Pico Para El Pueblocapitulo Cuatro

  • May 2020
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  • Words: 4,759
  • Pages: 15
El tiempo se comprime para dejarme divulgando al fluir permanente, todos los resabios de lo infinito. Un puñado de sueños volubles que se congregan para el curioso enjambre de epopeyas. Entregados al sentir vulgar y deambulando sin contradicciones ni fatales pensamientos, caminando bajo los álamos dorados en un parque cualquiera. La vida es tan simple. Rozar al otoño cuando se contrae y queda el silencio como único habitante de la nada, solitario respirando como si el oxigeno lo estuvieran tirando en grandes baldes de tallos desfigurados. No soy lo que soy. Solo un proyecto quizás virulento, envuelto en una tela que es la misma tela que envuelve desnudo entregado a la atmósfera plena que cobija acurrucado sobre el suelo extasiado del sopor divino. Aquí me entierran, aquí nací, aquella vez bajo la lluvia que torrencialmente chorreaba por mi espalda desnuda casi al terminar de aquel día apelmazado de nubes. Aquel ser invisible me sostiene en su mano como alguien que sostiene una cursilería, una baratija que se retuerce como un bebe que abre los ojos empañados , que ve nublado por que recién se desprende del escudo , aquella protección de los hombres peces cuando salen de aquel acuario prestado, entonces tienen que aprender a sorber el aire que llega en ráfagas escurriéndose en sus delgados pulmones, que de lo único que sabían era de aquel meloso y protector liquido cristalino, aquella tibia sustancia que lo acurruco en su medioevo infantil. El susurro de la brisa tenue corretea en algún rincón escondido de Buena Esperanza, en la mañana el hedor de las pócimas espirituosas que atontaron el nocturno, se cuela como una pestilencia casi familiar. Las voces. Los gritos. El desgarrador nocturno se desvanece cuando el colorinche se asoma detrás de aquellos cerros que de noche parecen muros gigantes, Santiago

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esta rodeado de ellos, en una especie de encarcelamiento natural. Algunos niños que corretean dejando sus minúsculas pisadas por el ripial, anunciando al villorrio que otro día a comenzado, corriendo por las callejuelas como si fuere algún lugar de ensueño, algún vergel encumbrado, tan verde que los ojos que lo miran saltan de espanto ante tanta belleza colorinche, alguna comarca guarecida de todas las pestes que recorren el mundo dejando estelas de seres humanos desperdigados como asuntos cualquiera. Nada es lo que parece. Nada es tan apacible. Un día cualquiera cuando el sol se asoma legañoso detrás de alguna cumbre acariciada por el rocío nocturno, un día cualquiera que aparece con su bullanga de metrópoli apestada de si misma, que juega como una gigante serpiente a morderse la cola, a tratar de encontrarse con sus principios denostados por aquel pueblo apresurado y pudiente de todas las cosas. Todo gira como una gigante rueda de diversiones alejándose de su eje y cubriendo el llano con su avasallar impune. Nada es lo que parece; aunque parece. El calendario se movió demasiado de prisa como si el tiempo fuere un detalle. El compás apacible del tintinear de aquel reloj se convirtió en una tromba efusiva y alocada, que transformó a los minutos , las horas , los días, en casuales viajeros en el diminuto transitar de aquella medida minúscula que se deshace como una sustancia poca cosa en el espacio inmediato . El universo abstracto que se revela inmenso ante el reloj invisible, ante las manecillas que se convierten en polvo porque no supera su propia medicina de la ley total del tiempo en su dimensión mas exacta, la que ni siquiera sospechamos que existe, por que estamos infinitamente aferrados a nuestra medida minúscula, como una cosa que se diluye igual que las manecillas que cuelgan apacibles sobre aquel paupérrimo arquetipo para medir el tiempo. -Estas bien al parecer. Cardemia se aparece entre la pequeña abertura de mis cansados ojos, apoyado con su moreno perfil bajo el dintel de la puerta

