comunicación y los medios y por eso el conocimiento de la lógica interna de las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas que subyacen en las teorías es una base fundamental. De tal modo que se expondrán los elementos suficientes para analizar las distintas y en ocasiones encontradas escuelas de pensamiento que se han dirigido a la investigación sobre la comunicación y los medios. 2.1 Filosofía y epistemología. Materias esenciales para el análisis de la

comunicación 2.1.1

El ámbito de la filosofía

Si bien el propósito es conocer el modo de organización del conocimiento que en el campo de la comunicación en general y de los medios en particular se ha desarrollado, entonces la filosofía es la materia que sirve de fuente para conocer e identificar las distintas corrientes de pensamiento que han dado lugar al análisis de lo comunicacional, pues las teorías hacen referencia y se fundamentan en principios postulados por alguna corriente filosófica. Por lo tanto se hace necesario entender algunas de las aportaciones, que como área de estudio de la filosofía, hace la epistemología. Como se vio en el capítulo anterior el conocimiento teórico requiere analizar su origen, es decir su génesis, las fuentes que le dan su fundamento inicial. Esto es el estudio del orden lógico de una construcción teórica es posible si se tienen las herramientas epistemológicas para llevar a cabo dicho análisis. De no ser así, el estudio solamente se dirigirá a la memorización, a los esquemas y por último a la incomprensión. Cabe aclarar que iniciamos con el esbozo de la filosofía porque el manejo de algunas nociones aportadas por ésta son importantes en el esclarecimiento de nuestro objeto de estudio (teorías de la comunicación), pero como no es el objeto del presente trabajo no debe esperarse una visión extensa y profunda sobre la disciplina filosófica, tan sólo serán algunos presupuestos mínimos para que se continúen posteriormente, en una tarea de estudio permanente sobre el análisis general de la disciplina filosófica. La razón de abordar a la filosofía y la epistemología está en que se ha considerado la propuesta epistemológica de análisis la cual considera la existencia de lógicas epistémicas que son la matriz de grandes posturas o modos de organización del conocimiento, estas posturas o también llamadas ciencias (por su manera de generar el conocimiento) son: empírico analíticas, lingüístico hermenéuticas y fenomenológicas (interpretativas) y sistemáticas de la acción. Dentro de las cuales se conocen perspectivas teórico metodológicas que a su vez son la base de diferentes disciplinas de investigación dentro del

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ámbito de lo social y por ende de la comunicación. Enfatizando que no existen formas puras, por el contrario hay una constante yuxtaposición y un manejo heterodoxo de teorías, disciplinas y perspectivas teórico metodológicas. Expuesto lo anterior iniciemos el repaso sobre la filosofía, qué es y cuál es su objeto de estudio y su relación con él análisis de la comunicación. Filosofía significa etimológicamente amor a la sabiduría. Con esto se da a entender que el hombre nunca posee de manera perfecta la comprensión definitiva de todo, que eso es la sabiduría sino que lucha siempre anhelante por ella. Según su definición más formal, filosofía es aquel saber de la razón humana, que penetrado hasta las últimas razones, investiga la realidad total, especialmente el ser y el deber ser propios del hombre. Una cierta inteligencia de sí mismo y del universo anima de continuo la acción del hombre adulto. Esta espontánea orientación de la existencia constituye su filosofía precientífica. Tiene un cuño instintivo y sentimental, pero no por eso deja de ser un conocimiento resultado de un pensamiento inscrito en la conexión de la vida, no está aislado ni formulado desligado de la experiencia sensible. Más allá de ese conocimiento, el sujeto se siente impulsado hacia un saber seguro, sistemático, detallado y dotado de claridad lógica, acerca de lo real, precisamente hacia la filosofía científica. (cfr. Brugger S.I, Walter: 1972). Su objeto puede perfilarse con mayor nitidez contraponiéndolo a las demás ciencias. Al igual que éstas, la filosofía es también un saber por las causas, pero de índole enteramente peculiar. Todas las otras ciencias son ciencias particulares, porque se limitan a un sector de la realidad e investigan únicamente las razones últimas dentro de este círculo (relativas, por lo tanto) La filosofía, en cambio, es una ciencia universal, porque abarca la totalidad de lo real, y penetra hasta sus razones absolutamente últimas. (Brugger S.I, Walter: 1972: 233). El punto de partida más íntimo de la filosofía lo constituye el ser humano, única causa inmediatamente dada al sujeto, en la que se revela su yo y todo lo demás. Considerada desde este ángulo, la filosofía entera se presenta como una interpretación de aquel hacer humano llevada hasta sus más profundas raíces. En sentido amplio, es punto de partida filosofar cualquier saber acerca de lo real que preceda a la filosofía, no sólo el implicado en la vida cotidiana y en la la creación cultural, sino también el proporcionado por las restantes ciencias. Si éstas sirven a la filosofía, también ella les presta servicio, aclarando y asegurando sus bases últimas. Sobre el origen de la filosofía, éste se ubica en la Grecia clásica con los presocráticos, se transformó en tiempos de los sofistas y alcanzó sus versiones más elaboradas en el pensamiento de Sócrates, Platón y Aristóteles. (cfr. Escotado, Antonio: s/f). Por lo general la filosofía se basa en la reflexión interior y en el análisis de los fenómenos observados. Se dice que ser filósofo consiste en no dar nada por sentado, todas las aseveraciones hay que cuestionarlas. Sobre esta forma de explicar el mundo y la vida surgió el pensamiento occidental. Es en Grecia donde se generan la mayor parte 55

de los conceptos, que en mayor o menor medida han establecido la directriz del pensamiento filosófico en el transcurso del tiempo en el mundo occidental. Es en la Grecia clásica donde se logró fundar un tipo de pensamiento que cultivo el tratamiento de la razón para buscar la explicación del mundo y el universo. En gran parte esto fue posible por las características estructurales de su lengua. Toda vez que fue en Grecia en donde se utilizaba el verbo ser; el idioma griego realizaba la conjugación intransitiva, permitiendo hacer la pregunta que propició el desarrollo del pensamiento filosófico: ¿qué es el ser? La intransitividad del verbo ser es importante pues da la opción de hablar en dos sentidos, uno consiste en poder decir algo de una cosa y el segundo establecer la confirmación de la existencia de algo. Por ejemplo: se puede decir que el caballo es blanco, aquí se predica algo del caballo, se refiere al primer sentido aquí expuesto, en tanto si se dice el caballo es, en este enunciado ya no es necesario algo para darle significado, este es el sentido de existencialidad, por lo tanto se puede formular la pregunta ¿qué es el ser? En la filosofía griega clásica (a partir del siglo VI a.C.) se pueden ubicar tres etapas: a) en el pensamiento presocrático, que busca la naturaleza (Phycis) el fundamento último del conocimiento y el elemento que mueve al mundo y el universo, por ello puede decirse que es un pensamiento que en primera instancia busca la trascendencia; b) posteriormente aparecen los sofistas que hacen referencia a lo inmanente al aquí y al ahora, promueven el diálogo y la opinión (la doxa). Su característica es que no buscan la verdad sino el convencimiento y la argumentación como elemento fundamental de la polis (ciudad estado) y de las relaciones humanas. Cabe comentar que los sofistas le otorgaban una gran importancia al azar, a lo que escapa a la voluntad de los sujetos, como algo fortuito y, c) la tercera etapa se da con Platón y Aristóteles, dándose un regreso al pensamiento trascendente; no obstante esta vuelta está regida por el hacer en el mundo del sujeto , es decir, los actos y el hacer del ser humano no dependen de una fuerza fuera del sujeto, de su voluntad, sino de sus acciones y decisiones, aunque tienen planteamientos de la naturaleza como motor del mundo. Más adelante, desde el medievo y hasta la llegada del Renacimiento, el pensamiento filosófico estuvo regido por una orientación teológica. El desarrollo de la filosofía se dio principalmente al interior de la iglesia católica formando al sacerdocio. Algunos de los más representativos de esa época retomaron a Platón (San Agustín) y a Aristóteles (Santo Tomás de Aquino), quienes se ocuparon en demostrar racionalmente, y no sólo en la fe, la existencia de Dios. Las líneas de pensamiento únicamente mencionadas aquí son importantes porque representan las corrientes de pensamiento que gravitan en la filosofía y la génesis del saber en occidente desde el siglo XV (Renacimiento o Humanismo), abriendo el presente, su presencia se puede notar inclusive en las perspectivas teóricometodológicas, disciplinas y teorías de lo social y por ende de la comunicación en general y los medios de comunicación en lo particular.

