Grito de Pilagá Fuimos de aquí los primeros somos de aquí naturales nos han robado hasta el cielo nos aniquilan con hambre/nos remataron el suelo nos preservan como lastre/echaron a nuestros dioses cambiaron vida por muerte. ¿Cómo volver atrás? ¿Cómo volver a empezar? Perros de corazón negro/falsos dadores de nada enterraron mi cultura/justificando barbaries nos vendieron un progreso que cada día es más lejano. Exterminaron el árbol/ahora la tierra está seca. ¿Cómo volver atrás? ¿Cómo volver a empezar? La gente que ayer amaba la tierra hoy ve con dolor, que muere su esencia ¿Cómo volver atrás? Se rasgan las vestiduras/por los derechos del hombre pero para los que saben/no somos ni animales verdes eran nuestros bosques claros y limpios los ríos por la mano de los sabios/convertidos en desierto. ¿Cómo volver atrás? ¿Cómo volver a empezar? La gente que ayer amaba la tierra hoy ve con dolor, que muere su esencia Cambio de rumbo exigimos queremos ser lo que fuimos libres de amar nuestra historia por lo que fue nuestro pueblo. Verdes eran nuestros bosques claros y limpios los ríos por la mano de los sabios/convertidos en desierto. ¿Cómo volver atrás? ¿Cómo volver a empezar? La gente que ayer amaba la tierra hoy ve con dolor, que muere su esencia
En 1994, la Reforma de la Constitución Nacional incorpora, en su artículo 75, inc. 17, el siguiente mandato: “Corresponde al Congreso: Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural, reconocer la personería jurídica de sus comunidades y la posesión y propiedad comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afecten. Las provincias podrán ejercer concurrentemente estas atribuciones”. “El desplazamiento nos parte en dos porque nosotros, cuando salimos del territorio, salimos forzados por la situación económica o porque nos quitaron las tierras. Hay grandes latifundistas que compran tierras y nos quedamos sin territorio”.
“Nosotros en la naturaleza tenemos supermercado y farmacia. De ahí sacamos nuestra medicina y nuestro alimento, pero con el cuidado permanente de ser prudentes consumidores. No depredamos, no contaminamos, cuidamos cada cosa que hay en la naturaleza preservándola para nuestras generaciones futuras”.
Concepto de actividad agropecuaria La actividad agropecuaria integra el sector primario de la economía, pues explota productos de la naturaleza (suelos destinados a agricultura, ya sea con cultivos perennes como los de banana o café, o anuales como los cereales; forestación o ganadería, bovina caprina u ovina; y pesca) sin
hacer en ellos cambios, que pueden sin embargo, servir como materias primas a las industrias, que constituyen el sector secundario, económicamente hablando. El término agrícola es un adjetivo de tipo calificativo que se usa comúnmente para denominar a todas aquellas cosas, actividades o circunstancias que tengan que ver con la actividad de cultivar y de cosechar materias primas que puedan ser luego utilizadas por el ser humano como alimento o con otros fines (como por ejemplo, abrigo o vestimenta). La palabra agrícola proviene de la palabra agricultura, es decir de la cultura de cultivar y de trabajar la tierra, una de las actividades más importantes para la subsistencia humana ya que le permite no depender de manera tan directa de lo que le ofrece la naturaleza si no de proveerse a sí mismo con su propio alimento. Modelo Agroexportador El modelo agroexportador fue una organización económica propia de ciertos países latinoamericanos, pero en particular de Argentina, que tuvo lugar a finales del siglo XIX y consistió en el aprovechamiento masivo de sus plataformas territoriales para desarrollar el cultivo y la explotación de materias primas del agro con fines de exportación, como principal fuente de ingreso. Este modelo coincide en casos como el argentino con el establecimiento del Estado nacional, por lo que se vincula profundamente con las raíces imaginarias de la nación, es decir, forma parte importante de su propia historia económica. El modelo agroexportador instauró un importante flujo económico entre algunas potencias industriales como Gran Bretaña, Francia o los Estados Unidos y las naciones jóvenes latinoamericanas, modelando la sociedad de estas últimas en base a una economía exportadora. A grandes rasgos, la consecuencia más importante del modelo agroexportador tiene que ver con el crecimiento masivo del agro, pero no su desarrollo y modernización. A diferencia de los países industrializados, cuyas historias económicas apuntaban a la implantación del capitalismo industrial y el surgimiento de una sociedad tecnificada, los países de la periferia se concentraban en generar riqueza a partir de suministrarle al primer mundo los materiales necesarios para su desarrollo. Las consecuencias de ello no se hicieron esperar: el mundo desarrollado pronto pudo incorporar sus propios productos manufacturados al mercado, amparados en las potencias tecnológicas de la industria moderna, abaratando los precios de la materia prima y constituyendo un mundo muy desigualmente modernizado. El mejor ejemplo del continente lo representa el modelo argentino entre 1880 y 1915, época durante la cual el gobierno impulsó el cultivo masivo de granos y cereales, por lo que a menudo se llamó a la Argentina como “el granero del mundo”. De una exportación promedio por año de 20 toneladas de granos, Argentina pasó a 400 toneladas en poco más de quince años.
La forma republicana de Estado posee ciertas características; entre ellas la fundamental es la división de poderes, el control y el equilibrio de esos poderes como forma de limitar el abuso y garantizar las libertades individuales. Es un régimen federal porque las provincias son unidades autónomas, con su propia organización político-administrativa, que han delegado parte de sus atribuciones en un nivel federal.