Trabajo Practico Social 2009

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“Trabajo Práctico de Psicologia Social”

Teniendo en cuanta los objetivos de la cátedra, el trabajo practico deberá ajustarse a las pautas establecidas en el modulo. Requisitos para su aprobación: Presentación del trabajo en tiempo y forma. La cátedra fija como fecha de presentación la fecha correspondiente al segundo parcial. Será obligatoria la presentación del mismo para tener derecho a rendir el examen parcial (debiendo concurrir al mismo con el trabajo práctico). Los alumnos que no rindan el examen deberán presentar al práctico ese mismo día sin excepción.

Presentación del trabajo: A máquina o procesador de textos, páginas en hoja tamaño A4, en carpeta. Expresión clara y coherente. •

Tipo de letra: Arial 11 o Times New Roman 12



Interlineado: sencillo

El práctico deberá reflejar: •

Capacidad para establecer relaciones compresivas.



Precisión conceptual.



Predisposición favorable para el aprendizaje y la comunicación con el profesor y sus pares.

El práctico requiere realizar una lectura minuciosa de los artículos con el fin de lograr una comprensión exhaustiva de los mismos, que le permita realizar el trabajo. 1

A continuación se detallan los puntos: a) Analizar la situación general a fin de determinar los agentes intervinientes en la misma a partir de allí, establecer 1. ¿Cuales son las características del Orden Social presente en el mismo? b)¿Que interacciones se dan, de que tipo son? c)¿Cuales son las representaciones sociales que se observan? d)Analizar las actitudes (prejuicios). e)Analizar la comunicación. 1. ¿Que papel cumple la comunicación de masa? f)Determinar las instituciones intervinientes. g)¿Cómo se intervendría (como psicólogo social) en un conflicto entre tribus urbanas? h)¿Qué papel cumple el aprendizaje vicario y el modelado en el fenómeno de las tribus urbanas? i)Conclusión.

El trabajo debe realizarse en la forma indicada reflejando una transferecia real de los conceptos teóricos desarrollados. La extensión del trabajo no debe ser menor de 5 paginas ni mayor a 7 . El trabajo deberá ser presentado el día del segundo examen parcial sin excepción para tener derecho a rendir el Examen. Si tuviese correcciones el mismo deberá ser corregido y presentado el dia del recuperatorio. El trabajo es individual y constituye una instancia mas para lograr la regularidad de la materia.

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Córdoba: el flogger atacado a golpes por un grupo de jóvenes murió por un golpe contra el suelo El resultado de la autopsia indica que el deceso se produjo por una lesión en la base del cráneo; el joven, de 16 años, falleció hace un mes y medio a la salida de un boliche de la localidad de Las Tapias Noticias de Información general: anterior | siguiente Miércoles 11 de febrero de 2009 | 08:12 (actualizado hace 76 días)

Por Juan Carlos Vaca Corresponsal en Córdoba Córdoba.- El resultado de la autopsia oficial del "flogger" que murió hace un mes y medio en un pueblo serrano luego de ser atacado por un grupo rival indica que el deceso se produjo por un golpe en la base del cráneo, que sufrió aparentemente al caer e impactar contra el suelo. Por tanto, el forense interviniente descartó que la lesión fatal hubiera sido causada en forma directa por una trompada o patada de uno de los agresores. Su pronunciamiento provocó ya polémica en Villa Dolores, donde se tramita la investigación en un juzgado de menores. Guillermo Cáceres, de 16 años, fue golpeado por otro grupo de jóvenes cuando se retiraba, junto a amigos, de un boliche de la localidad de Las Tapias, vecina a Villa Dolores, el 21 de diciembre último. El episodio adquirió una trascendencia inusitada porque algunos ámbitos ?empezando por el policial- relacionaron el ataque con la condición de flogger del pibe. La versión no quedó del todo firme después. El abogado del único detenido ?un menor de 17 años- ha pedido que se cambie el cargo que pesa sobre él de homicidio simple por el de preterintencional (que no tuvo la intención de matar). Consecuentemente, requirió que se le restituya la libertad. Desde diciembre estádetenido en un centro de reclusión de menores de esta capital. Por el contrario, el letrado patrocinante del padre del chico muerto declaró su disconformidad con el dictámen forense: le achacó "contradicciones" y de generar "más dudas de las que había". Reclamó que sea el Servicio de Neurocirugía Forense del Poder Judicial el que emita un nuevo dictamen.

Planeta flogger Luciano Livetti y Tomás Beltrame, dos adolescentes pertenecientes a esta nueva tribu, compartieron un videochat con los lectores de lanacion.com en el que dialogaron acerca de la formación del grupo, de cómo se forma la identidad de los integrantes y de los usos del fotolog y otras redes sociales; también opinaron sobre los recientes fenómenos de violencia que involucraron a usuarios de flogs Noticias de Cultura: anterior | siguiente Viernes 16 de enero de 2009 | 10:19 (actualizado hace 102 días)

Luciano Livetti, de 19 años y Tomás Beltrame, de 16, son dos floggers que alcanzaron una gran popularidad a partir de la cantidad de visitas que convocan a diario en sus fotologs. A pesar de que no se conocían, en cada respuesta que dieron a la audiencia evidenciaron que existe una identidad entre los

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miembros. Livetti y Beltrame respondieron en un videochat preguntas de los lectores de lanacion.com en el que repasaron el surgimiento de la tribu, sus actividades y cómo utilizan los medios digitales. ¿Qué harían si se terminaran los fotologs?, indagó un lector y Livetti contestó rápidamente que es un pasatiempo y se buscaría uno nuevo. Sin embargo, consideró: "No creo que se cierren, ya que están funcionando muy bien". Beltrame agregó que sus vidas van a continuar: "Tener un fotolog no nos hace ni mejores ni peores". Ambos coincidieron en que pueden mutar a otras plataformas como MySpace. También los adolescentes tomaron postura acerca de los recientes sucesos de violencia que implicaron a algunos floggers. Livetti aclaró que "ningún amigo flogger fue agredido por pertenecer a la tribu". También opinó respecto del rol de los medios al dar a conocer la noticia sobre la muerte del joven cordobés que la misma prensa rotuló como flogger. Video: ¿De qué se habla en los fotologs? "Podés hablar de lo que te pasó en el día" comentó Livetti quien tiene un fotolog hace más de tres años. Por otro lado, Beltrame contó que el "sólo sube fotos y que no le gusta hablar de su vida privada aunque muchos sí lo hagan. Algunos suelen escribir canciones que acompañen la foto y el momento que viven". El adolescente también agregó que "antes fotolog era más popular en Chile pero que con la difusión televisiva en la Argentina se hizo más conocido acá y ya no hay tantos usuarios chilenos". Video: Particularidades de los floggers Los jóvenes narraron de qué se tratan las fiestas floggers, un elemento característico que comparte el grupo además de los más comunes como la vestimenta, el corte de pelo, la música que escuchan y los lugares que frecuentan. Livetti y Beltrame especificaron cómo se organiza el evento y quiénes son los invitados. Video: Las ventajas de fotolog Luciano y Tomás explicaron por qué prefieren utilizar fotolog y no otras plataformas de la Web. "Practicidad y facilidad de uso" son dos aspectos que el primero destacó de fotolog. Asimismo, Tomás remarcó que "una diferencia entre fotolog y Facebook es que este último da la posibilidad de que sea más privado".