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El siglo XV marca un cambio importante en el pensamiento filosófico se rompe con el modo repensar del medievo, el cual ponderaba, desde la razón, elaborar una argumentación contundente de la idea teológica. Esta ruptura se manifiesta en lo que se conoce como el Renacimiento. “Entendemos por Renacimiento o Humanismo el acontecimiento en el cual el cambio introducido por las nuevas circunstancias industriales, sociales y políticas, así como el desmoronamiento del sistema teológico medieval, hizo posible la comprensión de la antigüedad y la cultura de los pueblos modernos, recibió de ella el impulso más potente”. (Dilthey, Wilhem: 1975: 132) De acuerdo con el recorrido histórico del pensamiento filosófico, desde Galileo se gestó una corriente que buscó el saber empírico y causal sobre la metafísica y la religión, lo cual produjo una manera distinta de mirar al sujeto y su relación con el entorno, conformando una tendencia “objetivizante”. Este interés pragmático, mecánico-causalista, que no va ya a preguntar el “por qué” y “para qué últimos sino el “cómo” más inmediato y práctico de los fenómenos y sus consecuencias, emerge con fuerza de la centuria que va desde 1543, año de la aparición de la obra de Copérnico, De revolutionibus orbium celestium, hasta 1638, fecha en la que ven la luz los Discorsis de Galileo… No habrá que buscar tanto la sustancia subyacente a los fenómenos cuanto las leyes matemáticas que nos desvelen la estructura real del mundo físico. Galileo será un típico representante de la nueva mentalidad que cambia las explicaciones físicas cualitativas de Aristóteles por las formulaciones matemáticas de Arquímedes. (Mardones y Ursúa: 1983: 18-19) Como podemos advertir, la necesidad de hacer una revisión del saber filosófico es una condición vital para poder construir un marco de referencia de lo qué es, se tiene que hallar su génesis en las obras y en los hechos históricos, en tanto que lo sucedido en el pasado influye en los criterios y percepciones para analizar el presente y señala la forma en que ha de comprenderse y explicarse el pasado. (cfr. Gadamer, Hans-Georg: 1991) Es a partir del siglo XV que pueden ser identificados, en el marco de la modernidad occidental, tres lógicas epistémicas bien definidas en las que se puede organizar el conocimiento generado a través de la historia, que tal y como mencionamos en párrafos anteriores son: las ciencias empírico-analíticas, las interpretativas y las sistemáticas de la acción. 2.1.2

El ámbito de la epistemología

Cuando se decide conocer las teorías acerca de lo social en general y de la comunicación en particular, se tiene que valer de la epistemología, pues aporta elementos facilitadores para la interpretación y el análisis del sentido y significado que plantean las teorías. Como en el capítulo anterior se expusieron los conceptos de funcionalismo, estructuralismo y materialismo histórico, cabría la pregunta ¿cómo y en qué se distingue un funcionalista de un estructuralista? o ¿en qué radica ser un materialista? Y también cuestionar si representan las únicas maneras de conocer los procesos comunicacionales. 57

Al respecto podemos decir que la epistemología ofrece la posibilidad de diferenciar los grandes modos de conocer desarrollados a través de la historia, principalmente por su análisis hecho a las lógicas epistémicas, las cuales fundamentan las orientaciones o perspectivas teórico-metodológicas que se han constituido en las fuentes de la investigación social y humanística dentro de la que se inscribe el estudio de la comunicación y los medios. Esto puede ser representado de la siguiente forma: Filosofía  epistemología  lógicas epistémicas  tipos o posturas de ciencias  perspectivas teórico-metodológicas  disciplinas  teorías. De este modo, la epistemología nos da herramientas para conocer cómo se genera el conocimiento, esto permite sistematizar los conceptos y categorías que fundamentan la estructura interna de las teorías que explican la realidad. Especialmente ayuda a comprender no únicamente que hay distintas maneras de conocer, sino inclusive los diferentes tipos de conocimiento. Ya comentamos y definimos algunos rasgos de la epistemología, pero conviene dedicarle nuevamente un espacio para precisar aún más algunas nociones clave para detallar más adelante lo que son las lógicas epistémicas que son elementos importantes en la estructura de las lógicas de organización del conocimiento, tanto en lo social como en lo comunicacional. Pues bien la palabra epistemología tiene dos significados diferentes. El primero muy utilizado por los autores anglosajones y que entre los filósofos llaman teoría del conocimiento. Su objeto es el fundamentar todas las formas del conocimiento humano, considerando a éste como el resultado de la experiencia, la percepción y los procesos cognitivos. Se trata de una disciplina perteneciente al campo de la filosofía, no obstante estar relacionada con estudios efectuados en psicología, sociología, análisis del discurso, del lenguaje y otros temas. La segunda acepción se refiere exclusivamente al conocimiento científico, a su producción, estructura y validación. Esta definición deja ver que la epistemología (también llamada gneosología) se dedica a estudiar el conocimiento en tanto evidencia y posibilidad. Investiga lo que los sujetos conocen, los procesos a través de los cuales generan dicho conocimiento y la coherencia lógica entre las herramientas, las técnicas y los métodos empleados para construir un objeto de estudio, las conclusiones y las afirmaciones o juicios obtenidos. (cfr. Ditella, Torcuato S.: 2001) Tenemos pues que la epistemología examina el conocimiento científico y especialmente una de sus manifestaciones más importantes y refinadas, las llamadas teorías científicas. Intenta analizar el proceso de construcción cognoscitiva, como también las investigaciones críticas acerca de su validez, por lo que equivale a crítica del conocimiento. En otras palabras, es la ciencia filosófica que investiga el valor, las fuentes y el criterio del conocimiento humano, también se le llama noética, pues trata de la actividad mental en cuanto conocedora de las cosas. (cfr. Bruggers S.I, Walter: 1972) Tampoco hay que confundirla con la metodología de la investigación. La epistemología pone en tela de juicio todo el conocimiento científico, pretendiendo justificar tanto las teorías ya aceptadas como las recién propuestas. El metodólogo se propone otra cosa: la obtención de nuevo conocimiento. El da por establecidas las teorías existentes en

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determinado momento, para utilizarlas con el fin de producir nuevo conocimiento. También conviene diferenciarla de la lógica, pues a diferencia de ésta no considera únicamente las condiciones de validez fundadas en las relaciones de los contenidos de pensamiento entre sí, sino que plantea la última y decisiva cuestión acerca de la validez objetiva de dichos contenidos, es decir, analiza cómo se llegó a dichos contenidos, de su validez respecto al objeto, trata del problema de la posibilidad del conocimiento en general. Así la epistemología será la investigación filosófica de la aptitud de nuestra razón para la verdad y a la vez de los límites del conocimiento. No obstante, la epistemología no debe ser entendida como un sistema apriorístico o dogmático que determine el contenido del conocimiento científico. Al contrario, la pretensión es analizar la generación del conocimiento científico bajo todas las circunstancias que la hacen posible, ya sean aspectos lingüísticos, históricos, ideológicos, etc. (cfr. Van Steenberghen, Fernand: 1960). Por lo explicado hasta aquí se puede decir que la epistemología analiza a la explicación científica, por lo tanto, surge la necesidad de cuestionar los usos latentes o manifiestos de las nociones de ley, teoría, observación, experimentación y verificación. Para referirse a un saber particular entre los saberes, Luis Martín Santos utiliza el concepto de epistémico y se distingue por ser “…ocasional, eliminativo, momentáneo, que brota frente a la praxis del saber. Es efímero, válido y o formalizable. No es transitivo sino una tarea. No es empírica, sino racional”. (Martín Santos, Luís: 1991: 11) Respecto a ésta definición de epistémico, cabe hacer hincapié en que su acción está centrada en el ámbito de la razón, en otras palabras no le compete el contenido de las investigaciones que sobre un objeto de estudio se realizan, lo que es de su interés es analizar el proceso (saber) de cómo se conoce. Por consiguiente, la epistemología tiene como propósito la búsqueda de la respuesta a la pregunta: “saber si el espíritu humano es capaz de alcanzar la verdad o lo que es lo mismo, si tiene certezas legítimas. Si se desespera de alcanzar la verdad en algún dominio, se es escéptico… la posición contraria es el dogmatismo: consiste en sostener que podemos conocer la verdad y que lo conseguimos en algunos casos”. (Verneaux, Roger: 1985: 29) Debido a que la epistemología ha encontrado dentro de las disciplinas y las teorías que son resultado de perspectivas teórico metodológicas distintas, diferencias en las categorías y conceptos utilizados en sus propuestas teóricas, se afirma que su interés está en conocer cómo se construyen y organizan esas formas particulares de conocimiento. Por ello también se dice que la epistemología se concentra en develar la genética (Piaget) de los conceptos, mismos que son las unidades fundamentales de la teoría. Según Mardones y Ursúa (1983), la epistemología tiene las siguientes características: 1) Analiza las ciencias en cuanto al alcance y legalidad del conocimiento que éstas aportan, sea en, a) su organización y orden conceptual interno, b) en la forma en que son considerados -en las distintas corrientes- los datos de la realidad, c) en el

