Fanfic Travesia

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  • Words: 3,754
  • Pages: 7
FANFIC KING OF FIGHTERS: TRAVESIA

Capítulo 1: Sueños del Pasado. Han pasado ya algunas horas desde que la oscuridad de la noche envolvió la tenue luz de los rayos del sol, el cual ya se había ocultado. En este lugar, a lo lejos en el horizonte solo podía observarse la luna llena, la cual se mostraba mas sombría que la misma noche. Su luz cubría el lugar y haciendo parecer la atmósfera del mismo un tanto tétrica mientras que el helado viento soplaba sin piedad, provocando que calara el frió hasta los huesos. Cualquiera que estuviera ahí podría sentir o percibir que algo pasaría esa noche; algo que seria trágico. “DE PRISA!!!” Una joven chica gritaba frenética mientras jalaba a un mucho más joven chico, el cual se encontraba en el suelo. El se había caído al tropezar con un pedazo de tronco que se encontraba entre la hierba crecida. El chico parecía ser de aproximadamente unos 7 años y tanto su cabello café oscuro como su ropa, se encontraban cubiertas de lodo y tierra y una vez de pie, se podía ver que tenia numerosos raspones y cortadas en sus piernas. Sus ojos cafés estaban llenos de lágrimas, pero a la vez, ardían en determinación y con deseos de prevalecer sobre cualquiera que fuera la amenaza que estaba persiguiéndolos. De pronto, los ojos de la joven se ampliaron en asombro, mientras en shock observaba la terrible realidad. Parando de golpe su marcha, vieron que lo que se encontraba frente a ellos era una amplia vista hacia el mar, la cual se extendía bajo el risco al cual habían llegado. Algunas piedras comenzaron a caer directo hacia el enfurecido mar del lugar, las olas rompían con fuerza y estrepitoso sonido en los límites. La chica miraba que no tenían a donde seguir huyendo con profundo desaliento, mientras que el viento movía su cabello en forma de colita de caballo. Comenzó a temblar mientras abrazaba al igualmente aterrado niño. Fue entonces cundo un sonido amenazante comenzó a escucharse detrás de ellos. Asustada, la chica volteó e instantáneamente sujeto al chico para mantenerlo cerca. Entre la hierba podían distinguirse dos figuras un tanto siniestras, merodeando en la oscuridad tal cual depredadores. Ellos eran ninjas, los cuales portaban su tradicional vestimenta negra. Sus rostros se ocultaban detrás de mascaras, dejando entrever solo un par de maliciosos ojos. “Danos al chico ahora, niña… Estoy cansado de jugar al corre-que-te-alcanzo…” habló uno de ellos, indicando con su mano que hiciera lo que acababa de ordenarle. “NUNCA! Si… si das un paso mas yo… yo…” la chica comenzó a tartamudear al tratar de gritarle sus antagonistas.

“Qué harás, pequeña? Llamarás a tu papi para que te ayude?” Respondió burlándose el otro ninja. “El no esta aquí…” La chica adoptó una postura amenazante hacia los ninjas mientras abrazaba aún más firmemente al sollozante pequeño. “Si… si se atreven a llevarse a mi hermano, VOY A MATARLOS!!!” grito enfurecida, haciendo que el sonido de su voz fuera aún más potente que el ensordecedor estruendo producido por las olas. Uno de los ninjas comenzó a reírse a carcajadas. “Estas acaso tratando de asustarnos con amenazas insignificantes, niñita?”. El comenzó a tronar sus dedos y sus ojos se contrajeron salvajemente. “Ya tuve suficiente de todo esto, tomemos al chico ahora!”