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Homosexualidad
UNIVERSIDAD DE SAN MARTÍN DE PORRES
Alumno: Pierre Iván Azabache Chero Profesor: Lic. Dante Bobadilla
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Tabla de contenido La Homosexualidad.................................................................................................................3 Introducción.............................................................................................................................3 Definición................................................................................................................................3 Historia.....................................................................................................................................3 Factores que orientan al Homosexualismo..........................................................................4 La filosofía del género y la Sexualidad...............................................................................5 La Religión Actual y la Homosexualidad............................................................................5 Política y Homosexualidad..................................................................................................6 Adopción y Homosexualidad...............................................................................................8 La DSM y la Homosexualidad.................................................................................................8 Conclusiones:...........................................................................................................................9 Bibliografía............................................................................................................................10
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La Homosexualidad Introducción El tema tratar es la homosexualidad como tema principal y en el cual indagaremos por aspectos sobre, su origen, discriminación por algunas cultural y personas, la opinión religiosidad; y sobre todo en dos aspectos fundamentales en la problemática mundial que son: el matrimonio homosexual y la adopción por parte de estas personas, si realmente es moral y normal que éstas personas críen a niños para formarlos. En la actualidad, hay personas con orientación homosexual que están saliendo del armario o que han salido del armario (es un dicho), lo que se aplicaría a las personas que dejan de fingir o reprimir su orientación sexual. La actividad sexual con una persona del mismo sexo no se considera necesariamente homosexualidad como orientación sexual, sino un comportamiento homosexual. No todos los que desean a personas del mismo sexo se identifican como homosexuales o bisexuales. Algunos tienen relaciones sexuales a menudo con personas del mismo sexo pero son y se definen como heterosexuales. Es entonces importante distinguir entre comportamiento, deseo e identidad homosexual, los cuales no siempre coinciden. Por ejemplo, en algunos sitios segregados por sexo pueden aparecer relaciones homosexuales "situacionales", aunque el comportamiento sea heterosexual fuera de allí. Lo mismo puede ocurrir por razones económicas o ajenas a la voluntad. Definición La homosexualidad dejó de ser considerada un trastorno psicológico para ser únicamente definida como un estilo de vida. Los expertos repasan la visión moral de las religiones sobre la homosexualidad y las presiones recientes para adaptarla a lo políticamente correcto. La calificación de la homosexualidad como "una patología" o la afirmación de que las personas llegan a ser gays y lesbianas porque "tienen un padre violento y alcohólico… y una madre sobreprotectora y exigente" no son compartida por la mayoría de profesionales y carecen, según los expertos, de base científica. De hecho, la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) retiró en 1973 la homosexualidad de su manual de diagnóstico y la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerarla una enfermedad en 1990. Historia Antes de todo quiero desarrollar ésta parte porque creo es importante, después de leer la historia de la homosexualidad, ésta se inicia desde la antigüedad. El juicio sobre la homosexualidad ha experimentado diversas variaciones a lo largo de la Historia. En general, las culturas de la Antigüedad generalmente la juzgaron moralmente reprobable. Egipcios y mesopotámicos la contemplaron con desdén mientras que para el pueblo de Israel se hallaba incluida en el listado de una serie de conductas indignas del pueblo de
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Dios que se extendían del adulterio a la zoofilia pasando por el robo o la idolatría ( es la conclusión de la lectura de Levítico 18, 22). No en vano, el Antiguo Testamento incluía entre los relatos más cargados de dramatismo el de la destrucción de Sodoma y Gomorra cuyos habitantes habían sido castigados por Dios por practicar la homosexualidad. Durante el período clásico, la visión fue menos uniforme. En Grecia, por ejemplo, algunas formas de conducta homosexual masculina y sin penetración eran tolerables mientras que en Roma fue duramente fustigada por autores como Tácito o Suetonio como un signo de degeneración moral e incluso de decadencia cívica. El cristianismo que, a fin de cuentas, había nacido del judaísmo también condenó expresamente la práctica de la homosexualidad. La condena de la práctica homosexual fue común en los Padres de la Iglesia y en los documentos más antiguos de disciplina eclesial aparece como uno de los pecados que se penan