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examen de los resultados -proposiciones de validez- que pretendieran establecerse con el manejo de determinadas informaciones. 2) Analiza los fundamentos del conocimiento científico, es decir, la probabilidad de generar conocimiento y la validez de los saberes obtenidos. 3) Establece críticas a las maneras de concebir la realidad que soslayen la razón y las proposiciones de validez; asimismo, esta crítica se extiende a los sistemas de pensamiento cerrados sobre sí mismos, que no admiten el cambio ni la refutación de sus principios ante los nuevos descubrimientos aportados por las ciencias. 4) Es una disciplina filosófica y con un status marginal en relación con otras ramas de la filosofía como la metafísica o la ética. Igual que la historia de la ciencia es marginal en relación con la gran historia. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983). En resumen, la epistemología investiga en torno a la organización interna y de la validez lógica del conocimiento. Es pertinente señalar que escudriña la relación entre lo observable y la teoría, esto es que en el ámbito de la observación científica se presentan problemas epistemológicos sobre la naturaleza de la percepción y de la observación, así como en el impacto que tiene el origen, desarrollo y justificación del conocimiento científico. Es así que para comprender la estructura interna del conocimiento y su proceso de construcción, la epistemología resulta indispensable. Ya explicamos someramente en el capítulo anterior la necesidad de utilizar un método para la realización de toda investigación, y es aquí cuando se elige uno u otro método que empiezan las diferencias. Como sabemos a pesar de que existe consenso en cuanto a la necesidad de utilizar un método para generar conocimiento, no lo hay para establecer qué es “científico”, de lo que no lo es. El hecho de que existan diversas posturas y corrientes de pensamiento es una clara muestra de que no existe lo “científico” en un sentido absoluto (esto no quiere decir que cualquier conocimiento enunciado sea “válido”. No obstante la “cientificidad” se encuentra en cada uno de los métodos considerados verosímiles para generar conocimiento y aproximarse a la verdad como descubrimiento. Por ende y como lo hemos explicado, lo científico dependerá de la estructura interna y la perspectiva científica que posee cada modo de conocer. Expusimos que para un positivista lo científico es el estudio de la realidad medible, observable y cuantificable; en cambio un hermeneuta recurrirá para su interpretación de la realidad social de lo comprensible y la historia, como fundamentales para una explicación científica. Ante dicha diversidad epistemológica y metodológica que se encuentra en el estudio de lo social y por ende de lo comunicacional y que ha dado paso a distinguir corrientes de pensamiento o modos de organización del conocimiento, son dos elementos los que se encuentran invariablemente en las diferentes interpretaciones de lo social. Estos elementos son los conceptos y las teorías. De ahí que la epistemología coadyuve para conocer la validez, la lógica y la congruencia de las construcciones teóricas. Toda vez que

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las teorías se constituyen con conceptos, los que conforman nexos entre el pensamiento y la realidad estudiada. Recordemos que el establecimiento del conocimiento científico se da a partir de construcciones mentales que describen las características esenciales del objeto a denominar, significar, representar o interpretar. Los conceptos se pueden definir como las nociones o ideas que sobre un objeto se construyen y forman las unidades con las que estructuran las proposiciones, en tanto que las teorías se conforman por un conjunto de proposiciones vinculadas lógicamente entre sí y tienen los mismos referentes. Por ello las teorías son modos particulares de comprender y explicar la realidad. Aquí las entendemos como aproximaciones comprensivas del mundo, sólo de esa manera pues no son irrefutables ni infalibles. Condensando lo hasta aquí expuesto tenemos que la filosofía es una fuente de información imprescindible para el entendimiento de las corrientes del pensamiento contemporáneo. La epistemología contribuye al análisis de los paradigmas o grandes modos de organización del conocimiento, que aquí llamamos lógicas epistémicas que se han desarrollado a lo largo de la historia. Estas lógicas se encuentran presentes en tres perspectivas o posturas de ciencias, mismas que son el fundamento de distintas visiones teóricas metodológicas que a su vez nutren a diversas disciplinas de estudios e investigación que generan un amplio espectro de teorías sobre lo social en general y la comunicación en particular. Dichas teorías se componen de constructos mentales denominados células o proposiciones formuladas con conceptos y este proceso le da el status de científico al conocimiento teórico así generado. 2.1.3

Una epistemología de la comunicación

En términos muy generales se ha expuesto el ámbito de estudio e investigación de la epistemología y nos ha permitido establecer que la teoría, como forma de entendimiento y explicación de la realidad, representa un modo de análisis y conforma una cosmovisión del mundo y la vida social. En este tenor, la epistemología nos ayuda a estudiar las teorías de la comunicación y su relación con los medios de diferentes maneras. En principio se puede valer de la epistemología para conocer cómo están organizadas las diferentes lógicas de pensamiento que han dado lugar al análisis y estudio de la comunicación. A la vez que puede aportar elementos para fundamentar criterios válidos para estimar si determinada teoría contribuye para la explicación de un fenómeno comunicativo o si han generado nuevas explicaciones que permiten superar o dar visiones diferentes al fenómeno en cuestión. Toda vez que el campo de estudio de la comunicación está sujeto a cambios permanentes y repentinos provocados por los cambios políticos, económicos y tecnológicos que suceden en la sociedad. También puede aportar elementos para la construcción de una pedagogía de las teorías de la comunicación, pues permite tener una visión amplia de todo el espectro de estudios e investigaciones en relación a la comunicación en general y los medios en particular, con lo cual se favorece la organización del conocimiento generado en la materia y se pueden 61

establecer ciertos lineamientos para su exposición y explicación. Derivando en una formación plural respecto a las diversas propuestas teóricas existentes. Otro aporte importante es su contribución en la definición paulatina que sobre el objeto u objetos de estudio ha ido desarrollándose dentro de las ciencias de la comunicación al dotar de criterios básicos para la construcción de métodos de investigación sobre la realidad de la comunicación social y los medios. Se ha comentado la problemática que encierra la falta de un campo teórico bien construido que le de el status de disciplina a la teoría de la comunicación o comunicología, en mucho debido a las múltiples observaciones empíricas, así como también las diversas e innumerables prácticas profesionales y la generalidad de los procesos comunicativos que traen como efecto la ambigüedad señalada a este campo de trabajo. Y puede ser la epistemología la que contribuya a responder a las interrogantes que en múltiples momentos los investigadores han intentado precisar para definir los dominios de este quehacer científico: ¿Cuál es el campo o campos de estudio de la comunicología? ¿Qué hay que entender por ciencias de la comunicación? ¿Existe una teoría de la comunicación o son teorías sobre lo comunicacional? ¿Qué grado de desarrollo tiene la ciencia de la comunicación o seguirá siendo ciencias de la comunicación? El hecho de que se busque un reconocimiento y el status de ciencia al trabajo desarrollado por muchos investigadores alrededor del mundo que dedican su trabajo al estudio de la comunicación y los medios no debe entenderse como una pretensión patrimonialista sobre el análisis de la comunicación humana. Hay que reconocer que hubo un momento en el desarrollo de las humanidades que la fragmentación o segmentación de los procesos sociales para su estudio permitió que cada parcela de conocimiento tuviera el status de ciencia. En la actualidad la ciencia se reconfigura y por necesidades metodológicas para generar visones más integrales y completas de los hechos de la realidad los campos de conocimiento requieren tratamientos inter, trans y multidisciplinares dando como resultado las interciencias y multidisciplinas: Esto pone a las ciencias de la comunicación a trabajar en dos vertientes: primero en definir sus campos de estudio y las líneas de investigación, y segundo establecer los nexos de estudio con las disciplinas del área social como la sociología, psicología, semiología, economía, informática, derecho, antropología, entre otras. En términos generales las teorías que se han generado para explicar los procesos de la comunicación social en lo general y los medios de comunicación en lo particular establecen que la comunicación es posible -en la forma en que hoy se da- por construcciones sociales, tecnológicas e individuales que provocan una práctica de interacción, convivencia, conflicto y conocimiento entre dos o más personas. A su vez las formas de difusión y amplificación que permiten el registro y flujo de información de uno o más puntos geográficos transformando la noción de tiempo y espacio es lo que identifican como medios de comunicación que poniéndolo en términos socio-antropológicos son los signos de identidad, los imaginarios colectivos, los valores, normas y pautas de conducta institucionalizados, así como los símbolos, el lenguaje y la informática en general lo que se constituye en medios y modos de comunicación.

