Artículo: ¿Por qué el objeto de estudio de las ciencias sociales es el sujeto?
Basado en el texto: La subjetividad en escena. El aporte de Alfred Schütz a las ciencias sociales, en Filosofía y métodos de las ciencias sociales, de Federico L. Schusther. II Capítulo.
Por: Pedro M. Aguilar Luna
Presentado a: Docente:
Pilar Garzón
Universidad San Buenaventura Cartagena
Facultad de Educación y ciencias Humanas Maestría en Ciencias de la Educación
Cartagena de Indias, Abril de 2015.
En Economía y Sociedad Max Weber acuña una definición de acción individual y social en torno a la cual giraría la teoría del acto en el siglo XIX. Se define aquí la “acción” como toda conducta humana (manifiesta o no) a la que el individuo atribuye un significado subjetivo; y “acción social” como aquella conducta significativa orientada hacia los cursos de
acción de los otros actores. Los
conceptos aquí implicados constituyen el eje central del análisis de la subjetividad desarrollado por Alfred Schütz, que constituye una ampliación y una crítica a la obra de Weber, sobre todo en lo concerniente al significado de acción, sobre lo cual Schütz desarrolla un amplio y exhaustivo análisis, que da luces, o más bien, tranquiliza bastante, a mi modo de ver, a quienes pretendemos hacer nuestros “pinitos”
en el campo de la investigación social; al permitirnos entender la
existencia de un mecanismo que
permite volver objetiva la conducta social,
quitándole fuerza así, desde una perspectiva positivista de la investigación, es decir, sin adentrarnos en el debate del Dualismo y el Monismo entre las dos posturas dominantes del debate epistemológico de las primeras décadas del siglo XX, a las dificultades para el análisis de lo social, debido a la subjetividad del ser humano referida por Daniela Soldano cuando dice “[…] ya que en el mundo de la vida cotidiana existe un extraordinario mecanismo, denominado por Schütz reciprocidad de perspectivas, que nos habilita a una percepción común de los objetos y los sucesos”(Schuster, F. Filosofía y Métodos de las Ciencias Sociales, p 75) . Mecanismo, ligado a otro aporte del análisis schütziano, cuando establece que el significado de nuestros actos se constituye en un fenómeno intersubjetivo (Schuster, F. p 72).
En este plano de la cientificidad del fenómeno social, resulta relevante el análisis schütziano en cuanto al significado también, al hablar, al igual que Weber, de niveles de significados, partiendo de las implicaciones sociales o relacionales de los actos. Distingue aquí cinco niveles de significación: el primero, donde no hay un referente social necesario, la acción es significativa para el actor; en el segundo y en el tercer nivel aparecen el tú, es decir, la relación con el otro, aunque el mero contacto con el otro, no constituye, para Weber, una orientación social del acto, por lo que se distingue este, de la interacción donde el “otro” ya afecta el acto del “yo”, pasando así a un cuarto nivel en donde, la exigencia a “orientarse” en función de la conducta que hemos captado temáticamente (esencialmente) del otro, y coloca en el quinto nivel de significación, el de la labor interpretativa de la ciencia social de esos significados. Para Schütz, entonces el mundo puede ser experimentado indirectamente (p 79). La clave está en elaborar una construcción de una forma típica de conducta, una pauta típica de motivos subyacentes, de actitudes típicas de un tipo de personalidad, de los cuales no son sino casos o ejemplos el Otro y la conducta suya que se examina, ambas fuera del alcance de la observación. En este plano considera
Schütz,
gracias al
proceso de la tipificación de las acciones, unas se vuelven irrelevantes y conforman lo que él denomina el horizonte, mientras otras cobran mayor relevancia o representación en torno al sentido común constituyendo las típicas; pero que ambas en un momento determinado se van volviendo anónimas para el individuo particular, pero que gracias a la tipificación, ya se pueden subjetivar también, es en este análisis que Schütz hace evidente que un aumento de la anonimia de la subjetividad individual, mayor será el contexto objetivo de significado, llegando a un tipo ideal científico, es decir , el tipo que permitirá el análisis científico(p 80).
Dadas estas construcciones, como fundamentación del proceso de investigación social, Schütz propone denominar a las aserciones acerca de la realidad social “construcciones de segundo grado” (p 82). Estas aserciones elaboradas por el investigador deben cumplir con tres requisitos: postulado de coherencia lógica, garantizando la validez objetiva de las construcciones científicas; el postulado de interpretación subjetiva, garantizando la posibilidad de referencia al sentido subjetivo de la acción o de su resultado para el actor y el postulado de adecuación para garantizar la compatibilidad de estas
construcciones con las de las
experiencias de sentido común de la realidad social (p 84).
A partir de este
análisis, referido al gran esfuerzo realizado y elaborado con mucha profundidad por la genialidad de Alfred Schütz, en torno a la posibilidad de objetivar la subjetividad para poder desarrollar análisis científico en el campo de lo humano. En este sentido podemos concluir que el objeto
de estudio
de las ciencias
sociales es el sujeto, porque al ocuparse estas del estudio de lo humano del entorno en el cual nos desenvolvemos, de la acción del sujeto individual y socialmente
observado; tienen que analizar las acciones de este desde su
subjetividad hasta su intersubjetividad, es decir, desde él, hasta él con y entre los otros, o sea que cada uno de los modelos de análisis creados por las distintas ciencias sociales
están referidos a un aspecto del sujeto, por ejemplo en la
Economía, como ciencia social, la preocupación es por
los procesos
desencadenados por el ser humano en la búsqueda de la satisfacción de sus necesidades.