Wanafrica 02_ (11)

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febrero de 2006 /

wanafrica

el emprendedor

“Cuando eres joven siempre sueñas con cambiar el mundo. Llega un momento en que quizás tu sí cambias, pero las cosas que están a tu alrededor no”. Salwa explica que esa fue una de las razones por las que quiso marcharse de Marruecos. Aunque en su proyecto de vida “nunca contemplé el tema de la inmigración”, llegó a Barcelona en 1994. Comprobó entonces las dificultades que tiene la persona inmigrante para su integración social y laboral en un país que desconoce. Entendió la necesidad de trabajar en una nueva línea, inexplorada hasta entonces, en la que el diálogo intercultural tuviera cabida. Actualmente, con más de 10 años de experiencia, se ha convertido en una gran especialista en materia de inmigración. Integrarse en Cataluña sin olvidar las raíces de su país de origen. Luchar por la igualdad de género sin menoscabar la condición de ser mujer. Reivindicar la determinación de un pueblo, el Amazig, en una sociedad cada vez más globalizada. Salwa quiere todo eso y mucho más. Por eso en el año 2004 fundó Tamettut, la Asociación de Mujeres Amazigas para la cultura y el desarrollo. Se trata de la primera asociación a nivel mundial de mujeres amazigas. “Existen muchas asociaciones amazigas, pero ninguna en la que la mujer sea su verdadera protagonista”, explica Salwa. “Entiendo que para poder luchar por los derechos de los amazigues, es necesario que hombres y mujeres tengan las mismas oportunidades y los mismos derechos”, clarifica Salwa. La razón de ser de Tamettut es dar a conocer y promover a nivel nacional e internacional el pluralismo cultural amazig, así como la especidificidad de la mujer amaziga y sus relaciones dentro del marco de la diversidad cultural. Tamettut pretende acercar la cultura amaziga a través de trabajos de investigación interculturales en los campos más diversos de la sociedad de origen y de acogida (género, inmigración, política, educación, salud,

Ser mujer, amaziga e inmigrada en Cataluña religión, derecho o ecología). Además se realizan actividades i formaciones interculturales, se ofrece un espacio de documentación y se facilita un servicio de mediación intercultural como lazo entre dos grandes culturas: la amaziga y la catalana. Gracias a esta iniciativa se ha conseguido tomar conciencia a nivel mundial del importante papel de la mujer amaziga. Una prueba de ello es la creación de una Comisión de mujeres dentro del Congreso Mundial Amazig, de la que Salwa es la responsable. Pero, ¿Quiénes son los amazigs? “Los amazigs conforman hoy en día el 65% de la población marroquí, y son muy numerosos en otros países del norte de África”, explica Salwa. Pero hubo un tiempo en el que el territorio amazig se extendía a lo largo de toda la cuenca sur mediterránea y llegaba hasta Egipto (Siwa). Y es que los amazig fueron los pobladores originarios del norte de África, un territorio conocido como “Tamazgha”. Con los siglos, tornadas de colonizadores (romanos, fenicios, árabes, y más tarde los europeos) modificaron el mapa político, económico y social de todo el territorio. Hoy en día, aunque no son reconocidos como pueblo, el

Texto: Carol Díaz-Tapia / Foto: Gatnau

Salwa El Gharbi nació en Tánger cuando el norte de Marruecos atravesaba una de las épocas más oscuras. Estudió Derecho en la Universidad de Ciencias Jurídicas y Económicas de Fez. Con 25 años decidió realizar un viaje por Cataluña. Un largo viaje del que todavía no ha regresado, y del que quizá nunca regrese. Su trayectoria sufrió un giro radical en 1994 cuando las circunstancias y las casualidades la afincaron definitivamente en Barcelona. Desde entonces Salwa ha logrado hacerse un hueco en el campo de la inmigración y de la integración cultural. Paralelamente, desde el año 2004 Salwa El Gharbi preside Tamettut, la Asociación de Mujeres Amazigas para la cultura y el desarrollo. Una asociación pionera en el mundo que tiene como objetivo promover la especificidad de la mujer amaziga y sus relaciones en el marco de la diversidad cultural, así como la reivindicación de los derechos del pueblo amazig.

espacio sociocultural amazig comprende diversos territorios de Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Mali, Níger, Chad, Burkina Faso… “Muchos nos conocen como bereberes, pero esta palabra adquiere connotaciones peyorativas”, aclara Salwa. Los amazigs (que significa “hombre libre”, “hombre rebelde”, “hombre noble”) tienen su propia lengua, su propio alfabeto, conservan sus propios rituales y respetan ante todo las fuerzas de la naturaleza. La historia del amazig es la historia de un pueblo destinado al olvido que, sin embargo, y gracias a su gran fortaleza, ha conseguido sobrevivir. “En los últimos años, Marruecos y Argelia están haciendo tímidos esfuerzos por reconocer la pluralidad, la diversidad de las culturas e identidades que integran sus respectivos países”, dice Salwa. En este sentido, en 2001, Mohamed VI anunció la creación del Instituto Real de la Cultura Amaziga. Un hecho que Salwa mira con cautela: “Puede ser un dardo envenenado porque aunque se reconoce la existencia del pueblo amazig, ésta no se ha hecho de manera oficial. Los amazigues no existen ante la ley. Todo ello ha confundido a muchos ciudadanos que se han conformado con este reconocimiento”. “Es necesario ahora más que nunca una reivindicación persistente que no se diluya ante el espejismo creado por las declaraciones de los gobiernos actuales”, explica Salwa. Una reivindicación donde la mujer adquiera un papel importante. Y es que la mujer es uno de los pilares en los que se sustenta el pueblo amazig. Precisamente Tamettut tiene un significado muy especial: “dentro de la diversidad amaziga, todas las mujeres son Tamettut. Mujeres rodeadas de un áurea mágica y que poseen grandes cualidades, mujeres que transmiten sus saberes ancestrales, que resuelven los conflictos internos, que conservan y protegen la unidad familiar”. Lo especial de su significado radica en saber que para el pueblo amazig todas sus mujeres son Tamettut.