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2.1.4

Las lógicas epistémicas

Continuando con la línea de investigación que se ha presentado, la filosofía aporta elementos importantes para conocer la historia del pensamiento y entender cómo se han gestado las cosmovisiones del mundo y el universo. La epistemología como una rama de la filosofía arroja tesis para saber sobre la estructura interna y la lógica sobre la que se construyen distintos tipos o modos de pensamiento que explican la realidad social y por ende lo comunicacional, así como sus nexos con el proceso de las teorías de la comunicación. Para ir completando la plataforma que nos permitirá llegar a las lógicas de organización del conocimiento en lo social y lo comunicacional, es necesario definir qué entenderemos por lógica epistémica. En primer lugar diremos que una lógica epistémica por ser una derivación de la epistemología tiene como propósito central el análisis del conocimiento generado, ya sea por medios objetivos o subjetivos. Existen diferentes lógicas epistémicas, cada una representa un complejo nudo que vincula modos de pensamientos afines entre sí, coherentes en sus procesos de investigación, sistemáticos en sus argumentos y fundamentos. Por tanto, las lógicas epistémicas se constituyen como la lógica que alberga los grandes modos de organización del conocimiento, ya que al conformarse como un universo de pensamiento (forma de razonar el mundo), en su interior se estructuran sus elementos conforme a una determinada lógica que les da orden y cohesión. Recapitulando, el conocimiento está organizado del mismo modo que las ciencias se fundamentan de acuerdo con las perspectivas teórico metodológicas de las cuales se derivan disciplinas que se centran en determinados objetos de estudio y generan las teorías que son articuladas conforme a la organización que se estableció para comprender y analizar al mundo. De lo que se desprende que el conocimiento es generado por una determinada lógica, es decir hay varios modos de conocer, lo que los distingue es la manera en que están estructurados internamente. Cada modo de conocer al tener orientaciones y principios conceptuales diferentes percibe y representa al mundo en forma diferente. Por ello, los diferentes modos de conocer dependen de una organización lógica y dinámica interna determinada y las lógicas epistémicas son las encargadas de identificar esos modos de conocer, lo que las convierte en el fundamento de las diversas ciencias generadas en la historia. Para aclarar un poco más podemos esquematizar y hacer una analogía entre una lógica epistémica y el lenguaje humano.  Una lógica epistémica es un conjunto universal como el lenguaje humano.

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 Las lógicas epistémicas son particulares y diferenciadas como las familias lingüísticas: indoeuropeas, germánicas, latinas, etc.  Las posturas o ciencias son las aplicaciones generadas de una determinada lógica epistémica, como es un idioma en particular: español, inglés, francés.  Las perspectivas teórico metodológicas establecidas en las posturas o ciencias son la lengua que establece las normas y reglas de uso del lenguaje: gramática, sintaxis, prosodia.  Las disciplinas son un saber formal en determinada área o temática, como un metalenguaje: el lenguaje matemático, musical, médico.  Finalmente las teorías son un saber especializado, descriptivo y analítico de la realidad, resultado de la aplicación de los principios y reglas metodológicas, como el habla que es el uso individual que de la lengua se hace.

2.2 Posturas o ciencias en el estudio social A partir de una propuesta epistemológica derivada de la filosofía corresponde explicar cómo se organizan los diferentes modos de conocer o las lógicas epistémicas que los sustentan, en lo que denominamos una postura (teórica) o un tipo de ciencia según el proceso metodológico que sigue al analizar la realidad social. Es preciso señalar que la propuesta taxonómica que se expone surge de la clasificación que propone Mardones y que éste retomó a su vez de Habermas. Según la cual desde el trabajo científico y los descubrimientos de Galileo a la fecha se han gestado tres grandes posturas o ciencias. A saber son la postura o ciencias empíricas analíticas; postura o ciencia fenomenológica-hermenéutica y lingüística (aquí las denominaremos interpretativas, siguiendo el criterio de Miguel Rodrigo Alsina) y la postura o ciencias sistemáticas de la acción. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983; Habermas, Jürgen: 1982, Rodrigo Alsina, Miguel: 2001). 2.2.1

Las ciencias empírico analíticas

Bajo esta denominación encontramos a las posturas que desarrollan un pensamiento instrumental y que persiguen un conocimiento útil y su respectiva aplicación. Su dinámica se basa en generar un conocimiento que tenga una utilidad por su aplicación a procesos sociales y la pretensión de comprobar sus hipótesis de trabajo. Sus principios se vinculan con el desarrollo del método científico aplicado a las ciencias naturales, que como ya se mencionó inicia con las postulaciones de Galileo. Otra característica básica de esta postura es que el conocimiento generado debe sustentarse en lo observable, medible y cuantificable de los procesos o fenómenos estudiados, para lograr construir leyes que describan y expliquen el movimiento universal y buscar predecir la evolución y el producto de una acción o evento determinado. 64

Es la linealidad del tiempo y la historia, así como la noción del desarrollo y el progreso, los principales supuestos de estas ciencias. Locke, Turgot, Condorcet y Spencer son los investigadores identificados como los primeros en postular que en la ciencia social se podrían encontrar las respuestas a los grandes problemas de la humanidad, que conocer científicamente a la sociedad posibilitaría dirigirla con orden hacia el progreso y la evolución social, a través de su perfeccionamiento constante. De estos preceptos se generaron corrientes de pensamiento como: el empirismo, sensualismo, organicismo, evolucionismo y el positivismo. Lo que tienen en común estas posturas son los siguientes preceptos: 1) el conocimiento de lo social debe fundarse en la aplicación del método científico; 2) la ciencia permitirá el avance constante de la humanidad; 3) el conocimiento está al servicio del progreso; y 4) la evolución de las sociedades, históricamente se dirigen hacia la libertad, la igualdad y la justicia. A esta postura la influyó significativamente el pensamiento positivista desarrollado por Augusto Comte, puesto que fue el pionero en establecer la idea de que la ciencia es el principio y el fin de la solución de los problemas de la humanidad. Creó una filosofía acorde con una civilización que para su existencia requiere la utilización del conocimiento. Su esfuerzo se concentró en el estudio de la sociedad y el desarrollo del principio de lo positivo. Para Comte lo positivo es lo real, en contraposición de lo imaginario, a su vez se refiere a lo útil en oposición a lo inútil, por ello en su filosofía pondera que el avance y el perfeccionamiento de la sociedad debe ser constante. Para él, el conocimiento debe buscar tener una utilidad y no generar conocimiento que sólo satisfaga la curiosidad vana. (cfr. Mardones y Ursúa: 1983). En este esquema de oposiciones entre el concepto de lo positivo y sus contrarios, está el de certeza e indecisión con lo que orienta a la filosofía a construir naturalmente la armonía lógica en el individuo y la comunión espiritual de la humanidad. Otras contraposiciones son las que establece entre lo preciso y lo vago y cuando opone lo positivo con lo negativo. La interpretación que se puede hacer de este juego de oposiciones es que la filosofía está obligada a organizar a la sociedad. Otro representante de esta postura es el sociólogo Emilio Durkheim, quien de acuerdo a Mardones: Llevó a cabo lo que en A. Comte es sólo una proclama y un deseo: aplicar el positivismo al análisis de los hechos sociales(…) Continúa a A. Comte y J. Stuart Mill (…) Su concepción del “hecho social” y el tratamiento explicativo causal, como cosas, propuesto, sin salirse del ámbito propio de los objetoso sociales, y con una actitud de sospecha frente a cualquier pre-noción que favorezca la sociología espontánea, constituye en algunas sugerencias claves que traducen el afán de Durkheim por dotar a las ciencias sociales del rigor y objetividad de las ciencias naturales. (Mardones y Ursúa: 1983: 79) Los preceptos recurrentes en estos investigadores son las nociones de que la sociedad está conformada por diversas estructuras, las que tienen una función específica que cumplir para 65

el buen funcionamiento de la sociedad. Si por alguna razón no funcionan cabalmente, entonces se da una disfunción y el sistema social entra en un desorden y la evolución de la colectividad se frena. Por ende, la perspectiva teórico metodológica denominada como funcionalismo forma parte de estas ciencias empírico analíticas y desde esta postura se analizan y estudian objetos y procesos propios de la comunicación política, mercadotecnia, publicidad y comunicación organizacional, entre otras. 2.2.2

Las ciencias interpretativas

Este segundo grupo o postura está conformada por ciencias del tipo de la fenomenología, lingüística y hermenéutica. Sus antecedentes más remotos los podemos encontrar en la filosofía de los griegos clásicos. Los precursores de esta cosmovisión retoman principios de la filosofía de Platón y en mayor medida de Aristóteles en especial sus estudios sobre lógica, estética y retórica. Hay que recordar que en la Edad Media al retomarse a Aristóteles y la tradición educativa griega, en las escuelas y monasterios las ciencias instituidas fueron: las matemáticas, la retórica, la gramática y la lógica. Lo que caracterizó a esta época es el intento por explicar los fenómenos de manera integral, es decir abarcando los diferentes ámbitos de la vida social y espiritual tomando en cuenta inclusive el análisis del lenguaje y los signos. La postura asumida intentó interpretar su presente con base en el pasado histórico. Un ejemplo de un pensador que desarrolló un conocimiento sobre los signos y los conceptos del mundo occidental fue Santo Tomás. Más adelante cuando inicia la etapa denominada el Renacimiento se da un regreso al Humanismo y con ello a las ciencias del espíritu. Esto trae consigo el cultivo de disciplinas como la filología, la exégesis (que provenía del nacimiento del viejo testamento) y nuevamente la retórica y la lógica. Para el siglo XVIII comienza a darse una reacción en contra de que en el ámbito de lo social se aplique el mismo método de estudio que en las ciencias naturales, esto es el conocido “método científico”, pues deja de lado la parte espiritual de los sujetos y produce un pensamiento objetivizante (cosificador). El movimiento que intenta generar una forma alternativa de la visión positivista sobre los procesos sociales se gesta principalmente en Alemania con disciplinas como la lingüística, historiografía y la filosofía. Es Hegel (siglo XIX) quien de manera abierta y frontal se contrapone al pensamiento positivista mediante su propuesta de su sistema en el cual expone la existencia de un espíritu trascendente, invocando al idealismo, de tal modo Platón y San Agustín recobraron una presencia importante, especialmente en el terreno de la realización de la idea como una manera de organización política. Esta contraposición se da porque en el mismo tiempo que Hegel desarrolla su sistema se encuentran seguidores del pensamiento positivista de Comte. De este debate entre los reivindicadotes del positivismo y los que lo cuestionaban y proponían la explicación de lo social no únicamente a través de un método cerrado a los aspectos metafísicos de los sujetos, sino aludiendo a la comprensión en su sentido más amplio.

