Numero 06

  • November 2019
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´ SENTIDO COMUN, # 6, JULIO 2007 Contra el juicio suspendido y el alma dormida http://www.esnips.com/web/adelante

1. EDITORIAL En la entrada de este verano tormentoso, pocos son los espa˜ noles que esperan una sentencia que aclare las turbiedades del 11-M. Tampoco esperamos una sentencia que restituya la confianza. Tal vez la esperanza, pero ni eso es seguro en estos tiempos de oprobio. Es com´ un en las ciencias positivas un proceso iterativo por el cual los principios se aclaran y se hacen m´as n´ıtidos, acerc´ andose a la categor´ıa de postulados desde los que la raz´ on puede extraer todas las consecuencias que, cuando la teor´ıa estaba menos desarrollada, se alcanzaban mediante razonamientos ad hoc, eficaces pero insatisfactorios. Pues bien, esto no ocurre en las disciplinas legales, sino m´as bien el proceso inverso mediante el cual los principios, en origen claros y accesibles al sentido com´ un, se tornan sutiles, huidizos al entendimiento de aquellos cuyo gobierno pretenden ejercer. La doctrina, como el casco de una embarcaci´on descuidada, se llena de restos indeseables, de casos particulares, de excepciones a las reglas y de reglas que pretenden dar sentido al c´ umulo de las excepciones. Es justamente en este terreno confuso y cambiante en el que la pol´ıtica susurra al o´ıdo de jueces y fiscales. Y as´ı, se ha abierto un espacio dif´ıcil de salvar entre los que dictan e interpretan las leyes y los que cada vez obtenemos de ellas menos seguridad y gobierno, y m´as asombro e indignaci´ on. Har´ıa mal el hombre corriente en suspender el sentido com´ un y conducirse como un juez en sus asuntos privados y en la parte que le toque de la cosa p´ ublica. Porque un juez puede dudar y puede emitir una sentencia que exprese la duda, y

despu´es seguir su vida. Un juez puede inhibirse de buscar la verdad; un juez puede encerrar bajo llave elementos de juicio pertinentes y dejarlos reposar durante meses o a˜ nos. Pero el hombre com´ un ha de actuar. Para ´el, la duda es la par´ alisis, la duda detiene la acci´on y la acci´on es imperiosa porque la vida no se detiene. Y como somos hombres comunes que ni hemos renunciado al uso del sentido com´ un ni hemos de conducirnos como alguno de esos jueces perezosos de la Audiencia Nacional, queremos saber qu´e pas´ o exactamente el 11 de marzo de 2004. Es m´as, queremos saber exactamente por qu´e un n´ umero significativo de funcionarios p´ ublicos actu´ o y act´ ua de forma tan peculiar. Otros preferir´ an la comodidad de las v´ıas muertas, de los asuntos cerrados, de la memoria ahogada. Nosotros no, porque hemos advertido que de la verdad de lo sucedido el 11 de marzo de 2004 se derivar´a nuestra relaci´on con el gobierno de la naci´ on, con sus fuerzas de seguridad y con los que visten una toga no porque les guste especialmente el estilo, sino como parte de una liturgia destinada a que creamos que ellos son los custodios de la Ley y sus int´erpretes autorizados.

2. DINAMARCA ES EL CAMINO Joan Valls, Semillas de sonrisas http://www.debate21.com Un reino de poco m´as de seis millones de habitantes dio hace unos meses toda una lecci´ on a Occidente. Cuando las hordas islamofascistas, h´ abilmente manipuladas por el gobierno iran´ı, mostraban sus rostros de odio y bestialidad por unas tristes vi˜ netas, la sociedad danesa se uni´o m´as que nunca, se neg´o a disculparse ante esos salvajes y apoy´o a los suyos.

