Derecho Politico - Bolilla 1.pdf

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UNIVERSIDAD NACIONAL BE SAN JUAN FACULTAD Mi CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE CIENCIAS JURÍDICAS CARRERA DE ABOGACÍA

OLRLCHQ POLITICO

COMISIONES; MAÑANA Y TARDE Documento de Cátedra (2018) Prof. Alberto Caballero

UNIDAD 1.Tema1 Introducción Adelantamos lo expresado en la planificación y los fundamentos dados de nuestra asignatura, esto es, que el Derecho Político forma parte del Derecho Público. El Estado y su organización jurídica fundamental es el objeto de estudio del Derecho Político. El Estado como el Derecho, en tentó fenómenos sociales y políticos que estructuran constitucionalmente un determinado modelo de Sociedad y Estado. En tal sentido, dada la complejidad de los temas abordados, la perspectiva propuesta por la cátedra es multidisciplinar, ya que, desde diversos enfoques, se busca ofrecer una visión de conjunto acerca de los fundamentos políticos que organizan el conjunto de instituciones básicas de la sociedad. Los supuestos acerca de la relación entre lo político y lo jurídico, que tienen expresión Institucional en el Estado y la Constitución, es el objeto del Derecho Político. El derecho, concebido como un sistema normativo, regulador de la conducta humana dentro de la sociedad y cuyo pilar fundamental es la justicia, depende de la forma que adopta el Derecho Político de una sociedad en un momento histórico determinado. De allí la importancia de comprender los procesos de configuración de las instituciones políticas fundamentales, como lo es el Estado, y que están implicadas en la creación y modificación, establecimiento y reproducción del ordenamiento jurídico. El conocimiento de su historia y dinámica actual, es imprescindible para entender los mecanismos de producción legal, asi también de las posibilidades de transformación del derecho y la legislación. Por ello, el llamado Derecho Político o bien la Ciencia Política Sistemática, al tener al Estado como objeto de análisis y atento a las diferentes perspectivas teóricas, guarda una relación estrecha y fronteriza con el Derecho Constitucional, la Historia, la Filosoffa y Sociología.

Sostenemos que el estudiante debe

incorporar como

concepto,

que

la

creación

y

mantenimiento del derecho positivo se debe al poder político, particularmente con el desarrollo del Estado moderno. ■

d n Jt

De modo que, la presente materia apunta a comprender el objeto formal de conocimiento, esto es,

el Estado y sus elementos constitutivos. La importancia de la Constitución como base

jurídica, la organización estadual y las formas políticas. Reflexionar acerca de los problemas fundamentales del poder; el origen y necesidad del Estado, la titularidad y legitimidad del Poder. Como así de la significación de la finalidad del Estado, la intensidad y relación del Poder político con la sociedad y los caracteres fundamentales

de los

regímenes

políticos

contemporáneos. En definita se postula el entendimiento de los fundamentos que organizan el conjunto de las instituciones básicas de la sociedad 1.

El problema conceptual del Derecho Político

La teoría del derecho ha precisado, el contenido y alcance de las distintas ramas del ordenamiento jurídico. Ello fue posible debido al carácter positivo que ostentan las normas, 'es decir, se logró ordenar y sistematizar el derecho positivo en sus diferentes ramas, dentro:;de ciertos parámetros jurídicos que encontraron consenso en el ámbito de la comunidad de los juristas y científicos. No pasa lo mismo con el derecho político, a pesar de la vieja aparición histórica del concepto dentro de la literatura jurídica y política en general. Desde tiempos inmemoriales se habla del derecho político, pero cuando se intenta una conceptualización del mismo, emergen Jas vicisitudes semánticas, como consecuencia de la falta de un marco de referencia positivo dentro del cual se pueda encasillar a nuestra asignatura. Esta dificultad semántica se debe a que el derecho político no es derecho positivo, en el sentido de que no está reflejado en ningún sistema de normas vigentes. Por lo que, es complicado ponerse desacuerdo sobre un concepto aceptable y se hace necesario recorrer las diferentes doctrinas de los autores buscando afinidades que no siempre se los encuentra con facilidad. La confusión temática es habitual, especialmente en la traducción de obras extranjeras, por ejemplo en los años “70 apareció en español, bajo el título Derecho político, el libro de un profesor alemán Stein que en su versión original sería Manual de derecho estatal, en el cual, en realidad, se estudió el derecho constitucional de la República Federal Alemana. De modo que, el traductor de una obra que era de derecho constitucional la equiparó al derecho político, corno si fueran lo mismo.

Dom ingo d * Soto había llamado derecho político al ordenamiento de la comunidad política que b arca al derecho natural, civil y de gentes. Asimismo, la expresión “derecho político" fue utilizada por los filósofos franceses: Montesquieu, Rousseau (Verdú: 1972. p. 17 y ss) En e l siglo X IX , primero la llamada escuela alemana (Gerber, Gierke, Jellinek, K e ls e n ); luego la escu ela clásica francesa de derecho público (Duguit, Hauriou, Carré de Malberg) le otorgaron precisión científica al tem a, bajo la denominación "Teoría general del Estado", acepción utilizada por los autores para analizar desde un punto de vista general y jurídico al Estado. 2« E l d e re c h o p o lític o en nuestro país: Ciencia Política y D erecho P olítico En 1 9 2 2 se fundó la cátedra de derecho político en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales d e la Universidad Nacional de Buenos Aires, cuya primera titularidad ejerció Mariano de Vedia y M itre, luego por Faustino Legón. Se estableció allí una orientación, acorde con las tendencias d e la época, que com prendía la teoría general del Estado y la historia de las ideas políticas. D e e s ta fo rm a “...hacia el afio 1925 se formalizaba en las cátedras argentinas, la influencia eje rcid a

en

el

Derecho

Público Institucional por el jurista español Adolfo G.

