REESTRUCTURAR UN MOVIMIENTO JUVENIL Conferencista: Luis Alberto Castaño Cifuentes Autor: P. Germán Méndez Cortes Un llamado que nos hace el mundo hacia la reestructuración: No pienso que en este momento esperan una presentación científica y técnica del tema de la reestructuración. Tan sólo pretendo compartir algunos elementos durante la intervención, pero se que durante estos días todos debemos llegar a comprender este tema mas o menos. Mi contribución en este momento se basará en la situación actual del Movimiento y a la explicación de por qué hoy hablamos de reestructuración. Yo creo que no podremos abordar las situaciones particulares, por ejemplo de los centro guías sin tener en cuenta la realidad global del Movimiento. Por tanto, hacía falta iniciar un discurso que comprendiera a todo el Movimiento y esto a causa del desequilibrio de fuerzas vitales que está surgiendo al interior del mismo Movimiento. Cada vez son más frecuentes los lamentos por la falta de un acompañamiento real por parte de los asesores a los guías, pero también cada vez son más frecuentes las desilusiones de los adultos que nos acompañan por falta de un verdadero compromiso de parte de los jóvenes (guías). Hay lugares en donde la pastoral juvenil parece abandonada y hay otros en donde sobreabundan las metodologías en manuales pero donde hace falta la acción. Hay ciudades donde prácticamente ha muerto el Movimiento como una respuesta para los jóvenes, mientras en otras ciudades el Movimiento empieza a nacer y se convierte en una esperanza, pero se adolece de una formación adecuada en los guías. De aquí que una eficaz renovación y adaptación del Movimiento solo puede ser lograda con la colaboración de todos lo miembros de los centroguías, es decir en una metodología que nos lleve a conocer más a cerca de nosotros mismos en un proceso que a su vez nos exija introducirnos en la metodología de la evangelización del joven por el joven, es decir de los signos de los tiempos. Por ejemplo nuestra manera de orar, la tradicional cada vez es menos significativa para los jóvenes, esto no significa que sea inválida, se podrían encontrar caminos que nos lleven a orar con la iglesia universal sin perder el punto de conexión con el evangelio de Jesús y los valores de los jóvenes. Tambien la manera de coordinar debe ser examinada según los mismos criterios. Yo espero que estos días de renovación a través de la dinámica misma de este Encuentro Internacional contribuya un poco a reflexionar y a orientar en este intento. Antes de enumerar los factores directos que nos empujan a actuar hoy sin retardar ulteriormente este proceso de reestructuración, quisiera invitarlos a hacer un ejercicio de estadística del Movimiento desde su
nacimiento hasta hoy, poniendo nuestra atención en algunas cifras sencillas, de manera que tengamos una visión global. 1. Ante todo para tener una panorámica geográfica de cómo está difundido el Movimiento hoy en el mundo. Les invito a ubicar en el gran mapa cada una de los centroguías, o de las diócesis en donde hay presencia emproista de manera activa. 2. Luego, para conocer cual es actualmente el número de los guías activos, y de los emproístas en formación en cada país escribiremos en el gran cuadro por países el número de nuestros jóvenes. El número también podremos indicarlo en el mapa si deseamos. 3. En fin, para ver si el Movimiento ha crecido o no en los últimos cinco años en las diferentes regiones les invito a marcar la cifra tambien por regiones en el cuadro preparado para ello. En mi opinión estos datos geográficos y estadísticos nos dan una idea de la vida del Movimiento en el mundo y nos aclaran cuantos somos y cuantos más podríamos llegar a ser, es decir nuestras potencialidades, y aquellas herramientas que tenemos parta afrontar la misión de evangelizar a los jóvenes que nos ha confiado la iglesia en el presente. La reestructuración es una respuesta del carisma mismo del Movimiento que estructura nuestra dinámica de acción, y que se adecua a la misión que nos ha sido confiada, según las exigencias y las necesidades en las que vivimos. “El Movimiento… es… para la evangelización de la juventud. Mediante un método propio posibilita la vivencia y convivencia de lo que es común cristiano, para impulsar grupos juveniles que vayan fermentando de evangelio los ambientes y ayude a potenciar la vocación integral, el liderazgo y la personalidad del joven y la joven”. “Promover a los jóvenes y las jóvenes a vivir su vocación integral mediante el carisma del Movimiento, para formarlos como líderes cristianos y que sean protagonistas de la nueva civilización del amor”. Así mismo, Un guía “es un emproísta comprometido que hace una opción preferencial por el Movimiento EPJ en orden a la evangelización del joven por el joven mediante el carisma del Movimiento.” “Es el contagio personal y vivencial que realiza cada uno de los guías, emproístas y agentes de pastoral. Es una de las características de nuestro Movimiento, el contagio vivencial”. (Documento Bases y Carisma) Lo que es necesario ahora concretar es, qué se entiende por CARISMA, en el sentido de cúal es. Quizás ayude mucho recordar cual es nuestro METODO propio, y que es lo COMUN cristiano que nosotros anunciamos. Tambien tendremos un momento y lo escribiremos en el lugar preparado para ello en nuestro mapa que nos sirve hoy de punto de partida. En otras palabras entendemos la reestructuración como un proceso, una dinámica de transformación personal y comunitaria, que examina la realidad actual, evalúa las estructuras que tenemos, y se dispone a cambiarlas, si es necesario, para que podamos ser fieles al carisma y al servicio de nuestra misión.