con la excomunión. Partiendo de esta base no resulta extraño que el mundo medieval tanto judeo y cristiano como musulmán condenara las prácticas homosexuales e incluso las penara legalmente aunque luego en la vida cotidiana fuera tan tolerante o tan intolerante con esta conducta como con otras consideradas pecado. Esta actitud fue aplastantemente mayoritaria en occidente y en buena parte del resto del globo durante los siglos siguientes. Esencialmente, la visión negativa de la homosexualidad estaba relacionada con patrones religiosos y morales y no con una calificación médica o psiquiátrica. El homosexual podía cometer actos censurables no más por otra parte que otros condenados por la ley de Dios que incluso se calificaban de contrarios a la Naturaleza y de perversión. No obstante, no se identificaba su conducta con un trastorno mental o con un desarreglo físico. En realidad, para llegar a ese juicio habría que esperar a la consolidación de la psiquiatría como ciencia. Factores que orientan al Homosexualismo La homosexualidad es la atracción sexual hacia personas del propio sexo. En cromosomas, hormonas sexuales y constitución física los homosexuales son normales. En el apogeo del psicoanálisis de Sigmoud Freud, se pensó que la homosexualidad se debía a factores hereditarios, pero esta hipótesis hoy ha sido científicamente desechada. Los homosexuales son biológicamente normales, lo que no es normal es el ejercicio de la homosexualidad. Es de advertir que el homosexual tiene instintos heterosexuales; lo que ocurre es que se le bloquean por alguna razón, que puede ser un complejo de inferioridad, falta de madurez o ruptura familiar. Quienes de verdad se empeñan en luchar contra ese complejo, aun en casos de transexualidad, en uno o dos años acaban con sus obsesiones. Para dar la impresión de normalidad, hay quien asegura que quizá uno de cada cinco hombres tiene "tendencias" homosexuales, pero las estadísticas lo desmienten y afirman que en realidad no pasan de un uno o dos por ciento. Quiero resaltar las teorías neurobiológicas sobre el origen de la homosexualidad, Las hipótesis con relación al origen biológico de la homosexualidad son: 1) existencia de un rasgo estructural (del sistema nervioso) reconocible que indique la existencia de circuitos neuronales específicos en individuos homosexuales y 2) existencia de determinación genética. El proceso real de diferenciación sexual debe ser un modelo interactivo en el que los genes y/o las hormonas no especifican la orientación sexual, pero definen la manera en que un individuo relacionándose con su entorno va a matizar su orientación sexual y otras características de su personalidad.
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El doble control genético y ambiental del desarrollo del sistema nervioso (corteza cerebral) proporcionan el marco conceptual para comprender la maduración de las facultades cognitivas y emocionales del ser humano Existe un papel activo del individuo en construir su propia identidad. Podemos estudiar cuatro aspectos de la investigación biológica sobre la homosexualidad que determinaran sus bases neurobiológicas: A) los factores hormonales, B) las estructuras cerebrales, C) la función neuropsicológica (en estrecha relación con variaciones estructurales-funcionales del sistema nervioso), y D) los factores genéticos. La filosofía del género y la Sexualidad La filosofía del género incluye ideas de diferentes corrientes de pensamiento filosófico y psicológico armonizadas o, mejor dicho, forzadas a armonizarse en una propuesta que busca destruir el concepto de familia tal como lo conocemos actualmente. Postula que la misma es fruto de la sociedad decadente de nuestros tiempos y del devenir histórico que asegura la desigualdad del hombre con la mujer. La filosofía del género busca desmitificar la masculinidad y la femineidad como atributos inherentes a la mujer y al hombre. Tal objetivo solo es lograble haciendo aceptable todo tipo de relación amorosa y sexual, no solo las que consideramos como normales. Los interrogantes antropológicas acerca del hombre son, posiblemente, tan antiguos como el comienzo de su uso de razón. En la Grecia de Platón pareciera ser que por "el amor" se justificaban las relaciones entre personas del mismo sexo. Varios partes de "el Banquete" nos describen comportamientos homosexuales de los comensales, comenzando con el anfitrión Agatón y terminando por el propio Sócrates que parece tomar este tema sin demasiado interés. Voltaire en uno de sus escritos filosóficos nos comenta al respecto: "Si el amor que se llama socrático y platónico fuera un sentimiento honesto, lo aplaudiríamos; pero como fue relajación, debe sonrojarnos Grecia porque no lo prohibió" Por ende, para lograr la igualdad definitiva entre hombre y mujer es necesario: Cambiar todos los roles masculinos y femeninos existentes. Considerar la familia actual como algo perimido. Estructurar un nuevo tipo de unión "familiar" Permitir diferentes formas de contacto sexual como parte de la igualdad. Negar la identidad biológica-psiquica-espiritual del "ser mujer" y del "ser hombre". Eliminar el lenguaje actual en lo referido a temas masculinos femeninos: Cambiar todos los términos que incluyen tacitamente/excluyen a la mujer dentro del hombre. Por ejemplo: "los alumnos de esa escuela" por "los alumnos y alumnas de esta escuela" Anular la proposición "de" en la determinación del nombre de casada de la mujer. Androginizar el lenguaje. Puesto que no existe forma de describir lo que no es masculino o femenino que deben tender a unirse.