Posada,

recep tán d o se con el nombre de "Derécfio Político", en los planes de estudio de la Facultad de D e re c h o de la Universidad de Buenos Aires, una nueva disciplina que habrá de profesarse co m o

introducción

al

conocimiento del

Derecho

Constitucional que

se

enseñaba

con

especificidad com o ciencia jurídica formal. La n ueva disciplina universitaria devendría como una especia de teoría filosófica y jurídica del Estado. Su objetivo era ofrecer una rápida formación política a los abogados con un enfoque filosófico, jurídico, histórico y sociológico de lo estadual. El efecto logrado fue una enciclopedia d el s a b e r político. H o y su nom bre y su identidad se encuentran cuestionados. Sin duda, el genuino “derecho político" es el D erecho Constitucional y la Ciencia Política ha recuperado su originalidad y el ca rá cter de un saber sistemático que admite diferentes enfoques. No nos detendremos en ex a m in a r las causas académ icas y gnoseológicas que explican la crisis del derecho político, cu ya persistencia en la denominación la atribuimos a una tradición inveterada. Fiel a una convicción

docum entada,

preferimos denominarla

Ciencia

Política,

saber sistemático

y

autónom o cuya denom inación nace con Aristóteles, en los albores del pensamiento griego, proclam ándola ciencia arquitectónica, y en los tiempos modernos Jean

Bodin, insistirá

considerándola la princesa de las ciencias, en cuanto informa el arte regio dirigido al gobierno d e los pueblos, es un saber de saberes que orienta las ciencias prácticas y sus artes operativas." (Leonardelli Luis: Documento Cátedra sobre Lecciones de Derecho Político)

H El Derecho Político en la definición de la doctrina argentina Carlos Sánchez Viamonte sostiene que Mel derecho político debe ser en América algo así como él coronamiento teórico y doctrinal del derecho constitucional objetivado", excluyendo el estudio histórico. Para ello, luego de analizar al individuo, la sociedad, el Estado y el derecho, se dedica al estudio de los aspectos institucionales básicos y el concepto del hombre. Las ideas políticas argentinas cierran la obra.

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'Auiósé

Faustino J. Legón afirma que “el derecho político trata del régimen jurídico del Estado corno fenómeno genérico y social". Los tomos que componen su Tratado de derecho político general comprenden el estudio de los temas clásicos de la teoría general del Estado. Esta valiosa obra analiza jurídicamente los capítulos del Estado, acopiando importante bibliografía que posibilita una

compenetración

de

las

diferentes

teorías

expuestas?, d é la

Arturo Enrique Sampay, que ha publicado un estudio que denomina Origen y significado actual

de la expresión «derecho político, valoriza la significación de la ciencia política, explicando la evolución del concepto de derecho político en las diferentes naciones. En su criterio, el derecho político se ocupa de la realidad política que entra dentro del ámbito de las normas jurídicas. En este tema no se puede omitir una mención a su Introducción a la teoría del Estado.

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Carlos S. Fayt sostiene que el derecho político es “el estudio de la estructura dinámica de lá organización política y sus relaciones con la sociedad, el orden y la actividad política, incorporando el método sociológico y político, sin abandonar el jurídico, inherente a la disciplina, ni la relación funcional del derecho con los demás elementos de la estructura de la organización política”. Germán José Bidart Campos comprende dentro del estudio del derecho político a la teoría de la sociedad, la teoría del Estado, la teoría de los Estados políticos y la teoría de la constitución. De la misma manera que Fayt, extiende la concepción a la problemática sociológica y política del Estado, sin excluir, por supuesto, a la jurídica. En su obra Lecciones elementales de política formula un planteo similar, aunque admite que “con el nombre de derecho político se quiere poner el acento en una forma especial de conocimiento político: aquella forma de conocer la realidad política que cae bajo la regulación del derecho" Mario Justo López expone la necesidad de indagar el concepto en virtud de su génesis, explicando entonces que así concebido "el derecho político es la consideración, en sentido teórico, aunque con implicaciones doctrinarias, de preceptos jurídicos imbuidos de valores morales que deben regular la actividad política y el estudio de cómo esa regulación tiene vigencia en la realidad”. La obra de Mario Justo López, en el tratamiento del derecho político, se complementa con los dos tomos de su Introducción a los estudios políticos. Finalmente, la gran influencia que tuvo en la enseñanza del Derecho Político en las facultades argentinas, provino de la obra de Adolfo Posada, quien siguiendo la metodología de los autores

a le m a n e s y franceses, precisó no solo la expresión sino ei contenido orientado al estudio del E stado y del derecho constitucional comparado.

