Prolegomenos De Un Modelo

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SOBRE

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. . . . . .EDITORIAL ........... VENTANA . .CENTRAL: . . . . . . .PRACTICAS . . . . . . . .JUVENILES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .6 .

6. . . . . .TIJUANA TRC l REFOS

EN TORNO A LA RELAC16N DE LA CIUDADANIA ENTRE JOVENES DE LA

FRONTERA NOROESTEDE MÉXICO

ALEJANDRO MONSIVAIS CARRILLO

COMPRENSI~N . . . DE . LA . .JUVENTUD. . . . EL OCASO DEL CONCEKO DINAKRAUSKOPF

DE

MORATORIA

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .26.

P~ICOSOC~A~

40 DESORDEN Y VIOLENCIA ENTRE J6VENES DE UN . . . . . . . .PURO . . . DESMADRE! . . . . CLUB DE FUTBOL EN LA CIUDAD DE MÉXICO

ROGERMAGAZINE

IDENTIDADES JUVENILES .

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54 . .

PROLEG~MENO DE UN MODELO HEURlSTlCO JUAN MACHIN

76 . . . . . ROCKEROS . . .Y.GRUPEROS

PRESENTACI~NA PARTIR DE LA ENCUESTANACIONAL DE JUVENTUD2000

ANTONIO A. GUERRERO

MUERTE Y FUTURO

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86

EL MOVIMIENTO OSCURO' EN EL TIANGUIS CULTURAL DEL CHOPO ROSARIOCASTILLO ALMA&

110 ...

. . .SEXUALIDAD ADOLESCENTE

EL~ O M ~ O ~ A M ~ E N ~ O ' S E XRE'~P' ARODUCTIVO L'Y

EN LOS PAISES DESARROLLADOS

INSTITUTO ALANGU~MACHER

VENTANA INTERIOR: RESEÑAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 . . . 130 . . . . . . LAS . . .NOVEDADES ......... M~NIC VALDEZ A

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Ventana Central: Practicas juveniles Autor: Juan Machín Título: Identidades juveniles. Prolegómeno de un modelo heuristico JOVENRevista de Estudios sobre Juventud Edición: año 8, núm. 21 Mbxico, DF, julio-diciembre 2004 pp. 54-75

Juan Machin*

ldentidades juveniles Prolegómeno de un modelo heuristito

'El autor es director del Centro Cáritas de Formación para la Atencidn de las Farmacodependencias y Situaciones Criticas Asociadas A. c., presidente y fundador de Cultura Joven A. C. e integrante del Consejo directivo del Centro Juvenil Promoción Integral A. C.

Resumen En este artículo se propone el esbozo de un modelo matemático para las identidadesjuveniles, caracterizado por el intento de integrar diferentes aproximaciones teóricas, que respete la complejidad del tema y estimule la investigación.La hipótesis que se propone es la siguiente: las identidades juveniles se pueden describir como trayectorias fractales de procesos complejos en un campo tensorial n-dimensionalgeneralizado. Abstract This article proposes an outline of a mathematical model for the identities of young people. it tries to integrate different theorical approachesthat respect the complexity of the topic and stimulate investigation.'[he proposed hipothesis is as foilows: The identities of young people can be described as fractal trajectories of complex processes in a generaiized n-dimensional, tensor field.

rimera aproximación. La identidad como nudo de confluencia de la Permanencia y el Cambio Plus ca change, plus c'est la meme chose

El que nace, ¿permaneceel mismo o se transforma en otro?, pregunta el rey Milinda. Ni el mismo ni otro, le responde el sabio Nagasena y le plantea a su vez: Tú eras una vez un niño, una cosa tierna, pequeña que descansaba plana sobre su espalda. 'Eres tú Pse, ahora que has crecido? No, soy otro, responde Milinda. Nagasena concluye entonces: Si no eres ese niño, se sigue que tú no has tenido madre ni padre ... Y le pone un ejemplo más: es como la leche, que una vez tomada de la vaca se transforma con el tiempo en cuajada, y de cuajada en mantequilla. ¿Es correcto decir que la leche era la misma cosa que la cuajada o la mantequilla? Así se mantiene la continuidad de una persona o cosa. Una nace y otra se extingue; y el renacer es simultáneo. De este modo ni como el mismo, ni como otro va el hombre a la última fase de su autoconocimiento.' La identidad, como lo expresa Nagasena, tiene que ver con la compleja relación entre cambio y permanencia, con la continuidad de la persona a pesar de las diversas transformaciones que sufre,2 con los sucesivos cambios que, sin embargo, permiten invariancias significativas, como las que afirman, en forma paradójica, el dicho francPs que sirve de epígrafe a esta sección: cuanto más cambia algo, más permanece lo mismo; o en la lógica gatopardiana donde todo debe cambiar para que todo siga igual. Existen innumerables posicionamientos teóricos frente al tema de la identidad. Sin embargo, existen dos corrientes ontolilgicas básicas derivadas del pensamiento griego pre~ocrático.~Heráclito de Éfeso planteó el la identidad, a partir de su negación: "nunca nos bañamos dos mismo rio", "en los mismos ríos nos bañamos y no nos ;bahamos; somos y no sor no^",^ es decir, la identidad material no existe. Si hoy nos bañamos en el río que pensamos es el mismo de ayer y resulta que s otro río, no existe identidad entre el río de hoy y el de ayer pero, además, mpoco entre el yo que era cuando me bañP en un río y el otro yo que se ha en otro río hoy. Para Heráclito,? todo fluye y la esencia del universo es

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'Adaptado de Alfredo Lbpez Austin, Los mitos del tlacuache, Alianza Editorial, Mexico, 1990, ~~107-108. 'Problema que se plantea a menudo en la literatura: por ejemplo, Rip Van Winkle (al preguntarle alguien quién era y c6mo se llamaba): "iS6l0 Dios sabe! -exclam6 desconcertado- Yo no soy yo mismo, yo debo ser otro... ¡YOera yo mismo anoche, pero me quede dormido en la montarla y allí me cambiaron la escopeta y me han cambiado todo y no puedo decir cuál es mi nombre ni quien soy!". Washington Iwing, "Rip Van Winkle", Barcelona, España, 1987, p. 94. "¿Quien eres tú?, -pregunt6 la Oruga. Alicia, un poco intimidada, contest6: Pues yo ..., yo ahora mismo, seiiora, ni lo se ... Si se quien era cuando esta matiana me levante, pero he debido cambiar varias veces desde entonces". Lewis Caroll, Alicia en el país de las maravillas, Plaza y Janes, Barcelona, Espaiia, 1986, p. 57. Elsa la lista, de los hermanos Grimm; El hombre duplicado, de Saramago; Metamorfosis, de Kafka, etcetera. 'Casi podrla decirse que toda la historia de la filosofla de la identidad no son sino paráfrasis y comentarios a Parmenides y Heráclito. * Heráclito, Parmenides, Emptidocles, La sabiduría presocrdtica, Sarpe, Madrid, 1985, pp. 36,43, 53. Cfr. Karl Popper, Conjeturas y refutaciones, Paid6s. Barcelona, 1983. pp. 175. 181, 183-185, 200-207.

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Estamos en el universo recursivo

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de Escher, de los bucles extraños, donde una mano dlbuja la mano que

k dibuja

el devenir, el cambio, materializado en su elemento: el fuego.5 Así, como para Hegel o Sartre, no somos, sino que nos vamos haciendo, nuestra identidad no nos es dada, sino que es mudable, deviene, se construye. Parmenides de Elea, por el contrario, planteó el problema en los términos de que únicamente existe el ser inmutable y, por consecuencia, el cambio es tan sólo una ilusión. A partir de una revelación que tuvo en su juventud, se pregunta: "¿Cómo podría el ente dejar de ser y cómo podría hacerse? Pues si era, no es, y tampoco si debe ser en el f ~ t u r o " . Pero ~ es Zenón de Elea, discípulo de Parménides, quien nos dotó de los ejemplos más ilustres de argumentación dialéctica contra el cambio, principalmente, a través de una de las más famosas paradojas: la de Aquiles,' el corredor helénico más veloz, que nunca puede alcanzar lógicamente a la tortuga y que nos habla de un espacio y tiempo impensables. Nos saltamos la filosofía aristotélica de las potencialidades y su reali~ación,~las ideas platónicas inmutables y perfectas, el eterno retorno nietszcheano y muchas otras, que aportan elementos a favor o en contra en esta discusión, para tocar, de paso, a Whiteheadg que creía que la tarea de la filosofía iba a ser precisamente reconciliar permanencia y cambio, abarcar en un solo sistema las cosas y los procesos, el ayudarnos a concebir el devenir como formador de entidades identificables. Whitehead adelantó en ese sentido al señalar que ningún elemento puede ser un soporte permanente para las relaciones cambiantes ya que cada uno recibe su identidad, precisamente, de sus relaciones con los otros. Mencionaremos, también de paso, a Prigogine, que tal vez sea quien ha planteado más insistentemente la cuestión de la permanencia y el cambio en las reflexiones que derivan de los descubrimientos de la física. Prigogine insiste en señalar el aspecto de la irreversibilidad del tiempo y cómo la física actual mantiene tanto la distinción como la interdependencia entre unidades y relaciones y reconoce que, para que una interacción sea real, la "naturaleza de las cosas relacionadas debe derivar de estas relaciones y, a la vez, también las relaciones deben derivar de la naturaleza de las cosas" .lo Estamos en el universo recursivo de Escher, de los bucles extraños, donde una mano dibuja la mano que la dibuja." Para terminar, nos referimos a los aportes de Morin y Luhmann: desde . . . .el. pensamiento . . . . . . . .complejo, . . . . . para . . . Morin, . . . . la. .identidad . . . . . implica . . . . la. . Idem., p. 52. Idem., p. 82. 'Jorge Luis Borges, Prosa completa 1, Bruguera, Barcelona, 1985, pp. 189-194, 201-206; Edward Kasner y James Newman, Matemdticase imaginación, crcsn, M6xico. 1981, pp. 4261; Douglas Hofsadter, Godel, Escher, Bach: una eterna trenza dorada, CONACYT, México, 1982, P P .32-54. Cfr. Karl Popper, Teoría cudntica y el cisma en física (post scriptum a la lógica de la investigación científica, vol. iii), Tecnos, Madrid. 1985. pp. 178-181. A.Whitehead, Process and Reality. An Essay in Cosmology, Free Press, Nueva York, 1969. llya Prigogine y lsabelle Stengers, La nueva alianza. metamorfosis de la ciencia, Alianza, Madrid, 1983, p. 135. Douglas Hofsadter, op. cit., pp. 12-17, Bruno Ernst. El espejo mdgico de M . C. Escher, Taschen, Greven, Alemania, 1994 p. 26; M . C. Escher, M . C. Escher, the Graphic Work, Taschen, Berlín, 1990, p. 69.