Sociedad

Floggers: Blanco de la intolerancia Son blanco de constantes agresiones, los adolescentes de otras "tribus" urbanas dicen detestarlos y a diario reciben insultos de quienes rechazan su glorificación de la imagen y su afán de notoriedad: tras la muerte de un joven en el pueblo de Las Tapias, en Córdoba, golpeado sólo porflogger , crece el temor a la estigmatización social de este grupo juvenil. Qué hay detrás de este rechazo y por qué la floggerfobia comienza a ser motivo de preocupación Por Lorena Oliva Noticias de Enfoques: anterior | siguiente Domingo 11 de enero de 2009 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (84)

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Foto: Arte de tapa: Silvina Nicastro

Ignacio no parece un flogger , pero lo es. Desapareció el flequillo largo peinado sobre la cara, lleva una gorra de lana calada roja y blanca y su ropa es de una monocromía que no coincide con el "uniforme" colorido que caracteriza a la tribu adolescente a la que dice pertenecer. "Después de lo de Córdoba, mi vieja me obligó a cortarme el pelo, y como lo tengo ondulado, no me queda bien", se excusa. Lo de Córdoba a lo que alude Ignacio no es otra cosa que la muerte de Joel Guillermo Cáceres, el joven que el 21 de diciembre pasado murió a la salida de un boliche en la localidad cordobesa de Las Tapias, luego de ser golpeado por su condición de flogger . Este hecho -por su desenlace el ejemplo más dramático de la intolerancia que muchos floggerspadecen de manera cotidiana- está lejos de ser el único caso de agresión o discriminación contra este grupo que, coinciden adolescentes y especialistas, se ha convertido en el blanco preferido de las burlas, los insultos y las intimidaciones físicas y verbales de otros jóvenes. Los floggers se hicieron conocidos para el gran público a partir de las peleas -no siempre buscadas por ellos- en que se trenzaron algunos de sus miembros con integrantes de otras tribus urbanas en las escalinatas del shopping Abasto. Pero entonces, en septiembre pasado, las agresiones se distribuían en forma más o menos equitativa entre los distintos grupos. Hoy, en cambio, hay una creciente preocupación entre jóvenes y especialistas de que los floggers se hayan convertido en el chivo expiatorio preferido de otros jóvenes. Las señales de intolerancia comienzan incluso a ser materia de exportación. En estos días puede verse en Punta del Este, frente a La Mansa, un enorme grafiti con la leyenda "Floggers putos". En ese contexto, no es de extrañar que la comunidad flogger haya comenzado a tomar ciertas precauciones: ahora prefieren organizar salidas grupales (un flogger sólo es presa fácil, admiten ellos) y muchos optaron por un perfil más reservado. "A veces uno lo hace más que nada presionado por sus viejos, que como tienen miedo nos piden que evitemos salir muy producidos", explica Joaquín (14), que es floggerdesde hace más o menos un año. Con él están Ignacio (15), quien reconoce que se agarra a las piñas casi a diario para defenderse de algún tipo de agresión, y Julián (16), quien recuerda un episodio ocurrido un par de semanas atrás. "Ibamos caminando por el estacionamiento del supermercado Jumbo de Unicenter y nos cruzamos con un grupo de negros (sic). Y uno de ellos dijo: "esos son floggers , vamos a pegarles". Ellos eran más, así que si no salíamos corriendo, nos cagaban a piñas", dice con impotencia. El adolescente asegura que su caso no es excepción. "Estoy lleno de amigos que padecen este tipo de cosas todo el tiempo. Por ejemplo Gonza, uno de mis mejores amigos, al que hace pocos días le robaron todo en Carapachay y le dijeron que era por ser flogger . Unos días antes, estábamos con él en una fiesta y, de la nada, vino un flaco que era skinhead y le empezó a pegar. Lo más loco es que nadie nos ayudó y la dueña del lugar nos pidió que nos fuéramos sólo a nosotros." ¿Floggerfobia? María José Hooft, autora del libro Tribus urbanas , cree que hay motivos para la preocupación y desliza un término inquietante: floggerfobia . La palabra deriva de un término que circuló por México hace un año:emofobia , que aludía a una serie de incidentes que tuvo a los integrantes de otra tribu urbana, los emos, como protagonistas y víctimas. En marzo del año último, miembros de otros grupos se organizaron vía Internet para boicotear sus reuniones y agredirlos en varias ciudades. Para reforzar su idea, Hooft enumera algunos de los mensajes que circularon por aquí en la Red después de la muerte de Cáceres: "Hay que matarlos a

