LUZ PATRICIA MAYA ARANGO “Quiero verte, espejo de mi alma, ¿Cómo mirarte para conmigo encontrarme? Rasga el velo que me cubre pues al mirarme por fin puedo verte.”
Escritora, poeta, educadora y conferencista antioqueña. Comprometida con la transformación de la conciencia del ser humano a través de sus proyectos: “Conversaciones saludables” y “Conversemos serenamente”. Autora de los libros: “Una Ruta para amar”, “Cómo conversar sin discutir y sin pelear”, “Corazón Comunidad”; su obra autobiográfica, “La Papisa Luz”; y la más reciente publicación de sus poemas y cuentos, “El silencio de la selva”. Pertenece a la Red de Mujeres Artistas de Medellín – REMART, y a la Magia del verso, Taller Arte Literario. 1
1. Mi día de fiesta Brota amor sublime en mi tierra fresca, rompe la semilla que salga y crezca. Bondad divina, muestra tu vida en mi día de fiesta, y misericordia sea los frutos de ésta, mi nueva cosecha.
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2. Eres poder y no fuerza No me importa quién eres, cómo eres, dónde estás, de dónde procedes, a dónde irás. Sé que te amo, no quiero más. Si eres el bien, eres poder. No eres fuerza ni ley. Cuando me amas, brillo. Cuando te amo, salgo de mí. Cuando te pierdo de vista, regreso a mí. Nada tengo qué hacer, saberme amada y saber amar, es el acto singular que brota sin más ni más.
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3. Estoy en ti Estoy en mí. No hay ecos, no hay intrusos. Estoy en mí. Mis ojos cerrados sienten fluir la presencia. Estoy en mí, existo. Hay relación, no hay soledad. ¿Cómo, quién está ahí? El todo me abriga, me inunda, me impregna. Estoy en mí porque estás en mí. ¿Estás en mí? Sí, como el que puede dentro del que no puede. Estoy en mí, estás en mí. Estoy en ti como tú en mí.
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4. Amor que ama No eres algo, eres alguien. No eres tangible, eres intangible. ¿Cómo abrazarte sin verte si estás tan dentro, tan cerca? Te me brindas como amor que ama, te recibo como amor que es amado. Haces digna de vivir mi vida. ¿Qué hacer con mi egoísmo que ofusca mi pasado? Soy tu vida, soy tu amado. Soy amor sin egoísmo ofuscado. Te sostengo, echa fuera todo miedo. Soy en ti fundamento eterno. Al salir de ti sentirás mi abrazo.
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5. Mi lecho de sueño Tener un techo, un abrigo y un lecho es un privilegio de nobles, sentarse en la cama con un previo rezo de acción de gracias es un encanto, que al dormir, esconde todos los falsos roles, asumidos durante el día con unas y no sé cuántas máscaras. Conciliar el sueño en segundos y recibir instrucciones es una bendición divina que no reciben muchas personas. Gracias doy a mi cama que me acoge y me abraza, me cubre y me aguanta hasta las lágrimas, el descanso que me proporciona no calcula ni prejuzga mis razones ni mis acciones. Doy gracias al cielo, por mi cobija, mi colchón y mi almohada, por la dicha de reposar mi cuerpo entre limpias sábanas. Si algo pudiera hacer para agradecer esta gracia yo haría que a nadie le falte su cama.
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6. Amor con Mayúscula Te siento dentro de mí, palpita el corazón con gran emoción, me penetras, me inundas, me rodeas y cubres con tu amor. La sangre corre por mis venas a gran velocidad, siento la vida en mí, vida en abundancia que acojo, que recibo para que se engendre en mí una creatura nueva. En un acto de amor infinito, te me das y te me doy. Nos unimos, entras hasta sentir lo que siento, hasta sentir lo que sientes. Un solo sentir, una sola respiración, un solo corazón. Acto de unidad, entre humanidad y divinidad, entre gracia y pecado, entre fuerza y debilidad, en un solo palpitar. Tú en mí, yo en ti. Me sientes, te siento. Mi agitación, mi dolor, mi emoción te pertenece, soy tuya, solo tuya. Cuando te siento vivo en mí, despertando vida en mí, llenándome abundantemente de amor y bendición, me siento viva, con vida, con tanta vida, que sólo queda un deseo: Dártela. 7
7. Apoyada en tu pecho No eres fruto de mis pensamientos, mas te acepto, te recibo, pues no puedo imaginarte siquiera. Llegas a mi oído dulcemente antecediendo mis múltiples ideas y entras en mí desde fuera cual misterio amable que me impregna toda entera. No hay “quizás” que desconcierte este amor eterno en diálogo de frente, tú orientas mis fuerzas internas hacia la entrega sin reservas. Nadie te pone en bandeja, inatrapable, no visible ni factible, eres lo más íntimo de mi existencia. Necesito tu voz, necesito tu aliento, sin ti no puedo existir, me sostienes sin ser tú sostenido ni sustentado, al fiarme de ti todo ha cambiado. Sé qué es apoyarme en tu pecho porque ya lo he hecho, estar ahí, es principio y fundamento. Dirección contraria, bendita contravía, no es saber ni hacer, es permanecer, es comprender. Tú que no puedes por mí ser comprendido al estar ahí conmigo, permaneces en mí para siempre siendo tú quien a mí comprende.
