ENSAYO UNIDAD 3.0 A 3.5
YEISON ANDRÉS PANIAGUA RESTREPO
ÁREA: ECOLOGÍA HUMANA Y AMBIENTAL
TUTOR JORGE ELIECER CÉSPEDES TORRES
TECNOLOGÍA GESTIÓN LOGÍSTICA UNIREMINGTON-2017
El tema de la ecología humana viene planteando un cambio en el pensamiento y en el desarrollo del ser, por lo que me resulta interesante seguir algunos lineamientos que contemplan estos textos de la unidad 3, en los cuales puedo notar un gran cambio del pensamiento en los últimos tiempos. Inicio haciendo referencia a los objetivos de esta unidad en los que se puede ver que para lograr asimilar la importancia de la ecología humana hay que apropiarse de algunos conceptos del tema y reconocer que estos textos en la mirada filosófica están cargados de buenos contenidos para el ser, haciendo referencia del primer texto “ CARTA ECOLÓGICA DEL JEFE INDIO SEATTLE, AL SEÑO FRANKLIN PIERCE, PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS DE NORTE AMÉRICA” como lo marca el inicio del texto en el que habla acerca del discurso del Jefe Indio Seattle sobre la propuesta de 1854, el Presidente de los Estados Unidos de América, Franklin Pierce, hizo una oferta por una gran extensión de tierras en el noreste de los Estados Unidos, en la que vivían los indios Swaminsh, ofreciendo en contrapartida crear de una reserva para el pueblo indígena. La respuesta del Jefe indio Seattle, ha sido considerada, a través del tiempo como uno de los más bellos y profundos manifiestos a favor de la defensa del medio ambiente. La primera frase, que se reiterará en el texto, resume la idea fundamental “¿Cómo se puede comprar o vender el firmamento, ni aun el calor de la tierra?” si bien como dice el texto no somos dueños de esto pues considero que la tierra es un regalo que se nos ha dado para vivir en ella y no podemos desprendernos tan fácilmente de este buen regalo, por el contrario debemos buscar los medios para mantenerla en las mejores condiciones, La sola idea de comprar o vender la tierra resulta sorprendente ¿Cómo puede pertenecer a alguien lo que es de todos?, No sólo de los hombres, también de los demás seres vivientes. No sólo es de todos,
sino que todos somos la Tierra. La tierra es sagrada, porque ella es la memoria de nuestros antepasados. Los hombres pasan, pero los lugares permanecen y fueron los testigos de sus hechos. Todos somos parte de lo mismo. Hay una hermandad universal entre los hombres, los seres vivos y no vivos. Los ríos son nuestros hermanos, como lo contempla esta reflexión. Como dice el texto en nuestras ciudades da pena vivir porque en realidad no podemos apreciar lo bonito de la tierra, hago referencia de algunas experiencias que he tenido en las que he podido disfrutar de entornos en los que no estoy acostumbrado cuando salgo y veo los paisajes que no podemos ver diario, disfrutar de los ríos, las cascadas, los árboles, e incluso las culturas. Que parecieran que viven personas que siempre están felices y nos brindan amabilidad. “El hombre blanco no puede apreciar lo mejor que ofrece la vida. No puede escuchar los pájaros; no es capaz de sentir el aire, el aire que es el aliento que todos los seres respiramos”. El daño que hacemos a la Tierra nos lo hacemos a nosotros mismos. El final de la carta es estremecedor. Apela a un Dios que parece dominado por los blancos, pero que es el mismo Dios de todos, y castigará los excesos que se cometan con su mundo. Hay una profecía sobre el final de la civilización blanca hacia el que camina rodeada de gloria. Hemos construido tantas ciudades tan grandes que, a veces, no somos capaces de ver el paisaje en el que vivimos. Es posible que Hago una reflexión sobre estos temas y veo que Cada día el planeta Tierra se puebla más y se hace más frágil y pequeño. La humanidad crece y crece poniendo en peligro su equilibrio y supervivencia de un modo casi inevitable. La