. Los ninjas comenzaron acercarse lentamente hacia la chica y su hermano, enfocando sus crueles miradas en ellos tal cual un depredador lo haría sobre su presa. El chico entró en pánico al ver que la amenaza que representaban sus captores se hacía más y más cercana. “NE-CHAN!!! (HERMANA!!!)” gritó repleto de miedo mientras observaba el rostro de de su hermana. El sujetaba fuertemente la manga de ella, rogando porque ella pudiera hacer algo. La chica se encontraba confundida, no sabía que hacer para que ambos pudieran salvarse. Estaban atrapados y era más que evidente que no podrían escapar tan fácilmente… los ninjas estaban demasiado cerca… el tiempo se acababa… solo había una salida… De pronto la chica sujetó la camisa del chico con una de sus manos. El chico, sorprendido por esto, solo pudo escuchar que su hermana le susurraba algo… “Lo siento, pequeño… pero tú no puedes terminar aquí… algún día, estaremos juntos otra vez, se fuerte… te quiero hermano…” esas fueron las últimas palabras que el chico escuchó de su hermana. En instantes, los ojos de la chica cambiaron de una expresión tierna y llena de amor, a unos ojos que parecían haberse encendido en llamas, pero el chico no tuvo tiempo de preguntarse que pasaba, pues comenzó a sentir que ya no estaba parado en el risco. Estaba de hecho flotando en el aire para que instantes después fuera víctima de las fuerzas de gravedad que comenzaron a jalarlo hacia abajo… hacia las heladas aguas del mar. Pudo darse cuenta de todo esto con horror al mismo tiempo que contemplaba la imagen de su hermana en el risco, mientras levantaba una de sus manos la cual explotó en llamas. Un cegador resplandor le siguió a esto, y el último sonido que el chico escuchó antes de caer al agua fué un feroz grito que decía… “OROCHINAGIIII!!!!” “NOOOOOOO!!!!!” Kyo gritó mientras al mismo tiempo un violenta sacudida lo hizo saltar de su lugar, y mientras jadeaba puso su cabeza sobre el mesabanco, el sudor en su rostro goteaba incesantemente y en grandes cantidades. Momentos después, su respiración comenzaba a normalizarse y lentamente levanto su cabeza mostrando su rostro a los demas. Se dió cuenta de que varias miradas estaban centradas en él, las cuales provenían de otros estudiantes que se encontraban a su alrededor. Ellos estaban desconcertados y algo sorprendidos por el raro comportamiento de Kyo. Y el más sorprendido de todos era el mismo profesor, que se encontraba justo enfrente de todos impartiendo sus enseñanzas. El asombro de aquel calvo y ya un tanto mayor hombre pronto se convirtió en disgusto. “Acaso volvió a quedarse dormido mientras imparto la clase, Kusanagi?” pregunto el profesor firmemente y con el ceño fruncido. El llevaba un traje grisáceo y obviamente estaba orgulloso de su trabajo, y saber que este estudiante en particular no valoraba su trabajo, no lo mantenía del todo complacido.

“Uhhm… errm… si, eso creo…” dijo Kyo sumisamente junto con una sonrisilla, al darse cuenta de que, en efecto, se había echado una siesta mientras el maestro daba la clase, lo cuál fue provocado por haberse quedado platicando con sus amigos hasta tarde una noche anterior. “Arregleselas para que esto no vuelva a ocurrir, Kusanagi?” agrego el profesor “… o lo único por lo que volverá a gritar de esa manera será por ver una F en su siguiente exámen”. Dicho esto, el profesor dió media vuelta hacia el pizarrón blanco para continuar escribiendo notas sobre su lectura. Kyo pronto recuperó su postura habitual en su asiento y suspirando tomó una pluma para anotar en su cuaderno. Capítulo 2: El Llamado… “Hey Kyo!!!”. Kyo detuvo su marcha a través del pasillo escolar para ver quien lo llamaba. Pudo ver a un muchacho que se acercaba corriendo un tanto entusiasmado que llevaba una gran cantidad de libros en sus brazos. Era más o menos de la edad de Kyo, su cabello era muy corto y vestía una playera negra con un letrero que decía “You don´t got the Fire…”, complementando su vestuario con jeans azul claro. El era uno de los mejores amigos de Kyo, Daishi Kitayama. “Oye, Kyo!