La Religión Actual y la Homosexualidad En éste argumento tomo como base la ideología de la religión actual haciendo un análisis de ello. La iglesia católica siempre ha enseñado que el acto homosexual es un pecado
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objetivamente grave. La Iglesia, sin embargo, distingue entre la maldad objetiva de la actividad homosexual y la responsabilidad subjetiva de quien la realiza. Esto no quiere decir que las personas que practican estos actos siempre sean subjetivamente excusables, sino que a veces la ignorancia, el abuso de otras personas, las influencias ambientales muy fuertes, etc., pueden conducirlas a realizar actos no totalmente libres, sin embargo, tales actos son gravemente malos en sí mismos, pues ofenden a Dios y van en contra del bien auténtico de la persona humana.
La Iglesia también distingue entre la inclinación homosexual (u homosexualidad) y la actividad homosexual (u homosexualismo), enseñando que la primera no es pecado en sí misma, aunque inclina a actos que sí lo son. Es necesario precisar, por el contrario, que la particular inclinación de la persona homosexual, aunque en sí no sea pecado, constituye sin embargo una tendencia, más o menos fuerte, hacia un comportamiento intrínsecamente malo desde el punto de vista moral. Por este motivo la inclinación misma debe ser considerada como objetivamente desordenada. Indudablemente en mi análisis, estas personas homosexuales, deben ser acogidas, en la acción pastoral, con comprensión y deben ser sostenidas en la esperanza de superar sus dificultades personales y su inadaptación social. También su culpabilidad debe ser juzgada con prudencia. Finalmente, y porque está implicado en esto el bien común, no es apropiado para las autoridades eclesiásticas apoyar o permanecer neutral ante legislaciones adversas, incluso si éstas conceden excepciones a las organizaciones o instituciones de la Iglesia. La Iglesia tiene la responsabilidad de promover la moralidad pública de toda sociedad civil sobre la base de los valores morales fundamentales, y no simplemente de protegerse a sí misma de la aplicación de leyes perjudiciales. Hay que tener siempre presente la maternidad de la Iglesia, que ama a todos los hombres, también a aquellos que tienen grandes problemas. La misión primordial de la iglesia católica es orar para hacer el bien mas no luchar contra ideología y estilos de vida de las personas y en especial de las personas homosexuales. Política y Homosexualidad La problemática de las leyes es, ¿qué se puede legitimar o legalizar?, para que no haya discriminación tendríamos que legitimar una serie de casos de uniones legitimables, como pueden ser: la homomonogamia (el matrimonio de uno con uno) y de la homomonogamia lésbica (de una con una), la homopoligamia (de uno con unos), la homopoligamia lésbica (de una con unas), la promiscuidad (de dos o más varones con otros dos o más), la heteropoligamia (de uno con unas), la heteropoliandria (de una con unos), la poliandria bisexual (de una con unas y unos), la poligamia bisexual (de uno con unas y unos), etc.