4 . C ie n c ia P o litic a : C o n c e p to y o b jeto de co n o c im ie n to

En su teo ria politica del siglo XX, el politòlogo alem án Von Beym e plantea las características, las sim ilitudes respecto de los supuestos científicos en que se basan las diferentes teorías políticas, a las q ue llam a Meta-Teorías, es decir, el conjunto de conceptos sobre la idea de cien cia, sobre cóm o se construye el conocimiento y al método adecuado para procesar datos d e la realidad.

E s e trasfondo filosófico sobre el que reposa una determinada teoría política, es la denom inada m e ta -te o ría .

D e ah í que a título de ejemplo, la meta-teoría normativa o ciencia política

n orm ativa, concibe la realidad política como esencia, como realidad originaria no definida por la m e ra voluntad personal, cuyas notas podemos conocer con nuestra inteligencia. “L a C ie n c ia Política es un saber sistemático y práctico del Estado, es decir de la comunidad política au tó no m a e independiente. En cuanto saber sistemático importa un conjunto de conocim ientos que presentan un grado suficiente de unidad, de relaciones objetivas y de g en era lid ad , y que es susceptible de conducir a los estudiosos a conclusiones coincidentes que s e confirm an por métodos definidos de verificación.” (Leonardelli: Documento de cátedra) A d elan tam o s que el concepto tradicional de ciencia estuvo asociado a la filosofía. El saber filosófico tuvo su origen en la antigua Grecia, alrededor del Siglo IV a.c. El térm ino philo sophia fue acuñado por Pitágoras y se refería a un conocimiento holístico, un s a b e r q ue busca conocer “todas las cosas”. Apunta a inteligir los fundamentos de todo lo que es. “Tanto Platón com o Aristóteles distinguen entre quien tiene a la ciencia como objeto de conocim iento y quien tiene (p. ejem. los sofistas) por tal a la simple opinión; ente filo-sofo y el filo-doxo. Pero, m ientras para Platón esos objetos pertenecen a dos mundos diversos: uno de las ap arien cias sensibles, de la inestabilidad continua que el vulgo toma como real; y el otro el m u n do d e las ideas, de la realidad verdadera e incontrastable; ambos separados radicalmente.

En tanto para Ari.tótaiea tejos de opositar al oonoolmlanto sanslbla eon al eonoclmlanto inteligible, concibe a aquel como punto de partida da ésta, y por oonslSulante delimita con mayor rigor el saber de opinión del saber de clenola. El primero es un conocimiento Intelectual de lo concreto, de todo ser material, Individual y contingente, c|ue no llega a

la jerarquía de

ciencia por cuanto ni estudia la esencia de las cosas ni las explica por sus causas necesarias y universales, Siendo, pues, Ciencia para Aristóteles "cognlto rerum per causee” no ofrece diferencia virtual con la Filosofía; consecuencia con el mismo significado etimológico que ofrecen ambas: la palabra griega "phllosophla” y la latina "sclentla", (Leonardelll: Documento de cátedra) De modo que Aristóteles funda la realidad del Estado en la naturaleza humana, por lo que es el descubridor de la realidad ontológlca del estado. Se cultivó mas la filosofía política ,qu®( la ciencia. Donde la la ciencia política es valoratlva, ética y tienen una naturaleza "práctica". La política es en Aristóteles una ciencia práctica que busca el conocimiento de la cosa política^ no por el conocimiento mismo (ciencia especulativa) sino para el hacer, para la acción. Es decir, el hacer, para mirar hacia dónde debe encaminarse la acción (hacia el bien común). Por ello, Aristótels define a la política como doctrina de la vida buena y Justa.

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' 'Ja 'é¡8r;

De ahí que podemos concluir que todas las cosas políticas no son dadas, sino que deben

hacerse. El objeto político se orienta a la acción, es un concepto operable y ello es así, toda vez que la ciencia política no es una ciencia especulativa, que estudia un objeto dado, donde la inteligencia del hombre sólo refleja como un espejo el objeto pero no lo realiza. La ciencia política debe ocuparse de lo bueno, por Ip tanto es una ciencia moral. La filpsofía había ocupado el lugar de todo el saber. Se presumía como un saber sobre todas las cosas. En la antigüedad y en el medioevo, la filosofía era dominante como saber. En la historia del pensamiento paulatinamente todos los saberes se fueron desprendiendo de la filosofía. Después de la Edad Media las artes fueron las primeras que se separan de la filosofía y durante el Renacimiento en plena modernidad lo hicieron las ciencias de la naturaleza. La nueva ciencia (del término latino Scientia) se sustentaba en saberes que debían ser adquiridos mediante la observación y la experimentación, siendo sus referentes primarios entre otros, Bacon, Descartes, Galíleo, Newton. Aquí ciencia significaba saber racional, verificadle y comprobable por la experiencia. También en la edad moderna, la política se desligó de la filosofía. La política se separó de la moral y de la teología, teniendo como precursores de tal separación a Maquiavelo y Hobbes. Específicamente la política como un hecho autónomo de la moral y de la religión nació a partir de Maquiavelo, pero tal divorcio adquirió sistematicidad a partir del siglo XX. Ambos pensadores modernos sentaron las bases del principio de la "razón de Estado" que implica la subordinación de los valores a los intereses de supervivencia del Estado (Principe),

