UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA DEPARTAMENTO DE ESTUDIOS GENERALES E IDIOMAS
Comentario Crítico Un ejemplo sencillo de comentario Eduardo Mendoza, autor catalán, entre cuyas obras destaca La verdad sobre el caso Savolta, introduce el dedo en la llaga al mentar el tema del que habla. El título es significativo: Autoridad. (1) Y es que la mejor forma de dominar a la sociedad, tanto laica como religiosa, es por medio del “ordeno y mando”. Parece algo anacrónico, pero no lo es. En la actualidad, existen países donde las dictaduras son un corsé (2) que asfixia la libertad. Los talibanes o Fidel Castro son casos fehacientes de que o se asume la subyugación o se tiene que exiliar, y eso, si se puede. (3) La autoridad nunca es buena entre personas adultas y sólo en su punto medio sobre los menores. Autoridad quiere decir en este contexto imposición, conculcación de derechos, censura y privación de libertades, que, a la larga, se suelen volver contra quien las practica. (4) Que la Iglesia tenga la autoridad que tiene supone, como dice el autor, que algunos fieles vivan atemorizados y que los no creyentes adviertan en su cúpula un “bunker” al que le interesa seguir sirviéndose de las prebendas propias de sus privilegios.(5) Su Santidad el Papa habla “ex cátedra” y la mayoría de los fieles practicantes comulgan a “pies juntillas” con sus presupuestos; aunque no todos, porque algunos, sin ningún tipo de remilgo entiende que la religión ha de ser vivida de forma personal, y por consiguiente, se desmarcan de la ortodoxia conservadora y tradicional de Juan Pablo II. (6) Quienes menos contentos están con la autoridad del Papa son aquellos políticos sobre los que últimamente han recaído declaraciones que, además de crispar las relaciones iglesia-estado, se puede traducir en votos para la oposición. (7) Hablar hoy día de “cielo” e “infierno” o marcar los dinteles de las casas de quienes, como proscritos, no caminan por los caminos pontificios, es, pues, algo extemporáneo donde todavía millones de personas están ubicadas, por no compararlo, ya que las distancias se nos antojan enormes, con los fundamentalistas islámicos. Se podría concluir diciendo que con los nuevos tiempos vienen nuevas costumbres y mentalidades, y se consiguen más cosas estando cerca de la sociedad que imponiéndoselas. Como dijo F. Bacon “La verdad es hija del tiempo, no de la autoridad”. (8) Los números entre paréntesis, indican lo siguiente: 1.- Introducción y localización. Tesis. 2.- Metáfora (elabora el lenguaje). 3.- Argumento de hecho.
4.- Interpretación del concepto de autoridad que se refuta. 5.- Argumento de consecuencia de un hecho. Defensa de la tesis del autor. 6.- Argumento de contraste en relación con lo que se ha dicho anteriormente. 7.- Argumento de consecuencia de un hecho. 8.- Argumento de autoridad.
Otro ejemplo de comentario El autor de Sin noticias de Gurb en esta columna de “El País” muestra su punto de vista sobre un tema que en los últimos tiempos ha alimentado la polémica entre el Estado y la Santa Sede. Que lo titule “Autoridad” es muy significativo, habida cuenta de su argumentación en la que queda patente su crítica al Papado. No obstante, y aunque en muchas cosas tiene razón, el papel de la iglesia a lo largo de la historia ha dejado brillantes páginas protagonizadas por la abnegación y el sacrificio. Es cierto que predicando la pobreza, a veces la Iglesia se rodea de lujos tanto arquitectónicos como en elementos artísticos, pinturas, esculturas, joyas, terrenos, etc. Y es cierto, que con frecuencia, muchos de sus representantes no han dado el ejemplo que debieran. Juan Pablo II ha llegado a pedir perdón por los atropellos de la Iglesia a través de la historia. Pero la Iglesia está constituida por seres humanos y en su esencia las contradicciones son tremendas (“Homo sum: humani nihil a me alienum puto”). Siendo menos catastrofistas, se puede admitir: 1º, que la autoridad es necesaria, eso sí, la justa; 2º, que dentro de las jerarquías, como en todas las instituciones, hay quien las honra y quien las deshonra. Veamos algunas razones por las que la Iglesia ha conseguido su autoridad: 1.- Ha llevado la esperanza a mucha gente cuya vida carecía de sentido, y, a veces, ha influido en cambios de actitudes que han enriquecido a algunas personas. 2.- Durante siglos ha tenido a su alcance el conocimiento y ha cultivado desde los monasterios las ciencias. No olvidemos que la cuna del castellano se encuentra en el monasterio de San Millán de la Cogolla. 3.- En momentos puntuales ha enseñado a los niños pobres para los que se han construido colegios; ejemplo, San Juan Bautista de la Salle. 4.- En no pocas ocasiones, ha dado de comer al hambriento; ha creado comedores, y por medio de aportaciones del pueblo, han contribuido a ayudar a los más necesitados. 5.- Ha sido habitual su dedicación al cuidado de los desamparados y ha llegado a campos adonde nadie quería ir: enfermos de lepra, sida, etc. 6.- No se puede olvidar que muchos misioneros han abandonado todo para ir a llevar su fe a países pobres y con los nativos han compartido penurias, han sido víctimas de enfermedades, les han
llevado talleres, les han enseñado a leer y a trabajar, algunos les han hablado de derechos y de libertades, incluso existen múltiples ejemplos de quien ha dado su vida. Así, pues, se puede hablar de dos iglesias, tal vez. Una, la acomodaticia en nuestra sociedad occidental –donde también se puede hacer mucha labor-; otra, la comprometida, aquí o allá, en cualquier parte; pero ¿se puede condenar todo lo que hace y dice la iglesia? La Iglesia defiende una moral y una libertad, desde su punto de vista, conservadora más o menos según quien esté a la cabeza, conservadora más o menos siempre; el Estado defiende otra moral y otras libertades y no deber ser cosas contradictorias. El Estado es laico y aconfesional y la Iglesia debe ejercer influencia en sus seguidores, que pueden coincidir o no con el Estado; en cualquier caso, la religión es algo personal, como la moral y la ética, algo que el individuo vivirá en libertad como desee. Sin embargo, las leyes del Estado no obligar a nadie cómo ha de vivir su vida íntima y el Gobierno no puede actuar pensando en una confesión religiosa sino en todos los ciudadanos.