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todos como cucarachas", "Haga patria, mate a un flogger " o "La revolución no usa chupines" fueron algunos. Pero, ¿por qué los floggers y qué hay detrás de esta agresividad de la que parecen ser objeto? "Los floggers son, generalmente, receptores de violencia. No la incitan, al menos de manera consciente, pero lo cierto es que algunos aspectos de su estilo generan irritación entre otros grupos. Su apariencia los presenta como seres que viven en un mundo feliz, sin grandes preocupaciones, muy frívolos y hedonistas, y con un nivel socioeconómico supuestamente elevado. Todas estas características son interpretadas como una provocación por algunos miembros de otras tribus juveniles, como los cumbieros, y también por ciertos grupos marginales", explica Hooft. Agustina (14), María Josefina (15) y Delfina (15) viven en Martínez y no tienen apariencia de cumbieras ni, mucho menos, de marginales. Sin embargo, aseguran odiar a los floggers . "Nosotras no somos floggers . Somos normales", dice de manera provocadora María Josefina el miércoles último, en el patio de comidas del shopping Unicenter. "Es que los floggers son unos anormales. Son unos grasas que se quieren hacer los chetos. Y me da bronca que les hagan notas por no hacer nada. A la que más odio es a Cumbio, porque es una groncha que sale todo el tiempo por televisión", agrega Delfina. A ellas se suman Tomás A., de 16 años, y Lucas T. de 17. Tomás tiene una gorra blanca que esconde un flequillo peinado al costado, al mejor estilo flogger . "Antes era flogger , pero por la imagen. Es que soy tarjetero de un boliche (Abadía) y eso te da más levante. Pero en realidad yo vivo en Munro, en una zona llena de villas. Soy amigo de villeros que, conmigo, todo bien. Pero que si ven a un flogger son capaces de robarle, molestarlo o hacerle algo." El caso de Lucas, mejor conocido como "Mmuza", es peculiar. Se presenta como un ex flogger . "Dejé de usar el Fotolog como antes, después de un día en el que estuve muy viciado con el tema (sic). Tengo amigos que no salieron durante todo el verano pasado por estar con la compu." En el momento de la entrevista, el último posteo de fotos de Mmuza había sido el día anterior. Allí se lo puede ver con un amigo, posando con el pelo revuelto, al mejor estilo de un modelo. Muy cerca de ellos, Lucía, de 17, ofrece otra muestra de intolerancia cuando recuerda que hace pocos días empujó a una flogger, a pesar de no tener motivo alguno para hacerlo. "Los odio, no sé muy bien por qué. Pero los veo y me dan ganas de pegarles. Ellos se quedan en el molde y no se defienden. Entonces da para pegarles", cuenta. De todas maneras, para la titular del Inadi, María José Libertino, está más que claro lo que pasa con estos jóvenes. "Creo que estas disputas no están muy lejos de otros casos de discriminación, tal vez, más naturalizados en nuestra sociedad, como cuando los de la platea les gritan "villeros" a los de la popular." Y agrega: "El verdadero problema aquí no son los floggers ni los villeros, sino lo que tiene que estar pasando en el mundo adulto, la poca contención que les estamos brindando a nuestros jóvenes, para que esto llegue a la gravedad de una muerte". Similares, pero diferentes A diferencia de los grupos urbanos de otra época, si algo caracteriza a estas tribus de la posmodernidad es la falta de una ideología, llana o profunda. Y los floggers son, en ese sentido, el mejor exponente. "Más allá de que uno pueda estar de acuerdo o no con lo que postulaban, algunas de las tribus de otras décadas se planteaban como una contracultura. Hippies , punks , góticos o rockeros tenían, en general, algún tipo de ideal. Los floggers , en cambio, no quieren cambiar nada. Quieren divertirse mientras dure", describe Hooft, a cargo de la cátedra de Subculturas Juveniles en el Instituto Bíblico del Río de la Plata. Adoradores de la popularidad que suponen obtener al recolectar una determinada cantidad de firmas en sus fotologs, los floggers parecen estar en pose permanente. Pantalones chupines y coloridas remeras con escote en V, enormes anteojos, determinados modelos de zapatillas, así como collares con cierto toque artesanal, componen su uniforme. No debe faltar el flequillo peinado hacia el costado, tapando toda la frente. Claro que, frente al desprecio que comienzan a percibir a su alrededor, es frecuente encontrar ahora jóvenes vestidos así que se esfuerzan en aclarar que no son floggers , así como jóvenes que lo son aunque no vistan de esa manera. "Yo era re flogger hasta que me cansé", afirma Daniel, de 14, delante de todos sus amigos, quienes a sus espaldas corean que de lo que se cansó Daniel no es de usar Fotolog, sino de que lo bardearan (sic). A su lado está Nicolás, un adolescente de 15 años y modos afeminados que se hace llamar "ex yeguo star". Recuerda que su condición de flogger le valió una agarrada a las piñas el viernes último en Pinar de Rocha. Dice que ganó él, pero sabe que su contrincante se la tiene jurada. Aunque la violencia entre grupos es tan antigua como los grupos mismos, en la actualidad se imponen ciertas formas novedosas de agresividad: los insultos y las agresiones -potenciados por el anonimato que ofrece Internet y por un contexto social desigual y desintegrado- no son sólo potestad de los integrantes de las diversas tribus, sino también de individuos que, sin pertenecer a grupo alguno, se suman a esta dinámica. "La no tribalidad es también una forma de identificación. El no tribal no entraba anteriormente en este tipo de disputas, se mantenía al margen. Pero ahora toma una posición más activa", afirma la socióloga Laura Goszczynski, coautora junto con Marcelo Urresti del libro Ciberculturas Juveniles . Son las agresiones de este último grupo, justamente, las que más molestan a Agustina Vivero, más conocida como "Cumbio", una adolescente de 17 años que alcanzó una extraordinaria popularidad con su Fotolog, hasta el punto de encabezar campañas publicitarias y, hace poco más de un mes, publicar un libro ( Yo, Cumbio , de Ed. Planeta). "Hay gente grande, te diría que de entre 20 y 30, que cuando ve a floggers superproducidos les gritan "floggers de mierda", "putos", "payasos". Te dan ganas de escupirlos, porque no hay motivo para que los agredan. ¿Qué hacemos de malo? ¿Tanto problema porque nos juntamos y tenemos amigos? Tal vez me vista de colores. ¿Y cuál es?", dice desafiante.

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Cumbio es consciente de que, en el marco de las disputas tribales que se dirimen en la Web, los floggersson quienes reciben la mayor parte del odio y la agresividad. "Es lógico, porque concentramos todas las visitas. Ya hay casi 6 millones de fotologs en el país", enfatiza. Pero el dramático traspaso de ese odio virtual a la vida real que simbolizó la muerte de Guillermo Cáceres, en Córdoba, la llenó de preocupación: "Cuando me enteré, se me puso la piel de gallina. Sabía que había amenazas en Internet, pero esto es demasiado. Da miedo. No a mí personalmente, que siempre estoy acompañada por alguien que me cuida, pero sé de amigos que hoy tienen miedo." Según el sociólogo Luis García Fanlo, titular de la cátedra de Sociología de la argentinidad en la UBA, la estigmatización del que es diferente fue parte del proceso de construcción de nuestra identidad como sociedad. Pero esta estigmatización de los floggers le parece contradictoria: "Cuando se los discrimina, se pasa por alto que estos chicos sólo pueden ser el producto de una sociedad de consumidores como la nuestra, que instalan la idea de que está bueno ser flogger ya que, en una sociedad sin estímulos o espacios de inclusión, es una manera de salvarse. Otros van a lo de Tinelli y bailan por un sueño". En todo caso, la muerte de Cáceres recuerda que la intolerancia y la discriminación del que es diferente son también formas de una violencia que nos interpela como sociedad.