Tierra es nuestra gran casa, porque todos vivimos en ella. No puede ser posible que nuestra cultura haya perdido mucho del sentido de la Tierra. Por otro lado haciendo un paréntesis llevando este texto a lo actual no puede ser posible que nosotros mismos estemos desaprovechando esa herencia de nuestros ancestros pues acabamos con los ríos, las montañas y el aire, haciendo mayor énfasis en la búsqueda de las riquezas y la ambición, de manera que dejamos atrás los pensamientos que propiamente permitían aprovechar todo el entorno que nos rodeaba, y resulta agradable saber que en siglos anteriores el hombre pudo habitar la tierra compartiendo con ella y siguiendo los lineamientos de la naturaleza y la religión respetando su entorno, pero claro está que en esa condición de humanos y seres no perfectos, buscamos siempre ir mas haya y nunca nos quedamos en un solo punto por lo que surge la ambición de no solo vivir en la tierra y compartir con los demás seres vivos sino también de dominarlos lo que hizo que destruyéramos nuestro entorno y dejáramos de aprovechar la naturaleza. Se ha perdido un profundo vínculo con la casa terrenal, es como si el mundo ya no existiera para habitarlo con respeto, sino utilizarlo para el consumo y la explotación. Ello demuestra que la acumulación de saber no produce una disminución proporcional de la ignorancia, pues la capacidad transformadora del hombre es una de las principales causas de contaminación y pérdida de la biodiversidad. En la actualidad el hombre ha perdido los valores y dejo a un lado el sentido de pertenencia y el interés por el cuidado de la naturaleza, creando así muchos problemas ambientales que están enfermando a nuestro planeta.
Estos a su vez guardan estrecha relación con otros problemas económicos y sociales Estas problemáticas lentamente destruyen el planeta y los seres que allí habitan, llevándolos a una destrucción total hacia un futuro. En este nuevo siglo se evidencian fenómenos como: calentamiento del globo terráqueo, generación de desechos tóxicos, destrucción de la naturaleza, reducción en cantidad y calidad de elementos esenciales... En suma, una dinámica destructiva y autodestructiva, en la cual la calidad de vida queda en entredicho. Por todo lo anterior es importante buscar la manera de culturizar y de informar a todas las personas, para buscar mejoras a estas situaciones, la búsqueda de la armonía como se precisa en el texto que es la ecología tiene que ir antecedida de la búsqueda del respeto por el entorno. En esta unidad se hace imperioso el llamado a la reflexión y aún más, a la acción. Tomar conciencia es el primer paso, además de que muestra una serie de interrogantes sobre el ser humano y la ecología creo que habría que adicionar otros para buscar el entendimiento sobre lo que nos rodea: • ¿En qué medida las acciones del ser humano afecta al medio ambiente? • ¿Cuáles son las causas de dicho accionar? • ¿Quiénes son los verdaderos responsables de esta situación? Y ¿Por qué resulta difícil responsabilizarlos? • ¿Qué acciones se toman actualmente para sanar las heridas del planeta? ¿Son efectivas? ¿Esconden algo detrás, es decir, el motivo que las impulsan son las que dicen tener?
• ¿Cuál es la mejor salida ante tamaño problema al que nos vemos enfrentados? Echar luz sobre estas preguntas, como muchos otros lo hicieron, hacen y harán puede resultar en un verdadero cambio. Inevitablemente el planeta va hacia un vaciamiento de recursos, Se llegará a un punto, en el borde del abismo, en el que se tendrá que salir del actual sistema de consumo y ello se logrará con el consenso. La salida más lógica sería proponernos a realizar los cambios desde una democracia local y a su vez global, que integre a todos desde cada comunidad. Para garantizar la estabilidad y permanencia de las decisiones que se tomen para mejorar el futuro del planeta es necesario que dichas decisiones sean fruto del consenso, que el compromiso real sea asumido por todos y que se sostenga en el tiempo. Concluyo que en esa imperiosa búsqueda de la armonía del ser todos estamos de acuerdo pero que la falta de análisis y de ganas hacen que todos omitamos las herramientas y los conocimientos que nos han dejado nuestros antecesores para buscarla, la nueva tendencia que hay con el tema ambiental puede ser un gran factor para el cambio pero mientras no se tenga las intenciones para buscar un cambio no vamos a alcanzar la armonía del hombre consigo mismo ni mucho menos vamos a conseguir nuestra paz interior.