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unidad,12 paradójicamente, de la identidad y de la no identidad;13 en cambio, para Luhmann, la identidad de los sistemas autorreferenciales implica la diferencia entre identidad y diferencia,14 así como la unidad de algo que es una multiplicidad, la multiplicidad de algo que es único.15 Segunda aproximación. La identidad como nudo de confluencia de la diferencia y la individualidad Y yo, para mi desgracia, no soy yo n i otro ni nadie. Fernado Pessoa

La identidad se le atribuye a una unidad distinguible: por su medio distinguimos una cosa, como tal, de las demás de su misma especie.16 Cuando se trata de una persona o un actor social y no de una cosa, la Unidad que es producida por la lógica ilógica (cfr. Edgar Morin, El método, Cátedra, Madrid, vol. 2. 1992, pp. 446) de lo viviente (pp. 438-442) en la auto-(geno-feno-ego)eco-reorganización en un complejo constructor complejo (pp. 443-444). o Idem, p. 443. Y Niklas Luhmann. Sistemas sociales: lineamientos para una teoría general, Anthropos, Barcelona, 1998, p. 33; Niklas Luhmann. Complejidad y modernidad: de la unidad a la diferencia, Trotta, Madrid, 1998, p. 11. Niklas Luhmann. Complejidad y modernidad..., op. cit., pp. 219-220. Para toda esta sección consideramos muy importante la sistematización de Giménez (Gilberto Gimbnez, Paradigmas de identidad, en Aquiles Chihu (coord.), Sociología de la Identidad, UAM-lztapalapa,Porrúa, México, 2002).

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identidad se manifiesta, construye, mantiene y modifica en y por procesos/contextos sociales de acciónlinteracci6n~ comunicación.'7 Es decir, la posibilidad de que una persona, grupo o colectividad se distinga de los demás debe ser reconocida por su red (ya sea como heterorreconocimiento-reconocimiento social de la identidad de la personalactor social o como heterodiferenciación, reconocimiento social de la diferencia), incluso para poder autoidentificarse (tanto como autorreconocimiento, capacidad de afirmar la propia identidad frente a otro, otros; como autodiferenciaci6n capacidad de distinguirse de otros). Este reconocimiento1 diferenciación intersubjetivo de las características, los rasgos o atributos distintivos son los que definen la unicidad, especificidad, irrepetibilidad o no sustituibilidad de la persona, grupo, colectividad en un contexto social. Pero la identidad se encuentra en una relación recursiva con el sistema sociedad: las identidades son construidas, mantenidas, modificadas por procesos de los sistemas sociales que son construidos, mantenidos, modificados, a su vez, por el complejo rejuego de las identidades.l8 Aunque la percepción de que somos sujetos únicos, irremplazables e irrepetibles es en gran medida una construcción social de Occidentelg a partir del cogito20 cartesiano y su sujeto racional, autónomo y soberano, poseedor de una esencia inmutable, irreductible, coherente y ubicada en el centro mismo de cada individuo. La idea de una esencia humana sienta los fundamentos para que las personas se identifiquen entre sí como iguales, suprimiendo las diferencias. Pero, no por casualidad, las diferencias que se ignoran son las de quienes ocupan posiciones de poder (incluyendo el poderlautoridad de definir el conocimiento). Así, sólo pueden aspirar a esta igualdad quienes son indistinguibles de los autores de esta perspectiva liberal: hombres adultos blancos, occidentales, burgueses. Se crean de esta manera,

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jürgen Habermas, Teoría de la accidn comunicativa, vol. 2, Taurus, Madrid, pp. 151-153.

* Cfr. Peter Berger y Thomas Luckmann, La construccidn social de la realidad, Amorrortu.

Buenos Aires, 1991, p. 216. Moscovici lo considera el invento más importante de los tiempos modernos (cfr. Serge Moscovici, La era de las multitudes. Un tratado histórico de psicología de las masas, FCE, Mbxico, 1993, p. 25) y es lo que Michael Foucault denomina la transformación de seres humanos en sujetos, por medio de tres modos de objetivación: a) los modos de investigación que tratan de darse a sí mismos el status de ciencia: la objetivación del sujeto hablante en la grammaire générale, la filología, la lingüística; del sujeto productivo en la economía; del sujeto vivo en la historia natural y la biología (cfr. Michel Foucault, Las palabras y las cosas, Siglo xxi, M6xic0, 1986); b) los de las prácticas divisorias, que separan entre el loco y el cuerdo, el enfermo y el sano, los criminales y los "buenos muchachos", etc. (cfr. Michel Foucault, La vida de los hombres infames, La Piqueta, Madrid, 1990; Michel Foucault, Historia de la locura, dos volúmenes, FCE, M6xico. 1999; Michel Foucault, El nacimiento de la clínica, Siglo xxi, M6xico. 1985; Michel Foucault, Vigilar y castigar, Siglo xxi, Mbxico, 1990), y c) los modos en que un ser humano se convierte a sí mismo en sujeto (Michel Foucault, Historia de la sexdalidad, tres tomos, Siglo xxi, Mbxico, 1990). La transformaci6n de individuos en sujetos es una forma del poder que clasifica a los individuos en categorías, los designa por su propia individualidad, los ata a su propia identidad. La deconstrucción posestructuralista del sujeto como actor permitió su comprensión como una posición dentro de una ficción, un discurso. "Sujeto", entonces, ya no designa a un individuo, sino las relaciones de poder-saber que producen una posición al interior del discurso. m Ren6 Descartes, El discurso del método, Porrúa, M6xico. 1981, p. 21.

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simultáneamente, los que no son iguale^,^' los que son diferentesZ2y, por lo tanto, excluidos. Tanto Freud, como Marx han cuestionado de raíz esta concepción del ser humano al insistir en la fuerza imperiosa de procesos que operan más allá de todo control consciente de los actores individuales: las relaciones de clase y producción, los procesos psíquicos inconscientes. El sujeto individual no es y no puede ser sino un ser dividido, alienado de sus productos y de sí mismo,23 radicalmente incapaz de conocerse a sí mismo. Sin embargo, ambos cometen errores complementarios entre sí y que los acercan a la postura liberal, dejando fuera a las mujeres de una política emancipatoria. 24 El cogito ergo sum cartesiano expulsa la corporeidad, separa la máquina viviente25de la subjetividad del "pienso", por lo que Morin propone la fórmula computo ergo sumZ6que lleva en sí una espiral recursiva donde el sujeto "se autoproduce en y por el ego-bucle, en y por el juego de computación en primera persona que permuta, asocia, disocia sin cesar al 'yo' y al 'mí"',27 que implica, nuevamente, un sujeto radicalmente dividido.28

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . "Ya que, como decía el mandamiento definitivo de la Granja Animal: todos los animales son iguales pero algunos animales son más iguales que otros, cfr. George Orwell, La rebelión en la granja, Col. literatura inglesa, vol. 11, Gallimard-Promexa, Mkxico, 1982, pp. 419, 466. Recordemos a Aristóteles que consideraba que unos seres se destinan a ser mandados (los diferentes, los otros) y otros a mandar (los iguales, los ciudadanos), ya que por naturaleza el macho es superior a la hembra, así como el adulto lo es respecto al joven y al niño, el hombre libre al esclavo. Esto es debido a la desigual distribución de la facultad deliberativa: el esclavo no la tiene en absoluto; la hembra la tiene, pero es ineficaz; el nilio y el joven la tienen pero imperfecta. a La revolución de Freud, según Lacan, que al igual que la de Copkrnico (y Darwin) descolocaba al sujeto como centro del Universo consistió en demostrar que la fórmula cartesiana del "Pienso, luego existo" (Cogito ergo sum) debía transformarse en "Pienso donde no soy, luego soy donde no pienso", cfr. Jacques Lacan, Escritos (l), Siglo mi, Mbxico, pp. 496-498; "El sujeto cartesiano es el presupuesto del inconsciente, el inconsciente es el discurso del Otro", cfr. "La subversión del sujeto y dialkctica del deseo en el inconsciente freudiano" y "Posición del inconsciente", en Jacques Lacan, Escritos (2). Siglo mi, Mbxico, pp. 773-807, 808-829; El seminario de Jacques Lacan. Libro 2. El Yo en la teoría de Freudy en la técnica psicoanalltica. 1954-7955, Paidós, Argentina, 1997. *Freud al no cuestionar el sistema social y Marx al considerar, implícitamente, al sujeto proletario como masculino. Liza Bondi, "Ubicar las políticas de identidad", Debate Feminista, año 7, vol. 14, Mkxico, octubre de 1996, pp. 19-25. La unicidad del sujeto ignora las multiplicidades del ser vivo: nuestros dos cerebros (cfr. entre otros Paul Watzlawick, El lenguaje del cambio, Herder, Barcelona, 1992, pp. 2339), la multiplicidad de "cerebros" que perviven en nuestro sistema nervioso (cfr. entre otros Carl Sagan, Cosmos, Planeta, Esparía, 1999, pp. 276-283), la multiplicidad de nuestros órganos, tejidos y cklulas. *Y, más adelante, propone la fórmula recursiva cogito ergo computo ergo sum ergo cogito. Edgar Morin, El método, vol. 3, op. cit.. p. 135. nEdgar Morin, Elmétodo, vol. 2, op. cit., pp. 171-236. "Idem., pp. 318.