Por qué se enfrentan las tribus Los especialistas advierten sobre el surgimiento de una floggerfobia Noticias de Información general: anterior | siguiente Martes 23 de diciembre de 2008 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (9)

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Primero fueron los emos. Les pegaban por ser seres tristes. Y en torno a esa consigna se formó una nueva tribu urbana que cosechó adeptos en todo el mundo: los antiemos. El movimiento flogger , en cambio, surgió hace dos años en la Argentina y la moda se extendió a otros países, como Uruguay y Chile. La floggerfobia no tardó en brotar en el país y convocó a integrantes de otras tribus urbanas, como los cumbieros o los rastafaris e incluso a adolescentes que no comulgan con ninguna de las tribus. "No se trata de un enfrentamiento ideológico. Es una cuestión de clases. Los floggers en general pertenecen a clases medias y altas y los varones no adoptan un look muy masculino. Ellos no son violentos, sino que están siendo receptores de violencia. Desatan bronca en sectores económicos más desfavorecidos", opinó María José Hooft, responsable de la cátedra Subculturas Juveniles del Instituto Bíblico del Río de la Plata, autora del libro Tribus urbanas. Los floggers son adolescentes que pasan sus días sacándose fotos y subiéndolas a Internet en su fotolog . Se visten con pantalones chupines, ropa de marca, aman el glamour y los colores vivos, usan lentes de sol llamativos y peinan el 80 por ciento de su cabellera hacia un mismo lado. Algunos de ellos alcanzaron fama y fueron contratados por sumas millonarias por marcas como Nike para ser la cara de su campaña publicitaria. Otros cosecharon seguidores que pagan por verlos en desfiles o simplemente les giran dinero, les pagan sus consumos en Internet y les agradecen una y mil veces "por existir". "Hay mucha violencia social reprimida y la figura del flogger abre la puerta para desatar esa violencia. A quienes los agreden les genera bronca que sean adolescentes que tienen todo y que se hacen famosos y ganan plata por no hacer nada. Ese es el argumento", explica Hooft. Por temor a ser atacados por gruposantifloggers , algunos integrantes de esa tribus ya no se visten como sus pares si salen solos. "Muchas veces se identifica a las tribus como grupos violentos, y no es así. Algunos representantes pueden ser agresivos, pero la tribu es un grupo de pertenencia y de construcción de la identidad. Los emos han sido el grupo de reinserción de chicos que habían sido marginados. Lo violento y peligroso es que existan adolescentes sin grupo de pares. Un adolescente sin amigos con un arma cerca es un Bowling for Columbine en potencia", explica Marcelo Urresti, sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que dirige una investigación acerca de las nuevas tribus.

Participación: ¿Qué es ser flogger? En los 60 los hippies, en los 70 los punks, hoy son los floggers; todas las épocas tuvieron sus tribus urbanas, ¿con cuál te identifcas?, ¿qué diferencias notas entre las de tu época y las de hoy? Noticias de Opinión: anterior | siguiente Jueves 23 de octubre de 2008 | 17:09 (actualizado hace 187 días) VER OPINIONES DE LECTORES (10)

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Esta sección tiene fines editoriales para poder conocer las opiniones de los lectores sobre el tema particular propuesto. Les pedimos que se ciñan a la consigna a fin de realizar un mejor relevamiento. Estas opiniones pueden ser publicadas en la edición de papel. Tags: floggers

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8 COMENTARIOS Y 2 RESPUESTAS IMPORTANTE: Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algún comentario violatorio del reglamento será eliminado e inhabilitado para volver a comentar. 24.10.0818:26



Hoy justo estaba pensando en lo tarde que trataron los medios el tema de las "nuevas tribus", llamese floggers y emos, pues empezaron a darle su importancia cuando las tribus se están encontrando en su decadencia. El auge del fotolog comenzó cerca del 2005, y hoy en día el Facebook está reemplazando por completo el uso del Fotolog (desde finales del 2007 que noto esta tendencia). Los emos nacieron gracias a bandas de Mtv llamense "My Chemical Romance", y a bandas pseudo-punks que estaban cerrando un ciclo (AFI, Good Charlotte, etc), aunque muchos digan lo contrario (en los 80 existía un género llamado emo-core, pero nada que ver). En cuanto mi opinión personal, creo que estas tribus están muy lejos de compararse con los Hippies, los punks y los metaleros. Los Hippies fueron un verdadero movimiento, el primero tal vez, quienes intentaban promover el pensamiento de "paz y amor". Los punks y los metaleros siempre tuvieron formas de pensar diversas, pero siempre apuntando a revelarse contra el sistema, el consumismo, y varias cosas más. Pero todas las tribus nunca tuvieron objetivos mayores que compartir ideales, formas de pensar, la música y diversas expresiones artísticas. Todas las llamadas "tribus" fueron siempre víctimas del consumismo, y esto fue cada vez peor. La moda, la forma de vestir, la forma de consumir... todo apuntó a crear un gran negocio en torno a estas modas. Tengo 23 años y puedo asegurarles que la gente que dice pertener a tal o cual "rubro" termina pensando igual que los demás que "no pertecen a nada". Por eso creo que el tema de las tribus no es más que una forma de separar prejuicios, catalogar a la gente, fomentar el consumismo y las apariencias sobre la inteligencia y la humildad de mostrarse tal cual uno es. No hay nada tan inútil como los prejuicios, y esto ayuda a fomentarlo aún más. Como dijo el gran Frank Zappa: "Todos sus hijos son pobres víctimas desafortunadas de sistemas fuera de su control".

• 23.10.0818:06



Me parece bueno que los chicos tengan la posibilidad de elegir entre tantos grupos hoy en día, aunque, por otro lado, veo que, pese a este gran abanico de posibilidades, a medida que se nacen tribus, se crean rivalidades muy fuertes entre ellas.

