Twinkle Ii

  • Uploaded by: Antonio Hernandez Rolon
  • 0
  • 0
  • June 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Twinkle Ii as PDF for free.

More details

  • Words: 414
  • Pages: 2
Twinkle II (enero de 2008) Por Antonio Hernández Rolón

I Y sí me confundo, mezcla nueva de emociones. Perpetua marcha, regocijo de finales. II Quisiera sentir, una sonrisa, sus labios, su aliento. No tener que desviar la mirada, sentir una cosa a la vez. III Por sentir hoy, gracias te doy. IV Y así me veo, a oscuras, con luz de vela, garabateando, llevando las cosas al extremo. V Si se debe hacer, se llega al alma. Si el cielo manda, la luna impone. Mas nada debemos, mostrarnos desnudos. Unas veces, las menos, las más, querencias añejas, se funden con el tiempo. VI ¿Por qué para amar se necesita sufrir? ¿Algún designio en la vida se colma de placer cuando ve lágrimas verter? ¿Acaso es más puro si se quema en las cenizas del despecho? Quiero creer que sí, porque así parece tener más sazón, más alegría y compasión. Quiero saber, bueno, ella estaba allí. La mirada no era retadora ni desafiante, era una mirada profunda casi inexpresiva que por lo seguro algo ocultaba. Pero esa mirada olía a pasión. ¿Cuántas veces pasó eso por nuestras mentes sin que sucediera? El camino, repleto de troncos y ramas de oyamel, era como nuestra misma metáfora. Esas ramas que hacían su esfuerzo para no dejarnos pasar. Esos troncos que se mostraban trozados, en la tierra helada como pasto para los hongos. Pero a pesar de ello, subimos la montaña, con resuellos, sin heridas nuevas, enterrando las pasadas. Ahora que se puede, sin que sea demasiado tarde; ahora que podemos. ¿Y si nos vieran las estrellas? ¿Con qué resplandor les contestaríamos? Pasan los días y se suceden cosas de nada. No se presenta, no tintinea. Queda la luna, fiel compañera, avatares de la vida; de haberlo sabido. Y porque nunca estuvo en duda; las arenas siempre duermen, bajo el leve ronquido del mar siempre eterno. Y si ahora que estoy solo permea en mí su llanto, debo de haber estado muy atento, pues ni siquiera ella lo oyó. Y me quedo a oscuras, con una cuantas velas para disfrutar el momento de recordar de buena gana. Se sabe qué se dice, se sabe qué se tiene, pero no se sabe todo lo que se siente. Así, hablando de recuerdos, se llena el morral, se aligera el camino, se sazona la vida. Y ya si

vamos, que la vida no nos quite, unas que se marchitan, las más que retoñar en amores suponemos, en la vida nos quedamos.

Related Documents

Twinkle Ii
June 2020 4
Twinkle
June 2020 8
Twinkle
July 2020 9
Twinkle Twinkle
May 2020 6
Twinkle Xvi
June 2020 20
Twinkle I
June 2020 2

More Documents from "Antonio Hernandez Rolon"

Twinkle Xxii
June 2020 9
June 2020 5
Balada
June 2020 18
June 2020 11
Buenas Costumbres
June 2020 11