Koestler planteaba el absurdo contrario al individualismo liberal ingenuo cuando describió a Nicolás, su compañero de prisión, como unidad matemática y abstracción social absoluta: Nicolás no era sino el resultado de dividir 10 000 hombres entre 10 OO0.29Absurdo simétrico que podría ser llamado el modelo social de Robinson Cru~oe,~O es el que supone que podemos obtener el comportamiento social de un conjunto humano multiplicando el comportamiento de uno de sus elementos por la cardinalidad del conjunto. Wittgenstein, por su parte, problematizaba la identidad individual analizando expresiones como las siguientes:

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En el trabajo psicoanalítico de

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"Otro no puede tener mis dolores". ¿Qué son mis dolores? ¿Qué cuenta aqui como criterio de identidad? Considera lo que hace posible, en el caso de objetos físicos, hablar de "dos exactamente iguales". Por ejemplo, decir: "esta silla no es la misma que viste ayer aquí, pero es una exactamente igual". Hasta donde tenga sentido decir que mi dolor es el mismo que el suyo, hasta ahí podremos también tener ambos el mismo dolor. He visto cómo, en una discusión sobre este tema, alguien se golpeaba el pecho y decía: "iPero otro no puede, sin embargo, tener este dolor! " . 3 1

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El énfasis puesto en "este" manifiesta que, si bien son iguales, no son idénticos, aunque sea por un mero aspecto subjetivo, pero es precisamente este aspecto en el que residiría el núcleo de la identidad personal. En el caso de la identidad social32de un actor colectivo, el aspecto se podría referir a la existencia de una cultura común de referencia y el autorreconocerse como "nosotros". En el trabajo psicoanalítico de Erikson y en el interaccionismo simbólico, hay una confluencia de las consideraciones de la identidad en relación tanto con la permanencia y el cambio, como con la diferencia e individualidad; para ambos, la identidad se construye por la interacción con los otros. Erikson propuso referirse a la identidad como una continuidad genética de la representación de sí mismo, debida al trabajo del ego: gradual integración de imágenes de sí mismo, selección de identificaciones significativa^.^^ Mead, a semejanza de Whitehead, define a la identidad en términos de relaciones y distingue entre el "yo", que asocia con la innovación, lo impredecible, la creatividad, y el sí mismo (self) que refiere a la adopción del otro

m Arthur Koestler, La escritura invisible. Relato autobiogrdfico, Emece, Buenos Aires,

1955. Basado en el modelo económico del mismo nombre. Cfr. Paul Watzlawick, John Weakland, Richard Frisch, Cambio: formación y solución de los problemas humanos, Herder, Barcelona, 1976, p. 26. Ludwig Wittgenstein, Investigaciones filosóficas, UNAM, Editorial Crítica. Barcelona, 1988, PP. 223-225. Berger y Luckmann aconsejan no hablar de "identidad colectiva" por el peligro de hipóstasis reificadora; cfr. Peter Berger y Luckmann, idem. Sin embargo, fácilmente podemos superar ese peligro cuando afirmamos que la identidad no es una cosa sino una forma de describir procesos complejos y que, por lo tanto, la podemos aplicar tanto a individuos como a grupos o colectividades. Erik Erikson, Identidad. Juventud y crisis, Taurus, Madrid, 1992, pp. 180 - 191. Y Joas Hans, "Interaccionismo simbólico", en Anthony Giddens, Jonathan Turner et al., La teoría social, hoy, Alianza, México, p. 123; G. H. Mead, Espíritu, persona y sociedad, Piados, México, 1993.

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Una aproximación desde la matemática y la Iógica En términos matemáticos, la identidad es una aplicación35 que transforma un conjunto en sí mismo, de forma que a cada elemento se hace corresponder a sí mismo como imagen. Corresponde a la relación de analogía36más estricta, absoluta, la total igualdad entre dos cosas. Posee las siguientes propiedades: transitividad por transferencia y equiparación, simetría, reflexividad, circularidad, isodinamia, La identidad se formula, también, con uno de los tres principios ldgicos supremos: "a es a", 37 principio que sólo es aplicable a un objeto que es tan singular que constituye el único espécimen de su , clase o cuando existen varios especímenes, pero cada uno indistinguible de los otros.38 Fichte consideró que la formulación de la Iógica clásica no se justifica por sí misma y está condicionada, o sea que "a es a si es que, si no es, ni es a ni es nada" y propuso una fórmula alternativa para el principio de identidad: "yo soy yo", ya que no se puede condicionar: "yo soy yo, si soy", ya que el yo se afirma a sí mismo como existente. Otros filósofos y poetas, a su vez, introdujeron nuevos elementos: así, Ortega y Gasset propuso la formula: "yo soy yo y mi circunstancia", y Schopenhauer: "yo soy los otros, cualquier hombre es todos los hombres", Rimbaud: "yo es un otro", Ricoeur: "sí mismo como otro". Morin ha hecho aportaciones importantes para formular principios de identidad complejos alternativos, por ejemplo, al considerar que un sistema deja de ser igual en función de los elementos que lo constituyen, aunque siga siendo el mismo. Los procesos de construcción y reflexión del "yo soy mí" modifican y hacen aú complejo el principio de identidad:

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Una aplicación es una ley, regla o criterio que asigna a todo eleme elemento de B. Función, mapeo, transformación, operador, corresp sinónimos o ejemplos de aplicación. Cfr. Juan Machín y Hugo Moli metageofísica, UNAM, México, 1987, pp. 6-21. se Es decir, aplicaciones que dejan invariantes ciertos elementos, relaciones o propiedades. La analogía de esta manera forma un abanico que va de la identidad (la analogía más estricta) a la metáfora o la metonimia (analogías muy poco estrictas), pasando por la igualdad, congruencia, semejanza, equivalencia, isometría, homomorfismo, isomorfismo, etc. Cada aplicación tiene definiciones técnicas precisas, por ejemplo, la congruencia en geometría es una transformación puntual del plano n o ilimitado sobre si mismo que transporta a cada par de puntos A, B un par de puntos A', E' de modo que A,B=A'E'. La semejanza, por ejemplo, se define de la misma manera pero A,B=~A' 8'. Para una revisión del concepto de analogía y sus usos cfr. Juan Machín y Hugo Molina, op. cit., pp. 22-50; Mauricio Beuchot, Tratado de hermeneutica analógica. Hacia un nuevo modelo de interpretación, Itaca-UNAM, México, 1997. A la formulación lógica, corresponde la forma gramatical: "Todo sujeto puede, en un juicio, ser predicado de sí mismo", y asume la forma ontológica: "todo ente es igual a sí mismo". En la lógica simbólica se formula como las leyes: pfi p y p=p. Cfr. José Ferrater y Hugues Leblanc, L6gica matemática, fce, México, 1980, pp. 41 - 42, Para u n análisis desde la ontología. cfr. Martin Heideger, Identidad y diferencia, Anthropos, Barcelona, 1990. 'Como todos los electrones, a tal grado indistinguibles que, según una teoría de la mecánica cuántica, se ha considerado que se trata en realidad de un solo electrón.

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7. A (reflexivo) desdobla la identidad, de tal manera que A=A+A' 2. A (constructivo) introduce la no identidad en la identidad A= A+A.~'

El principio de identidad, en la lógica clásica, se relaciona con el principio del tercero excluido, basado en el paradigma dominante de la disyunción/reducción que impone la alternativa: de dos proposiciones contradictorias entre sí, es necesario que una sea verdadera y la otra falsa. Pero ya Aristóteles admitió que, en relación con el futuro,40 se producía una suspensión del principio al permitir proposiciones que no son ni verdaderas ni falsas, sino potencialmente una y otra cosa. Asimismo, el principio del tertium excluii queda en suspenso en todas las proposiciones inciertas, por ejemplo, claramente en la mecánica ~uántica,~' y en donde el pensamiento se encuentre en la necesidad vital de sostener dos proposiciones contrarias, paradójicas, que no es tan extraño como podría pensarse: principio de bisociación de K o e ~ t l e r , la ~ ~disonancia cognitiva de Festinger, la teoría del doble vínculo de B a t e ~ o n ,las ~ ~lógicas polivalentes y modales,44 los Según Morin, cuando BroweF6 replantea el tertium non datur como producido a posterior;, reintroduce el sujeto-conceptuador que había sido expulsado por la lógica clásica de un pensamiento disyuntivosimplificante. La identidad puede representarse en terminos del principio del tercero excluido de la siguiente manera: un yo en relación conjuntiva con un tú (un nosotros), en disyunción con otro (otros, otro).47

Edgar Morin, El método, vol. 2, op. cit., p. 173 y SS. Sin embargo, en ambas formulaciones, el principio de identidad es conservado y, al ser superado, queda incluido. En cuanto contingente, es decir, no necesario. M En busca del gato de SchrSrindger, R. l. G. Hughes. "Lógica cuántica", Investigacióny Ciencia, núm. 63, diciembre 1981, pp. 80-94. U Paul Watzlawick, John Weakland y Richard Frisch, Cambio..., op. cit., p. 43. Gregory Bateson, "Pasos hacia una ecolog~iade la mente", Carlos Lohle, Buenos Aires, 1976, PP. 231-256. -Jose Ferrater y Hugues Leblanc, op. cit., pp. 59-66. U Según Levi-Strauss la finalidad de los mitos es precisamente proporcionar un modelo capaz de superar una contradicción lógica. U Edgar Morin, El método, vol. 4, op. cit., pp. 204-207. U Cfr. Fernando Villafuerte, "El proceso de la calle a la nación. Investigacióncon bandas juveniles", JOVEN= Revista de Estudios sobre Juventud, cuarta epoca, año 1, núm. 3, SEPCausa JOV~~/CIEJ, Mexico, enero-marzo, 1997, pp. 80-82.