23.10.0817:50



No creo que duren más de uno o dos años, los floggers son tan efímeros como muchas otras tantas corrientes(?) surgidas de la web... "Esto es efímero, Ahora efímero, Como corre el tiempo!, Tic... Tac efímero"

Tribus urbanas, lugares de pertenencia Cada vez son más los adolescentes que se suman a alguno de estos grupos y adoptan el look y el lenguaje de sus referentes Noticias de Información general: anterior | siguiente Lunes 15 de setiembre de 2008 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (120)

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Mariana Sandoval (flogger), Yasmín Nazer (rastafari) y Aaromm Cabrera (flogger) Foto: Gustavo Cherro

Por Evangelina Himitian De la Redacción de LA NACION Unos eligen el negro y otros, los colores. Algunos sólo buscan pasar inadvertidos y otros, ser vistos por millones. Están los que aman el deporte y los que no corren ni el colectivo, los que parecen felices por elección y los que se confiesan tristes practicantes. Lo cierto es que casi todos, sean floggers , emos, raperos, cumbieros, visual kei , gothic lolitas, antiemos, fox , góticos y antifloggers eligen el Abasto o la plaza del palacio Pizzurno como lugar de culto. Cada vez son más los jóvenes que adoptan alguna de las llamadas tribus urbanas como grupo de pertenencia. Los especialistas estiman que entre el 20 y el 30% de los adolescentes se identifican hoy con alguna. "No podemos decir que toda la juventud esté tribalizada. Pero, a pesar de que son grupos pequeños, tienen una importante significación en la medida en que producen visibilidad e instalan modas, formas comunicativas y tendencias", explica Marcelo Urresti, sociólogo de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, que desde hace tres años dirige una investigación acerca de las nuevas tribus. Agustina Vivero es un claro ejemplo. Tiene 17 años y en su fotolog se hace llamar Cumbio. Cuando "postea" una foto la gente se agolpa para comentarla. En un año y medio, su sitio fue visitado por 11 millones de usuarios y Nike la eligió para ser la cara de su campaña. Hoy organiza fiestas y sus amigos les cobran unos 600 pesos a los boliches sólo para estar. Pero también están aquellos que prefieren el bajo perfil y que se alejan de cualquier estereotipo de violencia. Como Eva Sánchez, de 16 años, que vive en Pilar y hace un año se convirtió en gothic lolita. "Emulamos el estilo victoriano, con vestidos de encaje que se usan sobre un traje negro y con maquillaje gótico", contó a LA NACION, sentada frente al palacio Pizzurno. Esta tribu, de origen japonés -una de las últimas que llegaron al país-, se compone sólo por mujeres. Su actividad favorita es tomar el té en una plaza. "Todos tenemos una parte impura. Nosotras la caracterizamos vistiéndonos como chicas inocentes, para enfatizar que en realidad nadie lo es", sintetiza Eva. Los emos son esos chicos de negro que se maquillan con fucsia y se tapan un ojo con el flequillo; losfloggers combinan glamour con pantalones "chupines" y lentes de sol. Sin embargo, la identidad de tribu va más allá de la imagen. "Hay cuatro pilares que sustentan la identidad de una tribu: una estética, el estilo de música, los lugares frecuentados y un lenguaje; eso, sobre la base de una ideología en común, que aunque muchas veces se enmascare como falta de ideología, siempre está allí, subyacente, ya que la no ideología es una ideología", apunta María José Hooft, responsable de la cátedra Subculturas Juveniles del Instituto Bíblico Río de la Plata, que acaba de publicar el libro Tribus urbanas , dirigido a líderes de iglesias, docentes y padres. Intenta evitar el "horror" que sienten los adultos cuando se enfrentan a un adolescente "tribalizado". Algunas de las tribus son movimientos netamente locales. Tal es el caso de los floggers y los rolingas. "En todo el mundo hay seguidores de los Rolling Stones. En otras partes son Stones, pero acá además están los rolingas, que combinan su gusto por los Rolling con un fanatismo por bandas como Viejas Locas o expresiones del llamado rock chabón", explica Hooft. "También nos gustan Callejeros y La 25", acota Jonathan Mazzeo, de 15 años, "rolinga de alma", que tiene su propia banda de rock barrial. Aaromm Cabrera (así pidió que se lo identificara) tiene 19 años y se inscribe entre los pioneros del movimiento flogger . "Hace un año y medio, Cumbio

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nos convocó a un grupo de amigos al Abasto porque venía un chico de Rosario. Nos juntamos un miércoles y éramos 30; a la semana nos volvimos a juntar y ya éramos 200, y al miércoles siguiente, casi 1000. Hoy, el Abasto es la iglesia flogger ... vamos todos los domingos", cuenta. Mariana Sandoval, de 20 años, no se pierde un encuentro, aunque considera que el espíritu de tribu se fue perdiendo con la masividad. "Antes entraban a ver tus fotos. Ahora, es cuestión de firmar para ser popular", cuenta. Yasmín Nazer tiene 19 años y es rastafari. "La gente nos identifica como los «drogones». En mi casa les costó aceptarlo. Pero bueno, después lo aceptaron. Yo, por ejemplo, decidí no fumar y todos me respetan. Somos una tribu muy abierta", cuenta. Para Rodrigo Rojas Gacitúa, de 18 años, las cosas no fueron sencillas. Sobre todo, cuando vivía en Baradero y se convirtió en el primer gótico. "Mi papá no me entendía. Decía que era gay, que andaba en la macumba. Un día vi un documental y me sentí identificado... me dije «eso soy yo»", cuenta. Tiene media cabeza rapada y una melena. "Desde entonces vivo vestido así, yo soy así. A la gente no le gusta. Nosotros nos vestimos como los personajes de sus peores pesadillas, pero tenemos la valentía de mostrar esa cara de la sociedad", sostiene. Sólo apariencias... Las fronteras entre tribus no son rígidas. De hecho, si uno aborda a algún adolescente tribalizado, no debe dejarse guiar por las apariencias. Matías Laurel, de 22 años; Darío Pelozo, de 20, y Gabriel González, 16, explican por qué. "Nosotros hacemos hip-hop, pero cada vez es más difícil ponernos ropa que nos distinga, porque los cumbieros nos copian desde las zapatillas hasta las marcas de la ropa", dice Darío. Matías optó por coserse su propia ropa. Nicolás González, de 15 años, es un emo "recuperado": un fox . "Antes era emo. Me había hecho por problemas personales. En la primaria nadie me hablaba, hasta que me hice emo y encontré amigos", aclara. Fox es otra tribu surgida como una "cruzada" en defensa de los emos, que en todo el mundo son atacados por otras tribus, entre ellas, las de cumbieros, floggers , punks o metaleros. "Los que nos atacan no son las tribus sino las personas. Nos burlan, nos estigmatizan como seres tristes. Cuando subo al tren la gente se aleja de mí porque piensa que soy peligroso... es ridículo", dice Ezequiel Cavanesi, de 18 años, que es emo, cursa el CBC y quiere ser pediatra. Florencia García es su novia, también emo. Le da un beso e imita al personaje del actor Diego Capusotto que encarna a un representante de esa tribu. Después, cuenta que su mamá "lo adora" a Ezequiel, y se le escapan dos lágrimas del ojo izquierdo. "Se puede ser emo y ser feliz", remata.

