Tiempo de TESTIMONIO Rvdo. P. D. José Antonio Parrilla Sarmiento Vicario Parroquial de San Francisco Javier de Sevilla
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a Santa Cuaresma comienza con el signo penitencial de la ceniza, tan cargado de simbolismo, y una llamada a la conversión y la penitencia. Es el tiempo propicio para volvernos al Señor implorando misericordia y gracia, reconociéndonos pecadores, suplicando perdón por nuestros pecados y pidiendo virtud para ser testigos de Cristo. Siempre es tiempo de gracia, y la conversión es una actitud, una dinámica espiritual que debe estar activa en toda vida cristiana rectamente entendida. Pero durante el periodo cuaresmal la Iglesia se motiva más intensamente por la proximidad de las celebraciones de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, centro de todo el año cristiano y fundamento de nuestra fe. En Cuaresma, se pretende que el cristiano reactive su condición de creyente y discípulo de Cristo dentro de la Iglesia, renovando espiritualmente el sacramento del Bautismo por medio de la Confesión. Igualmente se anima a los fieles a que intensifiquen la unión con Jesucristo por medio del Sacramento de la Eucaristía. Todo esto ha quedado recogido en los mandamientos de la Iglesia: "...confesar los pecados al menos una vez al año... comulgar en Pascua de Resurrección...". Pero la intención de la Iglesia no se detiene en esos mínimos, sino que espera y desea que la Cuaresma suponga una auténtica renovación espiritual. Y recomienda tres prácticas penitenciales: Oración, que nos conecte con Dios; Ayuno, que además de ser privación de alimentos y abstinencia de carne los viernes, nos aparte de vicios y malas costumbres contrarias a nuestra fe; Limosna, caridad material con los necesitados y los que sufren. La Cuaresma sevillana reviste la espiritualidad litúrgica y devocional de este santo tiempo con los signos tradicionales de nuestras Hermandades y Cofradías, tan ricos y valiosos. Para muchos sevillanos, son el medio con el que mantienen una fe sencilla, cargada de sentimientos, sinceramente religiosa, que les une al Misterio de Cristo. Cabe, sin embargo, el peligro de que lo exterior se imponga sobre lo interior. La Semana Santa es ante todo fe en Cristo, que significa vida en Cristo. Una interpretación de la Semana Santa entendida principalmente como 8
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"fiesta popular" o "patrimonio cultural" es una peligrosa falsificación de la realidad sustancial de nuestras Hermandades de Penitencia. Desde nuestros orígenes, hace siglos, las Cofradías han sido expresión de fe. Somos cofrades porque creemos en Cristo y amamos a Cristo. La emoción intensa de un hermano ante el Señor de las Penas, es fe. Cuando contemplamos conmovidos la belleza inmaculada de nuestra Madre de los Dolores, es porque tenemos fe. Lo que sentimos cada Lunes Santo en San Vicente, por las calles de Sevilla, en la Catedral, es un sentimiento de fe. Todo está alentado, movido, enraizado en la fe. Desde la marcha de Pantión hasta el último varal del palio, desde el costalero que aguanta con corazón hasta el monaguillo con su canastilla de alegre inocencia, desde el ayudante de priostía al hermano veterano que espera en las sillas, desde el que estrena túnica de ruán y juventud al enfermo que no sale...Todo, todo en la Hermandad de las Penas de San Vicente es fe. ¡Y tiene que notarse! Vivimos tiempos en los que se sufre un "desgaste" de la fe, se favorece la presencia social de cosas que repugnan y entran en contradicción con ella. Y nuestras Cofradías deben ser más que nunca un patente testimonio de lo que creemos, de lo que amamos más que a nosotros mismos porque son cosas de Dios. Juramos creer, y juramos defender. Son dos obligaciones de cada cofrade, solemnemente rubricadas ante las Reglas con la mano sobre los