aún a costa de los integrantes de la comunidad. Lo cierto es que en la actualidad la separación entre filosofía y ciencia política está consumada. La Ciencia Política se ajusta a los hechos políticos, describe, explica y predice los hechos por venir. Ello sin dejar de lado el valor de las subjetividades en la construcción de la realidad, de las ideologías, la construcción del sentido común y el infinito universo en que la cultura se nos presenta en la era de los medios de comunicación de masas. La política como realidad, conforma un conjunto de hechos que son independientes de la conciencia, es decir, tiene una entidad extramental. En este sentido la política, tiene una estructura susceptible de conocimiento y que posee legalidad

propia,

especificidad y

permanencia. Por ello en un primer momento del pensamiento clásico la política se aparece como escenario o espacio público común que involucra a los miembros de una sociedad. Luego podemos establecer la política como poder, particularizado en su determinación como conjunto de instituciones concretas. La política como poder, pero como estructura que se ejercita, que se ostenta y manipula. La política hecha poder en procura de su ejercicio y preservación, pero sujeto a la aceptación voluntaria, al consentimiento popular. Asimismo la política como articuladora de una pluralidad humana, hacedora, constitutiva que conforma sociedades. Este sentido de la política nos lleva a valorar las enseñanzas de la obra “En los bordes de la política" de J. Rancière cuando afirma allí que “la política es una actividad que desplaza a un cuerpo del lugar que se le asigna, que pervierte una función, que torna visible algo que no debiera verse o que hace escuchar como discurso lo que se percibía como ruido”. Es decir, la política como un estructuramiento social desplazatorio porque pone en discusión a lo social. La política opera desplazando, articulando, estructurando y opera en el ámbito del estado. Finalmente la política también ademas de operar en el estado, está relacionada, acoplada a las esferas de la vida social.

/ 5 . C aracteres de la Ciencia Política (Documento cátedra: Dr, Leonardelli) Herman Heller, a quien seguimos en muchos de nuestros enfoques por su empeño en considerar a la Política como ciencia de la realidad y no del espíritu, como ciencia cultural y como ciencia estructural - asegura que hoy sólo puede tener función de ciencia si se admite que es capaz de ofrecernos una descripción, interpretación y crítica de los fenóenos políticos, que sean verdaderas y obligatorias.

El estudioso no construye arbitrariamente la realidad que trata de conocer. Es la misma vida estatal - vida humana política actual - quien suministra el objeto de conocimiento. Toda ciencia del Estado debe partir del supuesto de que la vida estatal comprende siempre al que la estudia,

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pues éste pertenece a aquel existenciaímente y no les es dado zafarse de ésta situación vital. *

É El Estado no es un objeto extraño al sujeto conociente; no es algo que está espacialmente

i

"frente a él”; el nosotros comunitario estamos comprendido en la realidad estatal, y esto lo

0

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0

decimos en contraposición al individualismo filosófico y a la teoría idealista de Estado.

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Además, la Política es una ciencia cultural porque el Estado, su objeto de conocimiento es un ente cultural, obra de la actividad creadora y organizadora humana; el Estado no es una

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estructura que nos ha sido dada ya completa; es una realidad que los hombres construyen con

0

su naturaleza, su inteligencia y esfuerzo. Y como todo ente cultural es una unidad de sentido,

0

informada por un fin último desde donde se extrae los medios y criterios rectores de su

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formación.

c

J

m

I

Ese ser cultural imantado por un fin común que configura con los medios e instrumentos

e

necesarios, una común-unidad, una organización humana o, en otros términos, una estructura

centro de interés de la Ciencia Política. 6. La Filosofía Política: Concepto y contenido

* sus profusos diálogos socráticos,

realizó una pregunta señera,

abismal,

I

1 I 1

El filósofo alemán Leo Strauss manifiesta que el fundador de la filosofía política fue Sócrates, entre

1

1 1

moral, autónoma e independiente que genéricamente denominamos Estado y constituye el

quien

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I

Strauss define a la filosofía política como conocimiento verdadero de la naturaleza de la política

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I

y del orden político justo. Es decir, la filosofía política intenta atender problemas fundamentales

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que han aparecido en diferentes momentos históricos y todos son relativos al mejor orden

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fundamental: ¿qué es?, dicho interrogante se refería a todo lo existente.

1 4

política y el orden político justo. En sus ensayos sobre la libertad, Isaiah Berlín, al respecto plantea una explicación

1

4

de lo

normativo, una justificación racional de los conceptos. La filosofía política se ocupa del examen

y #

de los fines, de los presupuestos. En conclusión ésta disciplina filosófica estudia a la política (Estado) mediante la indagación de los fundamentos, de la categoría de lo político, más allá de sus manifestaciones históricas o de sus expresiones contingentes.