… Hermano! Que te pasó allá adentro?” le gritó Daishi mientras que al mismo tiempo golpeaba la espalda de Kyo con una gran palmada que provocó un gran sonido a través del pasillo, lo que ocasionó que se dibujara una expresión un tanto grotesca en el rostro de Kyo. “OUCH! Oye, que te pasa?. Eso me dolió!!!” Kyo reclamó con tono un tanto disgustado mientras miraba con ojos a medio cerrar a su amigo. Kyo tenía una apariencia atractiva. Vestía una camisa negra, con las mangas enrolladas, debajo de la cual llevaba un chaleco de tono café oscuro sobre una playera blanca, la cuál no era capaz de ocultar su forma muscular. Sus pantalones eran de pinzas y lisos, complementandolos con zapatos de charol blancos adornados con un cintillo. Su largo y lacio cabello castaño era mantenido lejos de su rostro gracias a su bandana blanca. “Lo siento…” dijo Daishi con una pequeña sonrisa. “Pero hey, no seas exagerado… he visto que recibes golpes 100 veces más fuerte que ese cuando entrenas con tu papá y sigues como si nada…” agregó mientras su cara mostraba que Kyo estaba tratando de engañarlo. “Es cierto, pero de todos modos me molesta que hagas cosas como esas…” Respondió Kyo. “Bueno, Bueno… ahora dime que fue lo que ocurrió. La verdad es que te veías muy alterado y extraño cuando te despertaste de golpe en medio de la clase del profesor Yamada. Te pasa algo, Kyo?” “Solo fue una pesadilla, eso es todo”. Resongó Kyo mientras le hacia una mueca. “Seguro?. Porque parecíera que hubieras tenido de frente al mismisimo Satán cuando gritaste con todas tus fuerzas tal cual hubieras perdido la razón, sabes?” Daishi intentaba recrear con graciosas expresiones en su rostro lo que con sus palabras acababa de describir. Daishi no era precisamente la persona mas discreta del mundo y era incapaz de disimular o usar palabras con mayor sensetez. ¨ “Si, me imagino, pero ya bajale no?! Podrías dejar de hablar de eso antes de que… ?!!” Kyo ya comenzaba a impacientarse cuando de pronto vió algo que llamo por comlpleto su atención. Apenas pudo distinguir lo que era, una misteriosa silueta que estaba parada cerca de una máquina de refrescos. Era una mujer, una que parecía ya haber visto antes: cabello corto y castaño, ojos café oscuro, piel clara y vestia un atuendo rojizo. Ella le sonrío y comenzó a llamarlo mediante señas, indicándole e invitandolé a que la siguiera para después voltearse y alejarse. Kyo, percibiendo que algo extraño estaba pasando, le dió sus libros a Daishi. “Sostén esto por unos momentos, Daishi” le dijo Kyo firmemente. “Debo irme. Tengo algo que hacer, y que ni se te ocurra seguirme”.

Rápidamente, Kyo siguió el rastro de la mujer, dejándo a Daishi solo en el pasillo con una gran cantidad de libros en sus adoloridos brazos. Se quedó desconcertado y confundido por unos instantes. “HEY!!! ACASO PIENSAS QUE PUEDO AUNQUE QUISIERA SEGUIRTE CON TODOS ESTOS PESADOS LIBROS??!!!” Daishi finalmente protestó con enojo. Capítulo 3: El Hombre de Viento… La caminata de Kyo finalizó dentro de un estacionamiento. “A donde se habrá ido?” pensó para sí Kyo, al verse solo en aquel estacionamiento desolado. Anochecía y era más que notorio que tanto estudiantes como profesores ya habían abandonado el recinto escolar. Este día Kyo había decidido quedarse hasta tarde para ponerse al día con algunas clases que había perdido en la semana. Parecía un día aburrido, pero ahora estaban ocurriendo cosas extrañas, cosas que lo estaban confundiendo. Su prioridad en esos momentos era la de saber el paradero de la mujer que lo condujo hasta ese lugar. “KUSANAGI!” Kyo se asustó, habiendo sido tomado por sorpresa debido al grito. Rápidamente volteó hacia sus alrededores buscando al poseedor de la voz que lo llamó. Pero solo pudo divisar los edificios y árboles que se encontraban a su alrededor. “Maldición…” Kyo murmuró “Muestrate ahora!