¿INFLUIR O SER INFLUIDOS? ACTUTITUD DEL JOVEN CRISTIANO FRENTE A LA POSTMODERNIDAD Por: Prof. Abner Beens Bartolo Hurtado INTRODUCCIÓN Vivimos en una época denominada la postmodernidad. Esta se caracteriza principalmente, como muchos lo han sustentado, en tres expresiones: consumismo, hedonismo y nihilismo. Estamos inmersos en una sociedad consumista, donde el comprar da sentido y satisfacción a la vida. Solo piensan en adquirir cosas materiales, olvidándose de Dios y la necesidad del prójimo. También, la sociedad, se caracteriza por ser hedonista. Una sociedad que ama a los placeres (especialmente el placer sexual), sin importar con qué o quién los satisfaga. Y finalmente es una sociedad sin valores morales (nihilismo). En ese tipo de sociedad nos encontramos. Los más vulnerables a ser influidos por esta forma de vida son los jóvenes. Entonces, ¿cuál debe ser la actitud del joven cristiano frente a la postmodernidad? ¿Influir o ser influidos? La respuesta es obvia; nuestra tarea es influir cristianamente a esta sociedad, como sal y luz del mundo (Mt. 5:13-16); en obediencia al mandato divino: “… conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos” (Jer. 15:19). Pero, ¿cómo hacerlo?
1. Influir en obediencia a la Palabra de Dios El apóstol Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, nos da la respuesta, al escribir: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos pro medio de
la renovación de vuestro entendimiento…” (Ro. 12:2). Se nos ordena a no amoldarnos (“conforméis”) a la forma de vivir del tiempo presente (“este
siglo”); en otras palabras, Pablo diría: “No os conforméis a la forma de vivir de la postmodernidad”. Hay una orden de no dejarse influir por el sistema de vida presente. Todo joven cristiano debe transformar su mente, haciendo un cambio continuo de su forma de pensar; el cual debe estar
guiado por la Palabra de Dios. En obediencia a la Biblia está el secreto para influir cristianamente a la sociedad postmoderna. Pero, ¿esto es fácil? No, definitivamente que no. Dios mismo le explicó a Josué aquella dificultad, al decir: “Solamente esfuérzate y sé muy
valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó…” (Jos. 1:7). En este versículo Dios exhorta a Josué a tener una vida de obediencia a su Palabra.
2. Influir con bastante esfuerzo Dios primeramente pide esfuerzo. “Esfuérzate” quiere decir, “sacar fuerzas de donde ya no las hay”; en otras palabras, hay que “obedecer a Dios cueste lo que cueste”. Y de esa manera demostrar nuestro compromiso con Dios y cumplir nuestra tarea de influir a los jóvenes postmodernos.
3. Influir con valentía La segunda característica que pide Dios es la valentía. Pero no una simple valentía; el texto dice: “sé muy valiente”. “Valiente” no significa “ausencia de temor”; valentía es “enfrentar los temores y vencerlos”. En ese sentido, Dios exige que cada joven cristiano enfrente sus temores del “qué dirán de mí”, “qué dirán mis amigos incrédulos” y se dispongan a obedecerle. Muchos jóvenes cristianos no tienen las suficientes agallas para declarar a sus amigos incrédulos su fe en Dios. No demuestran con palabras y obras, que son jóvenes transformados por la sangre de Cristo. Pero, recordemos que “Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de
amor y de dominio propio” (2 Tm. 1:7). No debe acobardarnos el influir la sociedad postmoderna; porque la cobardía no es de cristianos (Ap. 21:8).
Conclusión Frente a todo lo dicho, concluyo que la responsabilidad de los jóvenes cristianos es influir, con sus vidas transformadas, a esta sociedad que
constantemente se aleja de Dios. Con esfuerzo y valentía deben pensar y vivir de la forma que ordena Dios en su Palabra. “Influir y no ser influidos” no es una opción de vida, es sobre todo, una orden divina. Aunque parezca raro ante los ojos de la gente; imitemos la actitud de los peces que nadan en contra de la corriente.