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7. C ontenido (Documento de cátedra: Dr. Leonardelli) La Filosofía Política es Ontoiogia Política. La misión de esta Ontología, pues, es conocer las causas y razones supremas y primeras de la realidad política. El ser del Estado en cuanto tiene

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notas ¡dentificatorias e infaltables. Sus elementos constitutivos indispensables y legitimadores. El orden y el fin propios y significativos. Ahora bien, el Estado, ente cultural, obra de seres racionales y libres, no puede perseguir un fin divorciado del fin humano; el fin del Estado no puede ser ajeno a quiénes lo construyen; y el orden que lo constituye y sostiene no puede ser contrario a la naturaleza humana. Por eso la Filosofía Política no se agota en la ontología política y contiene en segundo lugar, una Antropología Filosófica, una visión esencial de la criatura humana (ántropo, significa hombre) a distinta concepción del hombre se deriva una concepción política diferente. Pero es dable advertir que el hombre no es un supuesto del espíritu subjetivo, el hombre es lo que es, no resultante de un a priori mental, sino realidad viva que la razón descubre y constata en la historia.Y en tercer lugar, la Filosofía política es teoría del saber político. Genéricamente hablando, la Filosofía es saber del saber científico. Dirige, completa, juzga y defiende los aportes de las ciencias particulares. En nuestro caso específico, la Filosofía política precisa en el orden de la realidad y de la inteligencia el objeto material del saber político

(el Estado)-, postula los distintos enfoques

gnoseológicos desde los cuales se los puede estudiar -objetos formales-, ofreciendo a la Ciencia Política una especie de unidad de orden y de integración.. En otros términos, la Filosofía Política ordena los ámbitos de los distintos enfoques del saber político - lo que muchos tratadistas llaman Ciencias Políticas, en plural - precisando sus fronteras y puntualizando el método de conocimiento propio de cada uno de ellos.Sintetizando lo expresado tocante al contenido de la Filosofía Política: su misión consiste: 1)

Completar el conocimiento insuficiente que del Estado nos ofrecen los saberes .empíricos de las circunstancias ya pretérita - la Historia Política - o actual - la Teoría del Estado y el Derecho Constitucional, estudiando la esencia del Estado, lo permanente, lo indispensable y lo legítimo. En cuanto tal es Ontología Política.-

2)

Ofrecer los principios básicos de la Política Normativa que convienen a la naturaleza humana, en función de una Antropología Filosófica.-

3)

Ordenar e integrar en un cuadro unitario las disciplinas que tienen al Estado como objeto material de conocimiento, en cuanto tal es Teoría de la Ciencia o Gnoseología Político.

8. Derecho político y otras disciplinas Con

la finalidad

de

deslindar los ámbitos del derecho político con otras disciplinas,

relacionaremos su alcance con: la ciencia política: el derecho político integra su contenido.

Circunscribe el análisis de su objeto a las manifestaciones jurídicas y desde la perspectiva general. El derecho político es una parte de la ciencia política.

La teoría general del Estado: Giovanni Sartori, nos explica que genéricamente teoría abarca la vida mental, hablar de teoría es relacionarla a la razón, pensamiento, intelecto, conocimiento, saber. Es decir, la teoría se diferencia de la acción que tiene que ver con obrar, praxis, acto. Teoría del estado es un saber empírico, descriptivo y sistemático del Estado. La teoría del Estado originada en las universidades alemanas, comienza su evolución con Gerber y se perfecciona con Gierke, Jellinek, la influencia de éste último distinguiendo entre teoría jurídica y la teoría social del Estado, es decisiva. Heder intenta la unificación de la teoría del Estado, aunque no coincide con la ciencia política: la teoría del estado es parte de la ciencia Política. '

E l derecho constitucional comparado: La diferencia entre el derecho político y el. derecho constitucional comparado parece ardua en la medida en que los comparatistas formulan tipologías.

Pero cuando el derecho constitucional comparado es tratado con precisión

metodológica la distinción es clara. Esta última disciplina se orienta a cotejar normas e instituciones para evidenciar diferencias y similitudes. Cabe sostener que el derecho político elabora tipologías a partir de la comparación de regímenes, mientras que el derecho constitucional comparado prepara el material que utilizará después el derecho político.

Derecho constitucional e instituciones políticas: en las universidades francesas de posguerra se desarrollan las cátedras de derecho constitucional e instituciones políticas, que se insertan a mitad de camino entre la teoría del Estado alemana (desarrollada en Francia por Carré de Malberg, Duguit, Hauriou), con la moderna ciencia política. La disciplina comprende un derecho constitucional general, que se asimila al derecho político, y el estudio de las instituciones políticas netamente influido por la sociología y la ciencia política (Burdeau, Ouverger). En general, los autores dedican una parte al estudio de las principales tipologías y otra a los sistemas políticos universales y al derecho constitucional francés. 9. D erech o C onstitucional o Derecho Político (Documento cátedra Dr. Leonardelli) La locución Derecho constitucional es empleada por primera vez en Italia, a fines de siglo XVIII, para denominar al clásico. Derecho Político, en mérito de que las normas jurídicas, positivas y sistemáticas que regulan los actos humanos tendientes a establecer, transmitir y ejercer el gobierno, la estructura de poder en el Estado, y las relaciones fundamentales de éste con los ciudadanos, son recogidas y precisadas en un código único, llamado Constitución'o sea, el derecho constitutivo de Estado es considerado como ley suprema, fundamental y fundacional. Sobre ésta cuestión es menester dos precisiones: 1) Todo Estado, y el Estado Moderno en particular, siendo una estructura o unidad de orden, siempre ha tenido una organización jurídica básica y por consiguiente su estudio ha sido la materia propia del Derecho Político, correspondiendo a Jean Bodin en la segunda mitad del sigo XVI el justo título de primer

sistematizador de la disciplina en la Modernidad por su obra Los seis libros de la República