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haciendo una agradable mueca envuelto en una malla biotermica adornado como siempre por su automática preferida, la Walther Red hawk calibre 4,5, que se aferra a el como una sola pieza haciéndole bulto en ambos músculos de sus brazos que si bien no son tan potentados, hacen que su figura fibrosa destaque cuando sus pasos lo llevan hacia la ventana en que resuenan las voces chillonas de aquellos púberes que corretean la periferia jugando con sus sables de palos. - es necesario que descanses… queda mucho por hacer. Estamos haciendo un elaborado para crear desconcierto en las huestes del maldito, Cala logro convencer a Kubo para que se haga cargo del encriptado. Dice que tiene un nuevo plan, que de resultar derrumbaría todas las instituciones de satian y por ende todas las del estado sin mover un solo tiro de esta preciosura. De pronto el ajetreo se hace mas intenso, las piedras se estremecen con el traquetear de los botines de la policía de la sección narcotráfico. Según cardemia, al suponer andan en busca de algún cargamento importante, dateados para el show, empadronando ciertas casas previamente acordadas con Satian, para que no se inmiscuyan en ciertos asuntos, en el caso de nuestra fachada no entran pues esta demarcada como situación especial, es una de las tantas casas que quedan ajenas al accionar policial. Se esmera en dar una buena una buena atención para los miles de observadores que acaricia una especie de trato inhumano que se entromete entre medio del glamour de algunos programas de la caja de los idiotas. De entre medio de algunos caseríos algunos borrachos caen refregando sus rostros en el pedregal , mientras los policías decomisan( previo acuerdo) al menos unos cuantos kilos de merca, recorriendo con diligencia militar como si estuviesen registrando todas las casas de buena esperanza, moviéndose rápidos alternando entre los niños que corren inocentes por entre medio de aquellos aspirantes a gladiadores.

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El pedregal manda al cielo todas las partículas posibles de polvo nublando el cielo de aquel tierral y los olores que se impregnan de aquel, la operación dura al menos tres horas entre la llegada y el despliegue de las cámaras, de las antenas que se mezclan como un festín de tenedores gigantes alzados por sobre los pocos árboles apestados que mutan en aquel suelo insípido y apestado por las continuas quemas de neumáticos para abrigar las frías noches de aquel villorrio, ciertas calles son para la prensa, otras en cambio se guarecen por la impunidad absoluta, la verdad tiene un limite, mientras en los pasajes cercanos donde el dominio de Satian se guarece de toda intromisión , el hedor de cuerpos descompuestos se desparraman en las calles como asuntos inconexos, desparramados mientras los perros sacian como carroñeros, completando la cadena alimenticia que se propicia para aquellos asuntos que solo se resuelven de la manera tradicional. La diligencia es un mero trámite. Cardemia se ha retirado sin lanzar antes algunas palabras sobre la teoría de Cala. “a la gente le encanta lo comunicacional, y por ahí les vamos a dar”. Me quedo sumergido en el vendaval de elucubraciones, mis propias conjeturas, las revoluciones por lo general siempre han desperdigado la sangre en reyertas memorables, nada tiene un sentido particular en cualquier asunto, incluso aquellos que profesaron el amor como paradigma total, tuvieron que asesinar para imponer sus filosofías mundanas, el mas fuerte siempre fue el vencedor, ( tomando el termino vencedor como una definición del que impone algo, una idea, un designio , la historia como tal), el mundo ha evolucionado de aquella forma , entonces no encuentro claridad a lo que Cala presume, lo comunicacional puede ser, ciertamente que en los ámbitos de poder, aquella es una buena arma, pero la imposición de alguna idea supone soslayar el orgullo humano , hasta hacer caer todo principio fundamental, muy parecido al método común de tortura, crear en el individuo el desconcierto total, hacerlos entrar en una especie de lobotomía, haciendo pasar a las personas por un electroshock , para dejar sus

