Pico Para El Pueblo, Segunda Parte

  • May 2020
  • PDF

This document was uploaded by user and they confirmed that they have the permission to share it. If you are author or own the copyright of this book, please report to us by using this DMCA report form. Report DMCA


Overview

Download & View Pico Para El Pueblo, Segunda Parte as PDF for free.

More details

  • Words: 3,970
  • Pages: 14
Capitulo dos

La cascada de mis acontecidos me lleva en su caída incomprensiblemente fatal. Creo que he muerto. Me sumerjo en el albur incomprensible; difuminado y perentorio. Cada quien termina confinado a su mundo casual como tirado a una mazmorra lisérgica. Las visiones se presentan ante mí, deambulando en una dimensión fatal y apocalíptica. No podía ser de otra manera; pues soy un huevon fatalmente existencial. Siempre pensé que cada uno se trazaba la continuidad de la vida, meditando en que los que cavilaban de alguna forma, seguirían el viaje en algún lugar destinado por sus propios designios metafísicos, parecido a aquel cuento de Manuel Rojas, “El espíritu inquieto”. Así lo pensaba en este deambular fantasmagórico, en este transitar desolado por mis propias circunstancias, por los arquetipos mundanos que me tiraron en plena convivencia juvenil cuando aun no cumplía los veinticinco años, cuando creía hacerme cargo del mundo para mi antojo, haciéndome parte de sus propuestas de entretenimiento, jugando al mercenario para no aburrirme sentado en un computador viendo como desfilaban las situaciones que me dejaban como mero observador, siendo parte de aquella generación estacionada y obesa que cambiaba al mundo solo moviendo teclas y consumiendo todo lo que los aparatos ofrecían en sus interminables desfiles de productos para enfermos mentales . Vagan en este fantasmal lugar, caras tristes, rostros enfadados que pasan por mi lado refunfuñando algún trágico acontecimiento. Niños, ancianos, negros, blancos, soldados, doctores, flaites, cuicos, yanquis, todos con sus respectivos ropajes, todos con sus propios atuendos, al menos lo que me dice mi intuición es que precisamente si 15

bien dejan sus cuerpos en la tierra traen sus vidas pasadas a este mundo atometicularmente insustancial. Acarreando sus pasados, arrastrando un pesado bolso lleno de ambigüedades, de asuntos pendientes que se atiborran en un caudal insoslayable. Puedo decir que me llama poderosamente la atención es que hay muchos animales que se cruzan en mi extraño caminar, supongo por aquello de la teoría de la reencarnación o simplemente por el hecho de que aquellos seres son tan puros que consienten a la divinidad para que se hagan espacio entreverándose entre aquellos denostados rostros, acercándose a cada transeúnte subjetivo como salvación para sus stress post mortem Bien decía anteriormente eso de “extraño caminar”, extraño por que por alguna razón no siento que mis pisadas trasciendan sobre aquel suelo raro, sobre aquel camino insustancial, insípido y casual camino gregario. El ambiente es amorfo y neutro, no tengo ni una sensación de ningún tipo, no afloran en mi algún sentimiento definido por mi situación de muerto errante, salvo cierto vértigo que cosquillea en mi interior, lo único real es que asocio todo a mi pasado improvisado. No tengo el deseo de consumir cigarrillos o merca, no tengo ni odio ni paz, no tengo ni un sentimiento carnal que me suponga algún deseo especial. Se que vago entre fantasmas interrogados igual que yo por este extraño deambular, curioseando entre medio de montículos extraños, entre colores difuminados por la atmósfera perenne, me pregunto si esto tiene algún objetivo, si es que de verdad será tan eterno como vocean algunas personas que corretean sus voces en las plazas de los pueblos, en las calles mas miserables, avasallando con el dogma de la eternidad, ofreciendo el cielo para los desamparados, ofreciendo el infierno para aquellos que corretean los caminos de la perdición, infiltrando en la prosapia como un fundamento crucial, como un eterno