(1576). Cuando se consagra el concepto de Constitución, en la segunda mitad del siglo XVIII, y alcanza plena vigencia durante e siglo XIX, resulta justo que la disciplina que la tiene por objeto de estudio, pase a llamarse Derecho Constitucional; al respecto podemos señalar que el jurista suizo Emer de Vatell, en su libro El Derecho de Gente, Libro I, capítulo til, es el primer difusor del término preciso: “La Constitución es el reglamente fundamental que determina la forma en que la autoridad pública debe ser ejercida; mediante ella la Nación obra en calidad de cuerpo Político y decide cómo y por quién el pueblo debe ser gobernado y cuales son los derechos y deberes de los gobernantes...” y más adelante consagra la famosa distinción entre poder constituyente y poder legislativo constituido. La segunda precisión válida es respecto al Derecho Constitucional en sí que puede ser estudiado por tres disciplinas que el notable constitucionalista español, Manuel García Pelayo, reconoce:

1)

El

Derecho Constitucional

Particular cuyo objeto es

la sistematización,

interpretación y crítica de las normas jurídicas-constitucionales vigentes en un determinado Estado; 2) El Derecho Constitucional Comparado cuya misión es el estudio de las normas jurídico-constitucionales

positivas

de

varios

Estados,

preocupándose

de

destacar

las

singularidades y los contrastes entre ellas. Ambos, 1) y 2), son el contenido de la materia Derecho Constitucional que tiene autonomía científica en el plan de estudios); y 3) El Derecho Constitucional General que al decir de Santi Romano, es la disciplina que delinea una serie de principios, de conceptos y de instituciones que se hallan en los varios derechos positivos para exponerlos en una visión unitaria, como prototipo de nuestro tiempo. En tal sentido, el llamado Derecho Constitucional General es una especia de Teoría del Derecho Constitucional Liberal-democrático, y como tal forma parte de esta Ciencia Política que estudiamos. 10. La Historia Política: su sentido y alcance (Documento de cátedra Dr. Leonardeíli) És una disciplina indispensable para el saber político. Todos los grandes hombres políticos han sido asiduos lectores de la Historia. Es el conocimiento sistemático del pasado político con el objeto de extraer constantes y captar singularidades. Aun cuando podemos sostener que la historia no se repite, - siempre resultará más acertado la afirmación irónica del gran Hegel: si se repite la originaria es en forma de tragedia, y la Sucedánea en forma de comedia -, el hombre siempre es el mismo aunque no sea lo mismo, y se ofrecen constantes, similitudes y analogías cuyo conocimiento favorece el accionar oportuno de los políticos, y ayuda a comprender la realidad de nuestro tiempo. El tal sentido como decía Cicerón, la Historia es maestra de la vida. Y por ello no la podemos entender como una ejercitación de la memoria, sino como enseña Benedicto Croce, toda historia es historia contemporánea, porque es evidente que sólo un interés de la vida presente puede movemos a indagar un hecho pasado. Lo cual no implica que para comprender el

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pasado podamos prescindir de las circunstancias y valoraciones específicas de aquél tiempo que le confirieron sentido y causalidad. Historia de las Instituciones e Historia de las Ideas Políticas son sus partes constitutivas. En ocasiones los acontecimientos políticos preceden a las elaboraciones del pensamiento; los cuales a pesar de su trascendencia vienen a explicar y a justificar las transformaciones producidas. En otras, las Ideas Políticas son germinadoras de grandes innovaciones. Lo cierto es que entre pensamiento y acción, entre ideas e instituciones hay un enlace manifiesto. El pensamiento sin influencia en lo real es pura utopia. La realidad desprovista de pensamiento, es pura anarquía primitiva. 11. El arte político o la prudencia política (Documento de cátedra Dr. Leonardelli) La afirmación de que la Política es un Arte es tan antigua como la Política misma. Arte de lo posible, dice el adagio popular. O bien, el arte de hacer posible lo que es necesario, se expresa con mayor pretensión. Sin duda que el dominio de la Ciencia Política no es suficiente para ser un buen hombre de Estado. La vocación por el sacrificio de los demás, la agudeza del ánimo, el fervor por el poder o la inclinación por ejercer un señorío sobre el prójimo son requisitos naturales para el éxito en el oficio. Bien vale aquello: si naturaleza no da, Salamanca no presta. O de otro modo lo afirmado por Spengler en estos tiempos de decadencia de Occidente: la crianza no la enseñanza, es la forma de hacer políticos. La ilustración puede perfeccionar, pero no sustituir la experiencia, O en el Mundo griego, cuando se excusaba el rústico Cleón defendiendo la permisiva democracia: más vale una ignorancia serena que una ciencia temeraria e inconstante. Lo cierto es que el saber político es necesario aunque no suficiente para ser un buen gobernante.. Aristóteles, el padre de la Ciencia Política, reconocido hasta por el mismo Carlos Marx cuando lo llama el Alejandro Magno de la filosofía, enseña que para poseer la Ciencia política hay que unir la teoría a la práctica, pues se trata de un saber práctico cuyo fin último es realizar el bien comunitario, y el bien tiene una naturaleza ética y no como lo utilitario que reclama un dominio o técnico o estético. Por lo tanto, la Política es un Arte operativo que persigue un bien humano, y no un mera técnica de dominio, y por consiguiente reclama en el político una virtud intelectual y moral que se llama Prudencia, distinta de la destreza que exige el dominio de una técnica y que sólo importa una virtud intelectual, indiferente frente a la moral. El político, el jurista o el educador como su fin es realizar el bien humano, o la perfección de seres libres, requieren para el ejercicio correcto de sus respectivos oficios, poseer el Arte de la

