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Una sociedad que por costumbres discrimina la igualdad y el futuro que conlleve.

La adopción homoparental ha sido un caso de viral controversia e impacto social desde que llegó a la cumbre el siglo XXI, y este sigue siendo un caso que se roba la atención mundial. Luego de todos los movimientos expresionistas surgidos para el siglo XX, y de que la sociedad homosexual decidiera romper el silencio y luchar por una igualdad sin discriminación, la humanidad ha intentado acoger, comprender y aceptar esos ideales, y sin embargo siendo hoy aún no se ha dado el momento en que el mundo los pueda aceptar libremente. Aunque la sociedad ha avanzado mucho en el tema y se ha vuelto condescendiente respecto a este, aún sigue siendo una mayoría mundial la que por costumbre o quizá miedo a algo nuevo y al futuro que este conlleve, se opone rotundamente a que una pareja homosexual pueda adoptar. Ante estos prejuicios se puede afirmar que la sociedad discriminará a un niño adoptado por una pareja homosexual por miedo al futuro de la humanidad y a la identidad del menor. Resaltando los derechos de los homosexuales, un ciudadano tiene derecho a las participaciones civiles y políticas; el derecho a la igualdad es fundamental para toda acción ciudadana, los países latino americanos la gran mayoría apoyan el matrimonio homosexual no obstante, la adopción en parejas homosexuales es un tema distinto, pues no está siendo aceptada por las comunidades actuales, se presentan muchos ámbitos como el religioso y estereotipos culturales, que influyen en el comportamiento de las personas ya que afectan sus relaciones es decir las tradiciones desmejoran el desarrollo social en las comunidades. Según Adolfo Castilla, psicólogo clínico, “estamos en un entorno social que no ha asimilado todavía la condición de homosexualidad, esto puede provocar que los niños adoptados por padres de este tipo sufran señalamientos, estigmatización o discriminación”. Castilla hace énfasis en que la familia es el primer ambiente de aprendizaje y desarrollo de la personalidad y que en el caso de las parejas del mismo sexo, puede resultar confuso para los niños el tema de identificación con los roles masculinos y femeninos. Comenta también Lauren Sarruf Romero (Escritora en el periódico “El universal”): “ahora que las parejas del mismo sexo pueden adoptar, de acuerdo a las condiciones mencionadas, los colombianos se cuestionan sobre las implicaciones que esto tiene en el bienestar físico y mental de los niños.” Y es que es un tema que involucra tanto a civiles como a altos cargos, puesto que está en juego lo que el niño pueda sentir, lo que pueda pensar, y lo que pueda creer que es lo correcto. Concluyendo, es lógico que la sociedad vea mal el hecho de que una pareja homosexual añada a su familia a un tercero, en este caso a un niño o una niña, debido a lo que llamamos normal que hemos visto durante toda nuestra vida (hombre con mujer), se piensa que tal vez el infante pueda cambiar su preferencia sexual debido a que durante toda su vida vería como normal el hecho de que sus padres sean del mismo sexo, pero

el problema se hace mayor para el cuando comienza a crecer, asistir a la escuela y desarrollarse socialmente, debido a que las personas solemos ser crueles y el menor sería víctima de burlas debido a la ignorancia o implementa falta de educación que recibimos sobre este tema en nuestras casas. Los menores no tienen por qué heredar todo el odio y resentimiento que la humanidad ha aplicado sobre los homosexuales a lo largo de la historia, y siendo que una pareja de este tipo no es aceptada por la mayoría, un niño acogido por ellos no lo será tampoco. Antes de que las parejas homosexuales puedan adoptar, la humanidad, la sociedad, debe aceptar la nueva cultura y las preferencias sexuales libremente, pero hasta entonces, darles el derecho a adoptar se vuelve el inicio de un odio y señalamiento hacia la nueva juventud y un miedo al futuro y progreso de esta nueva cultura.

Elaborado por: -

Darlys Herrera Daniel Castillo Sánchez