16

medicamento para todos los males mundanos, como si con eso bastara, como si con eso sanaran todos los males que asquean en el mundano frenesí, como si la labia sirviera solo para denostar a los ya denostados, y la labia otra vez haciéndose cargo de los aparecidos como escuchas hipnotizados, la labia que usurpa nuestra inocente presunción de los actos, que nos hace parte de los mas oscuros propósitos, la labia que desarma una y otra vez nuestro fundamento principal, vivir. Siempre escarbando en la ingenuidad de los desposeídos de criterio como si no alcanzara con heredar la miseria que los tira en el asquéante mundo que llaman periferia. ¿Y en los barrios pudientes? ¿acaso los pudientes no compran esa mercadería existencial? ¿acaso Dios no entra en cualquier barrio hediondo a Chanel?, posiblemente aquellos aromas neuro punzantes hagan que este tipo de profetas se escurran como bichos que escapan furibundos insuflados por alguna especie de insecticida. Quizás tienen un pacto de no agresión social, aquellos pactos que no se dicen pero que se sienten “parte de” (que termino mas perentorio), como pactos de buena venturanza, yo te ayudo en tu propósito, tu me ayudas en el mío, tu callas yo callo, tu no existes, yo te ayudo. Me pregunto si esto podría considerarse vida. Supuestamente no (pues estamos muertos, que conjetura), pero me asalta la curiosidad como un tropel de interrogantes infinitas. Siento el deseo de escarbar en mis recuerdos para aterrizar un poco mis ideas y me detengo en todo aquello que me haya puesto en este territorio extraordinariamente sempiterno. Aunque insisto, no puedo hacer ni una teoría razonable al respecto, recién he muerto, recién aterricé en el desapego carnal, si es que por alguna razón lo podría llamar así, trato de colocarle un nombre, relacionarlo a un estado, preguntar a alguien de que trata este asunto, pero ellos tienen el mismo problema, están confundidos, no asocian que sus

17

imperecederas carnes están participando del guiso agusanado en algún cementerio, quizás tienen cierto asqueamiento por aquella situación poco agradable (por no decir otra cosa). Están siendo velados, llorados hasta la saciedad, sospecho que de ahí viene su tristeza, sienten que desde algún lado le indican que la tragedia traspasó toda norma restringida al espacio permitido, al mundo físico, a la irremediable catarsis mundana que contamina incluso este rincón paralogizado, tan parecido a un estado de sitio, donde todos caminan agazapados bajo su propia sombra, deambulando como zombis, atados a la circunstancias , escondiéndose incluso de ellos mismos, de lo que van a decir de cómo lo van a decir, de que van a decir con el terror que les indica el trance social a que están expuestos, de sentirse espiados a cada momento, viviendo atemorizados , pensando en que todas sus propias acciones quedan relegadas a lo que dicte según el criterio de lo establecido por los decretos impuestos como reglas totales, como acciones turbias que se resguardan a modo de tesoros malditos, en aquellos tiranos del devenir de nuestras propias decisiones, nuestros sueños infantiles pisoteados por infames trogloditas sempiternos, babosos dictadores del poder que usufructúan toda la savia cristalina de aquellos retoños, aprendices de la sabiduría total. (Criterio… que término mas hijo de puta). Siento el irremediable deseo de llevarme las manos a los bolsillos, por que aunque los tengo (en mi fantasmal figura), por alguna razón no puedo meter mis manos allí, lo intento varias veces pero están sellados, deduzco que en aquel lugar los bolsillos o cualquier cosa que parezca tal, se resiste a cargar cualquier elemento extraño a aquel territorio, alguna banalidad, todas aquellas nimiedades, aquellos aparatos inútiles que chorrean en los estáticos publicitarios, ofreciendo las panaceas para hacer que la vida terrenal tenga algún sentido, en este lugar no son mas que cursilerías que