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8. Lo oscuro de tu brillo Tu luz brillaba hasta encandilar, me abrigaba por delante y por detrás. Me sentí segura con tu cristal que traspasaba las barreras de mi alma. Un rincón húmedo y triste presenció la ausencia de tu luminosidad; Un suspiro largo durante la espera invadió el oscuro espacio que te añoraba. Pasaron minutos, horas y días, meses, años, décadas, centenarios, y mi alma veía oscuro tu brillo, ¿Qué más esperar? Llegó el domingo del milenio y todo rincón se iluminó. Mi espera terminó, oh Dios grande, la espera terminó.
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9. El silencio de la selva Oh secreto inmortal que se oculta en lo mortal, que alivia las penas internas y las externas. Oh vida sagrada que se expresa en la genética de todas las especies en todas las épocas. Oh pasión divina que irradia energía para la entrega final que a la humanidad salvaría. Oh ser humano que dentro de ti llevas el silencio de la selva y los ruidos de la noche. Hombre despierta de tu somnolencia y retira las malezas, abre caminos, señala la ruta que no está fuera. Muestra con tu dedo el secreto escondido que miren dentro y hallarán su destino.
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10.
Salir del fango
Quiero llorar, mi ser derrotado, frágil y vulnerable siente debilidad, siente dolor por su falta de voluntad. El polluelo suspiró en mi mano mientras lo acaricié con ternura, al ver su vida volando y su cuerpecito agonizando. Eso sienten mis entrañas contigo mi hermano cuando te veo en las calles solo y drogándote, al ver tu vida volando y tu cuerpecito matando. Qué impotencia tan dolorosa apaga mis huesos y silencia mis labios; Qué sensación tan extraña cuando te veo en el vicio o a toda hora jugando. Desperdicias lo que tienes y en el lugar equivocado andas buscando lo que dentro de ti llevas y desde siempre te ha amado. Tu voluntad es un regalo, 11
es quien al espíritu da paso. La conexión con lo divino se logra cuando ella, libre y soltera, actúa firme y con certeza. Oh voluntad sagrada, origen del universo infinito que voluntad nos diste a los que somos tus hijos. Ven y levanta al que ya no aguanta, al caído, que somos todos, pues la ambición nos arrebata la voluntad y sus tesoros. Hermano mío, ven conmigo, agarra mi mano que hoy te estiro, sal del fango, te lo pido, déjate ayudar y todo quedará en el olvido. Suelta las amarras, abre tus oídos, canta acción de gracias y regresa al nido.
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Lágrimas del suelo
Brota sin razón la florecilla en el cemento mientras silban los vientos a través de mi ventana, el rocío se esconde en las hojas de las plantas cuando el polvo citadino las cubre con el ruido de las fábricas. Ya no hay horizonte ni montes ni atardeceres, hay paredes, cemento y rascacielos, la mirada se topa con el muro que toca mi frente y la tierra extraña sus frutos y sus verdes. Llora el suelo su fértil regalo ante la bruma y la torpe vida que se agota en silencio entre la prisa y la nada.
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Inhalando y exhalando
Si digo Dios, inhalas Si digo Universo, exhalas Si digo Satanás, inhalas Si digo Ego, exhalas Si digo infierno, inhalas Si digo estrés, exhalas Si digo pecado, inhalas Si digo inconsciencia, exhalas Si digo egoísmo, inhalas Si digo agujero negro, exhalas Si digo caridad, inhalas Si digo empatía, exhalas Si digo prudencia, inhalas Si digo asertividad, exhalas Si digo fortaleza, inhalas Si digo resiliencia, exhalas Si digo justicia, inhalas Si digo equidad, exhalas Si digo ley, inhalas Si digo amor, exhalas
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Tras el invierno
Caen las hojas secas de los árboles por el viento que las agita sin darse cuenta de ello. Caen unos y otros dados de baja por la inconsciencia de tantos que agitan armas y bombas sin compasión. Llega el invierno, cubriéndolo todo sin consideración y el frio del corazón humano, sólo piensa en la gran destrucción. Es el fin, proclaman muchos sin esperanza en medio de su desolada situación. Viene un nuevo emerger de luz y calor, un nuevo hombre con renovado corazón, dicen los que ven más allá de lo que muestra el dolor.
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Bailando
Bailo, bailas, bailamos. Expreso cantares, canto mis anhelos que trascienden este mundo. Bailemos, experimentemos bailando. No huyamos de la vida, la vida es intensa, no vanas promesas. Bailen sin que el ruido los ahogue, sin que el consumo los destruya, siguiendo la pista de algo que es más que bailar.
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Paz, quiero paz
Busco la quietud, ¿Dónde estás soledad? ¿Acaso aquí hay algo de paz? ¿A qué llamo ruido, al de la calle, al de la ciudad? ¿Y qué decir del que retumba en nuestra intimidad? Amado mío, no te escucho, antes eras mi paisaje delicioso, mi oasis, mi hontanar, ahora eres puro estruendo, estallidos de desamor y de desesperación. ¿Qué puedo hacer para sosegar este agitado mar que nos separa y nos impide amar? Sigue tu camino, tu horizonte está más allá, yo iré por el mío, lo único que anhelo es estar en paz.
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