“Has llenado mi copa a rebosar. La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida” (Salmo 23:5-6 NVI). ¿Tu vida está rebosando? Si eres como la mayoría de las personas, puedes estar rebosado, pero no de cosas buenas. Muchas personas han excedido sus agendas, han gastado en exceso su dinero, han sobregirado su crédito, han sobrecargado sus emociones, han trabajado demasiado en sus cuerpos, han saturado sus días y han dado demasiada importancia a la aprobación de los demás. Como resultado, terminan estresados, ansiosos y abrumados, ¡se excedieron! Están lejos de experimentar la bondad de Dios. ¿Por qué nos dejamos sobrecargar demasiado? A menudo, el miedo a perdernos de cosas nos motiva a hacer más. Pero la verdad es que no te estás perdiendo de nada cuando descansas en la bondad y en la provisión de Dios. Dios quiere moverte de estar abrumado a estar rebosando. Él quiere satisfacer todas tus necesidades, ¡y Él puede! Primero, necesitas reconocer dos enfoques diferentes y fundamentales de la vida, que te impiden o te llevan a la abundancia de Dios. Puedes abordar la vida con una mentalidad de escasez o con una mentalidad de abundancia. Con una mentalidad de escasez, piensas constantemente: "No tengo suficiente tiempo; no tengo suficiente dinero; no tengo suficiente energía; no tengo suficientes contactos, oportunidades, conocimientos, educación o lo que sea". Es la sensación de que siempre llegas tarde y te falta un peso. Una mentalidad de escasez se centra en tus recursos limitados, y el resultado es una vida agobiante. Una mentalidad de abundancia se enfoca en los recursos ilimitados de Dios, y el resultado es una vida rebosante. ¿Alguna vez te has preocupado de que la persona que respira a tu lado te esté robando el aire? Por supuesto que no. Tú sabes que Dios creó suficiente aire para que todos tengamos todo el aire que necesitamos. Piensa en la provisión de Dios de esta manera: Dios no nos da un pastel. ¡Nos da una fábrica de pasteles! Nunca se acabarán. La Biblia incluye palabras como abundancia, desbordante, rebosar y sobreabundar, para describir lo que Dios tiene para ofrecerte. Dios tiene más que suficiente para satisfacer todas tus necesidades y las de todos los demás al mismo tiempo. Jesús dijo: "El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darles una vida plena y abundante" (Juan 10:10 NTV). No tienes que preocuparte por quedarte sin nada, porque Dios es la fuente de tu vida. Él puede abrir un grifo y cerrar otro. Puedes perder un trabajo, pero Él puede
proporcionarte otro. Él quiere llenarte más allá de tu capacidad, con un suministro infinito de Su bondad, gozo, bendición, esperanza y paz. Reflexiona sobre esto: ¿A qué perspectivas o emociones conduciría una mentalidad de escasez? ¿Cómo una mentalidad de abundancia produce paz en tu vida? ¿Por qué a menudo nos preocupamos por cuánto tienen los demás en lugar
de centrarnos en la abundante provisión de Dios en nuestras propias vidas?