Prudencia. En tanto que quienes persiguen el perfeccionamiento de seres inertes o artificiales como el arquitecto o el artista, su gestión reclama sólo un dominio técnico o am oral.Ahora bien, la Prudencia Política importa aplicar principios generales y valiosos a una realidad singular y contingente; y para aplicar una cosa a otra hay que conocer a las dos. Por eso, la Prudencia exige unos principios normativos que los proporciona la Filosofía Política, y un conocimiento de la realidad actual que lo procura la Teoría del Estado, la Sociología Política y el Derecho Constitucional, más otros saberes auxiliares como la Historia, el Derecho, la Economía, la Pedagogía y la Estrategia. Empero como el político no es omniciente, requiere tener docilidad y sagacidad para saber escuchar a sus ministros y para elegir a los especialistas que le aconsejen, pero sin abjurar de su oficio arquitectónico. Para lo cual se requiere un temple firme y equilibrado, tener claro que la decisión oportuna y rápida es el núcleo de la política aplicada, por eso los políticos destacados son grandes intuitivos. Adem ás la Prudencia Política supone en quien la posee, circunspección que es el conocimiento de las circunstancias, del aquí precaución que es el dominio de los factores propicios y de los obstáculos, distinguir entre los amigos, los adversarios y los enemigos, saber aprovechar los tiempos y manejar el sistema de premios y castigos; y el dominante principal es la previsión o perspectiva del futuro, una percepción ajustada y anticipada de lo que habría de ocurrir, para la planificación operativa, por ello es considerada como la cualidad suma de los estadistas eminentes.Por último, digamos que a la Prudencia se la puede confundir o se la puede caricaturizar. En el campo del Derecho se la reconoce cumplidamente cuando se habla de jurisprudencia, como la yirtud propia del juez probo y diligente que sienta criterios ponderados de equidad al aplicar la ley

general

al

caso

concreto

y particular;

cuando

así

procede

decimos

que

siente

jurisprudencia. En tanto se la confunde con la falsa prudencia cuando se considera como prudente el accionar lento y pusilánime, el no correr riesgos ni asumir decisiones por desidia o por temor. La incapacidad y la inoperancia serán siempre inmorales, como propias de una falsa prudencia. °Y

nos encontramos con una caricatura o un sucedáneo de la Prudencia cuando la

confundimos con la astucia o la picardía criolla, que son sagacidades sin contenido moral. Nuestro inmortal José Hernández que tenía una gran formación clásica volcada en el Martín Fierro, contrapone con rigor los consejos llenos de astucia del Viejo Vizcacha y los prudentes consejos que Martín Fierro da a sus hijos, y para que quede patente el distingo nos lo dice en uno de los versos: “Nace el hombre con la astucia/ que ha de servirle de guía,/ sin ella sucumbiría/ pero, según mi experiencia,/ se vuelve en unos prudencia/ y en los otros picardía" (M.F. 4673/78).

mm JV\ La Prudencia tiene sentido ético de la cual carece ia picardía. Y el vínculo en tre el s a b e r - la ciencia - y el obrar — la prudencia

indica que aquella no es suficiente y d eb e concluir en es ta

que se obtiene con la experiencia, como Hernández lo refleja en estos versos: “Y les d oy estos consejos/ que m e ha costado adquirirlos,/ porque deseo dirigirlos,/ pero no alc an za mi cie n c ia / hasta darles la prudencia/ que precisan para seguirlos". (M.F. 4 7 6 9 /7 4 ). Los grandes interrogantes de la Ciencia Política: A manera de colofón, digam os q u e la C ien cia Política deb e dar rigurosa respuesta desde los distintos enfoques histórico -

especulativo, legal o

a los graves interrogantes que se plantea a todo saber acerca de su o bjeto d e

conocimiento: Por qué existe el Estado? Quién es el Titular originario del Poder del Estado? C u al es el fin del Estado?

Hasta

dónde

alcanza

el

Poder

del

Estado?

Tales

interrogantes

dan

lugar,

respectivam ente, a los problemas que denominaremos 1) Origen y N ecesidad del Estado; 2 ) Titularidad del Estado; 3) Finalidad del Estado; e 4) Intensidad del Poder del Estado.

12. Bibliografía Leonardelli Luis Eduardo: (1999) Lecciones de Derecho Político.Documento de C á ted ra Rivero Oscar: (20 13 ) Dimensiones del sistema político.- FACSO -UN SJ

.