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Consideremos de entrada el matrimonio entre hombre y mujer y preguntémonos si precisa este matrimonio el reconocimiento o apoyo del Estado para que exista. Sabemos que no: el matrimonio y la familia existen mucho antes que el Estado, en el orden cronológico, en el social, y también en el orden ontológico. El Estado tiene un interés especial en la unión entre hombre y mujer porque es el único vínculo que puede generar nuevos seres humanos, seres indefensos pero imprescindibles para la comunidad. Este interés especial no implica una desaprobación estatal indirecta de los monjes ni de los amigos en general. Es verdad que hay cierto sello simbólico a favor de la familia en la que se enmarca el matrimonio entre hombre y mujer, pero este sello moral no es el fin que el Estado persigue; se trata solamente de un efecto secundario. La meta del reconocimiento y de la legitimación jurídica del matrimonio heterosexual por parte del Estado es el bien de los hijos. Y este bien se quiere por razones evidentes a todos: si no se protegen y no se educan con cuidado, y por muchos años, no tendremos una nueva generación de ciudadanos capaces de asumir su papel en la libertad ordenada que es la democracia. Para la protección y la formación de los niños, que son muy vulnerables, se necesita una familia unida, un padre y una madre que puedan resistir las fuerzas desintegradoras que vienen desde dentro y desde fuera, y se necesita hasta unos abuelos que pueden respaldar a los padres y a los hijos. Por lo tanto, el Estado hace todo lo que puede para fortalecer el vínculo matrimonial. Insiste en un compromiso refrendado públicamente e impone unos derechos y deberes mutuos para todos los miembros de la familia. Más aún, el Estado, reconoce los sacrificios que tienen que hacer los padres, sacrificios para sus hijos, sí, pero sacrificios que sirven también al bien común y al interés general de la sociedad. Estos sacrificios merecen una recompensa y hasta un cierto incentivo por parte del Estado. Por eso se proponen ventajas especiales para la amistad matrimonial, para que la gente forme y conserve esta amistad a pesar de las dificultades que puedan surgir. Estas ventajas pueden y deben reflejarse, y así ocurre en la mayoría de los países, en el reparto equitativo de las cargas fiscales, en el acceso a las ventajas de la seguridad social, y en el derecho civil en general. Todo lo mencionado hasta ahora no es nada sorprendente pues se deriva de los requerimientos de equidad vigentes en cualquier sociedad moderna. Lo que sí es sorprendente es cómo nos olvidamos de ello cuando se trata de legitimar como familia las uniones entre personas del mismo sexo. Por ejemplo, se dice a menudo que los homosexuales no tienen libertad de casarse y de tener una vida familiar normal y que, por tanto, hay que adecuar una legislación para que ello sea posible. Pero no es cierto. Lo mismo que el matrimonio heterosexual ya existe antes de cualquier reconocimiento estatal, las amistades homosexuales también pueden existir sin certificación oficial. No certificar no es prohibir. Tanto los gays y las lesbianas como los monjes tienen plena libertad de hacer votos de fidelidad sin pedir permiso a estado alguno. Incluso si se crease una religión que pueda aprobar y llamar "matrimonio" a su unión, el Estado también lo permitiría. Una vez que se ha conseguido la no punibilidad de sus actos sexuales, los homosexuales no pueden decir que haya obstáculo alguno que les impida formar uniones permanentes de amistad a su libre arbitrio. La aprobación estatal que tiene la familia es solamente para que logre criar bien a los hijos, no para que goce de algún estatus
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religioso o moral. El Estado moderno no tiene ningún propósito directo en dar sellos aprobatorios a ciertos tipos de amistades ni a ritos particulares de iniciación, ya sean primeras comuniones o bailes de debutantes. Según John Stuart Mill, el gran pensador liberal en su famoso ensayo On Liberty, "sólo cuando hay daño definido o un riesgo concreto, bien al individuo o bien al público, sale el caso del marco de la libertad y entra en el de la moralidad y el derecho". Adopción y Homosexualidad La adopción por parte de los homosexuales es uno de los temas que más debate ha provocado en la sociedad, lo más importante en esta cuestión es no perder de vista que "lo que