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Primer esbozo de un modelo heurístico de las identidades Propongo tomar algunos elementos de las matemáticas contemporáneas4* para formular un modelo tentativo para las identidades juveniles. Es un primer esbozo.del que queremos destacar tres aspectos: está pensado desde la complejidad, apunta en dirección a la búsqueda de unidad49 que caracteriza a la ciencia50 y tiene un carácter heurístico. Existen, como hemos visto, numerosos posicionamientos teóricos frente al tema de la identidad y es un tema por lo que pienso que es oportuno central en la "ju~enología",~~ trabajar en un modelo matemático52 que integre, respete la complejidad del tema53y que estimule la investigación. En síntesis, la hipótesis que propongo es la siguiente: las identidades juveniles se pueden describir como trayectorias fractales de procesos complejos en un campo tensorial n-dimensional generalizad^.^^ A continuación desarrollaremos esta hipótesis.

Campos tensoriales generalizados En matemáticas, un espacio es simplemente un conjunto55y los puntos del espacio son los elementos del conjunto. Existen muchos tipos de espacios; a nosotros nos interesa que nuestro espacio sea métrico y topológi~o,~~ es decir, que acepte conceptos como distancia, clausura,

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El uso de modelos matemáticos o físicos en las ciencias humanas no es nuevo, recordemos a Lewin y Bourdieu con la teoría de campos; Freud con la termodinámica y la hidráulica; Lacan con la óptica; Piaget y Lévi-Strauss con la teoría matemática de grupos; por citar algunos. Sin caer, por supuesto, en lo que Bourdieu denomina el "efecto Gerschenkron" que consiste en utilizar el modelo de las ciencias más avanzadas para simular cientificidad (cfr. Pierre Bourdieu, Cosas dichas, Gedisa, Barcelona, 1996, p. Aunque me refiero a la unitas multiplex, la unidad compleja, cfr. Edgar Morin, El método, vol. 1, op. cit., pp. 171-179. Jacobo Bronowski, El sentido común de la ciencia, Península, Madrid, 1978, pp. 144-

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"Prácticamente no hay artículo sobre juventud que no toque el tema de muy variadas formas: identidad, identidades juveniles, identidades emergentes, identidades fragmentarias, construcción social de la identidad, identidad y género, etcétera. =Al hablar de un modelo matemhtico podría pensarse que debe expresarse en términos cuantitativos, pero se olvida que existen desarrollos muy importantes dentro de la matemática cualitativa como es la topología, la teoría de catástrofes de Thom, los coeficientes de Lyapunov y, por supuesto, la geometría fractal. m Superando el pensamiento simplificador. disyuntivo del "o esto o esto". Tratamos, sin embargo, de no caer en un eclecticismo fhcil, en la suma aritmética de conceptos. Como afirma Morin, "la complejidad salva a la lógica como higiene del pensamiento y la trasgrede como mutilación del pensamiento", Edgar Morin, op. cit., p. 207. Y Puede ser útil pensar este modelo como una generalización de los conceptos de lugar de De Certau (cfr. Michel de Certau, "La escritura de la historia", UIA, M6xico. 1993, pp. 59-81), y de campo social de Bourdieu (cfr. Pierre Bourdieu, Cosas dichas, op. cit., Pierre Bourdieu, La distinción. Criterio y bases sociales del gusto, Taurus, Mbxico, 2002), como este lo fue del campo de Kurt Lewin (Kurt Lewin, La teoría del campo social, Paidós, Barcelona, 1988) quien lo tomó del campo electromagn6tico de James Clerk Maxwell (Albert Eisntein, El significado de la relatividad, Planeta Agostini, Mexico, 1985, p. 209). Es similar, asimismo, a los paisajes morfogen6ticos desarrollados por René Thom y C. H. Waddingnton, cfr. René Thom, Estabilidad estructural y morfog6nesis. Ensayo de una teoria general de modelos, Gedisa, Barcelona, 1987; C. H. Waddington, Hacia una biología teórica, Alianza, Madrid, 1976. 'Los espacios euclidianos y newtonianos son casos particulares. Durante mucho tiempo se pensó que eran "reales". es decir, que no eran sólo modelos. Cfr. Emanuel Kant, Crítica de la razón pura, Porrúa, M6xico. 1972. m Cfr. Juan Machín y Hugo Molina. op. cit., pp. 36-37, para una definición de espacio métrico, métrica, espacio topológico y una topologia.

de la bola de nieve bergsoniana). Un espacio se puede representar en un sistema de coordenadas, y en matemáticas y física se han desarrollado entes abstractos denominados tensores, que se utilizan por tener la propiedad de ser invariantes a transformaciones de coordenada^.^^ Como la identidad es un proceso que se conforma de manera compleja, como confluencia de lógicas distintas y simetrías1 equilibrios precarios e inestables de elementos muy diversos en interacción, y que, al mismo tiempo, permite la invariancia relativa de ciertas propiedades y características, propongo que para describirlo se emplee un campo tensorial generalizad^.^^ Para entender mejor lo que es un campo tensorial, pondré algunos ejemplos: en una habitación podemos, en principio, medir la temperatura para cada "punto" en un instante determinado. Al conjunto resultante de todos los puntos lo llamamos campo escalar60 de temperatura. Necesitamos, para definir cada punto, cinco números reales: tres para ubicarlo en un espacio newtoniano tridimen~ional,~' otro para el instante de tiempo en que hicimos la medición y un quinto para indicar la temperatura. Si, en lugar de querer medir la temperatura, queremos medir la velocidad promedio del aire en cada punto necesitamos siete números reales para definirla en cada punto y el conjunto resultante es un campo ~ e c t o r i a l .Necesitamos, ~~ para definir cada punto, siete números reales: tres para ubicarlo en un espacio newtoniano, otro para el instante de tiempo en que hicimos la medición y otros tres para indicar la velocidad, ya que tiene una magnitud o tamaño (celeridad o rapidez), pero también una dirección y un sentido. Existen otras entidades físicas, como la deformación, que requieren 13 números reales para definirlas en cada punto de un espacio newtoniano y cada instante de tiempo y el conjunto resultante se denomina, campo t e n ~ o r i a l . ~ ~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Mapeo, como mencionamos antes, es sinónimo de aplicación, función. transformación, etc. Cfr. Juan Machin y Hugo Molina, op. cit. Y El análisis tensorial se debe fundamentalmente a C. Ricci (1889). A. Einstein (1916). H. Weyl (1926) y 0. Veblen (1927). Cfr. l. S. Sokolnikoff, Análisis tensorial, Limusa, México, 1982. Para una teoría de campos generalizada, cfr. Juan Machin y Hugo Molina, op. cit., pp. 122-131. "Un escalar es un tensor isótropo de orden O; en un espacio-tiempo cuatridimensional se necesitan 4+30= 5 números reales para definirlo en cada punto. Para un esbozo de la teoría de la dimensión, cfr. Juan Machin y Hugo Molina, op. cit., pp. 12-13; Howard Eves, Estudios de las geometrías, UTEHA, México, 1969. vol. 2, pp. 48-55. Sobre geometrías n-dimensionales, cfr. Edward Kasner, y James Newman, op. cit., pp. 99129; Howard Eves, op. cit., pp. 405-411; Benoit Mandelbrot, La geometría fractal de la naturaleza, Tusquets, Barcelona, 1997, pp. 31-36, 62-67. Un vector es un tensor isótropo de orden 1; en un espacio-tiempo cuatridimensional se necesitan 4+31= 7 números reales para definirlo en cada punto. U En general, un tensor de orden n en un espacio-tiempo cuatridimensional necesita 4+3n números reales para definirlo en cada punto. Para n=O. tenemos un escalar; n=l, tenemos un vector; n=2, tenemos un afinor que necesita de 13 (o sea, 4+9) números reales para definirlo en cada punto.

