Fuego Copia.docx

Universidad del Rosario. ECH Propedéutica de textos Jafeth Carvajal Ficha de lectura Simón Diez 21/02/19

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Una reseña de: Malm, A. (22, 06, 2015). El mito del Antropoceno. Revista 15-15-15. Recuperado De https://www.15-15-15.org/webzine/es/

La economía mundial nunca había demandado tanta energía fósil; siendo esta culpable del 3% de las emisiones mundiales de CO2. Y ¿Qué tiene de malo? El dióxido de carbono es nada mas y nada menos que un importante gas de efecto invernadero. El planeta nunca había estado tan caliente; y es difícil tomar medidas al respecto si persiste la ambigüedad de ¿cuál es el verdadero autor del calentamiento global? Malm señala dos supuestos responsables y el auténtico implicado.

El control del fuego fue el precursor de la especie humana y su evolución; aunque ahora sea el lento y silencioso asesino de esta: ¿Paradójico no? Bien dice Malm que “cuando la humanidad quemo su primer árbol muerto, eso únicamente podría llevar, un millón de años después, a quemar un barril de petróleo”. Esto se puede entender como evolución; analógicamente necesaria para la continuidad humana. Como bien lo refleja Darwin en su teoría de selección natural “los organismos, para sobrevivir, deben presentan variaciones hereditarias que les capaciten para vivir más y dejar mayor descendencia que otros” en pocas palabras deben evolucionar. Y si la energía es la fuente de evolución; entonces su demanda aumentara incesablemente. La contraparte aquí es que ya se están implementando las energías alternativas para reemplazar a las fósiles; entonces aquí ya se están tomando medidas; por lo que forma parte de un supuesto. La predisposición humana nos encamina al volante como “un villano conduciendo el tren” en la ruta del antropoceno; somos la nueva fuerza geológica que transforma el entorno para facilitar nuestra calidad de vida que en ultimas lo que hace es deteriorarse; o simplemente adquirimos involuntariamente la costumbre de contaminar. Esto se puede ejemplificar en el trato que se le da al bebe. Este defeca como si no hubiera un mañana sabiendo que la madre

2 estará al pendiente de su limpieza. Cuando crecemos involuntariamente conservamos esa idea; solo que la “madre-inodoro” ahora es el planeta que creemos capaz de aguantar nuestra huella en la atmosfera. Y así es como se nos inculpa a nosotros y a nuestras propiedades humanas del business-as-usual (una situación continua e invariable a pesar de las dificultades o perturbaciones); cayendo en el sinsentido argumentado en la diversidad de las sociedades. El antropoceno junto con la economía fósil surgió en el siglo XX ¿entonces las propiedades humanas eran diferentes antes de este siglo? No; lo diferente era la sociedad. Esto quiere decir que la idea de la predisposición humana como autora también es un supuesto. Y por último el capital-ceno y su época geológica en general; que “vierte combustible al fuego que esta consumiendo el sistema terrestre”. A esta ideología global que se implementó como principal modelo universal sin nuestro consentimiento le atribuimos las maquinas motrices que eliminaron la mano de obra. La explotación desmesurada del carbón por los británicos. La expansión de la industria manufacturera “Made in china” también. Y no dejemos atrás el espíritu del capital fósil en la economía y la concentración de riqueza directamente proporcional a la concentración de energía. A este problema no se le ha podido encontrar solución ¿Por qué? El mundo que conocemos se fundo gracias al “capital-a-vapor” emblema de la industrialización; además el globo terráqueo se encuentra guiado por las elites dueñas del mundo y de su economía.

El capital fue algo que de la nada llego y se universalizo; o ¿Cuántos estuvimos involucrados en las decisiones del capital? No elegimos el sistema; pero si podemos elegir el bando. Tenemos la oportunidad de retribuirle el calentamiento global al capital; el principal actor material. O estar de acuerdo con Paul Kingsnorth y dar por perdido el planeta al culpar a toda la raza humana y a sus propiedades del calentamiento; eliminando toda posibilidad de antagonizar al modelo y restringir su impacto ambiental.

Bibliografía Malm, A. (2017). El mito del Antropoceno.