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mentes en blanco haciendo que estos destruyan los ámbitos mas humanos de la conciencia, de no pensar por si mismo, hurgar en las mentes imponiendo el propósito total, los vencedores existen, la ley del mas fuerte es así, no pueden coexistir en un mismo ámbito como un todo total, la raza humana tiene por designio mostrar a un líder como un supremo, como un potentado circunstancial, que aferra en su mirada todo un propósito de un enfermo mental contagiando los preceptos que equivocadamente rondan por su cerebro, como un líder que pisotea el orgullo y la miseria , todo aquello no es mas que la rutina del desconcierto plural, algo permitido pues hemos sido creados para eso, el obrero cría a su hijo pensándolo como mano de obra barata para el empresario, el empresario hace todo lo inverso con su hijo, no puede(según aquel dictamen establecido) dejar a su descendencia seguir los caminos de empedrado, los hijos de puta no pueden permitir que su sangre se entierre en alguna cosecha miserable, no caen bajo una torrencial lluvia azotando sus rostros humillados en un barrial, como un cerdo arrastrado por la geografía social. Los caminos de la evolución nos plantean al mundo de diferentes puntos de vista, y si así fuere lo que quisiera Cala, no dejo de pensar en lo suicida que puede rondar su teoría, mas que aquello que quiere imponer esta mas que amarrado, la orden de los illuminati lo hace ya por años. Todo ya tiene un destino, la gente esta focalizada por que el sistema funciona como tal, como una sociedad plural que vive el día a día , sin mas , predeterminados a una existencia fugaz, incólume de toda metafísica, porque la premisa elemental es simplemente funcionar como todo lo establecido lo impone. El asunto tiene que tratarse de la manera mas convencional, acribillamos al hijo de puta y tenemos poder, detrás de la blackberry todos son la misma huevada, puedes ser un narco , el premio Nóbel de la paz, un pedofilo, el presidente de alguna nación, detrás de la black vas a ser el mismo hijo de puta, claro , en este caso, los millones que Satian tiene va a ayudarnos en nuestros fines, a Cala financiar su proyecto de destruir el

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sistema de una vez por todas. Mientras quemo mis bolas acurrucado bajo una palmera en alguna isla perdida en algún lugar del trópico, recibiendo las ganancias del sistema, olvidándome del asunto, allá Cala y su ideal de cambiar el mundo; ella en su propósito, yo en el mío. El traquetear se aleja por el momento mientras decido que hacer con mi cuerpo que yace tendido sobre aquel camastro avejentado, trato de ponerme de pie pero siento que el letargo del tiempo en que he pasado echado en aquella cama , me pasa la cuenta al menos un par de minutos en que apenas me puedo sentar. Quedo en esa posición, al menos hasta que mis músculos vayan sacándose toda la desidia que han acumulado al pasar de estos días y meses en que he estado en estas circunstancias, el hormigueo recorre mis piernas ya blanquecinas escondidas detrás de los cobertores , que aunque eran livianos cubrían en su totalidad mi humanidad. Trato de ser consecuente con el desarrollo de mis aptitudes físicas, espero sentado hasta reponer y pasar a la segunda parte y que supone que me ponga de pie, de todas maneras me concentro para tal objetivo. El mareo que suscitó aquel ejercicio, detiene por el momento la siguiente acción. Pienso en aquel plan, aquel un asunto que si bien puede que sea un proyecto, una seria duda me invade, es que si alguien quiso convencerlos de tal. Nadie cambia por que si. Menos Cala, la defensora férrea de sus mas recónditas conclusiones, esto no vale por otro camino. “Matar es la consigna, sobrevivir para contarlo, a nuestra manera”. Los héroes no se inventan porque si, desde los mas insignes despiadados, asesinos que mataron y ultrajaron los preceptos de los que al igual que ellos tuvieren o no razón para aquella acción, la historia se encarga del resto, la imaginación, el invento antropomórfico de aquello, el tiempo se encarga del resto, el tiempo lo amolda a cada quien quiera asumirlo como un hecho valioso o apenas un precepto anecdótico. La historia no la hacen los pueblos, sino los que la escriben, a su manera.