ensorial generalizado, que necesitamos para la identidad, lo definimos en un espacio matemático diferente del espacio y tiempo newtoniano-euclídeo, incluso diferente einstenianodel espacio-tiempo minkow~kiano.~~En el espacio tridimensional newtoniano absoluto cada punto se representa por tres números reales (en coordenadas se representan convencionalmente como las variables reales x, y, z) y se emplea otro para representar un instante de tiempo (convencionalmente t) absoluto (es decir, independiente de x, y, z y del movimiento). En el espacio de la relatividad general cada punto del continuo espacio-tiempo se representa por cuatro númeroP (x, y, z, t, ligados entre sí por las transformaciones de Lorentz). En principio, en ambos casos los procesos son simétricos tanto en el tiempo como en el espacio, son reversibles, homogéneos e isótropos: nada cambia si alteramos en sus ecuaciones el signo del tiempo (t por -t), no distinguen pasado y futuro,66 ni admiten direcciones privilegiadas. En el espacio para nuestro campo tensorial generalizado, un punto implica funciones complejas, en lugar de números,67y no existe simetría, homogeneidad ni isotropismo, presenta diferentes "densidades", rupturas. La identidad se representa en un espacio de este tipo, compuesto por la aplicación de un operador complejo68sobre los siguientes v e c t o r e ~ . ~ ~ Primero, el vector tridimensional referido al tiempo antropocéntri~o~~ y que se construye mediante dinámicas, lógicas, interacciones, equilibrios/simetrías, rupturas de simetrías/equilibrios, continuidades, discontinuidades referidas a: a) la dimensión genética7'/ dia~rónica~~ articulada por el pasado, el recuerdo, los antepasados y El tiempo pierde su independencia del espacio al depender de las transformaciones de Lorentz. Minkowski descubrió que el continuo de espacio-tiempo de cuatro dimensiones muestra un isomorfismo con el continuo de tres dimensiones del espacio geométrico euclidiano. Cfr. Albert Einstein, La relatividad, Grijalbo, México. 1979, pp. 77-79 y 165-166. =Aunque en las teorías de supercuerdas se trabaja con espacio-tiempos de 11 dimensiones. Cfr., por ejemplo, Creen, El universo elegante. Supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final, Crítica-Planeta, Bogotá, 2002. -Richard Morris, Las flechas del tiempo, Salvat, Barcelona, 1987. p. 130. "Como veremos más adelante, la ubicación en una de las dimensiones (la genéticodiacrónica de la memoria histórica, por ejemplo) no se puede representar mediante un número, sino mediante funciones. "Podría ser análogo a una convolución n-dimensional. Cfr. A. N. Kolmogórov y S. V. Fomin, Elementos de la teoría de funciones y del análisis funcional, Mir, Moscú, 1975, pp. 497-498; B. P. Lathi, Signals, Systems and Controls. lnter Text, Nueva York, 1974, pp. 64-76. -Vectores en un sentido generalizado. m Es decir. que en gran medida no nos interesan los tiempos cosmológico y geológico, por ejemplo. En el sentido de origen, no referido a la ciencia biológica de la genética. Diacrónico, sincrónico son categorías que Saussure aportó a las disciplinas sociales; cfr. Ferdinand de Saussure. Curso de lingüística general, Planeta-Agostini, México, 1993, pp. 130-141. Jean Piaget, Estudios sociológicos, Ariel, Barcelona, 1983. pp. 43-56. U

antecesores (la familia, los muertos, las raíces como pueblos), la memoria histórica como narrativa biográfica73 (historias de vida,74 trayectoria social) y10 memoria colectiva, como microhi~toria,~~ tradición oral o incluso como meros (historia social, trayectoria como grupo, colectividad), como tiempo mítico fundacional (in illo t e r n p ~ r e ) y~ ~que incluye la categoría bergsoniana de la duración;7a 6) la segunda dimensión, que denominamos ucrónica o meta~rónica,~~ está conformada por los sueños, las esperanzas, los temores, los objetivos personales-colectivos que remiten y apuntana0a la apropiación de un futuro deseado, imaginad^,^' posible o no, potencial, latente o emergente, impredecible e incierto,82 al horizonte de sentido de la acción, utopíaa3(mejor dicho, ucronía), heterotopíaU (o heterocronía o alterocronía) o distopía (o discronía), proyecto de vida y10 histórico, que incluye la categoría bergsoniana de la invención,85y,

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Autonarrativa de una historia de vida, a menudo filtrada por las representaciones sociales y víctima de la "ilusión retórica" de considerar la vida como un relato coherente de una secuencia (con sentido y orientada a un cierto final) de acontecimientos. Sobre la identidad narrativa, cfr. Paul Ricoeur, Sí mismo como otro, Siglo KXI, México, 1996; y Paul Ricoeur, Tiempo y narración, tomo III, Siglo mi, México, 1999, Pierre Bourdieu. Razonesprdcticas sobre la teoría de la acción, Anagrama, Barcelona, 1997, pp. 74-83. Michel de Certau, La toma de la palabra y otros escritos políticos, UIA, ITESO, México, 1995. Como la desarrollada por Luis González (cfr. Luis González, Pueblo en vilo, FCE, México, 1999). m Carlo Ginzburg, Mitos, emblemas, indicios. Morfología e historia, Gedisa. Barcelona, 1999, pp. 138-164; Carlo Ginzburg. El queso y los gusanos, Muchnik, Barcelona, 1997, PP. 9. 11-12, 18, 24. Mircea Eliade, Tratado de historia de las religiones, Era. México, 1972, pp. 390-408. m Henri Bergson, La evolución creadora. Espasa-Calpe, Madrid, 1973, pp. 18-19, 52. m La categoría ucrónica o metacrónica (u- como negación [no hay tal tiempo] y metacomo más allá) la propongo ante la hipótesis de que no todo está dado y que, por lo tanto, el futuro no existe en el tiempo y los proyectos, sueiios, etc.. se refieren a una dimensión que está más allá del tiempo. Es como el horizonte que, como dice Galeano. si me acerco un paso o dos se aleja otro tanto. pero que sirve precisamente, para eso, para caminar. -La metáfora de la flecha del tiempo implica una dirección a la que apunta un objetivo que se quiere alcanzar. Richard Morris, op. cit., 1987. Fran~oisLaplantine, Mesianismo, posesión y utopía. Tres voces de la imaginación colectiva, Gedisa. España, 1977. Karl Popper. El universo abierto, Tecnos, Madrid, 1984; Paulette Février, Determinismo e indeterminismo, UNAM, México, 1957; Niklas Luhmann, Complejidad y modernidad..., op. cit., Niklas Luhmann, Sociología del riesgo, Universidad Iberoamericana, Universidad de Guadalajara, México. 1992, pp. 72, 77-93. "Conceptualizada en términos de lo dándose del momento dado, lo no acabado, lo virtual y potencial de la realidad, como ruptura de una identidad impuesta por una historia oficial, como horizonte de futuro que orienta la construcción de opciones. Cfr. Hugo Zemmelman, De la historia a la política, Siglo KXI. Universidad de las Naciones Unidas, México, 1989, pp. 50-64; cfr. también Martin Buber, Caminos de utopía, FCE, México, 1978, pp. 17-27; Franz Hinkelammert, Crítica a la razón utópica, DEI. San José, Costa Rica. 1984; Jürgen Moltmann y Laenec Hurbo, Utopía yesperanza. Diálogo con Ernst Bloch, Agora, Salamanca, 1980; Horacio Cerutti, "¿Crítica a la razón utópica?", Revista Mexicana de Ciencias Sociales y Políticas, UNAM, núm. 119, año xxxi, nueva época, enero-marzo 1985, México, pp. 13-24; Carlos Núñez e t al., Vigencia de las utopías en América Latina, IMDEC, Guadalajara, México, 1993. La palabra utopía proviene de la novela de Tomás Moro, cfr. Tomás Moro. Utopía, en Utopías del Renacimiento, FCE, México, 1975, pp. 39-140. Es decir, no un lugar único, sino diversos lugares conformando un pluriverso. un mundo donde quepan muchos mundos, abierto a la diversidad. En el trabajo psicoanalítico de Erikson y en el interaccionismo simbólico, hay una confluencia de las consideraciones de la identidad en relación tanto con la permanencia y el cambio, como con la diferencia e individualidad; para ambos, la identidad se construye por la interacción con los otros Henri Bergson, op. cit., pp. 292-299; Cornelius Castoriadis, Los dominios del hombre. Las encrucijadas del laberinto 11, Gedisa, España, 1998, p. 64.

por último, c) la tercera dimensión (sincrónica) que articula y da sentido

al flujo del presente, a la forma actual de ser en el mundo, el ahora de -.

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bs redes sociales concretas en interacción, el tiempo de la vida cotidiana86del ~omprender,~~ del encontrarse, del habla, de la caída:88 tiempo (biológico-circadiano, psicológico e institu~ional)~~ de cada personalgrupo, distintog0 pero acoplado al de los demás en una estructura dinámica en equilibrio de ritmos, pausas y lógicas socioculturales que se hace evidente, por ejemplo, en la sinergia del tiempo cultural de las fiestas tradicionales (predominantemente religioso-litúrgicas)o del trabajo comunitario o en el hacerle frente a la Este vector tridimensional se caracteriza por varios aspectos: su relatividad-subjetividad, presentarse en diversas escalas (ayer, una vida, una generación, siglos, etc.), autosimilitud, trayectoria única, irrepetibilidad, irreversibilidad, limitación, mensurabilidad, divisibilidad, el tener ritmos, momentos (en el sentido de momento justo), el ser antr6pic0.~' Este vector configura en gran medida la identidad biográfica (personal)/histórica (colectiva) y se vincula a preguntas como las siguientes: jde dónde vengo (venimos)?, jquién(es) he (hemos) sido?, j a dónde voy (vamos)? jquién(es) seré (seremos)?, iquién(es) soy (somos)? Segundo, en el vector tridimensional referido al espacio físico-topogeográfico antropocéntrico que se construye a sí mismo mediante procesos, lógicas, interacciones, equilibrios/simetrías, rupturas de simetrías/equilibrios, continuidades, discontinuidades referidas a: a) la dimensión del aquí (de un punto fijotg2del centro del mundo,93 del cerca, lo local, el espacio físico-topo-geográfico estructurado socialmenteg4 como lugar topÓnimog5 de la vida cotidianag6 como

"La vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de hombres y mujeres particulares, quienes, recursivamente a su vez, crean la posibilidad de la reproducción social. Agnes Heller, Sociología de /a vida cotidiana, Península, Barcelona, 1987, pp. 19, 385-393 (tiempo de la vida cotidiana). -Jacques Lacan, op. cit., pp. 187-203. Martin Heidegger, El ser y el tiempo, FCE, México, 1983, PP. 363-379. m Definido por las instituciones: laboral, escolar, etcbtera. 'OEl tiempo cronológico. el tiempo medido por los relojes, es el mismo; pero, en muchos sentidos, es el menos importante. mCfr. George Gale, "The Anthropic Principle". Scientific America, núm. 6, diciembre de 1981, pp. 114-122. Que corresponde, en una cierta escala, a la casa; cfr. Agnes Heller, op. cit., pp. 384-385. El centro, ombligo (omfalV) del mundo. Mircea Eliade. Lo sagrado y l o profano. Paidós, Barcelona, 1998, pp. 25-61. Y A SU vez, recursivamente, lo espacial es estructurante de lo social. Es decir, con nombre propio. 'OCon sus categorfas de izquierda-derecha, los cuatro puntos cardinales, arriba-abajo, Agnes Heller. op. cit., pp. 382-383.