18

estorban. Camino errante como muchas veces lo hice, mientras sucumbía en el encanto de pensar, de soñar despierto, de aferrarme a algún propósito muchas veces ridículo, o alguna idiota ilusión como aquella vez que imagine a Cala aferrándose desnuda con una especie de minotauro que supuestamente era el rostro de Satian, fornicando despreciablemente erotizada, cabalgando sobre aquel miembro portentoso agarrada de los cuernos de este, encumbrada con su cuerpo blanquecino sobre aquel desesperado hijo de puta que aborrecía aquel momento concluyente del clímax total, por sentirse menoscabado en el poder que profesaba a los cuatro vientos, por sentirse entregado en sus ansias extremas sobre aquel diminuto ser que lo descomponía hasta hacerlo sentirse como un bicharraco pisoteado en su propio orgullo, eso era aborreciblemente agradable, la peor parte era ver el rostro fino y hermoso de cala erguirse vigorosa en el orgasmo total, echando su rizado pelo en su espalda entregada feliz por aquel acontecimiento etéreo, esa huevada no la soportaba. Trato de buscar entre la multitud a los fantasmas de mis amigos, preguntarles que como fue su ocasional desgracia, si es que se puede llamar así, pero dudo que los pueda encontrar pues diariamente mueren mas de cien mil personas en el mundo , más las que han muerto los días anteriores, la población de espíritus perdidos debe ser considerablemente incontable. Confieso que en alguna parte de mi ser, el propósito existencialmente suicida, me empujo la mayoría de las veces en correrías alocadas, junto con el tropel que se alternaban en cada locura, en cada aventura casual, apareciendo de vez en cuando en las pantallas de televisión como estrellas que entretienen, con los juegos de niños llamados por usar un termino procaz, delincuentes, llevando aquella palabra que se acogota en los cuellos refinados, buscando otro motivo para horrorizar a la gente, buscando el temor , el terror ciudadano que lo confina despreciable en

19

algún sillón suave, mariconamente esponjoso, remojándose en algún licor de marca , enjuagándose en alguna bebida light, siguiendo con sumo interés aquella cacería inhumana , aquellas correrías infantiles lanzando sus rostros enfermos de ellos mismos, de aquella miseria que traspasan a través de aquel maldito aparato que enfoca a aquellos jóvenes delincuentes, escupidos en las pantalla como una especie de martirio, so pretexto para amenizar los noticiarios nocturnos, en una catarsis medial que nos acuesta en aquellos sofás crujiendo los dientes en una sonrisa arpía, por el apresamiento de aquellos inútiles jóvenes cariacontecidos, mostrándose enfundados en algún poleron de marca, embutidos en aquellos gorros de mierda ,que hicieron especialmente para ellos, avergonzándolos hasta la saciedad para la audiencia hambrienta de los errores de otros, como niños que cometen una tontería inútil , una cagada que los condena a viajar por los centros de detención que para lo único que sirven es para hacerlos parte de aquel mundo extasiado que inventaron los mismos que manejan los medios para avalar sus noticieros cagones y vendidos, para dar tribuna a la miseria que denostan en sus rostros cuando dan a entender que los dueños de la verdad son mas parias que aquellos insulso proyectos de forajidos, que los fabricaron para la satisfacción de nuestras propias necesidades animales de mandar al diablo nuestra niñez mas perversa, avalados por los comerciales que nos engullen de porquerías y que nos vuelven a enfrentar entre nosotros , alianzando grupos para esto y para esto otro, que yo uso aquello, que yo como de esto otro , que yo voy a tal lado , que yo soy de izquierda, que yo de derecha, que yo soy pobre o yo soy rico, como si para existir tuviésemos que necesariamente pertenecer a algún grupo por que sino somos unos huevones individualistas , unos ermitaños, unos huevones parias que no encajan en este mundo ni en otro.

