UNA IGLESIA AL RITMO DEL NUEVO MILENIO Conferencista: Andrés Torres Autor: Germán Méndez Cortes Al inicio del tercer milenio, tras la gran celebración jubilar del 2000 la encarnación del Señor, la Iglesia cumple los dos milenios del caminar histórico. Es el momento de volver a los orígenes, para extraer las notas genuinas que nos definen como comunidad de Jesús, que trabaja por hacer presente el reinado del Padre en el mundo. La iglesia que soñamos: Contemplativa “Y los llamó para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” Mt 3,14. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído Hch 420. “El cristiano del futuro, o será un místico, es decir una persona que ha experimentado a Dios, o no será cristiano” Karl Rahner. ¡”Ay de mi si no evangelizare”! 1 Co 9,16. Dócil al Espíritu Es quien guía a la Iglesia y manifiesta su presencia con dones diversos (carismas, ministerios, servicios) 1 Co 12,1-30. La pasividad, el inmovilismo, el conformismo, la actitud defensiva sofocan el Espíritu 1 Tes 5,19. Comunidad “Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios” Jn 30,22. La Iglesia es el hogar de todos. “Y todos vosotros sois hermanos” Mt 23,8; Hch 2,42 ss; 4,32. Sencilla y humilde Al estilo de Jesús pobre, humilde y servidor de todos Mt 12,18; 20,26. Una Iglesia ajena a esta forma propia de los señores de este mundo: autoritaria, prepotente y arrogante. ¿“Pedro, me amas más que éstos”? Jn 21,15. Respeta, promueve y coordina los carismas VC 49. Servidora como Jesús y no impositiva Mt 22,3-4. Misionera Es la tarea y la dicha del evangelizador. El envío misionero Lc 10 “Seréis mis testigos, mi memoria viva”. Sin fronteras El Espíritu conduce a la Iglesia al universalismo por su actitud de amor, de diálogo sincero y respetuoso y de apertura La novedad del Vaticano II estuvo en proponer grados de pertenencia a la Iglesia LG 14-16. “La Iglesia sacramento de unidad del género humano” LG 1.
Samaritana Que no pase de largo ante los problemas humanos. Que no alimente una actitud egoísta, calculadora e indiferente, sino una actitud de entrañas de misericordia. Que ve, siente compasión, cura y acoge a los crucificados de hoy. El Buen Samaritano LC 10,29-36. Profética Que anuncie con pericia, intrepidez y libertad, sin miedos ni componendas la buena nueva del reinado del Dios Mt 10,7-8. Que denuncie con valentía los atropellos a los Derechos Humanos, la violencia, la corrupción y la impunidad Am 2,6-7. ¿Dónde están los profetas? ¿Cómo profetizar hoy? El profetismo de lo cotidiano. Pobre y desinstalada Con opción preferencial por los pobres y marginados al estilo de Jesús Lc 4,18. Inculturada, que no se impone, no manipula ni domestica el evangelio. Con más rostro laical Es la hora del protagonismo de los laicos. Juan Pablo II a los 35 años del Concilio reconoce que muchos laicos han respondido para ir a trabajar en la viña. Hay que abrirles canales de participación y corresponsabilidad FL 3. En lo intra-eclesial y en lo intra-mundano, sin la fuga mundi, sin clericalismo, ni mundanismo. No son menores de edad o cristianos de segunda, a quienes se les hace una concesión sino por su vocación bautismal protagonistas en la misión de la Iglesia. Con más rostro de mujer El rol de la mujer en la sociedad y en la Iglesia no se ha respetado, es discriminada. Los derechos y deberes del hombre y la mujer en la Biblia Gn 1,26-29. Los pasos dados son positivos, pero todavía vacilantes. El Papa ha escrito páginas bellas en VC 57-58 muy iluminadoras sobre la mujer consagrada como “guardiana del mensaje evangélico” MD 15. La mujer comunicará a la Iglesia su amor y ternura, junto con la fe y el amor a Dios. Es urgente que la Iglesia no mire a la mujer como mera espectadora, sino que la involucre en las tareas propias VC 58. Jesús tuvo discípulos y discípulas Lc 8,2; 24,9-10. No podemos permitir que esta gran utopía de una Iglesia pasando el umbral de tercer milenio, con rasgos más interpelantes y seductores, con más rostro laical y de mujer, se frustre por lentitud, pereza o miedo de algunos miembros decisorios de la Iglesia. Es tiempo de soñar con una Iglesia utópica. Que Dios nos conceda el coraje de realizar este sueño dócile al Espíritu.