territorio vital y espacio local íntimo,97punto cero del mundo de vida,98 dotado de sentido desde la mirada como proxemia, en distintas escalas: mi habitación, mi hogar, mi esquina, mi barda, mi barrio, mi pueblo, mi región, mi nación (donde se nace), con diferentes densidades (por ejemplo, asociada a rupturas del espacio profano por el espacio sagrado), con diferentes sentidos (por ejemplo, como espacio urbano o rural, como espacio abstracto, convertido en valor de cambio, espacio-mercancíag9del homo economicus, o como espacio concreto del homo comunitariens, ámbito de una comunidad local con valor de uso, valor sagrado),'OO con diferentes categorizaciones (residencia, zona residencial, ciudad perdida), con diferentes formas de uso (áreas verdes y de descanso, zonas de tránsito, intercambio, abasto, congregación y autoservicio), de relación con él (como nativo o inmigrante, como recluso, huésped, inquilino o propietario, por ejemplo), de significación (tierra de nadie, terreno en disputa, territorio de mujeres, jóvenes, etc.), de relaciones socioeconómicas, de negociación, de poder. b) La dimensión del allá, del lejos, lo global, lo gl~cal,'~l el espacio físico-topo-geográfico estructurado desde lo social como espacio público y entorno, como un mundo sin centro en diversas escalas (totalizaciones sucesi~as)'~~ y siguiendo el principio del tertium excluii. c) La dimensión de los márgenes,lo3las fronteras, los bordes y contornos, el espacio físico-topo-geográfico estructurado

Cfr. Medardo Tapia, Mujer campesina y apropiación cultural, CRIM-UNAM, Cuernavaca, México, 1992, pp. 24-26. =Jürgen Habermas, op. cit,. p. 174. Según el planteamiento de Henri Lefebvre citado por José Luis Lezama, "Hacia una revaloración del espacio en la teoría social", Sociológica, año 5, núm. 12, UAMAzcapotzalco, México, enero-abril, 1990, pp. 36-37. Cfr. "La carta del jefe indio Seathl", América Indígena, vol. 40-1, Instituto lndigenista Interamericano, México, 1980, pp. 13-16. Según la definición de Gaytán, la glocalidad "es lo uno y lo múltiple en los procesos complejamente antroposociales que atraviesan a los individuos allá en sus territorios espaciales e imaginarios... una especie de hiperrealidad vivida desde lo local", cfr. Pablo Gaytán, "Submetropolitano forever 11". JOVEN~S, Revista de Estudios sobre Juventud, J O V ~ ~ ~ I México, EJ, enero-marzo, 1997, p. 54. cuarta época, año 1, núm. 3, SEP-Causa Fernando Villafuerte, op. cit., p. 74. m' Para un recuento de las principales definiciones de marginado y su diferencia y relación con pobre, cfr. Larissa Lomnitz, Cómo sobreviven los marginados, Siglo mi, México, 1989, pp. 15-19, Asimismo, cfr. los resultados del 11 Encuentro de Instituciones de Promoción Juvenil y Redes Sociales realizado en 1990, bajo el auspicio de Cejuv y el Grupo Abele.

desde lo social como espacio liminal en varias escalas (la barranca, las afueras de la colonia o de la ciudad, las fronteras nortelsur, la costa), con diversos grados de permeabilidad (sistemas cerrados, aislados, abiertos, semiabiertos), cargados de sentido (la mitología del cruce de la frontera, las ciudades perdidas como lugares peligrosos, por ejemplo), etcétera. Este vector tridimensional se caracteriza por varios aspectos: es ptoloméico (nosotros sí somos el centro del universo), puede o no ser euclidiano, su relatividad-subjetividad, reversibilidad, su mensurabilidad física y su inconmensurabilidad social, divisibilidad, fragmentación, el ser finito pero ilimitado, el tener lugares (en el sentido de lugar preciso), el darse como cascada de escalas en una intrincada dialéctica particular-universal, local-global (glocal): cuarto, vivienda, vecindario1 barrio, comunidad, pueblolciudad, entidad, región, país, subcontinente, mundo-aldea global de Mac Luhan, la sociedad red de Castells, etc. Este vector configura en gran medida la identidad de pertenencia que se vincula a preguntas como: j a dónde pertenezco (pertenecemos)(como persona o como actor social colectivo)?, 'dónde estoy (estamos)?, jcuál es mi (nuestra) posición, mi (nuestra) ubicación, en una palabra, mi (nuestro) lugar? Tercero, el vector cuatridimensional referido al espacio-tiempocuerpo que se construye mediante procesos, lógicas, interacciones, equilibrios/simetrías, rupturas de simetríaslequilibrios, continuidades, discontinuidades referidas a: a) la dimensión referida a los cuerpos como seres vivienteslo4con atributos idiosincrásicos, vinculados con la maduración, la edad (una fase de la ontogenia, es decir, del desarrollo psico-fisiológico (en el caso de la juventud, edad que se inicia cuando se da la maduración de los órganos sexuales y la capacidad de procreación, y que termina cuando la rótula se calcifica y, por lo tanto, no se crece más.'05 Paralelamente al crecimiento biológico corresponden cambios cognoscitivos y emocionales, correlativos a un crecimiento o desarrollo psicológico con su propio ritmo y leyes),'06 el sexo, la raza; 6) la dimensión de la construcción y representación social del cuerpo (rasgos de la imagen del propio cuerpo que estructuran la pertenencia a ciertas categorías y que pueden ser de reconocimiento, apreciativas, legitimantes o, por el contrario, despreciativas, infamantes y discriminatorias (estigma):lo7fortaleza, belleza, gigantismo-enanismo, discapacidad, anorexia-bulimia, enfermedad (lepra, cáncer, tuberculosis, sida)lo8 y la reconstrucción social del cuerpo: género, operaciones, cirugía plástica, modas, estilos de arreglo corporal

m Edgar Morin, El método, vol. 2, op. cit. Al hablar de seres vivientes no implica vivos,

sino que se incluye la muerte. -Varios autores, Losjóvenes y los medios de comunicación, Paulinas. Madrid, 1985. pp. 11-14. -Jean Piaget, La equilibración de las estructuras cognitivas, Siglo xxi, Madrid, 1975; Jean Piaget, Psicologia y pedagogía, Sarpe, Madrid, 1983; Arnold Gesell e t al., Psicología evolutiva de 1 a 16años. Paidós, Barcelona. 1993. m Erving Goffman, Estigma. La identidad deteriorada, Amorrortu, Buenos Aires, 1989. -Susan Sontag, La enfermedad y sus metáforas y El sida y sus metdforas, Taurus, Madrid, 1996.

¿A dónde pertenezco (pertenecemos) (como persona o como actor social colectivo)?, ¿dónde estoy (estamos)?, jcuál es mi (nuestra) posición, mi (nuestra) ubicación, en una palabra, mi (nuestro) lugar?

(vestimenta, maquillajes, cortes de cabello, ornamentos, accesorios, perforaciones, tatuajes,log etc.) como sistema de comunicación no verbal, el cuerpo como textus, como sistema simbólico que producey organiza una identidad de grupo social; c) la dimensión del cuerpo como espacio de conocimiento y poder: biopoder.l1° Cuarto, en el vector tridimensional del espacio social determinado por la intersección de diferentes conjuntos de los que: a) se es miembro como algo dado (identidades de pertenencia social), en gran medida como producto del nacimiento, adscripción a una pluralidad de espacios sociales en diferentes escalas/sentidos: familia, red social,11' , sexo,l12 raza, clase social, lugar de origen (comunidad, pueblo, regi6n, ' estado, nación), como producto del desarrollo, pertenencia a una etapa cronológica (es decir, en función del tiempo que una persona ha vivido, situándola en una escala temporal y con Iímites113que marcan un determinado periodo, por ejemplo, como niño, joven, adulto, anciano) o un segmento sociodemográfico (por ejemplo, aquel segmento de la población comprendida entre los 15 y los 29 años, que corresponde aproximadamente a 24 millones de mexicanos, es decir, el segmento de los jóvenes); b) se es miembro como algo elegido (identidades de membresía), adscripción a una pluralidad de grupos que lo reconocen como miembro (individual o colectivo) y en los cuales desempeña ciertos roles): grupo de pares, pareja, preferencia sexual, grupos profesionales, de compadrazgo, etc.; c) se es miembro de una categoría construida socialmente y en la que sus integrantes pueden participar en su propia definición:l14 grupos juveniles disonantes o