Tristes tribus de trasnoche Por Norberto Firpo Para LA NACION Noticias de Opinión: anterior | siguiente Sábado 26 de abril de 2008 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (21)

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Asmodea Peribañez es una emo de reciente hornada: los rasguños y moretones que luce orgullosamente en su espalda y en sus brazos demuestran, con la misma elocuencia que su flequillo verde cotorra, que sus tatuajes y ese arito en la lengua, cuán incomprendida se considera. La palabra "emo" es apócope de la voz inglesa emotional y la tribu de los emos, que sienta querencia en Buenos Aires y alrededores, está compuesta por individuos de sexo difuso que andan en los diecisiete años y que prefieren la autoflagelación a cualquier otra actividad física. Como todo buen emo, Asmodea menosprecia a la gente convencional, se avergüenza de papá y mamá y hace verdadero culto de la automarginación, razón por la cual no estudia ni trabaja. Eso sí: encuentra cierto regocijo emitiendo fieros gruñidos y sacudiendo su osamenta, los fines de semana, en algún boliche no demasiado diferente de Cromagnon. Asmodea era flogger antes que emo. Los emos no se parecen a los floggers, como no sea por el hecho de que el trabajo y el estudio les resultan fatigosos y porque aman trasnochar. Hay que decirlo: los floggers son más sociables y la cofradía sólo reúne a adolescentes gregarios empeñados en disputar figuración cibernética, en llevar su imagen a los altares de Internet y así acaparar cuanta veneración sea posible. Días atrás, floggers enfrentados en vanidosa rivalidad y atacados de egocentrismo tremens provocaron tal tremolina en el shopping del Abasto que hubo que llamar a la policía para que la gresca amainara. Esa misma noche hicieron las paces, cosa previsible en chicos tan idealistas, y para festejarlo amanecieron en un boliche como Cromagnon, así de parecido. Conviene aclarar que Asmodea, actual emo y ex flogger, hizo sus primeros ejercicios espirituales con los dark (´oscuro , en inglés), y para ello se le exigió mostrar tenebrosa apariencia draculiana. Primos de leche de los punk, los dark cumplen dos consignas básicas: deben admitir que una turbia martingala del destino los depositó en este tiempo y en este lugar, y deben reconocer que en realidad pertenecen a un hábitat de catacumbas, el de boliches no menos tenebrosos que Cromagnon Como a los demás miembros de las tristes tribus porteñas, los caracteriza su impostada indolencia y la atroz ausencia de padre, madre y escuela en sus manifestaciones de comportamiento urbano. La mamá de Asmodea convirtió en sonsonete este interrogante: "¿Cómo puede ser que la nena salga a pasear tan tarde, con esa facha de espectro y con ese collar que enhebra hojitas de afeitar alrededor de su cuello? ¿Estará chiflada?". Y la nena no tiene dudas de que sus padres dan pena de puro vulgares y antiguos.

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Floggers y darks , los grupos que son noticia Noticias de Información general: anterior | siguiente Domingo 9 de marzo de 2008 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (41)

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El sábado último, un joven dark murió a la salida de un boliche en el que se celebraba una fiesta gótica. El miércoles, en una reunión de floggers en el Abasto, se produjo una pelea que provocó destrozos en algunos comercios. Con estos dos hechos, las tribus urbanas de la ciudad de Buenos Aires salieron de su particular mundo para llegar a la opinión pública. Entre ellos, sin embargo, hay muchas diferencias. Los floggers son una tribu recién nacida y en pleno auge, que es capaz de reunir cada miércoles a 2000 adolescentes. Los darks , en cambio, están en decadencia: en el último lustro de la década del noventa tuvieron su apogeo. Mientras que los primeros se destacan por una estética fluorescente y una irrefrenable búsqueda de fama en Internet a través de los fotologs , los segundos prefieren el negro y la oscuridad. Hasta los hechos que los llevaron a las noticias son muy distintos. En el caso de Nazareno Cruz, el joven dark que falleció en las puertas del boliche Soma, todavía se investiga si el joven había combinado drogas o alcohol antes de que se le produjera el paro cardíaco que lo llevó a la muerte. La llegada de los floggers a los medios de comunicación vino de la mano de una pelea entre dos bandos dentro de la misma tribu. La popularidad, mandato máximo de los adolescentes fanáticos de Fotolog.com, motivó la batalla que terminó con los destrozos en el Abasto. Quizá la única coincidencia entre ambas tribus urbanas sea el gusto por la música electrónica, aunque prefieren estilos distintos. El flogger prefiere un sonido más pop, mientras que los darks escuchan una melodía más densa.

Una pelea entre chicos en el Abasto desnudó el mundo de los floggers Son en su mayoría adolescentes; están dispuestos a todo por fama, y suben sus fotos a Internet Noticias de Información general: anterior | siguiente Viernes 7 de marzo de 2008 | Publicado en edición impresa VER OPINIONES DE LECTORES (197)

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La trifulca provocó rotura de una puerta de vidrio del shopping, donde además se produjeron hurtos Foto: Gustavo Seiguer

