Educación En Valores_yelitza.docx

Universidad Bicentenaria de Aragua Sistema Educativo Comparado Profesor: Abraham González

Alumna. Yelitza Pérez

EDUCACIÓN EN VALORES Actualmente en Venezuela la educación, descansa en un sistema educativo en función del volumen y no en función de la efectividad auténtica, creyéndose erróneamente que el fin de la educación es la acumulación de conocimientos técnicos aprendidos pero no asimilados y memorizados pero no practicados. Se ha enfocado la educación del tal modo que nos haga reaccionar en vez de razonar y discernir, se ha educado bajo métodos que obligan a aprender o simplemente a memorizar. Han educado bajo un estímulo de castigo o de premio de que si no hacemos esto o aquello como dicen, serán castigados; siendo la idea más sensata estimular a los estudiantes a que lo hagan porque sienten entusiasmo propio y por el anhelo de hacer las cosas bien ¡Querer aprender y querer superarse! ¡Aprender por convicción y no por obligación!. Generalmente se evalúa a las personas en base a títulos, diplomas, asistencia a seminarios, cursos, convenciones y otros, pero cuántas personas con muchos doctos documentos fracasan en su vida futura, al parecer los sistemas educativos están más pendientes de las evaluaciones que del resultado auténtico que significa aprendizaje y su aplicación. La evaluación ha pasado a ser el fin de la educación, cuando tan sólo es un medio de comprobación de su desenvolvimiento. Los sistemas educacionales se han concentrado en cumplir los objetivos fijados, bajo el punto de vista de poder decir que se ha mostrado o repartido el material completo de las materias o asignaturas de los programas, más que el objetivo primordial de la educación que es el aprendizaje y la superación de los educandos, la base de la educación es la memoria en la mayoría de los sistemas educativos. Lo que pasa con el educando o aprendiz a nivel emocional y conductual es tomado como algo secundario pues padres y maestros se encuentran concentrados en otros aspectos más prioritarios como lo es el cubrir las necesidades básicas y en este punto resulta interesante pensar en la libertad humana en Venezuela, toda vez que enfrenta sin lugar a dudas una de las peores crisis económicas que ha puesto en evidencia la miseria humana más allá de un simplismo de supervivencia, pues en medio de la crisis no hay evidencias ciertas sobre el interés de hacer lo que se

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debe por el bien común sino que por el contrario se hace lo que conviene a pesar del bien común, porque me permite estar bien. En este punto, ya poco importa lo que pueda sentir el venezolano por ejemplo cuando busca alimentos para sustentarse, pero, ¿qué siente?, ¿en quién se sustenta?, ¿se aferra a un ser superior?, ¿fortalece su fe?, ¿qué lo hace seguir avanzando?. Son muchas las interrogantes que no tienen respuestas en medidas de corte económico sino en medidas humanas para humanos, que consideren que el hombre no está en la tierra para alimentarse y vivir, sino para ser útil a su comunidad y contribuya con el bienestar de sí mismo y de los demás. A la luz del pensamiento de San Agustín, se requieren grandes esfuerzos por redefinir la libertad humana de ser y no de hacer, porque es en el interior del alma donde se gesta el buen pensamiento para hacer lo correcto. Es en ese interior donde el hombre descubre que el libre albedrío no es una autorización para hacer lo que se desea sin importar lo que suceda a su semejante, sino que este le ha sido dado precisamente para pensar en función de su semejante. Siendo tan difícil la situación y considerando que los problemas actuales pasan por la naturaleza humana, es urgente Ser y Pensar más. El ser humano necesita necesariamente formarse en una sociedad con valores y siendo la familia la unidad primaria, es allí donde los valores constituyen la base en donde se sostiene. Es en la familia donde se aprende a ser responsable, leal, consecuente, honesto, etc, y todos esos valores a la vez son necesarios para conseguir lo que se quiere en el tiempo correspondiente. Una familia que no se funde sobre los valores será propensa a generar personas con problemas, resultando al final un problema para la sociedad en general, como por ejemplo cuando una adolescente se embaraza precozmente, teniendo entonces el grave problema de “niños cuidando niños”. Por tanto la familia está obligada a insistir en el fomento de los valores para garantizar a sus miembros y a la sociedad individuos sanos y productivos.