20

De repente un sentimiento de ahogo me aprieta el pecho, creo que es la emoción del recuerdo, aunque insisto, en este mundo neutro las sensaciones son perecederas según el estado que ellas arrastren desde el mundo real. Sospecho que si bien las emociones en distintos estados, en distintas perspectivas, rehúsan a escaparse de aquello que bien podría llamarse espíritu, y entiéndanme por favor, no pretendo explicar ni una teoría al respecto, pues sospecho que hacer alguna presentación filosófica para asociar mis ideas y mis estados a alguna conclusión personal sería muy irresponsable, parecería una especie de profeta idiotizando con conjeturas que bien podrían desencadenar en otra especie de secta, y yo con esas huevadas ya estoy harto. Ni siquiera estando en este espacio sempiterno. Cada cual, como dije antes, carga con su existencia pasada, con su historia , con su propósito personal de vida, haya sido feliz, destacado en algún asunto cualquiera, fracasado, destruido en alguna locura terrenal, amortajado en sus devenires caprichosos, amados , odiados, escupidos, honrados hasta cuando el ultimo gusano se reventaba de aquella opípara comilona. Traen toda su confusión a este universo abstracto, simplemente deduzco que el mundo que se vivió anteriormente se acarrea hasta acá , como una continuidad de el mismo, insisto, pienso así por que en mi vida trate de explicar aquello en mis momentos de reflexión personal, mi propia teoría al respecto , por lo tanto , todas mis deducciones son personales , mi vida en este lugar por consiguiente , lleva el mismo rumbo de aquel y de aquellos que transitan a mi lado, perdidos en este mundo locuaz, posiblemente pienso que ellos no me darán ni una respuesta , porque si bien estamos en el mismo lugar, estamos alejados eternamente en nuestras propias conclusiones. El extraño dolor al pecho se acentúa, deduzco que debe ser una especie de trauma fantasmal, posiblemente de los

21

tiros que desgarraron mi corazón, haciéndolo reventar como un globo lleno de keptchup; debe de ser alguna especie de involución, pienso. En mi errante divagar observo al suelo extasiado por una pregunta que se aparece absorta de toda explicación física y elemental. ¿Que hace que las flores se desperdiguen como un enjambre en este lugar tan recóndito?, ¿tendrán alma?, ¿alguien las trajo como souvenir? ¿y como es que están aquí?, todas las cosas que tienen vida, tienen muerte. Presumo que en algún rincón de aquellos seres el sentimiento que acarrean de alguna forma y por algún designio natural, se asienten como uno mas en este lugar, haciéndose parte con su florida presencia, lo que por extraña razón hace que me entre un profundo relajo, palabra extraña en este lugar, y me sienta fantasmalmente vivo, espiritualmente completo, porque consuma la cadena de nuestros propios acontecimientos. Por alguna razón el dolor del pecho se acentúa, debe ser la emoción creo, pero insisto, en este lugar no debería sentirlo, no corresponde, pero insiste en su presión unilateral, como si tuviese a un gran hipopótamo obeso sentado sobre mi pecho, como si me estuviesen golpeando con un gran combo de goma, como si mis sentimientos que se involucran entre este mundo y el real me atrapan en una multitud de sensaciones paranoicas , haciéndome un completo ser multi-funcional , capaz de absorber todos los sentimientos humanos, aglutinando todas las penas y culpas terrenales subyugándome como un instrumento para aquello, por alguna razón , la presión se convierte en dolor, un dolor tan humano que escapa a toda lógica del lugar, tan humano que me hace caer de rodillas, las visiones se colocan difusas e inconstantes, una suerte de corriente recorre todo mi cuerpo dejándome ahora inmóvil, sintiéndome desgarrado en todo mi interior, ya no razono , ya no pienso, solo sufro, solo distingo un vaivén en mis sentidos , un vértigo que me hace convulsionar como un animal en el sacrificio de todos sus