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De pronto vuelvo a mi posición anterior, el mareo y las contradicciones me agotaron de sobremanera, un breve dormite me despierta después de al menos veinte minutos. Un poco abochornado trato de reincorporarme a mi postura, el vaivén de mi cuerpo aciago se encorva como un enfermo pusilánime, un monumento desgarrado por el turbio ajetreo de mis males, de la paliza que recibí semanas atrás en las huestes de Satian, de los tiros que se incrustaron en mi pecho desgarrándome hasta los rincones mas escurridizos de mi carcasa poli funcional. Logro asirme al respaldar mientras trato de degustar alguna galleta multi-alimenticia, evito mirar la merca que asoma encima de aquel diminuto mueble que se aparca al lado de la cama, la diversión puede esperar, quiero asomar mi rostro junto a la ventana para ver al sol sanar mis heridas por aquel efecto curador milenario. De repente las piernas se doblan impunes por el efecto de la ley gravitacional, en un segundo mi rostro se estremece estupido en aquel entablado, la respiración aquieta mis dolores que si bien antes eran de un centenar, ahora son miles de pinchazos que recorren mi cuerpo deteriorado. Las voces se entremezclan con los pasos que resuenan en el ripial mientras respiro encima de aquellas tablas casi mohínas, mientras el olor de alguna añeja cera alivia los pinchazos que ya se han ido. Mi cuerpo se relaja , se relaja tanto que de pronto siento que mi peso se aferra bajo la influyente norma de la ley de gravedad, mi raquítica masa corporal de pronto se empieza a disolver , un cristalino liquido se desparrama por toda la habitación, mi mente observa inquieta aquel proceso extraordinario , mientras aquel liquido cristalino se esparce entre las hendiduras de aquel entablado escapándose de mi pero al mismo tiempo, hilados como un sinfín de moléculas, se aferran como un insignificante riachuelo que se desparrama uniforme por la tibia habitación. Primero son mis extremidades , ni una sensación de dolor me aflige , ni un desconsuelo, pienso que todo aquello es un regalo divino , que diluirse es entregarse a la naturaleza como un regalo omnipresente , diluirse , luego ser

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vapor , subir igual que el ciclo natural para revisar desde las alturas aquel pequeño planeta azul. Desde las alturas el mundo es distinto, pienso, desde las alturas no existe mas que el océano majestuoso que se rebalsa en aquel verdor de selva salvaje e indómita, el océano que se revuelca en desiertos lamiendo el arenal, haciendo que aquel brillo solar se refleje, encegueciendo incluso los ciegos. Mi cuerpo se derrite entero , lo fantástico de todo aquello que siendo en su totalidad liquido aun puedo pensar, aun tengo el don de observar, de dirimir, de tener la conciencia en un estado total, mas siento en todo caso una libertad diferente, pues mí cuerpo si bien esta unido en un sinfín de moléculas, no obedece ni una acción que venga de aquel cerebro dueño de todas las acciones, solo me diluyo dejándome llevar por las circunstancias, este lugar ahora es diferente, mi perspectiva es diferente, no tiene la misma visión del mundo aquel que carga con una especie de limitación física, no piensa igual que aquel que lo tiene todo, aquel que desfiguró su rostro no puede pensar igual que quien tiene para la mayor parte de la sociedad el mismo trato, no hemos evolucionado lo suficiente para adquirir el don total de soportarnos, de entendernos sin siquiera poner por delante de nuestros ojos la apariencia como un filtro a todos nuestros actos. Intrínsicamente nuestra mente aun no calibra cual es el estado excepcional del entorno como un todo. La belleza tiene una forma definida, hace que respondamos a ella embaucados por una orden interior, extasiándonos de ella. Todo se impone por la forma y no por el contenido. Bien decía una especie de libertad diferente, pues el entramado se deja atrapar por mi ímpetu liquido que lo traspasa como una cristalina serpiente que se deja caer, resbaloso y consistente, dejándose llevar por el nivel del revestimiento en el piso inferior, que lleva mi riachuelo por entre los pasillos de aquella edificación rustica y amable, lanzándome como una riada indomable por debajo de la puerta principal. El sol me enceguece con mi propio brillo, no puedo ver mas que luz, intensa luz. El universo esta dentro de mi, un ser que parece inerte pero que deambula insolente por la nada impregnándose del acantilado