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Dentro de esta corriente y por sus aportaciones a la Antropología Social destaca Claude Levi Strauss, quien junto con otros estudiosos intentan explicar el proceso de la comunicación humana dentro de su contexto cultural, como un universo simbólico. Otro eje central en la construcción de estas ciencias es la lingüística estructural de Ferdinand de Saussure, poniendo al lenguaje en el núcleo del pensamiento de los sujetos. Con el trabajo desarrollado por Dilthey, Rickert, Windelband, Gadamer, Schütz, entre otros, se determina que los procesos sociales no deben ser analizados con un método que se fundó para el estudio de lo natural y otorgan a las denominadas ciencias del espíritu de un status científico distinto y nuevo que establece una perspectiva ampliada de la realidad. Como lo explica Dilthey al referir que el objeto de estudio de las ciencias sociales n el mundo del hombre, es decir, un producto del espíritu humano y en consecuencia algo producido históricamente. “Desde este punto nuclear se derivan consecuencias metodológicas inevitables: la comprensión (Verstehen) es el método adecuado para captar un mundo significativo, intencional”. (Mardones y Ursúa: 1983: 149) Toda esta corriente de pensamiento se concreta hasta el siglo XX con el método propuesto no se orienta únicamente a describir los hechos, sino que intenta analizar el sentido de la acción de los individuos y las instituciones sociales, esto es, desarrollar una visión integral que involucre el ámbito de la vida social de los sujetos, por ende se tiene que estudiar la religión, el lenguaje, la historia, inclusive la economía y la política. Esta propuesta recibió el nombre de sociología comprensiva. El método propuesto por Weber consiste básicamente en la construcción de modelos ideales que intenten comprender cómo deben ser las situaciones de hecho presentes en el proceso social a estudiar, pero temiendo siempre la pretensión de encontrar el sentido de la acción que provoca los hechos, acción que puede ser racional o irracional. El principio que subyace en este método es comprender cómo se hubiera comportado el fenómeno si se conocieran, tanto las circunstancias como las intenciones de los protagonistas de las acciones y considerando como si los medios elegidos para llevar a cabo las acciones se hubiera hecho racionalmente para conseguir determinados fines. Parafraseando a Mardones diremos que la comprensión es lo mismo que la captación interpretativa del sentido implícito en la acción específica a analizar, esto es interpretarla en su consideración histórica. Asimismo encontrar el sentido promedio y de manera aproximativa a la generalidad de los sujetos, es decir en la consideración sociológica de la masa y construirlo científicamente a través del método tipológico para establecer el tipo ideal de un fenómeno recurrente. Otro autor que prosigue esta tradición metodológica es Alfred Schütz, para él el verstehen se puede entender como el método de las ciencias sociales, puesto que a través de éste es posible generar conceptos objetivos sobre la subjetividad de las acciones sociales. Una rama de esta lógica epistémica que le da un sesgo hacia el lenguaje como elemento fundamental para conseguir la comprensión de la acción social es la experiencia hermenéutica desarrollada profusamente por Gadamer sobre la base de las propuestas de Dilthey y Heidegger. Gadamer postula que la comprensión no consiste en ponerse en la 67

posición del otro, sino en acordar con el otro sobre el objeto analizado y explica que ese proceso de comprensión en última instancia es un proceso lingüístico. Comprender lo que alguien dice es, como ya hemos visto, ponerse de acuerdo en la cosa, no ponerse en el lugar del otro y reproducir sus vivencias. Ya hemos destacado también cómo la experiencia de sentido que tiene lugar en la comprensión encierra siempre un momento de aplicación. Ahora consideraremos que todo este proceso es lingüístico. No en vano la verdadera problemática de la comprensión y el intento de dominarla por arte -el tema de la hermenéuticapertenece tradicionalmente al ámbito de la gramática y de la retórica. El lenguaje es el medio en el que se realiza el acuerdo de los interlocutores y el consenso sobre la cosa. (Mardones y Ursúa: 1983: 181) Con lo expuesto podemos hacer las siguientes observaciones a manera de aseveraciones para entender lo qué es la comprensión y su proceso de construcción: a) Comprender es ponerse de acuerdo con alguien sobre algo. b) Es el lenguaje el medio universal para construir el acuerdo (consenso) y la comprensión. c) La comprensión se consigue a través del diálogo. d) La comprensión viene a ser una interpretación. e) La comprensión conseguida siempre por el diálogo, a través del lenguaje, se encuadra en la dialéctica de la pregunta y la respuesta. f) La dimensión lingüística de la comprensión, indica que la comprensión es la concreción de la conciencia de la historia efectual. g) La tradición consiste en reconstruir por medio del lenguaje al pasado, al actualizarse se reconoce su sentido en el presente y frecuentemente con elementos nuevos. Queda claro que existen diferencias muy marcadas entre las ciencias empírico-analíticas y las interpretativas (fenomenológicas, hermenéuticas y lingüísticas). En concreto estamos ante dos concepciones diferentes del mundo, en otras palabras son dos lógicas epistémicas distintas. Para las ciencias interpretativas no es posible analizar y estudiar al mundo de la vida social a través del mismo método con el que se conoce la vida natural. Debido a que el mundo social, cultural no puede ser evaluado con los mismos instrumentos y procedimientos, ni con la misma concepción que el del natural. La fundamentación estriba en la diferencia básica entre la naturaleza como un mundo dado que existe independientemente del hombre, y el mundo cultural, construido por el hombre sobre esa naturaleza. De tal modo que la existencia de la altura deja al descubierto que se trata de un mundo espiritual. Un ámbito donde se ha gastado la filosofía, la historia, las artes, las tradiciones y costumbres, entre otras construcciones sociales. 68

Así para comprender al hombre social deben surgir ciencias sociales que investiguen sobre la memoria histórica de los hombres en la evolución de sus formas de pensamiento y de organización social, política y económica, en su producción artística, comprender el presente como condensación del pasado y predicción del futuro. Esto implica centrar la atención en el conocimiento del significado y el sentido de las formas de pensamiento y los procesos producidos por la cultura. Si el hombre es social, su estudio supone ciencias sociales, y éstas deben comprender las múltiples relaciones entre el pensamiento y la cultura en diferentes estadios de la historia. La humanidad es lo que ha sido y lo que puede llegar a ser, esto quiere decir fundamentalmente el drama de lo humano, el cómo y el porqué se piensa lo que se piensa, y cómo ha ido cambiando ese pensar en el transcurso del tiempo. En este sentido el estudio de la historia es un elemento fundamental para conocer la experiencia de la conciencia humana que ha estado constituida por modos de pensar que se remontan a hace más de 3 mil años y de los cuales se han producido unas condiciones de vida y una determinada forma de cultura. 2.2.3

Las ciencias sistemáticas de la acción

Esta postura se distingue básicamente de las anteriores en el hecho de que su propósito principal es desarrollar un conocimiento que permita la transformación de la sociedad dirigiendo dicha transformación hacia la emancipación del hombre. Sus bases epistemológicas se encuentran en algunos filósofos griegos clásicos, en particular en Heráclito y Platón. En el pensamiento de Heráclito destaca el mito del destino con su idea del devenir (la realidad entendida como proceso o cambio) Y en Platón el mito del origen (por lo que postula la noción de la decadencia y la necesidad de establecer la república perfecta). Hacia la Edad Media es San Agustín quien retomando algunas ideas del pensamiento de Platón pondera la noción de que el ser humano y su capacidad de raciocinio pueden transformar al mundo. El hecho de poder pensar un mundo posible, establece las condiciones para poder instaurarlo pues si tiene la capacidad de proponer una vida mejor, esa idea muestra de manera fehaciente la presencia de Dios en el mundo. Ya instalado el siglo XIX, Karl Marx a través de Hegel recupera la noción del devenir y del cambio y apoyándose en el mito del destino, lleva a cabo el establecimiento de una corriente de pensamiento que se distingue por su crítica a la modernidad y un análisis profuso del sistema capitalista de producción. Uno de sus principales postulados, apoyado en las leyes de cambio histórico y el que la historia resultara una constante lucha de clases, refirió que las contradicciones propias del sistema capitalista derivarían en una toma de conciencia del proletariado de su condición de explotación y alienación y se instalaría la sociedad sin clases.