Dinamarca lanz´ o un mensaje muy claro: los daneses no se bajan los pantalones ante la basura islamofascista. Como tambi´en lo hizo a˜ nos atr´ as al no entregar su moneda a los bur´ ocratas de Bruselas; es decir, al eje franco-alem´an. Como lo viene haciendo con una pol´ıtica inmigratoria contundente, paralela a las ayudas a la familia aut´octona. Cuando uno viaja por Dinamarca, las banderas danesas alegran el paisaje. Tambi´en lo hacen en Suecia y Noruega, que empiezan a despertar tras el vergonzoso episodio de las vi˜ netas protagonizado por la escoria islamofascista. M´ as que de nacionalismo trasnochado, se trata de una celebraci´on constante: el progreso, la prosperidad, siglos de tradici´ on, cristianismo. Espa˜ na, que tantos motivos tiene para exhibirse al mundo con cierto orgullo, har´ıa muy bien en aprender del Norte de Europa. Y no s´ olo de los daneses y vecinos escandinavos; tambi´en de Polonia, esa gran naci´ on cat´ olica que no est´ a dispuesta a seguir nuestros pasos suicidas. Y, por supuesto, de Israel, que ha demostrado que se puede plantar cara a los islamofascistas y vencer SIEMPRE. Ahora que seis soldados espa˜ noles han muerto en combate en la guerra del L´ıbano, ondeemos nuestra bandera con humildad, pero tambi´en con orgullo. Y lancemos un mensaje bien claro a las hordas islamofascistas: hoy, como siempre, os derrotaremos. No sois m´as que ignorancia, rencor, envidia, frustraci´on, violencia, impotencia. Dinamarca es el camino.

3. EL AMIGO INVISIBLE Hermann Tertsch en ABC el 18.06.07 ((Al igual que hace cuatro a˜ nos, los ayuntamientos vascos fueron constituidos ayer entre im´ agenes de protestas populares y demandas de electos de ANV que vieron sus sillones ocupados. Pero el d´ıa tuvo dos novedades: por un lado, decenas de cargos quedaron sin ocupar, consistorios como Ondarroa no se constituyeron, y en Aretxabaleta se anuncia la reversi´ on de los esca˜ nos a sus leg´ıtimos due˜ nos; y por otro, la izquierda abertzale recuper´ o decenas de alcald´ıas)). Como parte de guerra reconocer´ an que es sobria esta entradilla del diario etarra Gara de ayer. Certera. Una vez m´as, ETA demuestra que tiene menos necesidad de mentir que la vicepresidenta del Gobierno y menos miedo a mirar hacia el pasado inmediato, las u ´ ltimas semanas, que el Gobierno en pleno. Pero adem´as, mira hacia adelante. Y de paso desmiente con alegr´ıa al triste Fiscal General del Estado, Conde Pumpido, que lloraba hace pocas semanas sobre su ajada y de tanto laborar

en los pozos s´epticos de la paces conchabadas ya muy hedionda toga, ante lo que llamaba un ((Guant´ anamo electoral)) para la izquierda abertzale. Alegre el ´animo el Fiscal General, aleje de s´ı toda preocupaci´ on, que sus sufridos protegidos est´ an m´as contentos que Osama Bin Laden el 12 de septiembre del 2001. Nada alica´ıdos. No se preocupen el fiscal, ni el ministro de justicia ni el jefe de Gobierno tampoco, que todos esos enfados de ETA-Batasuna-ANV son tan simulados como su propio juego de los regalos y favores que despu´es adjudican a la ley o a la justicia como se pueden adjudicar a la suerte. Es el regalo del amigo invisible. El Fiscal General no va mucho por Ond´ arroa, ni por Lizarza, ni por Lequeitio pero tampoco por Leiza. Si fuera por all´ı sabr´ıa bien qui´enes se sienten como en Guant´ anamo y que no son precisamente aquellos a quienes ´el tanto ha protegido durante todos su indigno mandato. Los perseguidos, aterrorizados y despose´ıdos all´ı son, por ejemplo, quienes han votado al u ´ nico h´eroe de la vergonzosa jornada, ese hombre sencillo y ejemplar que es el concejal del Partido Popular, Germ´an L´ opez Bravo. Acosados, perseguidos y amenazados como est´ an, los votantes del PP de Ond´ arroa pueden estar muy orgullosos, porque han hecho, con su concejal, una manifestaci´on de dignidad como no la conoc´ıa ese pueblo desde hace mucho tiempo. Fue el u ´ nico concejal con el coraje c´ıvico y democr´atico suficiente para presentarse a asumir su cargo ante la siniestra camada negra reunida en el ayuntamiento junto a la desembocadura del rio Artibai. Se quedaron en casa escondidos todos los nacionalistas moderados, los patriotas vascos supuestamente democr´aticos y dirigidos por ese Josu Jon Imaz que algunos quieren presentar ahora como gran l´ıder que har´ a del PNV esta vez s´ı, de veras algo m´as que una gestora de clientes y ventajas, reguladora y beneficiaria a un tiempo de la virulencia del ataque de los buitres. Sancionar´ a Imaz, autoproclamado valiente antifascista, a estos tristes personajes que huyeron como comadrejas ante los nazis ondarreses dejando solo al concejal electo del PP? Veremos. En todo caso, se cumple de nuevo el cuadro general previsto por todos los que sab´ıamos que el presidente del Gobierno sigue jugando al amigo invisible con unos regalos que piden, demandan y mendigan contraprestaci´on y son cargas de profundidad contra la democracia espa˜ nola. Resulta algo as´ı como un ejemplo m´as de manual un hito del desmantelamiento de las defensas ´eticas y de dignidad pol´ıtica de la democracia espa˜ nola que lleva a cabo Zapatero con la cooperaci´ on y aquiescencia ins´ olita de su propio partido. En Lequeitio, los militantes de ANV tiraron la urna por la ventana y en otros pueblos los electos no se presentaron por miedo. Como dice Gara ((decenas

