Stylistyka tekstu akademickiego i tłumaczonego Karolina Szymczyk, III JH 23 de marzo de 2017
Grafiti, arte o vandalismo El término grafiti hoy en día goza de mucha popularidad, es muy bien conocido y utilizado en muchos contextos. No obstante, vale la pena explicar esa palabra y profundizar nuestro conocimiento sobre su historia y desarrollo. Posteriormente nos fijaremos en presentar los argumentos a favor y en contra de grafiti. Hay varias teorías sobre el origen del término graffiti. Según algunos investigadores el vocablo grafiti proviene del italiano donde los arqueólogos lo adoptaron para nombrar las viejas inscripciones o rayados que se encontraban sobre piedras, cavernas, muros, cárceles o restos del antiguo imperio romano. En italiano esa palabra significaba exactamente marca o inscripción hecha rascando o rayando un muro. Otro grupo de expertos opinan que la palabra grafiti deriva del verbo griego graphein que significa escribir, dibujar. Como se ve, ambas explicaciones nos llevan a la conclusión que el graffiti va a ser asociado con algunos inscripciones o dibujos sobre una superficie. Precisando la definición del grafiti, nos va a servir ésta del Diccionario de la lengua española de Real Academia Española. Encontramos allí la siguiente definición del graffiti: Firma, texto o composición pictórica realizados generalmente sin autorización en lugares públicos, sobre una pared u otra superficie resistente.1 Además, tenemos que añadir a esta definición algunos rasgos característicos del grafiti. Primero, destaca su variedad de formas y estilos en las que se puede crear, se caracteriza también por mucha creatividad. Segundo, la mayoría del grafitis se hace de forma ilegal, en lugares donde es prohibido ese tipo de actividad, en monumentos no predestinados para ese uso. En general podemos nombrar grafiti a cualquier mensaje, en forma de dibujo o texto que aparece en la superficie urbano. Las formas de grafiti se han ido desarrollando desde tiempos antiguos y también en la actualidad se inventan nuevos métodos y estilos de crearlo. Como hemos mencionado en el párrafo anterior, los orígenes del grafiti se les suele situar en el antiguo Imperio romano. Los romanos antiguos dejaban en muros, paredes y columnas muchas inscripciones en latín 1
Diccionario de la lengua española, Real Academia Española, accesible en la página www.dle.rae.es (consulta: 22 de marzo de 2017)
vulgar, mostrando de esta manera sus pensamientos sobre política, insultando otras personas o declarando su amor. El grafiti contemporáneo es comprendido diferentemente de lo que surgió en la antigüedad. La historia del grafiti actual se empieza en los años 60 en Nueva York cuando los adolescentes empezaron a poner sus firmas, que se llaman tags (del inglés), en los paredes y varios otros sitios. Lo hicieron para llamar la atención de todos y delimitar su territorio. Usaron tiza, rotuladores, pintura y aerosoles. El caso más famoso era de un joven griego llamado Demetrus, que se firmaba con apodo Taki 183. Fue un cartero y tuvo que viajar mucho por toda la ciudad de Nueva York. Fue la oportunidad ideal para dejar su firma en varias lugares. Luego, muchos jóvenes lo empezaron a imitar. Así se produjo una divulgación a gran escala. Los grafitis se aparecieron en lugares públicos, como vagones de metro, los autoridades no lo soportían y empezaron a castigar. Así que muchos creadores del grafiti se trasladaron a Europa, donde continuó su propagación. Con tiempo, estilos y técnicas iban cambiándose, desde forma muy sencilla hasta pinturas enormes del estilo surrealista, abstracto, realista etc. Por lo tanto, algunos lo llaman arte callejero, admiran estilos y técnicas, afirman que es el verdadero arte. A esta manera de percibir el grafiti se opone otro grupo que manifiesta su objeción contra el grafiti y que lo comprende como un acto de vandalismo. Ambos grupos tienen argumentos muy fuertes y razonables para apoyar sus convicciones, en efecto, la discusión continua desde hace los principios del grafiti y actualmente se convierte en un tema muy popular. En nuestro trabajo vamos a demostrar y explicar los argumentos que defienden la idea del grafiti como el arte y, por otra parte, los argumentos que apoyan la idea del grafiti como un acto de vandalismo. Intentaremos hacerlo de manera objetiva, sin inclinaciones hasta uno de lados de discusión, dejando el lector con la posibilidad de decidir cuales argumentos le convencen y cual pensamiento es más conveniente.