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espacial, cayendo en este como un juego sideral, buscando desafiante los escondrijos de aquel sistema galáctico, cual vagabundo errante que busca los principios del ser, la ciencia inexacta, la cinética, la ética desperdigada como un vaso de vino que se desparrama sobre la mesa de la mano de algún borracho baboso. La luz sigue allí. De repente despierto con la desidia de algún rayo que se cuela por entre la ventana con el tierral que se agolpa en aquellas minúsculas partículas que se bañan de aquel solar intruso. De repente la voz de Cala se cuela desde el piso inferior atravesando las hendiduras del entablado. - crear desconcierto, es de aquello que te hablaba. -¿Pero tu crees que no cometamos aquel error de la noche fatal? La voz de Enderesemia, a quien yo creía fritanga de Satian, se deslizaba sutil en el ambiente. - Nadie muere dos veces amiga mía, recuerda el chasco que le hicimos pasar en la bodega de las Dalias cuando le arrebatamos a Rubaladio. Los infames no tuvieron tiempo de reaccionar. Son rápidos para correr por los techos, para moverse como fantasmas, para disparar y degollar… pero no son rápidos para pensar. - Si… tienes razón. - además Kubo esta trabajando en coordenadas y en algoritmos aun mas rebuscados, el sistema de encriptados esta aun mas complejo, estamos viendo la posibilidad, y es un hecho, en trabajar con las ondas de alta frecuencia, tenemos que lograr que la gente se enchufe de alguna vez por todas con este asunto. - Posiblemente Satian ya este en lo suyo. - Si. Los illuminati no pierden el tiempo, sonajean sus manos a ver si sale algún bicharraco infernal. - crees que alguna vez terminemos con esto. - Alguna vez Endere… alguna vez se sabrá que uno mas uno no es dos, si no simplemente uno.

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Cala y su teoría unificadora. Trato de levantarme, arrastrándome hacia el camastro, el bamboleo de la puerta emite un aletargado sonido, Fintegras y Palurdo entran en un contraste de semblantes y me ayudan en mi acción. - ¿No te querías perder el show amigo?, los polis de mentira, los delincua de mentira, estuvo muy entretenido aquello. Fintegras y su sorna. - Ruba por que no te quedas quietecito un rato, con suerte tienes fuerzas para agarrarte la mazorca. -esa huevada se manda solo. Murmuro en una sonrisa aquejada mientras Palurdo me recuesta amablemente. - te toco duro amigo- retomaba Fintegras_ los polis del ministerio te confundieron con los anarquistas de la calle cuarenta y siete… juraban que habías matado a sus compañeros. - yo pensaba que eran uds., pero que carajo y donde mierda se habían metido… y Cala, yo la vi muerta. - Resulta que cuando hicieron la recogida aquella noche, Palurdo, Elementina, Cardemia, Enderesemia y el que te habla, estábamos arrinconados por al menos veinte gatitos que babeaban por darnos de baja a sablazos, pues nos tenían tirados al suelo. Cala nos había dado por muertos, ella logro salir y creyó que en el rincón de la calle veintiséis estábamos frito, pero fue que el detalle lo marcaron los gatitos que por alguna razón que desconozco retrocedieron hasta perderse entre el alboroto. Luego cuando retomamos, bajamos por esmeralda y encontramos a cala herida, pero una herida superficial que logramos controlar esa misma noche, cuando Santiana llego gritando que te habían llevado los gatitos y te habían entregado a los polis haciéndoles creer que tu habías formado parte de la montonera que mataba polis, y