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Necesitando Filosofar El mundo entero atraviesa una severa crisis moral que ha convertido a la sociedad en seres que viven el día a día, parados en un punto donde no existe pasado ni futuro, porque no se preocupa por el cultivo de la mente pues todas las cosas le son dadas más por la tecnología que por otras razones. Cada vez pareciera que la brecha se hace más amplia entre el pensar, razonar y actuar, razón por la cual pareciera ya no importar nada. Ante este escenario vale recordar los esfuerzos que hacen algunos filósofos en la postmodernidad que intentan romper con lo metafísico para volver al mismo ser, sin explicaciones científicas ni complejas, simplemente buscar en el imaginario lo que por naturaleza ya posee el hombre, inteligencia y en este sentido resulta imprescindible filosofar en el siglo XXI para reflexionar acerca de la verdadera razón de la existencia humana más allá de las implicaciones religiosas. Específicamente en Venezuela filosofar debería ser un deber ciudadano frente a la crisis que supera todo límite aceptable, pues trastoca la esencia humana, y, aquí es donde se observa como el venezolano ni siquiera se asemeja a aquel animal feroz descrito por Hobbes y menos al buen salvaje de Rousseau. Es un individuo que se pierde a sí mismo intentando sobrevivir en un caos que no le permite desarrollarse, enfrentándose día a día con desafíos que lo hacen enajenarse y convertirse en un animal que solo busca alimentos para el sustento, quedando todo lo demás relegado. Filosofar es pensar, es profundizar, es un dialogo que debe mantener cualquier profesional consigo mismo primero para entender sus propios procesos, segundo para serle útil a quien le presta un servicio y tercero para contribuir con la construcción del conocimiento tanto en su área de desempeño como en todas las que le permita su pensamiento abarcar. Y no sólo la filosofía juega un papel determinante en el profesional sino en todo ser humano que pretende tener una existencia productiva y que deje huella. En realidad pasar por la vida sin dejar ningún aporte a las generaciones de relevo es imperdonable en términos

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profesionales. Por ello la crisis de valores que enfrentamos hoy día en Venezuela, pues se ha perdido el rumbo hacia el ser humano. Necesitando Educar en Valores Los actos humanos tienen que ser diferenciados de acuerdo al medio, las circunstancias e incluso a la historia de vida de cada individuo, en tal sentido, la interpretación del comportamiento humano más que responder a cuestiones de orden conductual individual responde a cuestiones de orden biopsicosocial, donde el quehacer humano en lo colectivo es lo fundamental. De tal manera que tanto la naturaleza del hombre como la estructura social son los ejes donde converge el comportamiento humano y a ello se le incluye la variable naturaleza de forma abstracta, que tal como la veía el filósofo y naturalista Jean Jacques Rousseau, el hombre en su estado de naturaleza de forma primitiva, combate a las fieras salvajes con su fuerza física, siendo tosco y rudo, siendo su objeto principal el ataque y la defensa, para someter a su presa, por tanto el estado de naturaleza no representa una desgracia que atenta contra la conservación de la especie humana, al contrario como señalaba Aristóteles el hombre es un ser naturalmente sociable, por ello éste hombre que habitaba fuera de un estado civil, se habituaba a las costumbres que son propias de un estado como el primitivo, mientras que para el filósofo Thomas Hobbes el hombre se encuentra en un estado de naturaleza en donde ejerce un poder individual, que bien puede utilizar para dotarse de los medios, sea utilizando su fuerza física o su fuerza mental para transgredir a otros, para alcanzar determinados fines egoístas. No eran estos autores precisamente científicos sociales, pero a través de sus planteamientos se infiere que el contexto en el que se desenvolvía ese hombre primitivo definitivamente incidió en su decisión a posteriori de convenir por un lado en un pacto social y por el otro lado ceder el poder al Estado, quedando comprobado que las mismas relaciones entre las personas son las que inciden no solo en su forma de comportarse sino en la forma de pensar y sentir.