22

propósitos mundanos, me entrego a esa fuerza descomunal, que hace que me suspenda arrastrado a sus extremos , como si mil amarras invisibles me tironearan para todos lados, de repente todo es oscuridad , todo es como aquel túnel vertiginoso y arremolinado, que me sumerge haciéndome aun mas proclive en mis deducciones manifestadas como un tropel inconcluso. De repente estoy en otra dimensión, aparece un ser diferente a todos aquellos que desfilaron errantes y profusos, sentado frente a mi, observándome en un difuso mirar herido, contemplándome calmo, con un objeto en sus manos, descansando entre sus muslos regordetes, algo parecido a un libro. Me pierdo en el tiempo en un dormir eterno, emergiendo cada ciertas medidas espaciales hurgando en la nada, apareciendo de vez en cuando al borde de algún abismo infinito, aferrado a su orilla sostenido por el viento sulfurante, enfrentándome a un gran cráter hirviente que escudriña mi diminuta figura, la poca cosa que se aferra ante aquel caudal como un insignificante sacrificio extasiado ante el monumental efluvio de aquella roca derretida, rabiosa y encolerizada, que se aferra al cielo con su ponzoñosos brazos encendidos, rodeándome como si quisiera atraparme y llevarme hacia su centelleante prosapia medular. No respiro pues temo inhalar su epicentro subyugador y doloroso que quema las entrañas, implacable como un eterno devorador de si mismo. Tan vigorosamente claudicado en su precepto congénito como un arrogante poderoso, que lame de la miseria de los mas desposeídos para apropiarse de aquella dignidad fecunda, transversal dignidad que se escapa de sus manos como una sustancia resbalosa, aferrandose como una alimaña percudida de su propia miseria, tambaleándose en aquel juego hipócrita del que tiene mas, del que ostenta plusvalía, del caminar erguido y arrogante, envuelto en un

23

disfraz patético, mirando sobre el hombro a su desvirtuada existencia, fatal arquetipo que reparte la basura que le sobra para sentirse sanado de su yo insignificante. La silla que cobijaba aquel personaje se desvanece de su figura; un relámpago lo sienta otra vez donde mismo. Entre la nubosa visión veo algo parecido a la imagen de un personaje que me es muy familiar, es Marlon Brando personificando al coronel Kurtz, esta vez ataviado de una especie de vestimenta de monje , veo que su mano se desliza erotizada sobre su calvo cráneo, en un movimiento que me supone algún tipo de meditación trascendental porque además percibo los quejidos y sus murmullos inescuchables pues se escapan de su boca como mil moscas atochadas en su abertura, que patalean por salir de aquel hombre echado sobre aquella insignificante silla metalizada. Cierro los ojos para descansar de mis visiones y escucho en mi interior una voz quejumbrosa, atormentada voz que me susurra unas palabras que quedan rebotando en mi interior como si mi cuerpo fuere una especie de pin-ball: “El final de todo asunto es el principio de aquel mismo, busca donde nadie encuentra” Pico para el, a estas alturas mi alma esta tan perdida en algún tugurio existencial que aquello de “asunto” no me merece ni me parece algo en que yo debiera perder el tiempo, esa huevada de las metáforas y que esto es mas o menos como parece porque a lo mejor, ¡pico!, el mundo ha comido toda la vida de metáforas y ha dado tumbos buscando la respuesta para esto y para lo otro, dando su propia visión de las cosas mas como le conviene que como en realidad quiso decir cierto personaje de la historia, del mito, de la profecía, de todo aquello que heredamos de algún libro encontrado envuelto en polvo en alguna habitación olvidada, que solo se le encontró por que tenía sentido encontrar aquel documento que decía la verdad por sobre todas las verdades, mareándonos con tantas conjeturas epistolares, alienándose

24

con el miedo para decantar nuestra patética existencia, tirándonos de rodillas enfrentándonos a figuras mitológicas, adorando falsas promesas, como si fuéremos los elegidos del potente, inventando seres extraordinarios, ángeles, demonios, santos, deidades poli-fórmicas, hurgando en sus mentes creativas para subyugar el entorno plural, ofreciéndoles miseria tras miseria, cuando la verdad de todo esta frente a ellos mismos, en aquel mundo azul y prósperamente natural, en aquel mundo hermoso por su propia naturaleza, que esconde en cada rincón terrenal una visión, un sonido , la vida apareciendo entre lo mas recóndito de aquel planeta tan hermoso que flota en el universo infinito y locuaz. Aunque aquel murmurar diera vueltas en mi pensamiento como un alimento espiritual, que alentaba todos mis desencuentros, mi mas perdida exacción puntual de este momento crucial. “el final de todo asunto es el principio de aquel mismo, busca donde nadie encuentra” En el supuesto de que así fuera, tendría que escarbar en lo mas recóndito de este problema, el asunto que si bien era tan simple (dado que lo que piense nunca es tan simple), era solo matar a ese hijo de puta potentado, forrado de millones, desperdiciando todo aquel caudal que acumulaba solo para sentir el poder que ello le hacía sentir, burlarse del designio fundamental que es tener dinero (como si fuese fundamental) y que es simplemente gastarlo. Como Satian era solitario como un jugador de ajedrez, era imposible destinar tanta energía en el propósito de acaudalar para morir desperdiciando tanto dinero en las manos de quien sabe que recibiría aquella compensación monstruosa, ahora que lo mas obvio es simplemente arremeter contra aquel y repartirlo entre todo el mundo, como aquel hijo de puta de Robin Hood, que robaba para repartírselo a los pobres, esa huevada al menos tenía algún sentido, pero eso no funcionaría, todos terminarían pidiendo mas, habría un generalizado deseo de que algunos merecen un trato distinto, o porque el linaje, o el

