La persona paranoide se ve a sí misma como el centro del universo y considera los acontecimientos en términos de la relación que tienen con ella. Todos los actos, actitudes y sentimientos de los demás los comprende el paranoide, y reacciona a los mismos, en términos de dicha referencia para él. La persona paranoide no tiene conciencia de sus propios impulsos agresivos, pero teme, en cambio, ser atacado y tratado de modo injusto por los demás, a los que considera como irresponsables e indignos de confianza, justificando en esta forma su propia conducta secreta y excluyente. Su incapacidad para relacionarse en forma realista con los demás le hace sentirse torpe e incómodo en situaciones sociales, toda desatención la resiste como un rechazo personal. (Mackinnon, 1993). Colecta injusticias y sus recuerdos vividos de estas experiencias no las olvidan nunca; es disputador y pendenciero manifestando impaciencia y explosiones emocionales de enojo en situaciones en que otros son capaces de contenerse. Las reacciones inapropiadas de enojo tienen lugar, por ejemplo, en ocasión de un intenso tráfico automovilístico, mientras espera en alguna cola o en respuesta a que se le empuje o se tope alguien con él en una multitud. Al igual que el carácter narcisista, la persona paranoide expresa resentimientos cerca de la impresión que tiene de no ser querido y apreciado del mundo. Sin embargo, el paranoide va más allá y atribuye motivos malévolos a los que no le aprecian. Con frecuencia, fija estos sentimientos en un individuo o en grupos determinados de quienes siente que no le quieren. El paciente narcisista dice “así es la gente”, con una actitud de desprecio arrogante la persona paranoide, en cambio, dice: “ha querido fastidiarme”, con resentimiento rencoroso. La envidia constituye un rasgo de carácter paranoide eminente, las personas paranoides están más ocupadas por los privilegios y satisfacciones que reciben los demás que por su propia existencia de privación y emocionalmente estéril. La persona paranoide es sumamente celosa a causa de su incapacidad de querer y de sus pronunciadas necesidades narcisistas, siente un deseo intenso de ser querido y un temor igualmente intenso de traición
Commented [bba1]: Esta parte ya esta en el trabajo
, Bibliografía Mackinnon, R. (1993). Psiquiatria Aplicada . Mexico D,F.: Nueva Editoria Interamericana .