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Ahora bien, entender estos procesos es un asunto complejo y no basta con mirar la sociedad como un todo, sino que hay que descomponerla para estudiar particularmente cada uno de sus actores, sus roles y la forma en que se relacionan, entre otros aspectos de interés. El ser humano tiene un complejo sistema mental que le permite captar información inducido por diversos estímulos bien sea internos o externos, por tanto entender y darle una significación a los objetos cognitivamente no es una tarea sencilla como aparenta ser. Las primeras teorías psicológicas apuntaban a dar explicaciones sobre procesos más mecánicos, como por ejemplo el estímulo – respuesta, pero en la modernidad se incluyen variables que inciden en el procesamiento de estos datos y la variable influencia de la sociedad es relevante. Importante es entonces saber que desde el mismo momento en que somos concebidos se inicia un proceso de vinculación entre la madre y el feto, en primer lugar de forma biológica porque la madre se convierte en la proveedora de vida para el feto, pero a medida que se va desarrollando indudablemente la madre forma un vínculo emocional aunque no así el feto, cuyos procesos cognitivos se encuentran en una etapa primitiva, sin embargo, con el nacimiento comienza en si la verdadera socialización, porque es cuando el recién nacido comienza a explorar su entorno y a desarrollar habilidades para adaptarse a un nuevo contexto de vida. Podemos hablar entonces de cada una de las etapas del desarrollo humano y evidenciar cómo es que en cada una de ellas no solo se fortalecen los vínculos afectivos dentro del núcleo más cercano al individuo sino que a medida que va creciendo va incorporando a su vida normas, reglas, educación, valores y una serie de herramientas que le permitirán establecer relaciones con otros en la sociedad, dentro de parámetros aceptados por todos, tal como se señaló con la aceptación del pacto social, en otras palabras, el necesario intercambio social que va desde las transacciones personales, la diferenciación de estatus y la posición al cambio, siendo el número de actividades a intercambiar ilimitadas.

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En este sentido educar en valores se convierte en un desafío para que el hombre se cultive desde adentro, de ahí que

Guevara y Zambrano (2007),

propongan las siguientes líneas para ir en la dirección humana: 1. A través de experiencias, vivencias de la realidad de parte de alumnos y docentes, de tal manera, que se compartan intereses comunes para así descubrir más fácilmente los valores que se poseen. 2. Humanizando la educación para lograr el crecimiento interior del estudiante, para lo cual la participación de la familia en el proceso educativo es fundamental. 3. Promoviendo en cada persona la capacidad de reflexionar, que le permita asumir sus propios valores como guía de conducta. 4. Fomentando la convivencia social a través de actividades extracurriculares entre alumnos y docentes desde la educación primaria. Inculcándolos y creando estrategias para su reflexión en todos los niveles educativos desde el preescolar. 5. Incentivando a los estudiantes en la búsqueda y encuentro dentro de su ser las potencialidades que posee y que le van a permitir su desarrollo integral. 6. Incorporando a la familia y comunidades en la difusión y fortalecimiento de los valores dentro de las áreas educativas.  Incorporando a las universidades a través de la extensión y servicio para difundir los valores en las escuelas y liceos. 7. A través del modelaje que tenga el docente no sólo en las aulas de clase sino fuera de ella. Concluyendo que la educación en valores es fundamental para: 1. Promover cambios significativos que conduzcan a la formación de un ser humano capaz de desenvolverse en una sociedad pluralista, en la que pueda practicarse como norma de vida la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, el respeto, la paz y la justicia social. 2. Sensibilizar al ser humano a relacionarse con los demás de forma pacífica, respetuosa y productiva, aceptando y reconociendo que los alteregos poseen diferencias individuales, por lo que cada individuo es un ser respetado y aceptado como tal.

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3. Que la persona identifique su propia escala de valores, que le permita asumir su compromiso personal en la toma de decisiones éticas de manera tal que, cada uno seleccione lo que debe hacer en cualquier situación. 4. Humanizar más al viviente humano a mejorar la calidad de sus acciones, tendentes a solucionar conflictos que surjan en la sociedad, como ente participativo de la misma. 5. Concienciar que el cuidado de la salud es una responsabilidad individual y única de cada persona, cuando se es autónomo, y que puede mantenerse, si adoptamos patrones saludables que lo enriquezcan. 6. Formar hombres y mujeres integrales capaces de dar respuesta a la crisis social y a la desvalorización humana que se vive actualmente.

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FUENTE CONSULTADA Guevara, Berta y Zambrano de Guerrero, Amarilis. (2007). ¿Para qué educar en Valores?. Disponible: http://servicio.bc.uc.edu.ve/multidisciplinarias/educacion-envalores/v1n7/v1n72007-11.pdf. Consulta: 06/07/2018.