25

apellido, o lo sabio, o desesperado, o porque esta enfermo, o simplemente alguna institución benéfica me acogotaría y haría de mi, el ser mas despreciable, y se limpiarían el culo con todo el sacrificio que ello pueda haber tenido, pues bien , el asunto no requiere de tanta menudencia, para resolver aquello no es necesario ser tan pragmático, la cosa es simple, Satian tiene eso que todos necesitamos, dinero, poder, y esta escondido detrás de un aparato insignificante, como un rostro invisible que lo único que tiene es voz para demandar esto o lo otro, como un niño que pide nimiedades solo por que se le antojó, solo porque tuvo un arrebato repentino , un furibundo reflejo humano. El dinero me hace un ser déspotamente consecuente, ¿quien habrá sido el hijo de puta que lo invento? El ser se presenta esta vez ataviado con su calva cubierta de una peluca ridículamente rubia, yo empiezo a creer que es un tipo de deidad espiritual convocado para sanar las heridas de la muerte incidental, una especie de ángel mandado para aplacar el dolor y orientar el rumbo subjetivo de mi alma, o algún personaje que inicia los tramites de la degradación de nuestra existencia trivial como una especie de consejero del mundo transpuesto para prepararnos en el viaje infinito; en el receptáculo de nuestras abyecta existencia. En algún momento de aquellos ires y venires de estas alucinaciones ocurre algo que rompe todo lo que me subyugaba en el inconsciente, por alguna extraña razón veo de repente a aquel personaje degollado ante mis ojos, con su redonda cara blanquecina que exuda terror en aquella mirada miserable entregado como un cordero en el sacrificio medular de algún rito prosaico, solo distingo que su sangre resbala por su magnifico atuendo (sacado de algún lugar paradisíaco), como una débil catarata roja, que cae sustanciosa por su pecho pintado por aquel menjunje desbordado. En un par de segundos todo se vuelve aun mas extraño, pues dos niños entierran sus bocas en aquel caudal

26

de sangre, mordiendo con sus astilladas dentaduras el cuello entregado de aquel desolado ser, babeando entre sus juveniles labios el prosaico liquido bermellón que deforma aquellos rostros de niños alocados por el frenesí y la locura animal, luego se quedan mirándome, sonriendo malditos, estos deben ser los carroñeros del inframundo deduzco, cuando en un par de segundos una música asombrosamente digital asoma de uno de ellos, saca un aparato negro y pequeño desde sus bolsillos. -Satian… Pedro Causeo corrió solo… que hacemos con Irapronte. El murmullo chirriante se desvanece en el aire hiriendo el entorno que exuda furor, una brisa sulfurante deja su halito de cadáver descompuesto que se escapa de aquel lugar fraticida. Los adolescentes carroñeros enfilan por la salida chorreando aun aquel menjurje trastornado, aquel arreglo de cuentas al estilo prosaico de Satian, ultimando en su mejor estilo toda situación que escapa a todas las reglas universales, avasallando como una aplanadora déspota, frío , impávido, total. El silencio furibundo se estremece con el estruendo de aquellas risas juveniles, dejando su aroma carroñero en una estela que se desvanece tras la puerta blanquecina. Los gatitos se entretuvieron otra vez arañando con sus mortales zarpas la herida de la consecuencia eterna; subyugando el entorno medular.

27

Fin segundo capitulo

Related Documents