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Cada miércoles, más de 2000 adolescentes que viven en la Capital se reúnen en el shopping del Abasto, situado en la avenida Corrientes y Agüero, congregados a través de Internet, para compartir experiencias y sacarse fotografías que luego suben a sus fotologs . Pero anteayer, pasadas las 18, la reunión terminó mal. Alrededor de 50 jóvenes, que según algunas versiones serían de Recoleta y Caballito, se enfrentaron entre ellos a golpes de puño y provocaron destrozos dentro y fuera del shopping. Se trata de los floggers (así se llama a las personas que abren una cuenta en Fotolog), una nueva tribu urbana que comparte su pasión por subir y compartir fotos en Internet con otros usuarios. A raíz de la trifulca, un agente de seguridad del shopping sufrió una herida en su tabique nasal, y una de las puertas del shopping quedó inutilizada. Algunos jóvenes aprovecharon el desconcierto reinante para robar celulares y asaltar las vidrieras de algunos comercios. Fuentes policiales informaron a LA NACION que, al cierre de esta edición, no había detenidos, y que los agresores no pudieron ser identificados. "Lo único que tenemos es una denuncia por los destrozos", informó la policía. Un guardia de seguridad privada del shopping precisó a LA NACION que "la pelea se inició entre los mismos floggers , y que lo que motivó la pelea fue un problema de polleras y de popularidad entre dos grupos antagónicos". En efecto, esta nueva tribu urbana hace un culto de la fama y la popularidad. El flogger Federico Valenti, que con certeras dosis de ironía sigue de cerca esta nueva tendencia, afirmó: "El fotolog permite a los adolescentes obtener popularidad de una manera muy simple y divertida. La mayoría de las fotos que suben son autorretratos; buscan verse lindos y tener aceptación con el sexo opuesto". Según Valenti, cuantas más firmas tenga un fotolog , mayor será su popularidad. En efecto, en una recorrida virtual que realizó LA NACION por los fotologs pudo comprobar que el pedido: "agregame a favoritos" mina cada pantalla electrónica, como un deseo omnipresente de popularidad. Es que cuantos más "amigos" tiene un fotolog, más gente lo conoce y, por ende, crece en popularidad para bien o para mal. Los floggers , en general, cultivan una imagen andrógina, usan piercings, remeras con colores fluorescentes, ropa de la marca A.Y. Not Dead, pantalones "chupines" y flequillos peinados para el costado. Maleducados Claudio, un taxista de 47 años que para en la puerta del shopping, afirmó: "Vienen muchos padres, en automóviles caros, a traer a sus hijos a estas reuniones. Y si bien son chicos de familias adineradas, la verdad es que les falta educación. No puede ser que se peleen y hagan los destrozos que hicieron. La gente y los turistas que estaban dentro del shopping estaban muy asustados. Los padres tienen que dialogar más con sus hijos. No puede ser que Internet eduque a nuestros hijos". Un grupo de adolescentes que estaba ayer en el shopping, y que estaba al tanto de las reuniones defloggers , contó: "Dentro de los floggers hay subgrupos: hay unos chicos que se hacen llamar Los Cabezas, y que están en contra de los «chetos», y otros que son «chetos». Eso siempre genera problemas y enfrentamientos". Los floggers escuchan música pop, emo y electrónica. Sus grupos de cabecera son Miranda!, Belanova, My Chemical Romance, y las bandas retro que pasan canales de videoclips, como VH1. Romina Díaz, una flogger que vive en Palermo, contó: "Preferimos juntarnos acá [en el shopping del Abasto], porque es más seguro, y podemos comer algo, escuchar música, comprar la ropa que nos gusta. Además, podemos bailar y sacar fotos". La polémica en torno a los floggers ya llegó a YouTube, donde hay decenas de videos que retratan los encuentros que los floggers realizaron en el shopping del Abasto. Las opiniones en favor y en contra se cuentan por centenares. Pese a todo, el próximo miércoles, los floggers estarán otra vez en el shopping, y los comerciantes temen que haya nuevos enfrentamientos. Por Franco Ruiz De la Redacción de LA NACION

Testimonios: "Debemos volver a ser femeninas" 11:38 "No a la violencia multitribal". Lolitas, así se autoproclaman. Una tribu exclusiva para ellas. Su lema es la elegancia: vestirse como muñecas de porcelana del siglo XIX. "Ser lolita es ser sensible al arte, educada e inocente: un retorno a la mujer tierna, femenina y cuidada que va en contra de la mujer exhibicionista", explica "Sakura" (se llama así cuando es lolita y Marina Torres (23), de Villa Adelina, cuando cursa Bellas Artes). Ella y sus amigas se juntan frente al Palacio Pizzurno con enaguas y volados, paragüas, capelinas, prendedores, zapatos abotonados o con plantaformas. Todo confeccionado por ellas. Organizan picnics en el Botánico o se reúnen en "Hanami", en Palermo, para tomar el té. "Con esta vestimenta queremos cambiar el paisaje urbano, como ya ocurre en New York". De sentirse discriminados con otros 10 chicos por ser emos, en diciembre del año pasado se convirtieron en los "fox", una nueva tribu urbana que compila a las otras 25 y tiene

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un lema esencial: basta de violencia multitribal. "Desde el año pasado que está muy latente la idea de tratar mal a los emos, pegarles y burlarse de ellos", dice Nicolás González (16), de Almagro. "Nosotros tomamos de cada tribu algo del look para honrarlos aunque no compartamos sus ideologías. Así como los floggers se deben al fotolog, nosotros tenemos el nuestro: el Cacholog. Pero no robamos identidades", cuenta Nicolás, con su gemelo Alejandro, y sigue: "Le pusimos fox porque representa la inteligencia".

PARA LOS LINGÜISTAS NO HAY EMPOBRECIMIENTO DEL IDIOMA

Lunfardo 2.0 Lumpen y tecno, así se transforma la lengua en Argentina De dónde vienen y qué significan las nuevas palabras que ganan la calle hoy. Por: Juan Manuel Bordón

Los jóvenes usan mal el idioma y ese mal uso lo va deformando, llevándolo lentamente a la destrucción total", advierte el subsecretario del ministerio de Educación Juan Estrasloi, uno de los personajes de Diego Capusotto. El servidor público señala expresiones como "rescatate", "habilitá" o "altas llantas". Una puesta al día agregaría otras como "quedar manija", "effeame" o "estar re-jirafa" a este vigoroso lunfardo 2.0, el argot de la calle que ahora se nutre de otras fuentes: jerga tumbera, neologismos de los floggers, el rap suburbano y la influyente cumbia villera. Una vital manera de resolver la tensión entre lo lumpen y la sofisticación tecnológica. ¿De eso se trata el apocalipsis según Estrasloi? "Eso es un error de concepción, porque sino habría que decir que el castellano y el italiano son empobrecimientos del latín -asegura el sociolingüista Alejandro Raiter. El empobrecimiento del idioma es otra cosa, tiene que ver con la muerte de lenguas, con los dialectos acorralados que pierden hablantes por las migraciones". Modismos como el "yira, yira" fiajron en su tiempo el esplendor del lunfardo porteño. ¿Qué dejara esta nueva oleada? Marcelo Oliveri, miembro de la Academia Argentina de Lunfardo y autor de libros como "El lunfardo del tercer milenio" opina: "El pueblo agranda el idioma, ese es el eslógan de la Academia desde su fundación, en 1963, y creo que hoy en día se ajusta más que nunca. El tango popular fue fuerte cuando lo escribían jóvenes como Cadícamo, Manzi o Discépolo. Ellos hubieran sido hoy parte de una tribu urbana". Y este, claro, su lunfardo.