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Una influencia importante en el pensamiento marxista fue la obra de Feuerbach, quien desarrolló una crítica a la filosofía de Hegel por su idealismo radical y en contrapartida expresó que la realidad se compone de materia. Idea retomada por Marx. Su método se semeja a la orientación dialéctico-hermenéutico, debido a que se acentúa el carácter intencional, teleológico e interpretado. “Sus explicaciones científicas exigen la captación de las conexiones intrínsecas de los fenómenos y sobretodo el desvelamiento de su finalidad”. (Mardones y Ursúa: 1983: 196) Representantes de esta lógica epistémica son Engels y Lenin, otros autores que desarrollaron dicha postura teórica fueron: Trotsky, Heller y Luckas, entre otros. Cabe señalar que el materialismo dialéctico se distingue por su orientación hacia el análisis de la situación económica básicamente, hasta la segunda década del siglo pasado, no obstante hubo autores que abordan diferentes problemas desde la perspectiva del materialismo histórico. Un ejemplo es Györgi Luckas, quien llevó a cabo una serie de estudios sobre la historia y la estética. Este autor influyó en el denominado círculo intelectual de la Universidad de Budapest, del cual destacan autores como Karl Kosik y Agnes Heller. Dentro de la cosmovisión de las ciencias sistemáticas de la acción surgen diversos autores que se avocaron a estudiar problemas propios de la comunicación de masas, entre ellos identificamos a: Ariel Dorfman, Máximo Simpson, Antonio Pascuali, Armand Mattelart, Gregorio Seltzer, Ludovico Silva, Hans Magnus Henzesberger, entre otros. Estos autores establecen una doble relación en referencia a los medios de comunicación: a) los medios de comunicación son denominados de manipulación y su función dentro del sistema capitalista es, mediante la publicidad, acortar los tiempos del ciclo productivo, en otras palabras, la producción, la circulación y consumo de mercancías y servicios son acelerados, resultando de ello una mayor acumulación de capital, lo que permite un crecimiento y expansión de las empresas y, b) que los medios de comunicación contribuyen a mantener la dominación ideológica de la clase trabajadora. Dentro de esta perspectiva crítica encontramos también a la denominada Escuela de Frankfurt representada por un grupo de filósofos vinculados a las actividades y proyectos de trabajo del Instituto de Investigación Social de Frankfurt, asociado a la universidad alemana de esa localidad, estos son: Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Walter Benjamín, Herbert Marcase y Jürgen Habermas. Más allá de la diversidad de esquemas interpretativos movilizados por estos pensadores, la unidad de inspiración marxista que los caracterizaba admitía asimismo recursos de otra procedencia. De hecho es esta integración flexible de componentes la que, inicialmente ligada a las aperturas del marxismo occidental terminó por fijar un perfil sincrético a las elaboraciones del instituto. Un panorama representativo de las realizaciones de este centro de estudios -y, por tanto de la índole de preocupaciones de la escuela- debe tener en cuenta los diversos focos temáticos de su amplia producción y la variedad de disciplinas involucradas, desde la

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literatura y la música hasta la política y la economía, pasando por la historia, la psicología, la sociología y la comunicación de masas. Otra tradición que se vincula con la lógica epistémica de las ciencias sistemáticas de la acción es la llamada “estudios culturales”, que representa a una de las líneas de investigación emergentes. La aparición de una jerarquización de las formas culturales había preocupado desde largo tiempo atrás a intelectuales británicos. La división tripartita de la cultura en refinada, mediocre y brutal se debe al inglés Mathew Arnold en su trabajo Culrure and Anarchy (publicado en 1869 y reeditado por la Universidad de Cambridge en 1935). La corriente que va a desplegarse en los años 60 y 70 bajo el nombre de Cultural Studies, cuya base se encuentra en la Universidad de Birmingham en el Centre of Contemporany Cultural Studies (CCCS), tiene su fuente más lejana en los estudios de crítica literaria de Frank Raymond Leváis (1895-1978), publicado en los años 30: Mass Civilization and Minority Culture. Los trabajos pretenden ser un alegato a favor de la protección de los alumnos contra la cultura comercial. La idea de Leváis consiste en que el desarrollo del capitalismo industrial y sus expresiones culturales (en esa época se trata sobretodo del cine) tienen un efecto pernicioso en las distintas formas de la cultura tradicional, tanto la del pueblo como la de la élite… Leváis pretende utilizar la escuela para propagar el conocimiento de los valores literarios. Incluso siente nostalgia de la alta cultura y de la gran tradición literaria que supuestamente encierra los valores “superiores de la era preindustrial”. (Mattelart, Armand: 1997: 70) Buscando un marxismo heterodoxo retoman el pensamiento de autores como el filósofo húngaro Georg Lukacs, el teórico de la literatura rusa Mikhail Bakhtin, Walter Benjamín, Lucien Goldman, entre otros. Comparten las cuestiones vinculadas a la ideología con Louis Althusser y con Roland Barthes. Se interesan por lo cultural. Finalmente diremos que este grupo de perspectivas teórico metodológicas reunidas en las ciencias sistemáticas de la acción centran su búsqueda en la red de intereses económicos que determinan el funcionamiento de los medios de comunicación, pero también se plantean cómo construyen una ideología a partir de sus discursos y cómo esto incide en la sociedad. 2.3 Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas según las

posturas o tipos de ciencias Las ciencias desarrolladas para el estudio y análisis de lo social y cultural son el fundamento de diversas perspectivas teórico metodológicas que se vinculan a las lógicas epistémicas. De tal modo, de cada tipo de ciencias o lógicas epistémicas surgen las perspectivas teóricometodológicas, las cuales se constituyen por: a) una serie de conceptos y categorías de

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análisis organizados coherentemente dando forma a un cuerpo teórico y proponiendo una forma de pensamiento que se vuelve una cosmovisión del mundo; y crea una metodología de trabajo e investigación estructurada por los instrumentos, las técnicas de procedimiento y el método del que el investigador se vale para conocer e interpretar el objeto de estudio. Si el objeto de estudio es abordado de diferente manera según el tipo de ciencia o postura, lo mismo ocurre con sus correspondientes perspectivas teórico-metodológicas, puesto que las diferentes perspectivas se fundamentan en un determinado modo de conocer, modo que constituye una forma de pensar y explicar la realidad. Si lo que media entre el pensamiento y la realidad son los conceptos, depende de estos la forma específica de descifrar la sociedad. En otras palabras, la forma de estudiar al objeto de estudio es distinta y por lo tanto la manera de comprenderlo también. Por lo cual, existen diversos procedimientos para describir y analizar la experiencia y las acciones sociales, ordenar los datos que aporta, darles un tratamiento y finalmente darles un sentido y significado e interpretarlos. Por tanto, si un investigador se ubica en la sociología funcionalista, estudiará fenómenos sincrónicos, utilizará herramientas y técnicas estadísticas, describirá para posteriormente analizar al fenómeno; en cambio un investigador ubicado en la sociología comprensiva tomará en cuenta la evidencia empírica sólo como una parte del proceso, evidencia que será confrontada con alguna construcción teórica ideal del proceso social a estudiar, para dar cuenta de la regularidad del fenómeno, por lo que requiere una comprensión integral de la sociedad y trabajar los conceptos de dominación, poder, burocracia y su papel dentro de los tipos de acción social a analizar. A las perspectivas teórico-metodológicas que se fundamentan en las posturas o tipos de ciencias hay que añadir las diferentes disciplinas de trabajo e investigación que dentro del ámbito de lo social se afilian en las perspectivas. La disciplina está conformada por los estudios e investigaciones sobre un objeto de conocimiento definido y sistematizado. Las disciplinas son campos de conocimiento específicos cuyo objeto de estudio, si bien forma parte de otras teorías, disciplinas y perspectivas teórico-metodológicas, ha sido ubicado en el tiempo y el espacio. En el tiempo porque supone un trabajo con regularidad sobre uno o varios objetos de estudio, de ahí que surjan expertos especialistas de alguna parcela de la realidad. La importancia de las disciplinas radica en que son espacios en los cuales se desarrolla la producción intelectual y empírica para la comprensión y predicción de los procesos sociales y culturales. Las disciplinas se nutren de las perspectivas y su organización y lógica interna se debe al tipo de ciencia de la cual forman parte.