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Carles Feixa, El reloj de arena. Culturasjuveniles en México, Colección jovenes núm. 4, sep-Causa Jovenlciej, México, 1997, pp. 68-72; Alfredo Nateras, "Metal y tinta en piel, la alteración y decoración corporal: perforacionesy tatuajes en jóvenes urbanos", en Alfredo Nateras (coord.), Jdvenes, culturas e identidades urbanas, uam-lztapalapa, Porrúa, México, 2002. La identidad es "el producto de una relación de poder que se ejerce sobre los cuerpos, las multiplicidades, los movimientos, los deseos, las fuerzas". Michel Foucault, Microfísica delpoder, La Piqueta, Madrid, 1992, p. 120. Sobre las relaciones de podercuerpo, pp. 103-110, 153-162. Cfr. Michel Foucault, Vigilary castigar, op. cit., pp. 32-7; Michel Foucault, Historia de la sexualidad, vol. 1, op. cit., pp. 149-159. m Para una introducción a la teoría de redes sociales, cfr. Efrem Milanese, Roberto Merlo y Juan Machín, Redes que previenen, s ~ ~ / i ~ ~ / C ede n tFormación, ro Cáritas Arquidiócesis de México, Hogar Integral de Juventud, Cejuv, Cultura Joven, Colección Cuadernos para la Acción, núm. 1, México, 2000; John Scott, Social Network Analysis. A Handbook, Sage Publications, Londres, 1991; José Luis Molina, El andlisis de redes sociales. Una introducción, Bellaterra, Barcelona, 2001; Katherine Faust, "Redes sociales en las ciencias sociales y del comportamiento", en Jorge Gil y Samuel Schmidt, Andlisis de México, 2002. redes sociales. Aplicaciones en ciencias sociales, IIMAS-UNAM, 'Y En estas dimensiones sólo interesa si pertenece a uno u otro conjunto. Sin embargo, no existe consenso en los límites y, por lo tanto, la duración de cada etapa: por ejemplo, a la juventud algunos la sitúan entre los 30 y los 45 años (en la Roma clásica), otros entre los 15 y 24 años, o 15 y 29 (cfr. Luis Leñero, Jóvenes de hoy, Pax, México, 1990, p. 31). etc. Las variaciones se deben a consideraciones biológicas y psicológicas, a pautas históricas y culturales, al contexto y a la lógica dispar de los mecanismos de definición y control social, por lo que en realidad no se puede considerar simplemente como algo dado. Considérese, por ejemplo, el debate sobre la reducción de la edad penal. Cfr. Juan Machín, "Nosotros decimos NO!", Caleidoscopio, núm. 3, época 2, Cuernavaca, Morelos, octubre-noviembre 1996, pp. 10-1 1. 'Y Manuel Castells, La era de la informacidn, vol. 1 1, El poder de la identidad, Siglo mi, México, 1999, pp. 30-31.

~efractariosll~(por ejemplo, los beatnik,"6 pachucos,l17 jipite~as,"~ punks, cholos,l lg funkeros,120 chavos banda,l2l m a r a ~ , 'graffiteros, ~~ g6tico~,'~~ ~ i c a r i o s ) , género,125 ~~~ integrantes de ciertas instituciones (Iglesia, escuela, partido político u ong, etc.) o que contempla la definición de derechos y obligaciones jurídicas (por ejemplo, estado civil, ciudadanía, servicio militar, edad penal, minoría o mayoría de edad legal), clase social, etcbtera.

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Rogelio Marcial, Jóvenes y presencia colectiva, E l Colegio de Jalisco, Zapopan, Jalisco, 1997; Pere-Oriol Costa, et al, Tribus urbanas, Paidós, España, 1996. a Del término beat, que significa exhausto. madreado, derrotado, engañado (aunque Ginsberg afirma que proviene de beatífico), y sputnik, primer satélite espacial puesto en 6rbita (José Agustín, La contracultura en México, Grijalbo, México, 1996, pp. 21-29; Rogelio Marcial, op. cit., pp. 37-39). Las principales obras de este movimiento fueron: William Burroughs, El almuerzo desnudo, Anagrama, Barcelona, 1989 (aunque Burroughs nunca se consideró parte del movimiento, fue sin duda su gurú); Jack Kerovac, En el camino, Anagrama, Barcelona, 1989, y Allen Ginsberg, Aullido y otros poemas, Visor, Madrid, 1993; cfr. Gunther Stent, Las paradojas delprogreso, Salvat, Barcelona, 1987, PP. 5-21 y 51-65. José Agustín, op. cit., pp. 17-19; Octavio Paz, El laberinto de la soledad, FCE, MBxico, 1981, pp. 16-20. Jose Agustín, op. cit., pp. 73-90. uJose M. Valenzuela, A la brava ése: cholos, punks y chavos banda. E l Colegio de la Frontera Norte, Mexico, 1987. m José M. Valenzuela, Vida de barro duro, Universidad de Guadalajara, E l Colegio de la Frontera Norte, Guadalajara, México, 1997, pp. 60-76. Francisco Gómezjara, et al., Las bandas en tiempos de crisis, Ediciones Nueva Sociología, México. 1987. m Marcela Smutt y Jenny Miranda, El fenómeno de las pandillas en El Salvador, Unicef~t~cso San , Salvador, 1998. "Alfredo Nateras, "Las identificaciones en los agrupamientos juveniles urbanos: graffiteros y góticos". en Aquiles Chihu (coord.), Sociología de la identidad, UAMIztapalapa, Porrúa, Mexico, 2002. =Alonso Salazar, No nacimos pa'semilla, Centro de Investigacióny Educación Popular, Eogotá, 1994; Fernando Vallejo, La virgen de lossicarios, Alfaguara, México, 1994. m Marta Lamas (comp.), El género: la construcción social de la diferencia sexual, PorrúaUNAM, Mexico, 1996; Gabriela Rodríguez, "Género y cambio: una revisión", JOVERevista de estudios sobre juventud, cuarta época, año 1, núm. 1, Mexico, julioseptiembre, 1996, pp. 5463. Desde el inicio de la vida social (es decir, incluso antes del nacimiento) todo está estructurado para preparar destinos divergentes según el sexo y es precisamente en la juventud donde se institucionaliza la diferencia; cfr. Giovanni Levi y Jean-Claude Schmitt (coord.), dos tomos, Taurus, España, 1996, p. 15.

Este vector se caracteriza por varios aspectos: es descentrado (no tiene centro), configura en gran medida la identidad caracterológica (de pertenencia a ciertas categorías sociales) que se vincula a preguntas como las siguientes: [qué soy (somos)?, ja dónde pertenezco (pertenecemos) socialmente?, jcuál es mi (nuestra) posición, mi (nuestra) ubicación, en una palabra, mi (nuestro) lugar social? Quinto, el vector del espacio-cultura,126como Mundo 3 (Popper), universo simbólico (Lacan): a) dimensión de los mitos (las creencias, Weltanshauung, cosmovisiones, metarrelatos), ritos y símbolos (incluyendo e ~ - n o m b r e ) 'que, ~ ~ mediante procesos de identificación y pr~yección,'~~ le permiten a las redes verse ante un espejo (ellas mismas) y "descubrirse" ellas mismas.129 A las preguntas fundamentales: [quiénes somos?, jde dónde venimos?, ja dónde vamos?, los mitos, ritos y símbolos130responden una y otra vez: a) ua La cultura se puede concebir como un espacio-tiempo-comunicación (para una

bibliografía mínima sobre la cultura como sistema y comunicación, cfr. León Maturana, Comunicación, sistema y cultura, Almagesto, Buenos Aires, 1991, pp. 11-12; para una bibliografía más extensa y una fundamentación más sistemática, cfr. Edgar Morin, El método, vol. 4, op. cit.), estructurado como un sistema complejo autopoyetico (cfr. Niklas Luhmann y Raffaele de Giorgi, Teorcia de la sociedad, Universidad de Guadalajara, Jalisco, 1993; Niklas Luhmann, Sociedad ysistema: la ambición de la teoría, Paidós, Barcelona, 1990) y autoorganizador (cfr. Heinz Von Foerster, Las semillas de la cibernética, Gedisa, Barcelona, 1991, pp. 39-79) de sistemas de relaciones, significaciones y de producción de sentido que da unidad, identidad, ethos y proyecto a una red de redes sociales constituida como comunidad, sistema que se manifiesta en lenguajes, c~sm~visiones e instituciones, que, a su vez, producen, canalizan y condicionan individual-socialmente su desarrollo, evolución homeostática y homeorrética. Es importante remarcar el sentido reflexivo autorreferencial (cfr. Douglas Hofsadter. op. cit.; Francisco Varela, "El círculo creativo. Esbozo historiconatural de la reflexividad", en Paul Watzlawick et al., La realidad inventada, Gedisa, Barcelona, 1994). recursivo, que tiene la definición de que la cultura produce el lenguaje, los roles. símbolos. ritos, mitos e instituciones que producen la cultura. La cultura es definida en terminos de la red social que es definida en términos de la cultura. Como la sociedad que es "producida" por el individuo (externalización) que es "producido" por la sociedad (internalización). Cfr. Peter Berger y Thomas Luckmann, op. cit. Sobre la importancia cultural del nombre, cfr. Juan Machín, Chamucos, calacas y chinelos. Cultura Joven A. C., Cuernavaca, Morelos, 1999, pp. 138-139; Ernst Cassirer, Esencia y efecto del concepto de símbolo, FCE, México, 1975, pp. 118-121. Jean Laplanche y Jean-Bretrand Pontalis, Diccionario de psicoanálisis, Paidós, España.1996. m Juan Machín, Chamucos, calacas y chinelos. op. cit., En gran medida este proceso es el equivalente a la "fase del espejo" (Jacques Lacan, Escritos 1, Siglo xxi, México, 1990, pp. 86-93) y en relación con el orden imaginario, que es el reino de las imágenes, de los dobles, de los espejos y de la identificación especular, cfr. Anthony Wilden, Sistema y estructura, Alianza Universidad, Madrid, 1979, pp. 35-71. Es fundamental el aporte de Morin a nuestra concepción de la tríada mito-ritosímbolo. Edgar Morin, El método, vol. 3, op. cit., pp. 167-192; cfr. Alfredo López Austin. op. cit., pp. 43-53; Claude Lévi-Strauss, Antropología estructural, Paidós, Barcelona, 1992, pp. 229-252; Claude Levi-Strauss, Mitológicas I: Lo crudo y l o cocido, FCE, México. 1986, p. 21; Roland Barthes, Mitologías, Siglo xxi, México, 1994, pp. 201-208. Para un análisis de las distintas concepciones de los ritos, cfr. Pietro Scarduelli, Dioses, espíritus, ancestros, FCE, México, D. F., 1988. Sobre los símbolos, cfr. Mircea Eliade, Tratado de historia ..., op. cit., pp. 390-408; Ernst Cassirer, op. cit.