Por tanto, la reestructuración consiste fundamentalmente en encontrar nuevas maneras de organizarnos, estableciendo, si es necesario, nuevas estructuras para poder responder con mayor empeño al carisma de la evangelización del joven por el joven y a la ayuda de la pastoral juvenil en cada una de las diócesis en donde estamos presentes. Esto implica una sensibilidad frente a los desafíos actuales, una nueva mentalidad, un nuevo modo de testimoniar y de anunciar la Buena Noticia de Jesús a los jóvenes. Redescubrir nuestras Bases y Carisma fue para nuestra estructura un paso adelante, pues nos permitió entender de manera precisa el servicio que la iglesia espera de nosotros. La reestructuración no puede ser para nosotros una reacción a las nuevas situaciones de urgencia que tiene el continente o el mundo de los jóvenes. La reestructuración tiene que nacer ante todo de una actitud positiva; si junto a ella no hubiera también el deseo de vitalidad y de viabilidad, y encontráramos sólo una solución a nivel administrativo o a la seguridad del futuro del Movimiento, podríamos hacer de la reestructuración una urgencia pues la constatación que hago es que cada vez nuestros Encuentros realizados son menos y no siempre con el número de asistentes que quisiéramos en cada uno de ellos. Pero hay que recordar que todos los esfuerzos que hagamos en este tema deben llevarnos a afrontar las raíces de las dificultades de nuestra tarea evangelizadora con una mentalidad adecuada: la reestructuración es para la vida. No podremos contentarnos con decir que desde que nació el Movimiento nada ha cambiado ni el mundo ni la manera de llegarle a los jóvenes con nuestro método propio. Cada Encuentro Internacional nos ha servido para evaluarnos en la marcha del Movimiento y para leer la marcha del mundo, esto para afirmar que no partimos de cero en la tarea de la reestructuración. Es más, algunos esfuerzos ya se han hecho en ambientes locales y según necesidades bien concretas y particulares, todo esto es una señal positiva y creativa además. La invitación que les hago ahora es a no permanecer encerrados como grupo local o como Movimiento, la familia de los Emproístas hace parte del dinamismo de la iglesia y como tal es movida a diario por la acción del Espíritu de Jesús. Ésta es la novedad. Algunos factores positivos y negativos que animan hoy a la reestructuración: (Empate con los internacionales de Venezuela/96, Houston/99 y Costa Rica/2003) ¿Quién de nosotros puede decir que este mundo no nos interpela, cuando se consideran algunos signos de los tiempos y algunos medios usados hace 35 años? ¿Quién puede pretender que estos medios y métodos estén todavía de moda en nuestros días? ¿quién pueda asegurar que aun sea válido el modo de acercarse a los jóvenes de hoy con los métodos de hace 35 años?
Muchos de nosotros nos hemos preguntado si tiene sentido todavía nuestra misión en el mundo de los jóvenes, más en un mundo que cambia con tanta rapidez y, sobre todo, si tiene perspectivas de futuro. Incluso me he preguntado si la intuición del Padre José María Pujadas, tiene derecho de ciudadanía en el mundo. Entre la secularización que Venezuela advirtió al reflexionar las culturas de los jóvenes; y la globalización, que leímos con tanto esmero en el anterior Internacional de Costa Rica, y que se ha convertido casi en una moda en el mundo de hoy y, ante la que por otra parte nadie puede ser indiferente. La respuesta de nuestro Carisma juvenil en determinados ambientes sigue siendo actual. Houston no se equivocó, tampoco, al reflexionar con tanta pasión las Bases y Carisma de los Encuentros. Sin embargo la pregunta que sigue abierta de estos tres Internacionales anteriores es por el cómo podemos hacer válida y eficaz nuestra acción evangelizadora para que la tendencia sea al crecimiento y no a la desaparición. Así: 1. Un mundo globalizado y Secularizado que continua desafiandonos. 2. Una tendencia a reducir el número de Encuentros al año con menor número de asistentes, junto a la tentación de los guías mayores de no dejar el movimiento a los pocos jóvenes comprometidos. 3. La penetración del movimiento en los nuevos ambientes y tendencias juveniles, junto con sus nuevos valores a partir de la metodología el lenguaje total. 4. El deseo de apertura que muchos jóvenes manifiestan y que incluso exigen como una necesidad vital para renovar muchas de nuestra metodologías y acercamientos al mundo de la Pastoral y de los jóvenes. 5. La nuevas fuerzas sociales son un reto. Por ejemplo los migrantes latinos Emproístas en U.S.A. y su definitiva acción evangelizadora. Igual podrían ser los migrantes en buena parte de Europa. 6. El Movimiento y su reconocimiento ante la iglesia como un Movimiento de Iglesia. Nos hemos contentado con un reconocimiento Oficial, o este reconocimiento nos sirve para ganar nuevos espacios y responsabilidades en el que hacer de la iglesia. 7. Inadecuación de las formas y estructuras de vida. La figura de los coordinadores siempre ha sido muy importante, pero, ¿su ejercicio es aun importante en orden al servicio, u obsoleto en orden a la burocracia?