REFLEXIÓN TEOLOGICA CUARESMAL EL PADRE QUE DIGNIFICA La conversión implica pedir perdón y perdonar. A veces puede ser difícil hacerlo, pero no imposible. Vivir una vida nueva requiere preparación- conversión. Ante murmuración de fariseos y escribas. Jesús responde con la parábola del perdón del Padre. Él acoge tanto al hijo menor como al mayor. Al experimentar la gracia de Dios en los sacramentos podemos decir. “Gusten y vean qué bueno es el Señor”. (Salmo 33) El padre misericordioso dice al hermano mayor: "Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido" (Lucas 15, 1-3. 11-32) Jesús tiene absoluta seguridad de ser escuchado y protegido por Dios. Cristo es Dios Cercano, Dios paternal, y también maternal, no patriarcal, se conmueve; respeta pacientemente la decisión de su hijo. Dios se alegra por la conversión de los hombres. El anillo es pertenencia a la familia, el vestido es dignidad recuperada y sandalias prenda del hombre libre. (el esclavo andaba descalzo). La gravedad del pecado. Pecado no es solo hacer malas cosas o faltar a una ley. Es despreciar el amor infinito del padre, marcharse y vivir por cuenta propia, no vivir como hijo y malvivir. Pensando ser libre y feliz, pierde la dignidad y experimenta un profundo vacío. Es el camino de la conversión, regresar, deshacer el camino para rectificarlo. Estar perdido es fracaso total que sólo Dios evita, ser encontrado es dignidad y origen del ser humano, reconstruido. Dios perdona los pecados; los pecadores son reintegrados a la comunidad y la puerta del perdón está siempre abierta para los que se arrepienten Conversión en cuaresma, lo importante es que Dios sale a nuestro encuentro, aceptemos su perdón gratuito. El perdón de Dios no se compra, es puro don, gratuito. Aceptar a Dios Padre es aceptar al hermano con obras de misericordia. A la celebración del banquete son invitados todos como hermanos por el padre del Cielo. Jesús es la encarnación del amor y alegría del Padre. Jesús acoge a todos.
DIOS QUE SE VA REVELANDO HASTA NUESTROS DÍAS "Yo soy" me envía a vosotros (Éxodo 3, 1-8a. 13-15) 1.- Zarza experiencia sagrada. 2.Presenta la tierra prometida… Dios está de parte de Israel, en sus acciones revela su ser y su nombre. Dios no es abstracto sino presente en el mundo y en el ser humano. En Egipto, Babilonia aparecen la acción de la mano de Dios. El Señor es compasivo y misericordioso. (Salmo 102) La vida del pueblo con Moisés en el desierto fue escrita para escarmiento nuestro (1 Corintios 10, 1-6. 10-12) recuero del éxodo pasado y futuro. En nuestros días, se nos ofrece su presencia en el sagrario, el lugar sagrado donde deberíamos quitarnos las sandalias es al ingresar al templo y sus partes en especial el altar que está en el presbiterio donde se celebra la Eucaristía, es la fuente y el culmen de la vida de nuestra Iglesia. Todo esto requiere dejar lo pasado para asumir los nuevo, una conversión profunda. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera (Lucas 13, 1-9) Ante la acción divina e infidelidad humana es urgente y una necesidad la Conversión=metanoya sino se quiere perecer. Nutrirse del evangelio con una meta, abrazar otra jerarquía de valores, radical. Cumpliendo la voluntad de Dios. Una respuesta negativa al evangelio trae consigo fracaso o ruina de nuestro verdadero yo, en nuestra personalidad más profunda. Esto se nos nuestra atravesó de la parábola evangélica de la higuera que no da frutos: Posibilidad y riesgo de la conversión: el dueño del Universo es Dios, el viñador es Jesús como mediador, el ser humano estéril es la higuera… el epílogo queda en suspenso, puede terminar con frutos o morir estéril. La Conversión es Libre, no hay poder que obliga a hacer el bien, cada persona elige el triunfo o el fracaso, Dios respeta nuestra libertad. La palabra de Dios no revela la santidad de Dios y nos invita a llevar ese fruto= santidad. La Comunión espiritual deifica al ser humano. Al participar, desde el sufrimiento, de la obra salvífica de Cristo, también fructifícanos en cada eucaristía. LA FE ES UN REGALO DE DIOS QUE HAY QUE PEDIRLO Y CUIDARLO El Señor es mi luz y mi salvación, repetimos al salmodiar. Dios hace alianza con Abrahán, el creyente (Génesis 15, 5-12. 17-18) Encontramos tres tradiciones: la Yavista,