Nuevas tribus urbanas: los otakus, las lolitas y los fox van al frente 11:26

Se juntan en los mismos lugares, pero tienen looks bien distintos. Cada vez son más. Por: Guillermina De Domini

OTAKUS EN ACCION. Cristian, Samantha, Matías, Aiko y Ash. (Mario Quinteros)

Tienen en la mano la galletita "Pocky" que consiguieron en el Barrio Chino. "Es nuestra hostia", bromea Aiko, kinesióloga, de 22 años y de Belgrano. En su grupo de amigos todos llevan mochilas con pins de sus dibujos animados preferidos, un mp3 o un iPod con música japonesa y a cada rato se les escapa -y sin querer-, un arigato (gracias), daisuki (te quiero mucho) y kawaii (qué tierno). Se agregan "chan" al final de cada nombre (así, Matías es "Matichan"), cantan canciones en japonés con voz aniñada y bailan la danza tipo electrónica-pop bautizada "Parapara". No se trata de un viaje a Oriente ni un cuento de fantasía nipón. Esto pasa acá, frente al Palacio Pizzurno, en la galería Bond Street y en eventos donde compiten por el mejor disfraz y el mejor baile, después de pasar por el Paseo La Plaza. No son emos ni floggers: se llaman otakus y lolitas, y son las nuevas tribus urbanas que agrupan a cientos de jóvenes de 13 a 30 años. A diferencia de otras tribus que se importaron de Inglaterra y de Estados Unidos, los otakus nacieron del fanatismo casi obsesivo por los animé (dibujos animados), el manga (historietas), los videojuegos y la J-Music (música japonesa). Es una tendencia que se viene dando desde que los animé Dragon Ball Z y Sailor Moon pisaron la Argentina en los '90 y lograron que los chicos -y los no tan chicos- empezaran a indagar en la cultura oriental. Las lolitas nacen de la moda japonesa. Hay en toda Latinoamérica y ya arrasan Nueva York, París y Londres. Pero acá, cuando unos y otros se juntan disfrazados en el Paseo La Plaza antes de armar un karaoke en japonés en alguna casa, los vecinos se los quedan mirando: "Nos miran mal. Creen que somos raros, que lo único que hacemos es mirar dibujitos, que somos nerds", dice "Matichan", estudiante de abogacía, de Palermo. "Algunos no nos entienden y si vamos al Pizzurno nos quieren linchar: creen que somos actores o huecos. Pero tenemos valores", afirma Aiko.

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Los otakus hacen lo que llaman "cosplay": difrazarse representando a un personaje de los dibujos animados. "Los animé tratan sobre historias bastante reales con las que te sentís identificado", explica Aiko. El próximo evento, "Cosmofixión", será hoy en la Escuela 19, en Caballito. La indumentaria es su coraza. Para las lolitas también. La confeccionan ellos o la compran por Internet. Para Marcelo Urresti, sociólogo del Instituto Gino Germani, la cultura japonesa creó una sociedad dominada por gustos infantiles: "Los otakus y las lolitas son el efecto de un infantilismo de una nación traumatizada, nacido de la guerra y sustentado por una cultura consumidora", asegura a Clarín. Ellos, en cambio, dicen que no son una tribu sino una comunidad. "Un otaku es estudioso, responsable", dice Aiko. Aunque admite, en broma, los dibujitos japoneses "te lavan el cerebro". También frente al Pizzurno se juntan cada vez más "foxes", cuyo lema es "no a la violencia". Los sociólogos aseguran que las tribus tienden a reciclarse y que las lolitas y los otakus, por el fanatismo de los videojuegos y los animé, seguirán creciendo.

TENDENCIA

Nacen nuevas tribus urbanas Los otakus, las lolitas y los fox van al frente Por: Guillermina De Domini

Tienen en la mano la galletita "Pocky" que consiguieron en el Barrio Chino. "Es nuestra hostia", bromea Aiko, kinesióloga, de 22 años y de Belgrano. En su grupo de amigos todos llevan mochilas con pins de sus dibujos animados preferidos, un mp3 o un iPod con música japonesa y a cada rato se les escapa -y sin querer-, un arigato (gracias), daisuki (te quiero mucho) y kawaii (qué tierno). Se agregan "chan" al final de cada nombre (así, Matías es "Matichan"), cantan canciones en japonés con voz aniñada y bailan la danza tipo electrónica-pop bautizada "Parapara". No se trata de un viaje a Oriente ni un cuento de fantasía nipón. Esto pasa acá, frente al Palacio Pizzurno, en la galería Bond Street y en eventos donde compiten por el mejor disfraz y el mejor baile, después de pasar por el Paseo La Plaza. No son emos ni floggers: se llaman otakus y lolitas, y son las nuevas tribus urbanas que agrupan a cientos de jóvenes de 13 a 30 años. A diferencia de otras tribus que se importaron de Inglaterra y de Estados Unidos, los otakus nacieron del fanatismo casi obsesivo por los animé (dibujos animados), el manga (historietas), los videojuegos y la J-Music (música japonesa). Es una tendencia que se viene dando desde que los animé Dragon Ball Z y Sailor Moon pisaron la Argentina en los '90 y lograron que los chicos -y los no tan chicos- empezaran a indagar en la cultura oriental. Las lolitas nacen de la moda japonesa. Hay en toda Latinoamérica y ya arrasan Nueva York, París y Londres. Pero acá, cuando unos y otros se juntan disfrazados en el Paseo La Plaza antes de armar un karaoke en japonés en alguna casa, los vecinos se los quedan mirando: "Nos miran mal. Creen que somos raros, que lo único que hacemos es mirar dibujitos, que somos nerds", dice "Matichan", estudiante de abogacía, de Palermo. "Algunos no nos entienden y si vamos al Pizzurno nos quieren linchar: creen que somos actores o huecos. Pero tenemos valores", afirma Aiko. Los otakus hacen lo que llaman "cosplay": difrazarse representando a un personaje de los dibujos animados. "Los animé tratan sobre historias bastante reales con las que te sentís identificado", explica Aiko. El próximo evento, "Cosmofixión", será hoy en la Escuela 19, en Caballito. La indumentaria es su coraza. Para las lolitas también. La confeccionan ellos o la compran por Internet. Para Marcelo Urresti, sociólogo del Instituto Gino Germani, la cultura japonesa creó una sociedad dominada por gustos infantiles: "Los otakus y las lolitas son el efecto de un infantilismo de una nación traumatizada, nacido de la guerra y sustentado por una cultura consumidora", asegura a Clarín. Ellos, en cambio, dicen que no son una tribu sino una comunidad. "Un otaku es estudioso, responsable", dice Aiko. Aunque admite, en broma, los dibujitos japoneses "te lavan el cerebro". También frente al Pizzurno se juntan cada vez más "foxes", cuyo lema es "no a la violencia". Los sociólogos aseguran que las tribus tienden a reciclarse y que las lolitas y los otakus, por el fanatismo de los videojuegos y los animé, seguirán creciendo. TENDENCIA

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