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que destruía todo allá afuera, el nos guío hasta donde estaba Cala muy bien escondida, por suerte, pues hubiese pasado por lo que tu pasaste. - Pero por que a esos huevones les dio conmigo, y por que me sacaron del paseo si los polis ya me tenían listo para la foto. - Satian les ordeno sacarte de allí, y sacar a todos los anarquistas que estaban contigo para lavarles el cerebro y hacerlos parte de los gatitos mojados. - Y como llegaron ahí. - Santiana los siguió, y nos dio las claves para realizar el asalto, observo todos los detalles logísticos y logramos desbaratar al menos por ahora, las intenciones de satian. Fintegras como quien cuenta una gran aventura no escatimo recursos para que aquel ameno momento me devolviera un poco mas de energía. A veces siento que ciertas cosas hacen que todo parezca tan solo un detalle. Yo que los vi muerto, yo que me vi muerto y ahora todo me parece tan placentero, mas si Cala se aparece junto con Enderesemia y sus rostros están aun mas limpios e iluminados por el matinal, que parecen adolescentes soñadores salidos de alguna sensación en tres dimensiones, tan libres que ni un sistema intergaláctico podría poner freno a la ilusión juvenil que desperdigan por los poros. Mientras Enderesemia se sienta a mis pies, Cala se acurruca como una niña entrometiendo su rizado entre mi brazo, su rostro me sana por completo pues no distingo otra mirada que pueda penetrar tanto que me sumerjo dentro de ella en un haz de luz interminable, una sensación que me estremece como un adolescente cuando solo la presencia de alguien perturba todo alrededor de aquel elevándolo al sino de sus propias sensaciones infantiles, aquellas sensaciones que se exudan cuando aun tenemos el don de pensar por si mismos, cuando la libertad no tiene medida, cuando aun no

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heredamos los prejuicios que nos pasean por el infierno de vez en cuando. Al rato me quedo solo con Cala, que me relaja y me adormece un poco. Su suave voz asoma bajo mi mentón. -Creí que te habían matado… según contó Santiana, los gatitos llegaron alborotando la calle y te llevaron arrastrando, que tu estabas muerto que te rellenarían de aserrín, que te pondrían en el poste mas alto de Buena Esperanza. Pensé que no te volvería a ver. -Pensé lo mismo Cala. Agrego en un loco relajo. -Algo hicimos mal aquella noche, todavía me da vueltas en la cabeza. Susurra aun escondida en mi pecho. - Fintegras me contó que los gatitos los dejaron ir , que retrocedieron , que extrañamente se perdieron entre el humo. - alguien esta jugando chueco, no he pasado el asunto como si hubiese sido solo un detalle, es muy extraño aquello, Satian nos hubiese reventado y se habría sacado un gran peso de encima. -si todo esto es tan extraño Cala, la miseria nos corroe desde las base –agrego un poco molesto- que necesidad tiene el hijo de puta si coloca incluso los presidentes que el quiere, maneja la vida de millones de personas, ¿que propósito tendría joderse con un montón de pendejos? -hasta creo que somos parte de un plan para su entretención. Sostiene Cala aun cabizbaja - pareciera ser. Agrego El sosiego nos hace reflexionar mentalmente devolviéndonos a aquel momento, mientras unas nubes regordetas se pasean en el horizonte encuadrado en la ventana, colocando perspectiva aquel paisaje de un cielo despejado que asomaba como un eterno desierto celeste, salvo la aparición de pequeños pajarracos que se entrometían en el letargo espacial, la luz de la pieza baja de intensidad cambiando sus tonos, apagándose , encendiéndose mientras algo parecido a un chemtrails se alarga en una alargada línea pintarrajeando la atmósfera delgada, inquieta.