de cargos quedaron sin ocupar, consistorios no se constituyeron (...) y la izquierda abertzale recuper´ o decenas de alcald´ıas)). Juego ANV-NaBai Mientras el juego continu´ o. ANV, dice el PSOE, son gente con la que no puede pactarse en Pamplona. Pero s´ı se puede pactar con sus socios y c´ omplices, con quienes pactan y comparten objetivos. NaBai colabora con ANV en crear la situaci´ on de vac´ıo en los consistorios y favorecer el asalto de los mismos de acuerdo con los intereses del independentismo y de ETA. Y el Partido Socialista juega al amigo invisible como si no supiera qui´enes son los amigos de sus amigos. Cuando todos sabemos ya que intentan fraguar juntos todos ellos una profunda amistad.

4. EL DRAMA DE LA DERECHA Antonio Arcones en El Manifiesto http://www.elmanifiesto.com

4.1 El drama de la derecha en Espaa ¿Por qu´e la derecha espa˜ nola es tan floja? ¿Por qu´e nuestra derecha no se atreve a romper el consenso socialdem´ ocrata? ¿Por qu´e parece que tenga que ir toda la vida pidiendo perd´ on? Hay quien piensa en razones puramente pol´ıticas. Pero hay quien, yendo m´as al fondo, descubre la falta de un modelo cultural. Esa ser´ıa la gran laguna de la derecha espa˜ nola y la verdadera causa de sus insuficiencias. Antonio Arcones realiz´ o ese an´ alisis para la Fundaci´ on Burke. Un texto para difundir y reflexionar. En 1936, el bando nacional surge de una amalgama de familias y tendencias pol´ıticas bien distintas... El u ´ nico nexo que explica tal confluencia es la deriva totalitaria y revolucionaria de la Rep´ ublica; la constatada amenaza de que la democracia parlamentaria fuera sustituida por un r´egimen socialista. Durante la primera mitad del r´egimen que sigui´ oa la Guerra Civil se conforma un sistema pol´ıtico con una fuerte carga ideol´ ogica y doctrinal; un sistema dif´ıcil de definir por esa diversidad intr´ınseca del bando nacional y porque, en ´este, la propia guerra y la lucha contra el comunismo hab´ıan sido un factor de cohesi´ on. Aun cuando el nuevo Estado present´ o numerosos impulsos totalitarios (especialmente en las formas, por mimetismo con otros movimientos antiparlamentarios de la Europa de entreguerras), puede afirmarse que el peso de lo cat´ olico fue definitorio.