Evangelios y el beso. Y tienen que notarse, hay que cumplirlas. Hermanos, los nuestros son tiempos de testimonio. Con una rica historia detrás, somos los cristianos cofrades del siglo XXI y, en la Sevilla del 2009, los que el Lunes Santo hacemos estación penitencial con el Señor de las Penas y María Santísima de los Dolores, creyendo y amando a Dios, con la emoción de la fe encendida, con la cruz cristiana al hombro, en pos de Nuestro Señor, tan fieles como los que nos precedieron y sembrando fidelidad para los que nos sigan. Esto hemos recibido y en esto debemos crecer, para gloria de Dios… ¡Esa será también nuestra gloria! Marzo 2009
Hermanos, BUENA ESTACIÓN N.H.D. José Luís Nieto Martín (Diputado Mayor Gobierno)
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ueridos Hermanos, me llamo José Luís Nieto y soy el nuevo Diputado Mayor de Gobierno. Nunca me imaginé que un día formaría parte del grupo de hermanos que tienen (y han tenido) el honor y el privilegio de pertenecer a una Junta de Gobierno… y ya con mis 53 años os digo que nunca se debe tener demasiada prisa por llegar, sólo nos debe motivar el estar al servicio constante del Señor y de la Virgen. Os comentaré que he salido de celador, tanto en una cofradía “de negro” como en otra “de capa”, además de penitente y hermano de cirio. Hace ya 16 años me invitó el Diputado Mayor a hacerme cargo del puesto de Diputado del Tramo de Señor y lo fui durante los 4 años que duró su primer mandato. Tuve más tarde la inmensa suerte de ocupar el puesto de Diputado de Cruz de Guía, algo por lo que siempre le estaré agradecido, porque han sido muchos los momentos entrañables y felicísimos que he podido vivir durante los 12 años en los que he realizado ese menester. Por eso, estoy seguro de que cuando este Lunes Santo la Cruz de Guía salga y hasta que desaparezca después de escuchar la saeta dedicada a Ella no podré evitar contemplarla con nostalgia y no poco de emoción. Sé que hasta que no esté de vuelta el Paso de la Santísima Virgen por la calle Cardenal Cisneros tendré una cierta intranquilidad, pero eso también ocurrió otras veces y todo salió bien. Esperemos que también esta vez sea así.
posible, porque ello nos ayudará a desarrollar mejor la organización de la cofradía en cuanto acabe la Santa Misa de Hermanos Nazarenos. Lógicamente pondremos todo de nuestra parte para mantener nuestro sello característico de cofradía seria, tanto en la compostura, como en el saber andar. Quiero que los nazarenos sepáis que vuestros Celadores están sirviendo a la Hermandad y a vosotros mismos, en un trabajo que es duro y sacrificado, a veces por cierto poco o nada valorado, pero que realizan una labor callada y tremendamente eficaz. Y a vosotros, los Celadores, recordaros que estáis para marcarles a los hermanos nazarenos las directrices a cumplir, pero también para ayudarles en todo lo que necesiten. Y al equipo de Gobierno (los Celadores y Diputados), deciros que estéis tranquilos; si todo sale bien, el éxito será de todos, pero si por el contrario fracasamos la responsabilidad del fracaso será sólo mía, pues al fin y al cabo yo soy el responsable de haberos elegido y en vosotros he depositado mi total confianza. Así que, de antemano, mucho ánimo y muchas gracias. Y me despido, haciéndolo con las mismas palabras que siempre les he dirigido a los que estaban cerca de mí en la Puerta de San Vicente cada Lunes Santo, momentos antes de salir la Cofradía: Hermanos, buena Estación.
Estaré a vuestra disposición durante todo el reparto de Papeletas de Sitio, donde se nos darán las instrucciones que debemos cumplir, como es el tema del calzado, el esparto, la posición de la cola y algunas otras cosas establecidas por las Normas de nuestra Hermandad. Y por favor, el Lunes Santo sed lo más puntuales Marzo 2009
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