El barril de crudo hace tiempo que pasó el umbral de los 100 dólares y se encamina ya peligrosamente hacia los 200. Las presiones inflacionistas resultantes se han sumado a la crisis financiera internacional y, entre crecientes dosis de incertidumbre, lo único que parece estar cada vez más claro es que, tras un siglo XX caracterizado por las luchas ideológicas, la gran cuestión de nuestra era empieza a girar en torno a la importancia de los recursos energéticos. No es para menos. El dinamismo de la economía mundial depende estrechamente de la energía, muy especialmente del petróleo. No es casualidad que el mayor período de crecimiento económico y demográfico de la historia de la humanidad haya coincidido precisamente con la consagración del petróleo como la fuente energética por excelencia. ¡Desde 1970, la población mundial ha crecido un 180 por ciento, la misma tasa a la que lo ha hecho la demanda de petróleo en ese mismo período! En la actualidad, los combustibles fósiles no sólo representan el 85 por ciento de la base energética mundial, sino que el petróleo -por sí solo- explica el 35 por ciento. Las razones que han otorgado al oro líquido semejante importancia resultan evidentes: en primer lugar, una capacidad energética superior a la del resto de fuentes primarias de base orgánica, como el carbón; en segundo lugar, su facilidad para ser transportado; y, en tercer lugar, su disponibilidad y relativa abundancia en la naturaleza (al menos hasta ahora).
El sector minero es uno de los principales motores económicos de México. Su importancia radica en el conjunto de beneficios que se desprenden de esta actividad, como la generación de empleos, de divisas, las inversiones, el crecimiento en conjunto de esta actividad con su cadena de valor y la importante aportación al desarrollo cultural de nuestro país. La minería se ubicó como el cuarto sector que más divisas generó. De acuerdo con el balance del sexenio anterior, la aportación económica de la minería mexicana fue reconocida como una de las más importantes. Además de su participación en el PIB, los beneficios sociales de la minería se extienden en 24 de los 32 estados de la República donde existe minería gracias al rico potencial minero de México, que convierte a nuestro país en el principal destino para la inversión en exploración de minerales en América Latina y el cuarto a nivel mundial. México ocupa los primeros 10 lugares en la producción de 18 minerales en los que destaca como el principal productor de plata y el décimo productor de oro a nivel mundial.
Otra marca histórica se obtuvo en lo referente a las inversiones, las cuales crecieron 69% en 2011 al alcanzar 5 mil 612 millones de dólares. Se estima que en 2012 la inversión minera ascendió a 7 mil 647 millones de dólares y alcanzó los 25 mil 245 millones de dólares en el periodo 2007-2012. Importancia de los Recursos Minerales para la Economía Todos los procesos industriales son totalmente dependientes de las fuentes de energéa, principalmn¡ente las derivadas del petroleo y el gas natural, la vida cotidiana necesita de la energia para las actividades de casi cualquier centro de trabajo. la vida actual no es concebible sin los recursos minerales y sin la energia. Algunos paises productores como México, pueden obtener ingresos mayores que los que no disponen de ellos, ya que todos los paises del mundo requieren energia y se pueden obtener mayores ganancias con su venta. Panorama económico de la industria minero-metalúrgica en México Publicado en 21/11/2013 • 1 Comment Industria Minera Economía Publicado por: 21 de Noviembre, 2013
Alejandro
Espinosa
Granados
La importancia económica de la minería en México y las reformas fiscales para la industria
La actividad minera ha sido desde tiempos prehispánicos una de las principales actividades productivas en nuestro país, su importancia creció durante la Colonia, época en la cual conoció una de sus etapas de mayor bonanza. El subsuelo del
territorio mexicano es rico en yacimientos minerales, cuya explotación genera hasta el día de hoy importantes riquezas. Actualmente la industria minera contribuye con el 1.5% del PIB de la nación. Además de su importancia económica, las actividades mineras son una de las principales fuentes de empleo en el ámbito rural, principalmente en los estados del norte del país y en localidades aisladas afectadas tradicionalmente por la emigración y la falta de oportunidades laborales. México se destaca especialmente en la producción de plata, bismuto, plomo, oro, cobre y zinc, metales en los cuales ocupa los primeros lugares en la producción mundial. En los últimos años la industria minera a nivel mundial ha cobrado un gran auge. Sólo en el año 2010 en México las inversiones privadas tuvieron un crecimiento de casi el doble respecto al año anterior, y a excepción del año 2009, han mantenido un ritmo al alza (Gráfica 1). El reciente auge de la industria minera puede explicarse por dos factores concatenados: el crecimiento en la demanda de materias primas, especialmente del mercado asiático, y el alto precio de los metales, como el oro y la plata, los cuales tras la crisis de 2008-2009 incrementaron fuertemente su valor. Después de una década de precios al alza, el precio del oro comenzó a descender durante el año 2013, debido a que los inversores redujeron sus tenencias del metal dorado.
Las cotizaciones históricas de los minerales han alentado a los inversores a apostar por esta industria y México no ha sido la excepción, convirtiéndose en uno de los destinos más atractivos para la actividad minera, no sólo por las riquezas naturales que alberga, sino también por las facilidades para el desarrollo de la industria. De esta forma, las inversiones en México en el sector de la minería han crecido de manera sobresaliente. Según los datos de ProMéxico entre 2007 y 2011 las inversiones extranjeras crecieron a un promedio anual de 20.9%.