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EL DUENDE

““Para verlos hay que aprender a estar en la naturaleza, a escucharla. Sentarse en la orilla de un arroyo, al pie de una montaña y vibrar en la misma frecuencia”. “No hay que ver para creer sino creer para ver. Aprender a escuchar el lenguaje de los árboles, del viento, de las hojas. Ellos te dan un mensaje, así es como que te hablan”.

Liliana Chelli

NOCHE DE ESPANTO

Para todos, la noche transcurría normalmente, pero para ella que creció temerosa de aquel lugar donde vivía, nunca imaginó que aquella noche tendría que enfrentar sus miedos. Era como las diez de la noche, su mamá le dijo que vaya a casa de su abuela a entregar una cobija pero Daniela estaba llena de terror pues tendría que pasar por “el cuarto” en

este lugar han estado ocurriendo una serie de sucesos, una sensación de que alguien habitaba adentro, en las noches cuando el reloj marcaba las doce se escuchaba ruidos extraños, como el llanto de un bebe, a veces parecía que algo o alguien levantaba con sus manos el techo de zinc y se podía observar como si unas sombras peleaban por entrar a la casa, en cierta ocasión su madre compró un chancho el cual desde la primera noche que le llevaron a casa y le soltaron en el corral el pobre animalito empezó a dar vueltas y vueltas como si escapara de algo siniestro hacía ruidos aterradores, desesperantes fue en vano el intento por salvarle al final el chanchito arrojó espuma por su hocico y murió. Los vecinos decían que en la noche cuando pasaban cerca de la casa se observaba en el cuarto que las luces se encendían y apagaban comentaban también que se escuchaba música a todo volumen como si estuvieran realizando un gran baile; sin embargo, esto no era cierto porque su mamá casi siempre estaba cansada y no le gustaban las fiestas. Los anteriores dueños mencionaban que ellos salieron de ahí porque los extraños ruidos les producía pánico y no les dejaban dormir, divagan que años atrás en la casa en aquel cuarto vivía una mujer que le gustaba pasársela de fiestas incluso metía muchos hombres a sus parrandas, al poco tiempo se le notaba con una barriga como de embarazada, luego de unas meses desaparecía su barriga y ella seguía su vida como si nada, dicen que alguien vio a la mujer que detrás de la casa enterró algo y cuando fueron averiguar encontraron el cuerpo de un bebe (aproximadamente de cinco meses) siguieron buscando y encontraron más restos eran huesos y cráneos muy pequeñitos, el pueblo estaba seguro que esos restos eran sus hijos, la mujer un día desapareció nunca se volvió a saber de ella. Daniela trataba en lo posible no cruzar frente aquel oscuro cuarto, pero esa noche ya no lo pudo evitar a la ida todo estuvo tranquilo ella paso corriendo no vio, ni sintió nada pero al regresar algo la detuvo, el viento comenzó a soplar más fuerte parecía susurrarle “no pases por ahí “ pero la pobrecilla no tenía otra opción esa era la única entrada, entonces se armó de valor tomó una estampita de la virgen del Quinche, la agarró fuertemente y empezó a dar pequeños pasos no obstante algo la detuvo al llegar frente al cuarto sentía que alguien le estaba observando fue tan fuerte esa sensación que por más que quiso continuar fue inútil porque su cuerpo no reaccionaba, cuando volteó su mirada hacía el cuarto vió a un hombre muy pequeño pero que todos sus rasgos eran de un adulto, llevaba un pantalón de color verde, unos zapatos largos y un sombrero muy grande él estaba agachado nunca se dejó ver la cara pero caminaba lento y con su mano extendida hacia donde estaba ella le hacía señas de que fuera donde él, Daniela asustada permaneció inmóvil y por más intentos que hiso por correr o gritar no podía era como si no fuera dueña de su cuerpo, aquel hombre seguía caminando lentamente hacia la puerta llamándola y ya cuando estaba muy cerca de Daniela ella al fin reaccionó solo corrió y corrió asustada sin regresar a ver, al llegar donde su madre y sus hermanos no contó a nadie de este misterioso suceso pues sabía que no le creerían mucho menos su mamá… Tiempo después mientras Daniela miraba televisión en un programa pasaron las imágenes con características similares a las que ella pudo ver en aquel tenebroso cuarto, personas que aseguraron también haberle visto ellos describieron a aquel hombrecillo como “el Duende”.

Solo ahí Daniela supo a quien había visto en realidad…