…” Una fuerte ráfaga de viento pasó sobre donde se encontraba parado Kyo, echando sus finos mechones hacia atrás. Después, Kyo comenzó a escuchar el sonido de pasos detrás de él. Comenzó a darse la vuelta cautelosamente, hasta quedar frente a frente con la persona que había estado esperando su arribo. Ante Kyo se encontraba un sujeto que andaría en sus veintitantos. Era un tanto alto y vestía un chaleco de tono oscuro, sobre una camisa de cuello alto y manga larga. Era evidente que cualquier persona podría darse cuenta de su buen gusto para vestir. Sus ojos verdes eran rasgados y con toque fino, los cuales le brindaban un aspecto bastante juvenil y atractivo, suficientes como para incitar a la lujuria a cualquier mujer. Una arracada dorada adornaba el lóbulo de su oreja derecha, dándole un toque de rudeza a ese ser de apariencia culta y aristocrática. Hasta el mismo Kyo se sintió un tanto intimidado y también sintió un poco de envidia hacia la apariencia de aquel hombre. Detrás de este, se encontraba la misma mujer que había guiado a Kyo hasta ese lugar. Sus supocisiones eran correctas; era alguien conocido. Kyo recordó haberla visto hace apenas un año cuando participó en el torneo The King of Fighters 1995. Ella era una de las secretarias de Rugal Bernstein. “Pero que…” exclamó Kyo al darse cuenta de esto. ¨ “Buenas tardes, Kusanagi” el hombre habló con una voz que concordaba claramente con su apariencia: suave y juvenil. “Es bueno saber que tu curioso linaje no se ha desvaecido. Pero…” “Quién eres tú? y que… ?!!”. Kyo detuvo su cuestionamiento cuando vió que el hombre de pronto se abalanzó sobre él a una velocidad impresionante. Tratando de anticipar esta ofensiva, Kyo trató de defenderse del ataque con uno de sus brazos. Pero era demasiado tarde, pues Kyo ya habia recibido de lleno un golpe que iba dirigido a su rostro, siguiéndole otro golpe más, este en su estómago. “GUHK!”. Kyo escupió sangre al recibir aquel impacto con fuerza inusual. Instintivamente, comenzó a dar algunos pasos hacia atrás mientras su mano permanecía en su vientre. Estaba a casi

un metro de distancia de donde se encontraba parado aquel hombre, quien tenía las manos en su cintura mientras una sonrisa burlesca se dibujaba en su rostro, con la firme intención de burlarse de Kyo. Kyo apretó sus dientes y con sus ojos ardiendo de rencor inmediatamente se abalanzó hacia enfrente con un gran grito. La sonrisa del hombre permanecía intacta, aun cuando optó por tomar nuevamente su postura de pelea, listo para enfrentar la agresión de Kyo. Kyo llevaba ya uno de sus brazos hacia atrás preparando un ataque con su puño, pero esto facilitó que el hombre pudiera esquivar este ataque cuando Kyo lo realizó. Después, el hombre se impulsó hacia arriba, pasando por encima del sorprendido Kyo y sujetando su cuerpo con sus brazos lo levantó. Maldiciéndose, Kyo pudo ver que estaba en plena desventaja y antes de que pudiera reaccionar, el hombre azotó severamente su cabeza contra el frío y duro asfalto. “AAGH!”. gritó de dolor Kyo mientras el hombre lo soltaba para dejarlo que cayera de lleno al suelo. Lentamente, Kyo se levantó del suelo, con sus manos en la cabeza que le dolía tal cual se le hubiera partido en dos. Kyo observó al hombre, quien permanecía cruzado de brazos, mofándose del estado de Kyo. “Y bien… eso es todo lo que el campeón de KOF puede hacer?” “Gahh!… CALLATE!, aún no has visto nada!!” gritó Kyo enfurecido. “Veo que conservas tus deseos de pelea… jeje, si te queda algo por mostrar? Estoy esperando…” “NO ME PROVOQUES!!!” exclamó Kyo. “KURAEEE!!! (TOMA ESTO!) YAMIBARAI!!!”