hay que buscar es la felicidad y lo mejor para el niño adoptado y no para los adoptantes". Hasta el momento, los trabajos que se han hecho sobre niños criados con homosexuales no tienen el suficiente rigor científico como para sacar conclusiones claras, ya que se han realizado con pocos participantes y el seguimiento no ha sido muy largo. El fin de la adopción no es tanto dar un hijo a unos padres que no pueden tenerlo como dar unos padres idóneos a un niño que carece de ellos. Aprobar la adopción de niños por parejas homosexuales implicaría ir contra el séptimo principio de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, que estipula que: "El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación" Quiero resaltar la opinión que tiene el famoso y prestigioso psicólogo, El doctor Aquilino Polaino que dice: "el derecho de adoptar pedido por los homosexuales esconde el deseo de hacer lo que cualquier pareja heterosexual", lo que califica de "pretensión igualitaria": "Todos somos iguales, no se puede hacer distinción en ningún caso. Es como si al ver pasar al vecino en un Rolls Royce yo exigiera, por vivir en la misma colonia, que el Estado me diese un Rolls Royce", explica. "De aquí se deriva una normalidad forzada, basada en un afán contra la discriminación, muy de moda en la actualidad", añade. "En los homosexuales y las lesbianas siempre hay un otro que no comparece: la identidad del niño queda coja". Esto supone que la educación que reciba un niño de una pareja homosexual se realice intentando lo mejor para el niño y no ofreciéndole como un trofeo de las reivindicaciones de la militancia homosexual, sería complejo que se desarrollara de un modo similar que un niño educado por una pareja heterosexual. Un niño educado por una pareja homosexual puede carecer del complemento que a la formación aporta cada uno de los padres, y podría también adquirir modelos erróneos de pensamiento, sentimiento y conducta. A los homosexuales hay que aceptarlos como son y tienen tanta dignidad como el primero. Pero deben darse cuenta de que este experimento se sale mucho de la norma y es arriesgado. Es bastante fácil que esa criatura, educado por homosexuales o lesbianas, se sienta condicionado por el ambiente (el niño es una esponja hasta los siete u ocho años; lo aprende todo). Y por otro lado, distinto en un mundo en que predomina la heterosexualidad. Hay que pensar que decidirán por él unas personas que mediatizarán su vida. La DSM y la Homosexualidad La principal discusión es la hipótesis de que los intereses sexuales poco comunes son síntomas de desórdenes o trastornos mentales propiamente dichos. Para ello la última publicación de la de la DSM-IV en el 2000, intenta ser neutral con las teorías sobre la etiología, apoyándose en la observación objetiva y la investigación empírica. Del mismo
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modo se ha tenido que revisar las publicaciones anteriores porque no se encontraba literatura que sustentase de forma verídica la mayoría de aseveraciones realizadas en la sección de parafilias del DSM, varias de éstas se contradecían. La homosexualidad fue eliminada de la DSM hace 30 años, y sus principales argumentos para que se diera ello fueron dos aspectos, según los estudiosos y observadores, y fueron: La carencia de investigación objetiva que apoyara su inclusión Las investigaciones que no pudieron sostener la teoría de que los homosexuales encajaban en estereotipos sexuales psiquiátricos específicos. En 1973, el peso de los datos empíricos, junto con el cambio en las normas sociales y el desarrollo de una política activa de la comunidad gay en los Estados Unidos, llevó a la Junta de Directores de la Asociación Psiquiátrica Americana para eliminar la homosexualidad del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM). Algunos psiquiatras que ferozmente se opuso a su acción posteriormente distribuyó una petición en favor de una votación sobre la cuestión de la adhesión de la Asociación. Esta votación se llevó a cabo en 1974, y la decisión de la Junta se ratificó. Para ello, también esta en tema de discusión las parafilias que son desviaciones sexuales independientemente de cada individuo, es por ello que también se creía que las parafilias serían eliminadas como sucedió con la homosexualidad, pero no fue así. Algunos sugieren que la eliminación de la homosexualidad del DSM, fue de interés político. Las parafilias y