4.2 La derecha del franquismo Es cierto que este u ´ ltimo componente no estaba en el ´animo de los generales que dieron origen al alzamiento, pero la evoluci´ on del Gobierno republicano y los masivos asesinatos y persecuciones de que fueron v´ıctimas las gentes cat´ olicas contribuyeron a que el factor religioso adquiriera un car´ acter central en el franquismo. El nuevo r´egimen fue profundamente estatista, y dio por supuesto que la confesionalidad y los principios ideol´ ogicos que lo sustentaban eran de completa aceptaci´ on en el seno de la sociedad. De esta forma, junto a realizaciones inspiradas en la Doctrina Social de la Iglesia, a partir de 1939 el peso del Estado creci´ o enormemente, con lo que se desdibujaba en la pr´actica el principio de subsidiariedad recogido en las Leyes Fundamentales. A partir de 1957, con el triunfo de la tecnocracia y la proclamaci´ on del crep´ usculo de las ideolog´ıas, la evoluci´ on del franquismo estuvo marcada por un deseo cada vez mayor de homologaci´ on con los pa´ıses de Europa Occidental. Este deseo se articul´ o por medio de la despolitizaci´ on de la sociedad espa˜ nola y de las propias instituciones oficiales. Por otra parte, segu´ıan vigentes el estatismo, la falta de confianza en el protagonismo de la sociedad civil y el abandono de la cultura. Asimismo, en la cultura y en la sociedad empezaron a calar una serie de principios izquierdistas con un fuerte componente de comunismo gramsciano. Sirva la universidad como ejemplo sintom´ atico de lo que ocurri´ o: como, para el r´egimen, no ten´ıa sentido la existencia de universidades de iniciativa social o cat´ olicas, pues ya el Estado era conservador y cat´ olico, la universidad espa˜ nola de la u ´ ltima etapa del franquismo (desde mediados de los 60 en adelante) estaba fuertemente marxistizada. Todo ello nos demuestra que ninguna coraza estatista -por muy conservador que sea el discurso oficial, o el envoltorio ideol´ ogico- puede suplir a la sociedad civil en el desempe˜ no de su tan necesario quehacer. A largo plazo, tanto las libertades concretas como el desarrollo social pr´ospero y virtuoso s´ olo pueden alcanzarse si se cuenta con una sociedad civil fuerte y sana. La pol´ıtica del franquismo afect´ o a la propia base social conservadora. Los sectores de la derecha, en lugar de defender con gallard´ıa sus principios intelectuales y, al mismo tiempo, reconocer que la forma pol´ıtica concreta estaba marcada por la guerra y la presencia de Franco (un r´egimen at´ıpico para un pa´ıs at´ıpico), lo cual presentaba inconvenientes, optaron por lo contrario: abjurar de los principios (o al menos silenciarlos) y defender numantinamente la forma pol´ıtica concreta.

4.3 La desmovilizaci´ on de los conservadores La consecuencia fue la desmovilizaci´ on intelectual del conservadurismo espa˜ nol, as´ı como el descr´edito de esta tradici´ on intelectual ante los neutrales o moderados. En este contexto, la derecha carece de un modelo que proponer cuando comienza la Transici´ on. Por otro lado, los pol´ıticos conservadores, en vez de reivindicar a la derecha como verdadera art´ıfice de la reforma pol´ıtica, fueron presa de un complejo de culpabilidad derivado de haber colaborado con el r´egimen que ellos hab´ıan dinamitado desde dentro para traer la democracia. Es sintom´ atica, en este sentido, la labor de gobierno de la UCD, partido creado al amparo del Movimiento y que realiz´o una continua descalificaci´ on de la derecha, contribuyendo, as´ı, al corrimiento ideol´ ogico del pa´ıs hacia una izquierda que a´ un propon´ıa, como modelo pol´ıtico, el socialismo real, responsable del Gulag y del mayor genocidio de la historia. El cambio de r´egimen de 1975 supuso un pacto de convivencia por el que los representantes pol´ıticos de la derecha, b´ asicamente la UCD, incluso amplios sectores de la Iglesia, abandonaron gran parte de sus principios, pues las concesiones fueron sustanciales. La necesidad de cambio era indiscutible, pero habr´ıa sido exigible a los primeros Gobiernos de la democracia una mayor talla pol´ıtica. Una vez m´as, el abandono de la cultura y de los principios fue absoluto, y la configuraci´on del nuevo sistema dej´ o a la sociedad absolutamente indefensa ante el Estado, en una situaci´ on mucho peor que la experimentada en otras democracias occidentales. El sistema auton´ omico, tal y como est´ a configurado; el enorme poder de los partidos pol´ıticos, as´ı como su influencia en la Justicia; el peso dado, gratuitamente, a unos sindicatos muy estatistas, la ausencia de separaci´ on real de poderes o el propio sistema electoral (incre´ıblemente consagrado, al estar reglado en la misma Constituci´on) son una fuente de inestabilidad y de estatismo desmesurado. Pese a ello, y salvando aquellos primeros y turbulentos a˜ nos de la Transici´ on, la mayor´ıa de la sociedad espa˜ nola vivi´o serenamente confiada en el proceso pol´ıtico que comenz´ o con el cambio de r´egimen. Estos a˜ nos no han estado exentos de momentos y situaciones muy graves, especialmente los provocados por el terrorismo. Se ha convivido con coyunturas econ´ omicas duras, sobre todo en los primeros a˜ nos, as´ı como con crisis pol´ıticas de envergadura, como la descomposici´ on de la UCD o la m´as lenta debacle del PSOE, causada por su generalizada corrupci´ on interna. De hecho, durante