antropomorfa, la Eloista fe= amén, estar firme, apoyarse en Dios y su Palabra. Y la Sacerdotal que incluye la alianza, relación particular con Dios, arcaica, donde al pasar por medio de animales descuartizados se indican la suerte del que lo quebrante. Siendo, El Señor es mi luz y mi salvación. (Salmo 26) Cristo nos transformará, según el modelo de su cuerpo glorioso (Filipenses 3, 20-4, 1) Transformación final objeto de nuestra esperanza cristiana. Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió (Lucas 9, 28b-36) mirada nueva para ver la pascua, en el monte la cercanía de Dios, la oración es una revelación especial. Resplandece la manifestación de la zarza, y una nube la presencia de Dios como en el éxodo. Moisés y Elías: la ley y profetas, en la gloria ante venida del Mesías. Hablan del elegido y su partida, nuevo éxodo, salida a la libertad, a través de la pasión y la cruz, se nos invita a escuchar lo definitivo. La fe perfecta y la fe incipiente de los discípulos. Que debe ser escuchada. Dios infinito e inefable, no es ídolo manejable requiere silencio del universo y de la humanidad. Lo nuevo, lo definitivo para nosotros, no es la cruz ni la muerte, es LA VIDA, como lo fue para Jesús: “Dios le resucitó”, como lo diría después Pedro (Hech.2,24). El ser cristiano es “CONFIAR” y la esperanza es nuestra fuerza transformadora. La cruz no es lo último, Abraham no se queda sólo y sin hijos, es padre de multitudes y Jesús no termina en la cruz, él ha resucitado y vive. Escuchamos la palabra de Dios, ¿la meditamos, qué lugar ocupa la palabra de Dios en mí vida? Vemos que la vida es como el Éxodo, ánimo que nos espera el Padre, del cielo. Por fe entendemos los milagros que no se pueden explicar como también las experiencias místicas, es Dios providente que se manifiesta en nuestras vidas de diversas maneras y nos transmite la gloria de Cristo LA FIDELIDAD CONSTRUYE COMUNIÓN Y PAZ El mal se presenta siempre más atractivo que el bien. Está en nuestra naturaleza ser fieles a Dios a nosotros mismos y a los demás. Una Profesión de fe del pueblo escogido (Deuteronomio 26, 4-10) Base de la fe que profesamos. Es inicio y fin del credo israelita. Dios presente en la historia que actúa, liberándola del pecado (arraiga la fe desde la historia y ley judía ante la dominación griega). Está conmigo, Señor, en la tribulación. (Salmo, 90)
Profesión de fe del que cree en Jesucristo (Romanos 10, 8-13) Fe en Jesús el Hijo amado. La esencia de la Fe cristiana. Batalla y prueba que es superada por la obediencia y la fidelidad gracias al espíritu de Dios: El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado (Lucas 4, 1-13) La fe de Jesús atacado por el maligno. Jesús atraviesa un éxodo. Y vence las tentaciones. Jesús nunca se hincó de rodillas ante nada ni ante nadie. Fue siempre fiel a su Padre Dios, a sus principios y a sus hermanos, aunque esa fidelidad le llevara a la cruz. La cruz es el símbolo de la suprema fidelidad de Jesús. Jesús se ganó a pulso el título con que le llama el Apocalipsis: “El testigo fiel” (Apoc.1,5). Nunca ser fiel a Dios, a los hombres y así mismo fue cosa fácil. El mal se presenta siempre más atractivo que el bien. La infidelidad rompe corazones y produce amargura en el alma; pero la fidelidad construye comunión y paz; por eso nos dice el libro del Apocalipsis: “Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida” (Apoc.2,10). La fidelidad es de valientes. La fidelidad no siempre tiene buena propaganda, en las conversaciones, en las noticias, en la sociedad moderna Incluso hay quienes quieren justificar la infidelidad, invirtiendo el Visio como algo virtuoso. Decimos en el Padre Nuestro: “No nos dejes caer en la tentación”. Cristo es el que nos libra del mal. Cristo vence al pecado con la palabra de Dios y nos hace participes de su victoria Gracias, Señor, porque nos mantienes fiel a la escucha atenta de tu palabra.