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Cala mientras tanto descansa del ajetreo del madrugar conspiratorio. No dejo de pensar en lo que se propone Satian, quien o quienes están detrás de esto. Nada es lo que parece, pero parece. Todos asoman con sus rostros en mi mente, en un constante análisis individual. Fintegras puede ser que sea un palo blanco, lo mismo Palurdo, Elementina o Enderesemia, Cardemia, incluso Santiana, puede ser, de Satian a Santiana, no es mucho el trecho que digamos, pero seria muy obvio. Pero, ¿Qué es obvio?, si algo tenemos en común es simplemente el que no tenemos familia, nadie y me incluyo. Somos tan parias como Satian, lo tenemos en común, todos fuimos abandonados por distintas razones depositados en los suburbios, mientras capeábamos los inviernos debajo de un puente, donde alguna vez llegamos casi adolescentes escapando de la miseria, de los maltratos a los que nos tenían acostumbrados en aquellos barrios abandonados, barrios sin padre ni madre, que se iban al trabajo y que se perdían durante todo el día, dándole a la jornada de dos turnos. Luego llegaban cansados y apestando a usina. Mientras en los colegios nos colgaban literatura de quinta, de las ocho de la mañana hasta pasada las seis de la tarde, para que los niños no estuvieren solos. El colegio era como nuestro hogar, con cincuenta hermanos que se apretujaban en aquellas aulas, haciendo trastornar al profesor de turno que hastiado no hallaba mejor forma de leer los textos que por imposición les entregaban, es decir que en vez de enseñar, era un traductor forzado de aquel sistema de enseñanza estatal, una especie de computador mandando información sin siquiera tener una luz de esperanza para satisfacer sus convicciones y plasmarlas entre aquellos niños hambrientos de aprender de ellos y no de aquello auto-impuesto como regla. Los bonos eran suculentos y perderían el tiempo en niños, niños con su destino escritos en sus espaldas. Los hijos de obreros serán siempre obreros, los pudientes tienen otras premisas, las herramientas las tienen y las han tenido por siglos, la mano amiga no es porque si, hay que cuidar el prestigio, todo es manejable, todo esta trazado

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para que el sistema funcione, no puede un mozalbete de población aspirar a los puestos de avanzada. El sistema lo hicieron para premiar a los mediocres, el dinero lo tapa todo, un profesor de escuela publica tendrá un buen pasar mientras piense que lo necesario no significa ir mas allá. En aquellos tiempos se tapaba todo con que era necesario, que trabajar siempre ha sido digno. Los hogares entonces se transformaron, los niños empezaron a perder la identidad de la familia. Mientras sus padres llegaban cansados y molestos del laburo, empezaron a creer en todo lo que ellos no habían vivido años antes cuando se vieron, ellos como niños, limosneando el mendrugo a algún pariente con mejor situación. Entonces se enfocaron en que no pasarían por lo mismo y se esmeraron en dar a sus hijos todo lo que no habían poseído. A costa de todo, a costa de nada, pues se perdieron en la esencia misma de todo animal, la crianza, el desamparo emocional, el tiempo para nosotros, el tiempo para ellos, el papel elemental, reproducirse, criar, vivir, morir. La mayoría de nosotros lo había pasado por aquello, pues por eso teníamos mucho en común, de ahí a lo mejor aquella inquietud que se revolcaba en las entraña como un bicho que nos retorcía los intestinos y que nos dejo luchando en contra del sistema y de todo aquello que los poderosos habían establecido. - voy a ir por algo para comer… espérame que ya vuelvo. Espetó luego cala levantándose con suma plasticidad de la cama. Ya un poco repuesto de mis emociones y de los análisis resolví no dejar el asunto como una bala perdida. Logro sentarme en la orilla del camastro mientras observo al horizonte, me lleno de inquietud, pues fijo mi mirada en los techos que lustrosos lanzan su brillo hacia el espacio, mientras varias siluetas van llegando como cruzándose entre medio del brillo de los techos. Decenas de niños famélicos se van alineando en el horizonte, enfundados en una gran boina como siniestras sombras, listos para masacrar la suerte de alguien… la de nosotros.

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-¡Ruba…al suelo! El grito destemplado de Cardemia, retumba en el caserón, como una bomba que me lanza detrás de la puerta como una explosión sonora. Mi rostro se azota nuevamente en el entablado. El olor a cera añeja hace que me entre un profundo relajo.

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