estos a˜ nos se han producido cambios legislativos y sociales muy graves y de muy profundo calado, que han transformado el sentir y el pensar del pueblo espa˜ nol. El ciudadano de derechas, o de centroderecha, ha contemplado estos cambios con sorprendente mansedumbre y resignaci´ on. Creemos que han sido varios los factores que han hecho esto posible: Por un lado, el cambio de r´egimen part´ıa del presupuesto impl´ıcito de que hab´ıa mucho que ceder para conseguir tanto la cohesi´ on social como una convivencia pac´ıfica y estable. De alg´ un modo, era lo que tocaba. Especialmente significativo es, aqu´ı, el hecho de que el ciudadano cat´ olico (incluyo aqu´ı s´ olo a aquellos a los que la fe y la cultura cat´ olicas les hacen ver el mundo de una determinada manera, configurando su vida de una forma consciente), en su mayor´ıa englobado en el entorno de derecha o centroderecha, tambi´en ha aceptado unos cambios sociales especialmente agresivos para la cosmovisi´ on cat´ olica. El pacto t´ acito de la Transici´ on hizo pensar a muchos que hab´ıa que transigir, en aras del pluralismo, hasta alcanzar una situaci´on de equilibrio, estable, en la que todos estar´ıamos c´ omodos. Las referencias para estos ciudadanos, los partidos de centroderecha (UCD y PP), y en muchas ocasiones amplios sectores de la Iglesia, han mandado sistem´ aticamente este mensaje, dejando en una situaci´ on muy comprometida a quien discutiera o planteara cuestiones de calado al proceso. Discutir la forma en que se estaba planteando el modelo parec´ıa significar que se cuestionaba el propio r´egimen de libertades que otorga un sistema democr´atico parlamentario. La iniciativa cultural y social ha sido siempre de la izquierda. Los sectores m´as tradicionales y cat´ olicos no ten´ıan la conciencia militante que otorgan la reivindicaci´on y la mentalidad de agredido. La comodidad no favorece la iniciativa ni el compromiso.

4.4 Una honda reacci´ on Sin embargo, en estos momentos, y por primera vez en los u ´ ltimos 30 a˜ nos, un gran sector de la poblaci´ on vive en Espa˜ na con la conciencia y la percepci´on de que las cosas no marchan bien, y esto en un sentido profundo de la expresi´ on; con la sensaci´ on de que hay algo de fondo que se resquebraja y de que no es posible mantener por m´as tiempo un optimismo voluntarista. Los sucesos del 11 de marzo de 2004 y los resultados electorales de ese mismo fin de semana

supusieron una conmoci´ on que dej´ o a la mitad del pa´ıs con una sensaci´ on de agravio, injusticia y desamparo. En nuestra opini´ on, en una buena parte de esa mitad del pa´ıs el problema es s´ olo accidental, y se reduce al amargor por la derrota del Partido Popular y por c´ omo se produjo. Sin embargo, para un porcentaje significativo de dicha mitad ese momento ha supuesto la cristalizaci´ on de un proceso m´as profundo y lento: el agotamiento del dogma que dice: Pese a los problemas que veo, el pa´ıs va, en su conjunto, a mejor, aunque yo no lo vea. Este cambio de mentalidad, esta nueva actitud, se explica desde diversas causas que confluyen: Por un lado, simplemente se ve con m´as claridad las consecuencias derivadas de unos principios culturales y morales que se han venido implantando en nuestro pa´ıs en estos a˜ nos, as´ı como de unas soluciones pol´ıticas que tal vez no hayan sido las ´ optimas. Las delirantes iniciativas legislativas del Gobierno de Zapatero hacen esto m´as evidente. La aceptaci´ on por gran parte de la sociedad del denominado proceso de paz debiera hacer pensar a los pol´ıticos del PP que gobernar no es gestionar el IRPF o el IPC. La no proposici´ on de un modelo social y cultural, la destrucci´on de la familia y la instauraci´ on de un materialismo zafio es algo que hunde la vitalidad moral de la sociedad, conduce a una p´erdida del capital social m´as valioso y -tal vez lo u ´ nico que les interese- representa un suicidio pol´ıtico. Los ocho a˜ nos de Gobierno del Partido Popular y su abrupto final han evidenciado para muchos:

intentan retomar la ruptura pol´ıtica que no pudieron acometer en 1975. Una vez m´as, se comprueba que el juego democr´atico con un marco establecido sirve a la izquierda y a los nacionalismos mientras puedan conseguir avances para sus posiciones. Pero parece que no estaban dispuestos a tolerar otra victoria de un Gobierno no izquierdista. Esto provoc´ o, especialmente en los u ´ ltimos dos a˜ nos de Gobierno popular, una actitud muy violenta contra el PP, pas´ andose de la demagogia habitual a episodios realmente totalitarios y coactivos. La izquierda, as´ı, consigui´ o movilizar a sus bases, pero tambi´en abri´o los ojos a mucha otra gente, empuj´ andola hacia la derecha, que reclam´ o el mismo derecho que la izquierda a opinar, manifestarse y no aceptar el discurso oficial imperante. Este incipiente cambio de mentalidad permite albergar esperanzas sobre la regeneraci´ on pol´ıtica y social que Espa˜ na necesita. Pero nada se podr´a hacer si no se parte de la premisa, realista, de la tremenda debilidad de la sociedad civil espa˜ nola y del complejo que lastra a los pol´ıticos e intelectuales conservadores espa˜ noles. La u ´ nica duda es si podemos esperar algo serio del actual partido de la oposici´ on o si, por el contrario, su ensamblaje en el sistema del consenso, el estatismo y el dinero p´ ublico f´acil en que viven todas las formaciones pol´ıticas le hace incapaz para cualquier tipo de reacci´on, especialmente para la que Espa˜ na precisa. Mientras podamos resolver esta duda, s´ olo nos queda afianzar nuestros principios, crear redes sociales, instituciones o fundaciones donde poder establecer debates reales sobre ideas, formar en los principios conservadores a nuestros mejores j´ovenes, contribuir al debate p´ ublico mediante revistas, publicaciones. Es urgente defender p´ ublicamente, donde podamos, que una concepci´on conservadora de la sociedad es lo m´as favorable para todos -especialmente para los m´as desfavorecidos econ´ omicamente-, que no hay libertad sin libertad econ´ omica y que no se puede ser una sociedad libre si no se es una sociedad virtuosa.

1. La falta de modelo cultural en el PP, que no cambi´o el panorama medi´ atico ni el educativo con medidas realmente liberalizadoras, que permitieran la entrada de aire fresco y el establecimiento de un aut´entico debate intelectual. Antes bien, se mantuvo la pol´ıtica estatista y de subvenciones; pensaron que tal vez as´ı se ganar´ıan a la inteligencia cultural. 2. Que desde un Gobierno de derechas se profundiz´ o en el acoso y destrucci´on de la familia, con medidas sin las cuales no ser´ıan posibles los nuevos pasos en la misma senda que ahora da el Gobierno del PSOE. 3. La paradoja de un partido conservador que no es consciente de que contribuye a debilitar las estructuras naturales de la sociedad civil, precisamente aqu´ellas que, a medio y largo plazo, favorecen su modelo te´orico de sociedad y, por ello, sus posibilidades electorales.

Enrique de Diego en El Semanal Digital, 306-2007 http://www.elsemanaldigitial.com

Todo parece indicar que la izquierda y los nacionalismos han dado por terminada la Transici´ on e

La Iglesia Cat´olica se ha situado como el principal baluarte de la libertad personal en Espa˜ na. es

En definitiva, nos queda por hacer aquello que m´as teme el consenso socialdem´ ocrata imperante: luchar por que la nuestra sea una sociedad verdaderamente libre.

