4. Obras Son Amores Y No Buenas Razones (iv Dom Cuaresma)

Reflexiones para Emproístas Para el IV DOMINGO DE CUARESMA.

OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES (O QUE VIVA LA ALEGRÍA)1

Leí hace algún tiempo, la historia de un matrimonio tradicional japonés. La alianza arreglada desde niños, con muchos años de convivencia y sin hijos. Por estos datos, aparentemente el amor no estaba presente en esta unión. En este contexto, el esposo enferma y queda ciego; los médicos le dan esperanzas hablándole de un transparente de cornea. Consiguen el donante y realiza con existo la operación, devolviéndole la vista en un ojo. Cuando el esposo ve por primera vez, con su recién recuperada visión, a su esposa, descubre que a ella ahora le faltaba un ojo ¡Ella fue la donante!

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El IV domingo de cuaresma es llamado tradicionalmente por la Iglesia "Domingo de la Alegría" por que anticipa la alegría de la resurrección.

Esta historia sorprende. Según leí es de la vida real. Tanto amor y tanta entrega a la pareja sobrecoge y asombra. No es común encontrar espíritus de sacrificio por amor a tal extremo. Pero en la historia de la humanidad hubo otro amor más extremista: el amor de Dios por los hombres. "Tanto amo Dios al mundo que él dio a su hijo único, para que todo aquel que crea en el no perezca, sino que tenga vida eterna." El sacrificio redentor de Cristo, que en pocos días conmemoraremos y que en este pasaje anuncia, nos da un claro ejemplo: el amor es capaz de todo, es capaz del sacrificio más grande. Jesús muere por mí, por ti, por nuestros pecados. Muere para que yo tenga Vida eterna y al hacerlo me da ejemplo de vida: amar hasta que duela. Quiero prepararme en esta cuaresma, para tener un signo visible en mí de que soy cristiana. No será una cruz al pecho, un rosario o una calcomanía de un pez en mi carro. Sera algo más difícil, que exige esfuerzo a diario, en cada hora, minuto y segundo de mi vida: AMAR A MI PRÓJIMO. Y como el amor no viene solo, sino junto con la entrega...

REFLEXIONES PARA EMPROISTA Del Evangelio del IV Domingo de Cuaresma Por: GIOVANNA BUSCAGLIA [email protected]

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EVANGELIO DEL IV DOMINGO DE CUARESMA CICLO B Lectura del santo Evangelio según San Juan 3,14-21. En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: -Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vicia eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no será condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.