somos este pueblo, esta comunidad;131 b) la dimensión del lenguaje (la lengua, el música, expresión visual, gestual, etc.); c) los roles, apropiación interiorización de un complejo simbólico cultural (incluyendo el núcleo de representaciones sociales que los caracteriza y define) que funge como emblema de la colectividad y condiciona ciertos patrones de conducta;1336 ) como constructo cultural; por ejemplo, la juventud que se construye como una fase de la vida donde se verifican procesos de inclusión como "una especie de moratoria en la cual se permite a los jóvenes prepararse cultural y emocionalmente, ensayar, buscar y cometer errores; es una etapa de postergación y de aplazamiento de las obligaciones y compromisos adultos; un periodo de tolerancia que inicia con la madurez biológica y culmina con la madurez ya que, al continuar la dependencia económica de la familia, la madurez social se debe postergar, a pesar de contar ya con la madurez biológica para la reproducción: el joven como un ya y un todavía no.136La juventud, considerada de esta manera, es en gran medida una construcción de las sociedades modernas,13' a consecuencia de la complejidad creciente del trabajo y de la racionalización de todo aspecto de la vida que hace imposible la inserción social de manera sencilla y directa,38 y, por ello, la juventud en el primer mundo se encuentra ligada al sistema educativo, identificándose casi siempre joven con estudiante. Por esto tenemos que la duración del periodo juvenil depende del sector socioeconómico de pertenencia: suele ser más prolongado en los sectores con ingresos medios y altos que en los de bajos ingresos, especialmente en el medio rural Sexto, el vector multidimensional del espacio discurso, la conciencia, representación e interpretación de la realidad y la práctica social139 (praxis diferenciadas,140 habitus, disposiciones, actitudes, capacidades), . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . En cierto sentido, esto tiene que ver con lo que Durkheim afirmaba de la religión, como constituida por la sociedad misma divinizada, proyección de la conciencia que los individuos tienen de ella misma: cada sociedad aparecería ante sus miembros como un dios. Cfr. Emile Durkheim, Las formas elementales de la vida religiosa, Shapira, Buenos Aires, 1962. "Laura Hernández, "De lenguajes juveniles urbanos. La formación de conceptos en caló", en Alfredo Nateras, (coord.), Jóvenes, culturas e identidades urbanas, op. cit. m Juan Machín, "Páaseeele al circo!!! Construcción social de dinámicas de organización comunitaria en las relaciones de j6venes con otros protagonistas de lo cotidiano en comunidades urbano populares de la ciudad de México", en Roberto Merlo y Efrem Milanese (coord.), Miradas en la ciudad. Métodos de intervención juvenil comunitaria, IEP-IMJ/CIEJ, Colección 1OVFN- núm. 8, México, 2000. m Roberto Merlo, Memoria del Primer Encuentro sobre Juventud en Situaciones Críticas, CEJUV-UIA, México, 1990. Carlota Guzmán, Juventud estudiantil: temáticas y líneas de investigación. CRIM-UNAM, Cuernavaca, Morelos, 1991, p. 10. m Ernst Fischer, Problemas de la generación joven, Editorial Ayuso, Madrid, 1966. mSven Myrch, "Sobre el desarrollo y los problemas de la juventud", jovenes, Revista de Estudiossobre Juventud, cuarta época, aiio 1, núm. 1, México, julio-septiembre, 1996, pp. 78-106; Philippe Aries, El niño y la vida familiar en el antiguo régimen, Taurus, Madrid, 1987. -Jaime Rodríguez, "Ser joven cristiano hoy en América Latina", Informes Pro mundi Vita, América Latina, núm. 43, 1986, p.3-23. -A menudo de confrontación, lucha (cfr. la obra de Marx, Foucault, etc.) y resistencia (JamesScott, Los dominados y el arte de la resistencia. Discursos ocultos, Era, México, 2000). -Roberto Brito, "Identidades juveniles y praxis divergente: acerca de la conceptualización de juventud", en Alfredo Nateras (coord.), Jóvenes, culturas e identidades urbanas, op. cit.

la apropiación concreta del aquí y ahora. Identidad de rol: desempeño de una serie de roles socialmente reconocidos, universo de sentido. Proceso fractal No existe una definición "legalista" de fractal. Su nombre proviene de fractua, que significa irregular en latín, pero que tambien se asocia a fragmentario y fracción. Una forma sencilla de aproximarse al concepto de fractal, es considerar que un punto tiene dimensión cero, una Iínea dimensión uno; una superficie, dimensión dos; un volumen, dimensión tres y un fractal tiene una dimensión fraccional, por ejemplo, 1.3333... Su invención o descubrimiento se debe a Mandelbrot,141 pero ya Cantor, Peano y Koch habían encontrado fractales (nos referimos al "polvo de Cantor" que tiene dimensión topológica cero y dimensión fractal 0.6309 presentado en 1883, la "curva de Peano" que tiene dimensión topológica 1 y dimensión fractal 2 [es decir, una Iínea que, paradójicamente, llena el plano] presentada en 1890, la curva triádica de Koch" o "copo de nieve K" que tiene dimensión topológica 1 y dimensión fractal 1.2618 presentado en 1904), pero la mayoría de los matemáticos los consideró parte de una "galería de monstruos" y trataron de olvidarlos. Los fractales tienen características muy importantes que los hacen especialmente útiles para describir fenómenos complejos en espacios multidimensionales: se caracterizan por poseer infinitos detalles, una longitud infinita (Mandelbrot demostró, por ejemplo, que la longitud de una costa depende de la escala empleada),142la no derivabilidad, la autosimilitud, la recursividad. Las identidades no son esencias inmutables e irreductibles, sino que se refieren a procesos complejos en los que posiciones sucesivas se asumen y10 son asignadas en el espacio generalizado de muchas dimensiones que vimos antes. Cada identidad se comporta como un fractal: se caracteriza por la infinitud de detalles (así, por ejemplo, no se puede hablar de "identidad juvenil" sin referencia al mundo adulto ni se puede hablar de ella como si fuese

Roger Penrose, La nueva mente del emperador, Grijalbo Monddadori, Barcelona, 1991, pp. 107-135, defiende la idea de que Mandelbrot descubrió algo que ya estaba ahí. Esta invención/descubrimientose relaciona con las teorías de la relatividad y la mecánica cuántica, ya que descubren nuevas interdependencias entre el observador y lo observado. uaBenoit Mandelbrot, "How Long is the Coast of Britain? Statistical Self Similarity and Fractional Dimension", Science, núm. 155. 1967, pp. 636-638.

una realidad homogénea y uniforme. Está determinada por la hipercompleja relación entre todas las dimensiones del espacio tensorial generalizado: por ejemplo, su edad cronológica, su historia de vida, la etapa biopsíquica que está viviendo y la estructura sociocultural: sus grupos de pertenencia, la definición y control social de la edad joven, de la división social del trabajo, del género, de las diferentes posiciones sociales143y los criterios para desempeñar los diversos roles, así como con el marco normativo, explícito u oculto, irnperante, las representaciones sociales, el lugar que ocupa en el universo simbólico y de sentido. Incluso depende del modelo de desarrollo y de la etapa histórica que vive el país), por la autosimilitud interminable (se presentan múltiples semejanzas para diferentes dirnensiones14 a muy distintas escalas: la construcción de una identidad parte de una repetición que pone de manifiesto su estructura. Sin embargo, en cada repetición hay un ligero cambio, una pequeña variación: se desarrollan en forma fractal, no circular ni espiral. El nivel final, a menudo, puede operar de una manera recursiva ~~ autoreflexiva como sucede en diversos grabados de E s ~ h e r l[por ejemplo, "Escaleras arriba y escaleras abajo", "Metamorfosis"], la cinta de M o e b i ~ s , lla~ ~botella de Klein14' o, en cierto modo, el teorema de por ser no irreversible, recursiva y aut~rreferencial'~~ (la identidad como la masa eisteniana interactúa deforma- con su espacio), impredecible a largo plazo, muy susceptible a las condiciones iniciales, por ser, al contrario del universo de Einstein, infinita, pero acotada,151 fragmentaria,152 provisional, transitoria, mudable, en permanencia-cambio, hologramática (el todo está presente en cada una de las partes), internamente fracturada y externamente múltiple. La identidad implica entonces, también, novedad, ruido, desorden, creatividad, aprendizaje, impredecibilidad, es decir, que es muy parecida a los mismos jóvenes y, por que no, al amor. 6

"En la división lógica entre jóvenes y viejos está la cuestión del poder, de la división (en el sentido de repartición) de poderes. Las clasificaciones por edad (y también por clase o sexo) vienen a ser una forma de imponer límites, de producir un orden en el que cada quien debe ocupar su lugar". Pierre Bourdieu, Sociología y cultura, GrijalboConaculta, México, 1990, p. 164. Cfr. por ejemplo, una explicación del 68 en Edgar Morin, Sociología, Tecnos, Madrid, 1995, PP. 369-378. UI Douglas Hofsadter, op. cit. Howard Eves, op. cit., pp. 339, Edward Kasner y James Newman, op. cit., pp. 225-226. *' Idem., pp. 348-349. Ernest Nagel y James Newrnan, El teorema de Godel, CONACYT. México, 1981. En los procesos lineales, causas pequeñas tienen efectos pequeños, y causas grandes, efectos grandes (se pueden representar como líneas o planos rectos). En los procesos no lineales, por el contrario, causas pequeñas pueden tener grandes efectos, totalmente desproporcionados. lmTierlen un carácter circular autorreferente: las identidades se construyen a partir de las culturas y éstas se construyen a partir de las identidades. lm Cfr. ~ e n o iMandelbrot, t ia fractal de la naturaleza, op. cit., pp. 49-59. l*Este carácter de fragmentariedad es más evidente en la juventud: nunca es un todo en si misma. Los conceptos de etapa, segmento poblacional, edad, hacen referencia

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