la homosexualidad son paralelas entre sí con la única diferencia que la primera están aún en la lista de la DSM. Las sanciones contra individuos que se implican en conductas sexuales condenadas han cambiado con el tiempo. Al principio se consideraba un pecado que debía estar controlado por tribunales religiosos y penitenciales, pero después se utilizaron las leyes civiles para "controlar" la conducta inaceptable. Creó que la ignorancia al no conocer el rango de comportamiento sexual saludable, crea brechas potenciales en el proceso diagnóstico de los trastornos sexuales, en consecuencia es por eso que la DSM no puede o no define que es la sexualidad saludable y mucho menos el temperamento, los pensamientos o las personalidades saludables. Para poder concluir este tema complejo es muy difícil y contradictorio, ya que los argumentos poseen fundamentos deficientes, los criterios para el diagnóstico no tienen apoyo y sus aplicaciones están sujetas a mal uso y a abuso. Por ello la DSM debe de revisar y cambiar la definición de trastorno mental, de parafilia o de ambas, corregir las afirmaciones factuales, ajustar los criterios para la inclusión de un diagnóstico y añadir salvaguardas para evitar el mal uso del diagnóstico, esto sería una solución radical. Conclusiones: Las atracciones hacia las personas del mismo sexo son siempre el resultado de dos cosas: heridas que permanecen sin sanar desde la infancia; y necesidades de amor insatisfechas. Dentro del corazón del adolescente o del hombre que experimenta una atracción sexual hacia sus compañeros varones, se encuentra un niño que anhela el amor de su padre y/o el amor de sus compañeros de su mismo sexo. En muchas ocasiones, cuando eran niños, tuvieron una gran proximidad con
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sus madres e interiorizaron un gran sentido de la feminidad, desvinculándose de su padre y de la masculinidad que él representaba. En el caso de una chica, puede darse una gran cercanía con su padre y una interiorización de su masculinidad. En muchos casos, mujeres que sienten atracción sexual hacia otras mujeres padecieron abusos sexuales por parte de hombres, lo que provocó una vuelta inconsciente hacia las mujeres en busca de sus necesidades afectivas. En el presente y futuro del debate sobre la familia lo más importante es tener muy claro qué no es familia. Sólo teniendo claro este punto podremos dar eficaz protección y amparo a los seres más amables, a las criaturas más necesitadas, a las personas mejor preparadas para el regalo y el amor. Solo en la medida en que separemos la familia de otras situaciones podremos dar a los niños, nuestros hijos, lo que nuestros mayores nos dieron a nosotros: un mundo dónde vivir, querer y morir como humanos. Esperemos que así sea y que para ello rectifiquemos algunos errores que ya han empezado a diseminarse entre nosotros.
En cuanto al origen de las parafilias, no se ha podido demostrar la existencia de ninguna alteración orgánica o psicológica que las explique. Se han formulado muchas hipótesis, pero ninguna de ellas ha podido demostrarse científicamente. Se ha sugerido que estas personas podrían tener niveles altos de andrógenos. La Homosexualidad contendría características que la hacen merecedora de la consideración de parafilia, aunque actualmente se la ha retirado del manual DSM_IV, norteamericano por la presión recibida por parte de los colectivos homosexuales, es por ello que la mayor parte de profesionales (médicos, psiquiatras, psicopatólogos), no consideran hoy en día a la homosexualidad parafilia aun existe un número apreciable de profesionales que la incluirían en esta categoría. Es por ello que resulta imposible elaborar un catálogo definitivo de las parafilias.
Bibliografía Charles Moser, Ph.D., M.D. Instituto en Estudios Avanzados de Sexualidad Humana. San Francisco, California Peggy J. Kleinplatz, Ph.D. Universidad de Ottawa, Ottawa, Ontario, Canadá Originally published in: Revista de Terapia Sexual y de Pareja, Número 19, Agosto 2.004, paginas 31-56 American Psychiatric Association. (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (4th ed., Text Revised). Washington, DC: Author. - Moser, C. (2001), Paraphilia: Another confused sexologicaí concept. In P. J. Kleinplatz (Ed.), New directions in sex therapy: Innovations and altematives (pp. 91-108). Philadelphia: Brunner-Routledge.
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