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2.3.1

Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias empírico-analíticas

A partir de Galileo se genera una lógica epistémica cuya visión del mundo da forma y consistencia a las ciencias empírico analíticas. Las cuales estudian e investigan lo social con base en el método científico, confían en el poder de la ciencia para el desarrollo humano y tienen esperanza en la contribución de la ciencia para alcanzar ideales como: la igualdad, educación, libertad y justicia. Pensadores como Spencer, Condorcet, Turgot y Comte comparten en líneas generales una idea, según la cual el hombre con el advenimiento de las ciencias y sus aportaciones, por fin está en el camino de un continuo y ascendente progreso. Entre las perspectivas teórico metodológicas derivadas de este tipo de ciencias están: el sensualismo (L. Da Vinci y D. Hume), organicismo (H. Spencer), empirismo (J. Locke), evolucionismo (J. A. Condorcet), el positivismo (A. Comte) y el funcionalismo (E. Durkheim). Cada una de estas perspectivas posee una estructura teórico conceptual, es decir una visión del mundo y un método de trabajo para describir y analizar la evidencia empírica. En estas perspectivas sólo lo observable, lo medible, cuantifcable y comprobable puede ser objeto de estudio de la ciencia. De ese modo, las perspectivas mencionadas en su época hicieron a un lado el conocimiento de la metafísica, la estética, los mitos o bien el estudio de las esencias que están detrás de los fenómenos humanos. Para estas perspectivas lo importante es el mundo de lo real, y de hecho asumen que la metafísica y el conocimiento teológico, si bien han estado presentes en la historia, no es científico. Bajo este grupo de argumentos, entre las disciplinas sociales que surgen de las perspectivas teórico-metodológicas que forman parte de las ciencias empírico-analíticas están: la sociología empirista (Comte y Durkheim); el análisis de contenido (Berelson); la psicología conductual (Skiner y Pavlov); el mass media comunication research (Lasswell, Katz, Mc Luhan) y otras disciplinas recientes como psicología laboral; publicidad; mercadotecnia; relaciones públicas, comunicación organizacional; comunicación política; diseño gráfico y audiovisual y una serie de estudios cuyo instrumento central de análisis es la estadística social. 2.3.2

Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias interpretativas

En las ciencias interpretativas se han generado diferentes perspectivas teóricometodológicas, las cuales comparten un análisis comprensivo de las acciones humanas, la idea del devenir y la exploración en los pasados vividos y pensados por los sujetos entre otros temas. La principal característica de esta lógica epistémica radica en que centran su interés en el lenguaje, pues es el medio universal mediante el cual los sujetos interactúan, le otorgan sentido a sus acciones y explican su hacer en el mundo. El lenguaje expresa los contenidos de la memoria de un pueblo y manifiesta las preocupaciones de los grupos y colectividades 73

sociales, en suma condensa una cosmovisión del mundo. A través del lenguaje se pueden conocer las creencias, los mitos, las ideas y posturas de una colectividad social. Ahora bien las perspectivas teórico-metodológicas derivadas de las ciencias interpretativas son: en sus antecedentes, la exégesis, filología, romanticismo, historicismo, idealismo y filosofía del lenguaje. Ahora en una etapa más contemporánea Está el estructuralismo (Claude Levi-Strauss, Ferdinand de Saussure); la fenomenología (E Husserl, A. Schütz); el interaccionismo simbólico (G. H. Mead); el constructivismo (Gregory Bateson, Paul Watzlawick); cognocitivismo (Humberto Maturana, Francisco J. Varela) y la etnometodología (Georg Simmel, Harold Garfinkel). Cada una de estas perspectivas es el núcleo de disciplinas de trabajo de investigación en humanidades como: la lingüística (Chomsky y Jackobson); la semiótica (Locke, Pierce, Morris y Humberto Eco); la semiología (Hjemslev, Roland Barthes y Greimas); la semántica(Pierre Giraud); el análisis del discurso (Teun Van Dik); la sociología comprensiva (Weber); la antropología (Clifford Geertz); la pragmatolingüística (John L. Austin); la sociolingüística (Ludwing Wittgenstein); la hermenéutica (Gadamer) y la psicología cognoscitivista (Evan Thompson y Eleanor Rosch). Como puede apreciarse estas disciplinas y algunas interdisciplinas suponen un interés sobre diferentes aspectos del lenguaje humano y en lo general de los sistemas de comunicación que los sujetos emplean de manera cotidiana. Esto no significa que los autores de tales disciplinas piensan lo mismo, sino que han articulado una manera de comprender las cosas que supone una lógica epistémica en mayor o menor medida específica. De ese modo los sistemas de significación y de codificación, el estudio de las relaciones entre signo y sociedad, entre lenguaje y pensamiento, lenguaje y cultura, los trabajos sobre rituales, mitos, tradiciones, valores, relatos de identidad son abordados desde una lógica comprensiva. Al mismo tiempo los aspectos del poder, el dominio y la obediencia son analizados como relatos que han logrado una presencia y una legitimidad efectiva en la vida humana; en suma se trata de disciplinas rigurosas que van del planteamiento de modelos y esquemas comunicacionales hasta grandes disertaciones sobre el poder del lenguaje, las identidades, las información y el conocimiento en las sociedades contemporáneas. 2.3.3

Las perspectivas teórico-metodológicas y las disciplinas en las ciencias sistemáticas de la acción

Las perspectivas teórico-metodológicas adscritas a la postura dialéctica (sistemáticas de la acción) comparten varias tesis centrales. De hecho se trata de una posición crítica de la sociedad capitalista contemporánea, tanto en su base económica o estructura (relaciones sociales de producción, medios de producción y fuerzas productivas) como en su superestructura (ideología, política y jurídica). Esta perspectiva que retoma la idea del devenir, también hace suya la idea de la contradicción y explica que hasta ahora la historia de la humanidad no ha sido otra cosa que la sustitución de una clase dominante por otra. De ese modo la dialéctica significa, en esta postura cambio, oposición y contradicción, y significa también vinculada al conocimiento de las leyes de la historia que en el futuro la 74

humanidad llegará a la sociedad sin clases. Bajo estos lineamientos, el interés del conocimiento está dirigido hacia la emancipación humana, es decir minar la condición de explotación económica y la alienación ideológica que impone un sistema basado en la propiedad de los medios de producción. Los investigadores que hacen suya esta perspectiva tiene la convicción de que estudiar lo social desde una perspectiva crítica es para aportar elementos para cambiar el orden existente a través de reformas al sistema social capitalista. Las perspectivas teórico-metodológicas de esta postura son el materialismo dialéctico (Karl Marx); el materialismo histórico (F. Engels); la teoría crítica (Max Horkheimer, Jürgen Habermas) y los estudios culturales (Stuart Hall y R. Williams). Las disciplinas que se encuentran inmersas en estas perspectivas son: la filosofía (Luckàs); la historia (F. Engels); economía política (Paul Beran); sociología crítica (Mattelart, Moragas) y el psicoan{alisis (Wilheim Reich). Lo que tienen en común las disciplinas propias de la postura sistemática de la acción es la crítica al modo de producción capitalista, la visión de la necesidad de una emancipación de las clases subalternas, la transición a una sociedad igualitaria y el análisis de la superestructura ideológica, política y jurídica. Por ejemplo, el psicoanálisis establece correspondencias con el ámbito social y cultural al sostener que las patologías neuróticas e histéricas de los sujetos tienen su origen en la forma en que histórica, económica y culturalmente se ha organizado una sociedad. Es decir, las limitaciones para realizar o satisfacer ciertos deseos se derivan de las estructuras de la prohibición y del control social. La infelicidad, la prohibición del deseo, la angustia, el dolor, la frustración y la insatisfacción tienen su explicación en buena medida en la organización social. Hay que señalar que desde estas perspectivas se han realizado diversos trabajos de investigación sobre la comunicación mediática. Los medios se identifican con los grandes capitales nacionales e internacionales, por lo que están al servicio de la ideología de la clase dominante, acortan el ciclo económico a través de la publicidad y generan la sumisión de los individuos al poder y la dominación, además de generar procesos de transculturización.

2.4 La teoría y las teorías en las ciencias o posturas A manera de repaso condensaremos algunos aspectos sobre la teoría pues continuando con la lógica de exposición planteada, corresponde analizar las teorías ubicándolas según sea la perspectiva teórico-metodológica, disciplina o ciencia que la genere. Teoría se usa las más de las veces en oposición a práctica, significando con esto al conocimiento puro, que es mera consideración contemplativa, mientras que práctica denota cualquier clase de actividad fuera del conocimiento mismo. Sin embargo, no hay práctica alguna (ni en sentido ético ni técnico) sin teoría. Pues toda práctica está ligada a