. A gran velocidad, una enorme llamarada proveniente de un rápido movimiento de manos de Kyo se dirigía hacia el hombre que permanecía tranquilo. El amenazante ardor y el feroz crujido de las flamas llevaba toda la intención de carbonizar la carne del enemigo y reducirla a meras cenizas. En el instante en que parecía que el torrente de flamas engulliría la humanidad de aquel hombre, éste desapareció dejando en su lugar una fuerte corriente de aire, extinguiendo por completo la feroz llamarada en instantes. “IMPOSIBLE!!!… Como lo hizo?!!” exclamó atónito Kyo al ver lo sucedido. De pronto Kyo escuchó a alguien susurrarle a sus espaldas. “Crees poder ganar con esa técnica tan obsoleta? Te mostraré lo que es un verdadero ataque efectivo!!!” De pronto un poderoso golpe en forma de huracán dió de lleno en la espalda de Kyo, haciéndolo volar por los aires, estrellándolo fuertemente contra la barda perimetral del colegio. “AAARRGH!!!…” El dolor en sus costillas se confundía con el de su torso, el cual hacía que se le dificultara respirar. La sangre comenzo a gotear de su boca y sus fosas nasales estaban obstruidas con sangre también. “Cough, cough!… ma… maldito… unnggh…” tosiendo y en mal estado, Kyo no podía creer que no pudiera defenderse de los ataques de aquel hombre. “Esto no se… quedara… así…” objetó Kyo mientras nuevamente se incorporaba y adoptaba su guardia habitual. “Como siempre… todos los Kusanagi suelen ser necios y obstinados… no importa cuantos siglos pasen, esto sigue permaneciendo en ustedes, asi como su inferioridad ante nuestro poder… mirate ahora, no has tenido suficiente acaso?” le dijo el hombre con tono siniestro. Kyo, sintiendose insultado y enfurecido por las burlas incesantes hacia él y su familia, se avalanzó sobre él una vez más. Kyo entonces dirigió un golpe hacia la cara de su oponente, pero falló al este último esquivarlo fácilmente. Sin dar ninguna oportunidad, Kyo inmediatamente realizó otro golpe

con su brazo contrario, el cual esta vez estaba cargado con abrasadoras flamas, y lo envió bruscamente contra su adversario. Tomado por sorpresa, el hombre apenas alcanzó a cubrirse con sus brazos del amenazador calor de las llamas mientras que Kyo se elevaba por los aires junto con un rastro de flamas rodeándolo mientras gritaba ferozmente “ONIYAKI!!!” El hombre trastabillo hacia atrás debido al imacto del ataque de Kyo justo cuando este último ya estaba en el piso. Rápidamente, Kyo adoptó su postura defensiva, desperdiciando la posibilidad de seguir atacando. El hombre lentamente levantó su mirada, y solo para aumentar el enfado de Kyo, ya que era evidente que seguía sonriendo con aire burlesco. “Muy bien, Kusanagi” reconoció el hombre, limpiándose las mangas. “Debo aceptar que no esperaba que pudieras atacarme con ese movimiento usando tus flamas. Estoy impresionado”. “Quién eres tú?” preguntó Kyo manteniendose alerta. “Porqué me atacas de esa manera?”. Después, Kyo miró hacia donde se encontraba la secretaria de Rugal. “Y que hace ella aquí?”. “Vaya, al parecer tienes muchas preguntas, no crees?” mencionó el hombre un tanto entusiasmado. “CONTESTAME, MALDITA SEA!!!”. exclamó ferozmente Kyo sintiéndose muy impaciente y ansioso. La sonrisa del hombre se convirtió en una gran carcajada al ver lo molesto que estaba Kyo. Era bastante placentero para él ver como Kyo perdia la paciencia fácilmente al provocarlo una y otra vez. Una vez calmando su risa, el hombre se limitó a sonreir nuevamente. “Hay una razón por la que estoy aquí, Kusanagi” le dijo. “He venido para probar si estas en forma para pelear, y por lo que puedo deducir, creo que no has perdido el toque… aunque puedes mejorar…” “De qué hablas? No me salgas con esa clase de tonterías” respondió Kyo. “Dejate de bromas y vé directo al grano”. “De acuerdo, esta bien…” el