´ PARA LA 5. LA EDUCACION CIUDADAN´ IA ES TOTALITARISMO PURO Y DURO

justo reconocerlo. La Iglesia Cat´olica ha advertido del riesgo totalitario. A trav´es de la Conferencia Episcopal, ha alertado del Estado como detentador de la moral relativista. Algo que antes que Zapatero y Mercedes Cabrera s´ olo se atrevieron a hacer Hitler, Mussolini, Lenin, Stalin, Mao, Pol Pot, Mengisthu, Castro... Ni tan siquiera la asignatura de Educaci´on a la Ciudadan´ıa es equiparable a la Formaci´on del Esp´ıritu Nacional del franquismo, porque ´esta hac´ıa referencia a la imposici´ on de doctrinas pol´ıticas. La Conferencia Episcopal se˜ nala con una claridad inusitada en los textos episcopales que ((el objetivo de la nueva asignatura es la formaci´ on de la conciencia moral de los alumnos)). Indica que ((los centros cat´ olicos o inspirados en la doctrina cat´ olica se ver´ an obligados a introducir en su programaci´ on una asignatura que no resulta coherente con su ideario puesto que, seg´ un el actual curr´ıculo, no es conforme con la doctrina social de la Iglesia, tanto por su car´ acter de formaci´ on estatal obligatoria de las conciencias como por sus contenidos)). El ´organo colegiado del episcopado espa˜ nol indica que ((se puede recurrir a todos los medios leg´ıtimos para defender la libertad de conciencia y de ense˜ nanza, que es lo que est´ a en juego. Ninguno de estos medios puede ser excluido en ninguno de los centros)). El diagn´ostico y el mensaje de la Conferencia Episcopal no afecta s´ olo a los cat´ olicos, ni a los centros que han surgido de la iniciativa privada de organizaciones religiosas, sino que deber´ıa ser atendido por todos cuantos tienen aprecio a la libertad. El Estado no puede ser quien defina la moral, y s´ olo el que el Gobierno actual haya llegado a tal osad´ıa resulta escandaloso y dice mucho del deterioro moral de nuestros gobernantes. El Estado buscar´ıa, mediante lo que se pretende presentar como una iniciativa inocua y pol´ıticamente correcta, establecer una red de dogmas en cuestiones opinables, poner a toda la ense˜ nanza al servicio de un proyecto de ingenier´ıa social en el que se difundir´ıa lo que han de considerar bueno o malo, correcto o incorrecto, las generaciones futuras. El hecho de que el PSOE se adhiera a posiciones contrarias a la moral cl´ asica, y a lo que siempre se ha tenido por bueno, es una cuesti´ on incluso menor, ante la suma gravedad de que el Estado pretenda convertirse en una iglesia para dominar, al tiempo, cuerpos y almas. Aunque esa asignatura difundiera la mejor de las doctrinas, la m´as estrictamente relacionada con los diez mandamientos, el mal absoluto es originario. Esa no es funci´ on del Estado.

Una de las personalidades m´as relevantes del panorama religioso espa˜ nol, monse˜ nor Antonio Ca˜ nizares, primado de Espa˜ na, arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, ha explicado que los colegios que pretendan adaptar la asignatura de Educaci´ on para la Ciudadan´ıa estar´ an ((colaborando con el mal)). No hay una Educaci´ on para la Ciudadan´ıa buena, ni puede haberla. Esa asignatura es el mal absoluto. Monse˜ nor Ca˜ nizares ha negado al Gobierno la capacidad, de la que pretende dotarse, para promover ((la formaci´ on de la conciencia moral)). Eso no es otra cosa que ((imponerla obligatoriamente a todos los alumnos)). Para monse˜ nor Ca˜ nizares, con toda la raz´ on, el Estado ((est´ a traspasando sus competencias)). Ha recordado el derecho constitucional de los padres a la objeci´ on de conciencia. Estas declaraciones de monse˜ nor Ca˜ nizares salen al paso de la postura tibia y acomodaticia de la Federaci´on de Religiosos de la Ense˜ nanza, que han puesto -y no es nuevo- las subvenciones por encima de los principios, la financiaci´ on por encima de la moral. La mayor´ıa de los centros cat´ olicos de ´ordenes religiosas funcionan en r´egimen de concierto y temen represalias. El sistema de concierto es, en el fondo, una forma de nacionalizaci´ on encubierta, que pasa factura. El secretario general de la Federaci´on Espa˜ nola de Religiosos de la Ense˜ nanza (FERE-CECA), Manuel de Castro, ha anunciado que impartir´ an la asignatura -como si se tratara de colaboracionistas con el totalitarismo- ya que ((nadie nos puede pedir que no la demos. Eso ser´ıa rebeli´ on c´ıvica)). Actitudes como ´estas explican la crisis vocacional que padecen las ´ordenes religiosas cat´ olicas y son un p´esimo ejemplo. Han de ser los padres los que practiquen esa urgente y necesaria rebeli´ on c´ıvica.

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