Fortalecidos Con Todo Poder

...Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad. Colosenses 1:11. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo... Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Isaías 43:2. Nuestra fe es un acero templado La fabricación de un acero no sólo necesita el empleo del fuego, sino también del agua. Así, la prueba para el creyente puede tomar varias formas, pero todas tienen como blanco afinar su fe. La prueba nos enseña la paciencia. Aprender a soportar es una laboriosa lección; la paciencia es su fruto. Entonces nuestra propia voluntad es subyugada y la de Dios es aceptada como buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2). La prueba nos enseña a ser valientes. Nos quita el temor de sufrir a medida que experimentamos la gracia de Dios que nos sostiene. Y al fin de nuestra carrera terrenal podremos estar en pie como buenos soldados de Jesucristo, llevando las cicatrices de las luchas, por cierto, pero también la gloria de las victorias logradas con él. La prueba nos moldea y da vivas lecciones a los demás. Muestra lo que una vida llena de Cristo puede cumplir, pese a nuestra flaqueza natural. Podemos ser la demostración de que Cristo es suficiente para todas las situaciones. La prueba nos hace capaces de ayudar a otros mediante las lecciones aprendidas en el curso de nuestra propia experiencia (2 Corintios 1:4). De esa manera el Señor nos hace aptos para consolar, fortalecer y alentar a aquellos a quienes nos envía.