hombre suspiró al ver que no tenía caso seguir así. “Vice, sé una buena chica con el joven Kusanagi y entrégale el sobre”. “La secretaria de Rugal accedió complaciente a esta petición y sacó un sobre de entre sus vestimentas. Caminó hacia donde se encontraba Kyo con el sobre en sus manos. “Aquí tiene, Sr. Kusanagi” le dijo Vice mientras sonreía, sus seductivos ojos cafés lo observaban mientras Kyo le arrebataba el sobre de su mano. Lentamente Kyo lo abrió y sacó la tarjeta que se encontraba dentro. Al abrirla, sus ojos comenzaron a leer lo que contenía la tarjeta. Después de unos instantes, Kyo dirigió su mirada hacia Vice, con ojos amplios y desconcertados. “K… King of Fighters ‘96?!” mencionó Kyo. “Así es, está invitado nuevamente, Sr. Kusanagi” le dijo Vice sonriendo. “Sorprendido, Kusanagi?” el hombre habló mientras se acercba a Kyo. “Es decisión tuya si deseas participar o no, pero lo mejor sería que participaras nuevamente. Puede que encuentres las respuestas a las preguntas que tienes, como el significado de ese extraño sueño que has estado teniendo recientemente. “Que?!… pero como supiste?…” Kyo exclamó sorprendido. Lo que el hombre dijo era cierto. La pesadilla que él había tenido cuando se quedo dormido en clase se había estado repitiendo estos últimos días y nunca había platicado con alguien de esto o dado alguna razón o descripción del mismo. Aún así, como pudo enterarse este hombre de eso?.

“Heh… un Orochi es capaz de saber estas cosas, Kusanagi” el hombre le mencionó a Kyo mientras pasaba de largo cerca de él. Vice iba tras él y ambos comenzaron a alejarse. “Orochi… HEY!” Kyo lo llamó nuevamente, dándose cuenta que ese hombre no era una persona ordinaria. Si lo que había dicho era verdad, ese hombre pertenecía al clan Orochi, un maligno clan que ha sido una amenaza para la sociedad desde tiempos antiguos. Los Kusanagi han peleado contra ellos por siglos junto con los Yasakani, con quienes compartían los conocimientos de un mortal estilo de pelea llamado Magatama. Eso fué, hasta el día en que los Yasakani rompieron todo rastro de alianza con los Kusanagi después de un conflicto que se suscitó entre ambos, aliándose entonces con el clan Orochi, los cuales proporcionaron a los Yasakani lo que siempre desearon: poder y destrucción. Asumiendo entonces el nombre de Yagami, ellos arrasaron con pueblos enteros, tal cual una plaga amenazadora que lo destruye todo. “Porqué haces esto?…” Kyo agregó. “Una cosa más, Kusanagi” el hombre dijo sin voltear. “Debes de saber que Iori también participará en el torneo de este año…” fué entonces que tanto él como Vice desaparecieron de pronto de la vista de Kyo, dejándolo solo en aquel estacionamiento. “Iori…” pensó Kyo mientras observaba la invitación en sus manos. Iori Yagami era la semilla maldita del clan rival de los Kusanagi, ambos clanes odiandose a muerte. Maldad era una palabra insuficiente para describir por completo a Iori. Era como un demonio que solo poseía el interés en sí mismo y en su búsqueda de más poder. Cualquiera que se atreviera a desafiarle sufríria una muerte escalofriante, ya que Iori no sentia algún rastro de piedad por algo o por alguien. Su crueldad solía ser tan grande como su poder. Kyo peleó con el el KOF ´95 y volverá a enfrentarlo en KOF´96. Para Kyo ahora estaba todo más que claro, estaba convencido de lo que debía hacer. Cualquiera que fuera el motivo por el cual Iori estuviera en el torneo, era seguro que no era nada bueno. Y era necesario que Kyo estuviera ahí para detenerlo y al mismo tiempo para saber el porque ha estado teniendo esos extraños sueños que lo persiguen. En su mano, de pronto la invitación ardió en llamas… “IKU ZEEEE!!!”. FIN

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