Comentario crítico, El día “D” la gente
Con la intromisión de Ricardo Galán en este tema tan controversial que ha sido nuestro proceso de paz con las FARC, su escrito “El día “D” la gente” abre un nuevo debate en torno al tiempo de “caducidad” en la mesa de negociaciones. No es cierto decir que este es el primer acercamiento del país con sus enemigos inmemoriales, las FARC, pues en gobiernos anteriores ya se han sentado sobre la mesa estos dos poderes, aunque por desgracia para el país nunca se ha llegado a concluir nada. Dice Ricardo que esto ha sido por la temprana edad en la que mueren estas conversaciones por el término del mandato de quienes están a cargo del poder presidencial en su momento, pues no se concluye nada al final y la mesa se levanta una vez más. Ese vaivén de la mesa de conversaciones ha estado firmemente ligada a las iniciativas de mandatarios presidenciales que bajo intereses personales, proponen “la paz” como campaña de gobierno a fin de ser elegidos por el pueblo. Ya es hora de que el pueblo decida la fecha en que se debe acordar nuestra tan prolongada paz, ya es momento de que la sociedad decida en vez de nuestros mandatarios egoístas. Se ha llegado muchas veces a pensar que este proceso de paz no tiene fin, y que su prolongación ya ha ido demasiado lejos, a pesar de que los colombianos puedan discernir entre si quieren una paz hipócrita o no, se hace necesario que al menos nos muestren un avance, que nos hagan probar un pedazo del “pudín”, porque de las palabras endulzantes del presidente Santos ya hemos escuchado demasiado. Necesitamos ponerle una fecha límite a estas conversaciones, a ver si así se apresuran de una vez por todas a culminar algo. Sea la paz o sea el propio levantamiento de los debates en la Habana, queremos algo concluso, y lo queremos en el menor tiempo del que dispongamos. Democracia es el nombre de nuestro gobierno, así le falten muchas letras al término, y es esto lo que debe primar en dichas conversaciones, después de todo los que salen beneficiados o perjudicados directa e indirectamente son los colombianos. Si el proceso de paz hace parte de nuestro futuro, deberíamos der capaces de dejar de postergarlo y ponernos firmes, si la paz es el regalo del gobierno de Santos que nos la entregue de una vez, esperar al cumpleaños ya se ha vuelto muy tedioso. Concluyendo este apartado tenemos capacidad de poder decidir entre una paz con caducidad prematura o una paz con fecha estipulada por la democracia que rige a este país. Estamos en la obligación, porque es esto antes que un derecho, de tomar decisiones que de una u otra manera afecten nuestro futuro como sociedad, si se va a dar algo, que se haga de una vez. Ha llegado el momento, ya es el día, en que los colombianos debamos ponerle ya sea un fin de cuento de hadas, o uno de novela trágica a esta espera por la paz. Elaborado por: Daniel Castillo Sánchez