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condiciones previamente dadas e inserta en un orden dado de antemano que debe conocer y tomar en cuenta si no se quiere fracasar. Por lo tanto una teoría es un entramado comprensivo cuya lógica de articulación se expone a través de construcciones conceptuales que idealmente deben corresponderse entre sí.Una teoría puede definirse como un conjunto sistemático de proposiciones vinculadas con coherencia, las cuales designan los nexos de causalidad entre dos o más eventos. Hay que señalar que una teoría constituye un discurso formal que organiza la realidad y representa la condensación de una serie de experiencias y eventos sistematizados de diferentes maneras, ya sea por su regularidad, su frecuencia o bien por su carácter permanente en lo social. Ahora bien, un mismo fenómeno, proceso u objeto puede ser estudiado y analizado desde diferentes perspectivas teórico-metodológicas y las respuestas o resultados variarán. Esto es la causa de por qué existen tantas teorías y el que éstas no coincidan. Estas aseveraciones generales nos apoyan para diferenciar a qué perspectiva teóricometodológica y a qué disciplina pertenece cada teoría y con ello tratar de comprender el sentido y significado de cada una. El ubicar dentro de su perspectiva y disciplina cada teoría, habla ya de que puede abordarse con mayor claridad e intuir cuáles son los principios de los que parte el autor y comprender lo que quiere decir. Ya se ha dicho que una teoría no proporciona una explicación absoluta o final respecto a los objetos de estudio que trata. A pesar de concentrar las redes de vinculación de los elementos de causalidad entre dos o más eventos, la teoría adopta un carácter provisional. Si se entiende a la teoría como una aproximación comprensiva de la realidad pueden marcarse como sus principales características: 1) Sistematizar el conocimiento existente con base en una concepción de la realidad. 2) Proporcionar los elementos comprensivos necesarios para construir explicaciones de los fenómenos observados y sus relaciones. 3) Aportar los elementos de análisis para diseñar prospectivas con base en la sistematización de la información empírica disponible. Como se ha visto, la teoría es un conjunto de conceptos y categorías generales sobre los procesos y objetos de la realidad. Según Ernst Nagel las teorías cuentan con tres componentes: Un cálculo abstracto que es el esqueleto lógico del sistema explicativo y que define implícitamente las nociones básicas del sistema; después un conjunto de reglas que asigna un contenido empírico al cálculo abstracto, relacionándolo con los materiales concretos de la observación y la experimentación y; tercero, una interpretación o modelo de cálculo abstracto que suministra carne al esqueleto, por decir así, en términos de materiales conceptuales o intuibles más o menos familiares. Sin embargo, no debe suponerse que el orden de exposición aquí 76

adoptado refleja el órden también en que surgen las teorías en las mentes de los científicos individuales. (Nagel, Ernest: 1980: 94) Las teorías pueden comprenderse de dos maneras: como elaboraciones que pueden comprometerse con alguna finalidad ética o política y como sistemas de pensamiento, en otras palabras, modos de comprender y analizar la experiencia presente en lo que se conoce como realidad. Por ello hay que recordar que la teoría crítica es entendida como el momento reflexivo de una intervención práctica y es, por eso, promotora de una conciencia crítica respecto de las condiciones de poder externas a los sujetos (condiciones heterónomas) en que se desenvuelve la vida social. Esta visión está dirigida contra una concepción tradicional de teoría que entiende a ésta como una acumulación sistemática de saber cuyo supuesto es la autosuficiencia lógica del acto de conocimiento e ignora o considera irrelevante su inherencia a procesos sociales y formas de vida históricas. Al suscribir espontáneamente la escisión dualista entre pensar y ser, conocimiento y acción, valor e investigación, el sujeto, se pretende que, se desdoble en el especialista que percibe la realidad social de facto y el ciudadano que se interesa en ella -la realidad social- como afiliado a un partido, un votante, etc. El pensamiento crítico se opone a esa naturalización de las condiciones existentes, vistas ahora como resultado de una praxis social inhumana e incorpora a la actividad intelectual misma, a la elaboración teórica sectorial, una conciencia de fines y una racionalidad más abarcativas y aptas para neutralizar en la esfera del conocimiento, los efectos instrumentales de la división del trabajo capitalista. Es así que de acuerdo al pluralismo teórico es imposible la existencia de observaciones puras, independientes de las teorías, porque la función de las alternativas concretas o teóricas radica en ofrecer medios para criticar la teoría aceptada de una forma que trasciende la crítica hecha mediante la comprensión de la teoría con los hechos. 2.4.1

Las teorías en las ciencias empírico-analíticas

Las teorías comúnmente denominadas funcionalistas forman parte de las ciencias empíricoanalíticas, tienen como perspectiva teórica-metodológica al organicismo, el análisis de contenido, de sistemas, el sensualismo, el evolucionismo, el positivismo y el empirismo y surgen de disciplinas como: la sociología empirista o funcionalista, la mercadotecnia, la publicidad, la psicología conductista, la cibernética e informática, el mass media comunication research, entre otras. En las teorías surgidas de estas perspectivas teórico-metodológicas los principios en común que tienen consisten en representar al sistema social como un organismo cuyas estructuras desarrollan funciones que permiten mantener un orden necesario. De tal modo que es imprescindible la generación, transformación y regulación de las formas de organización y coordinación entre las estructuras que sean funcionales al progreso, avance social y la integración del sistema. 77

Bajo estos supuestos los investigadores adscritos a la sociología empírica norteamericana y la psicología conductista, entre otras disciplinas desarrollaron sus estudios. Autores como Shannon, Katz, Berelson, Lasswell y Mc Luhan son algunos de los que se identifican o se relacionan con el paradigma funcionalista, que como hemos visto no es una sola sino varias perspectivas teórico-metodológicas que comparten una lógica de organización del conocimiento propia de las ciencias empírico-analíticas. Es así que las teorías pertenecientes a esta lógica epistémica tenga en forma implícita y latente nociones propias del evolucionismo, organicismo, empirismo, positivismo e incluso lógico-abstractos (Círculo de Viena) como las matemáticas y la cibernética. Intentando describir la estructura del proceso de comunicación y sus medios. Otro aspecto importante de señalar es que la constante en el desarrollo de dichas teorías es la aplicación de un método racional y sistemático de observación y análisis de los hechos sociales. Es decir, fundamentan sus investigaciones en el acucioso examen de la evidencia empírica y en mayor parte aplican instrumentos o aparatos de investigación como la estadística social. Algunas de estas teorías son: teoría de la sociedad de masas, la aguja hipodérmica o bala mágica, cambio de actitudes, del flujo en dos etapas, teoría de la información, usos y gratificaciones y la teoría de la agenda setting, entre otras. Únicamente mencionamos las más representativas según la literatura sobre la temática. 2.4.2

Las teorías en las ciencias interpretativas

Las teorías que frecuentemente son llamadas estructuralistas se inscriben en la postura interpretativa, tienen como perspectivas teórico-metodológicas a la lingüística, hermenéutica, fenomenología, cuyos antecedentes y bases se encuentran en la exégesis, la filosofía del lenguaje, el historicismo y el romanticismo, es decir las denominadas ciencias del espíritu. Algunas de sus disciplinas son: la hermenéutica, la lingüística, semiótica, análisis del discurso, pragmatolingüística y la antropología estructural, entre otras. El conocido estructuralismo busca localizar núcleos duros comunes a toda sociedad en una lógica transhistórica, de tal suerte que el lenguaje, en tanto sistema universal, formal, convencional y lógico de signos y símbolos, es una de las fuentes para sus construcciones comprensivas y modelos racionales sobre el mundo. Se han desarrollado en cada una de las disciplinas de este modo de organización del conocimiento múltiples teorías. Sobre el ámbito de la comunicación podemos identificar a las teorías del lenguaje y su relación con el pensamiento, la teoría del interaccionismo simbólico, la construcción social de la realidad, los aparatos ideológicos del Estado y teorías sobre el poder y control social. Estas ciencias interpretativas se desarrollan buscando una lógica epistémica diferente a las ciencias naturales, su constante es analizar y comprender lo social con una metodología eidética.

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2.4.3

Las teorías en las ciencias sistemáticas de la acción

En esta postura la teoría aparece sobre el plano de una interacción permanente con la práctica. No generaliza sino que va más allá y pretende develar nuevas relaciones y aspectos del objeto y con ello ayudar a la práctica. La teoría es empleada como un conocimiento con forma definida resultado de la investigación científica y cuyo fin es la transformación y el cambio social. En el materialismo histórico se propone una relación dialéctica entre teoría y praxis del conocimiento, de tal forma que la concepción revolucionaria, en tanto que descubierto las leyes de la historia, debe pasar al plano de la práctica para probarse en ésta y enriquecerse. Otro aspecto importante en esta lógica epistémica es la relación dialéctica que coincide con la establecida entre sujeto y objeto de conocimiento. . La transformación sobre lo sensible (lo concreto) repercute en los nexos del individuo con el mundo y el cambio en la conciencia de los sujetos (lo abstracto) también puede desencadenar (como conciencia en sí y para sí) la modificación de las condiciones existentes en la organización social. De esta manera el materialismo dialéctico propone la construcción metodológica del concreto-abstracto-concreto, según la cual la teoría surge en principio del conocimiento de lo inmediato y lo sensible, que constituye el punto más concreto y menos abstracto del conocimiento. Y será a través del examen del pensamiento, posible conocer el mundo de las esencias que están tras toda manifestación fenoménica o aparencial. Estas esencias constituyen la razón primera de los fenómenos en la historia y su examen permitirá localizar las leyes que explican la lógica del desenvolvimiento humano en el devenir. Este conjunto de postulados fueron la base para los teóricos de la información y la comunicación que se constituyeron en críticos de la ideología y de los medios de comunicación. Algunas de las teorías que forman parte de la postura sistemática de la acción son la teoría crítica, de la acción comunicativa, de las industrias culturales, del imperialismo cultural, de la dependencia cultural y del proceso de transculturalización, entre otras.

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Capítulo 2. Lógicas epistemológicas en el conocimiento de lo social y lo comunicacional. Del trabajo sobre Las Teorías de la comunicación.

Que presenta: Rafael Ahumada Barajas UNIVERSIDAD DE NAVARRA. Enero de 2008.

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