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Que nada nos DISTRAIGA N.H. D. Alberto Romero Borreguero (Teniente Hermano Mayor)

E

s la primera vez que tengo la oportunidad de dirigirme, por medio de las páginas de este Boletín, a todos los hermanos desde mi condición de Teniente Hermano Mayor de nuestra querida Hermandad. Por eso, quisiera que las primeras líneas de este artículo fueran de agradecimiento a todos aquellos que con su voto depositaron en esta Junta de Gobierno la confianza y la esperanza para regir los destinos de nuestra Corporación los próximos cuatro años, rogando al Señor en su advocación de las Penas y a su Bendita Madre de los Dolores que nos ayuden a todos en este camino. Cuando este Boletín llegue a todos vuestros hogares, nos encontraremos inmersos en plena celebración del tiempo de Cuaresma, tiempo litúrgico de conversión, tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y faltas y tiempo para intentar ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo. En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida, la Iglesia nos invita a vivir este tiempo como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y realizando obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, del que nos hemos ido alejando por la acción de nuestros pecados. Recientemente he tenido la oportunidad de asistir al retiro organizado por la Archidiócesis de Sevilla y celebrado el pasado sábado día 7 de febrero en la Casa de Retiros de Betania, orientado a Hermanos Mayores y Tenientes de Hermano Mayor de las Hermandades de Penitencia de 4

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Sevilla capital y que fue dirigido por el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo Coadjutor de Sevilla. Escasas eran las referencias que tenía sobre la figura de Monseñor. Sabía de su persona lo que los medios de comunicación a través de entrevistas y artículos nos habían hecho llegar a todos. Ni siquiera había tenido la oportunidad de leer su discurso en el acto de recepción y toma de posesión como Arzobispo Coadjutor de la Archidiócesis de Sevilla el pasado día 17 de enero. Por tanto puede decirse que, al igual que la gran mayoría de los allí presentes, este retiro representó la primera toma de contacto con el que será sucesor de nuestro Cardenal al frente de la Iglesia de Sevilla, y en breves líneas quisiera compartir con vosotros los mensajes e indicaciones que allí se trataron por parte del Arzobispo Coadjutor. En este retiro, Monseñor Asenjo, en su reflexión a la que tituló “Volver a lo esencial”, nos indicó que los cofrades hemos de tomarnos el tiempo de Cuaresma “muy en serio,

debiendo huir de las prisas y de que la preparación de los cultos, que la celebración de actos y eventos, que la preparación de la salida procesional, no nos haga perder la visión de lo esencial”. En este tiempo cuaresmal dijo que debemos “recuperar la

oración y amar el silencio en un mundo rodeado de ruidos y prisas”, y recordó una frase del añorado Juan Pablo II que decía: “Los sacerdotes somos lo que rezamos”. Resaltó durante su intervención el mensaje que Su Santidad Benedicto XVI ha enviado a todos los cristianos para la Cuaresma del presente año en el que el Santo Padre nos invita a la práctica penitencial del ayuno, “que nos ayuda a

superar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo”. Marzo 2009

Destacó Monseñor Asenjo que “los cristianos hemos perdido la dimensión ascética del ayuno”, puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos y “el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor”. En la segunda parte de su reflexión Monseñor Asenjo recordó el encuentro de Su Santidad Benedicto XVI con las Hermandades y Cofradías de Italia el 10 de noviembre del pasado año en el que les pidió que fueran “Escuelas populares de fe vivida y talleres de Santidad”. El Arzobispo realzó que la “religiosidad popular o piedad popular”, sin que puedan parecer términos peyorativos calificadores de nuestras Hermandades y Cofradías, son “freno a la

secularización que vive toda España y que en Andalucía es menos intensa que en el resto del territorio”, debiendo acentuarse la misión evan g elizadora de nuestras Corporaciones. Continuando con su exhor tación, Monseñor Asenjo dijo que “ignorar a las

Monseñor Asenjo nos estimuló a tener

“comunión afectiva y efectiva con el Obispo, que es el vehículo de comunión con la Iglesia Universal”, y dijo que

Las fragmentaciones o divisiones en nuestras Hermandades son un mal testimonio que se da a la sociedad, como poner palos a la rueda de la evangelización... Y si esta trasciende hace daño a la IGLESIA ...

Hermandades por parte del Obispo sería una necedad, casi un suicidio, aunque observando que dentro de la Iglesia hay quien tilda a las Hermandades como un punto y aparte por falta de espíritu misionero”, no debiendo olvidar que “para muchos hermanos es la única manera de vivir su fe, siendo un medio precioso de presencia de la Iglesia en la vida pública”.

Expuso Monseñor Asenjo que en los momentos que vivimos actualmente el ejercicio de la Caridad y la ayuda al más necesitado se convierten en fundamentos esenciales de nuestras actuaciones, “me parece que la Caridad es uno de los

aspectos en el que mejor funcionan las Hermandades” dijo, antes de invitarnos a “agudizar el ingenio y

llegando, si hiciera falta, a tomar decisiones heroicas al respecto”. Durante su intervención el Arzobispo expuso que “a veces los Obispos piensan que los laicos los dejan solos”, hizo especial hincapié en la unión Marzo 2009

entre todos los hermanos indicando que “las divisiones o las fragmentaciones en las Hermandades son un mal testimonio que se da a la sociedad, es como poner palos a la rueda de la Evangelización”, afirmando que si los mismos trascienden “hacen daño a la Iglesia”, e invitó a los asistentes a ser siempre “propiciadores de la unidad y el entendimiento entre todos, a ser artífices y sembradores de la Paz”.

las Hermandades no pueden ser “islas, han de formar parte activa de la Diócesis”, para exponer también que nuestras Cofradías “necesitan

a la Parroquia y la Parroquia necesita de ellas”, que los cofrades no podemos ser

“solitarios, sino solidarios” y la vida parroquial es “un intercambio de dones”. En su alocución el Arzobispo hizo especial mención de la recomendación del Santo Padre a las Hermandades italianas a las que “invita a multiplicar

las acciones formativas de éstas”, pudiendo ser las mismas en unión con varias de ellas, e indicó que “la

Iglesia necesita católicos formados” con una “fe adulta”, resaltando que “el tiempo que dedicamos a la formación es igual al que le dedicamos a Dios en nuestra vida”.

Para terminar su exhortación Monseñor Asenjo recalcó que “en los momentos actuales que vive la Iglesia no podemos ser mediocres”, debemos estar formados para enseñar y defender nuestra Iglesia. El final de sus palabras fue un mensaje que debemos de tener todos los cofrades, tanto miembros de Junta de Gobierno como hermanos de a pie de nuestra Hermandades muy presente: “No consintáis que nadie desvirtúe vuestras esencias, vuestras legítimas tradiciones”.

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