Ranciére, J.: (1990) En los bordes de lo político. Ed. Universitaria, Chile Von Beym e, Klaus: (1994) Teoría política del siglo XX. Alianza Universidad, Madrid. Strauss, Leo: (19 70 ) ¿Qué es la filosofía política?. Madrid, España Berlín, Isaiah: (1998) Cuatro ensayos sobre la libertad. Alianza Edit. Sartori, Giovanni: (1992) La política, lógica y método en las ciencias sociales. Fondo C u ltura Económica, México Vérdú, Pablo lucas: (1972) Curso de Derecho político. Tecnos, Madrid. Bidart Cam pos, Germán: (1999) Derecho Político. Aguilar, Buenos Aires Justo López, Mario: (19 90 ) Manual de Derecho Político. Kapeluz, Buenos Aires. Easton, David (1972) Esquema para el análisis político. Fondo de cultura Económ ica, México. Natale, Alberto: (1998) Derecho Político. Depalm a, Buenos Aires.

UNIDAD 1. Tema 2. A R IS T Ó TE L E S

Y

MACHIAVELLO,

DOS

ENFOQUES

DEL

SABER

PO LITIC O

(Docum entos de Cátedra Dr. Leonardelli) A R ISTÓ TELES: Nace en el 384 a.d.C., en Estagira, colonia macedónica de Grecia. Hijo de médico, recibe una educación de tipo científico que influirá en su actitud filosófica. A los 16 años se traslada a Atenas, donde conoce a PLATÓN, ya sexagenario, permaneciendo en la Academia hasta la muerte dél maestro. Entonces se ausenta de Atenas, vivirá muchas vicisitudes, vive eíPla corte de Hermeias, y luego en el 343 comienza a ser preceptor de Alejandro. En el 335 regresa a Atenas y funda en el Liceo, la llamada posteriormente Escuela P erip atética.^ H Comienza, entonces, el período más fecundo de sulvida como maestro y como escritor, que dura hasta el 323, en que los enemigos griegos de Alejandro, tratan de vengarse en su antiguo preceptor y lo acusan de impiedad. Para evitar que la dem ocracia cometa su segundo crimen contra la filosofía, Aristóteles pone los pies en polvorosa y huye a Eubea, y muere allí al año siguiente. Su realismo filosófico: aunque discípulo de Platón, el estagirita sostendrá una independencia filosófica, anticipada en su famoso adagio: “Amigo soy de Platón, pero más amigo soy de la verdad”. Se replanteará desde su raíz nuevamente los temas socráticos. Durante los doce años de Liceo abarca y sistematiza el saber de su tiem po. Citem os lo más importante de su proficua obra vinculada a nuestro tema: el Organón

Lógica,

la

Metafísica

Constitución de Atenas

o

Filosofía

Primera,

la Ética

a

Nicómaco,

la

la única de las 154 Constituciones que ha llegado a

nuestros días - , la Retórica, y fundamentalmente, la PO LÍTICA. F ren te a la concepción platónica afirma la unidad sustancial del hombre: con ser tan profundas las diferencias entre materia y espíritu, el cuerpo y el alma constituyen una sola persona; y el alma es la forma sustancial, el principio radical de las funciones vitales y de nuestros actos en todos los órdenes: vegetativo, sensitivo, apetitivo, intelectual (El Alma II, J , y 2). Aristóteles elabora una doctrina del conocim iento ajustada a su concepción de la naturaleza humana; una doctrina realista, fre n te al empirismo y frente al idealismo platónicoNuestra alma racional nos hace superiores a los demás seres del mundo. Entre el alma y el cuerpo hay una comunicación constante y una mutua ayuda que se manifiesta en el proceso del conocimiento (gnoseològico). El entendimiento humano no puede llegar a lo universal, sino partiendo de lo individual que lo provee los

sentidos. La verdad es la debida adecuación de la cosa y el intelecto. Es su actitud objetiva frente al relativismo. Habrá siempre cierta desproporción entre nuestra captación mental del objeto y el objeto en sí, habremos de recurrir en muchos casos, a medios indirectos (raciocinio, inducción, analogía); pero la verdad tiene una base

objetiva;

el

relativismo

subjetivista implicaría la posibilidad de

que

dos

conceptos contradictorios fuesen ambos verdadero, un absurdo. Pero el hombre no es esclavo del mundo sensible. Su entendimiento logra sosiego cuando alcanza el fundamento último de lo real. Compara, infiere, abstrae. Partiendo de la existencia del ser logra su esencia. La esencia, la perfección no es colocada por el agente que conoce, sino és descubierta por él. El deber ser implícito, latente, en el ser. Sostendrá contra el idealismo. Ahora bien, volvamos sobre el concepto de NATURALEZA postulado por Aristóteles. La naturaleza del ser no es algo estático; sino tendencial, dinámico, particularmente en los seres vivos: la naturaleza del ser es su tendencia hacia la perfección, hacia un fin o bien; bien es todo cuanto un ser apetece para el logro de la perfección. El hombre por naturaleza desea la felicidad o perfección equilibrada y suficiente del alma y del cuerpo, sus partes constitutivas. En el aislamiento el hombre no le es posible lograrlo; se mancomuna con otros para alcanzarla y va conformando familias, clanes, aldeas que procuran bienes parciales, hasta que constituye la POLIS, en cuyo ámbito encuentra lo suficiente para la realización plena de vida. Luego el HOMBRE para Aristóteles es un ZOON POLITIKON, un animal político, lo es por naturaleza: el ESTADO está en los hombres en potencia y éstos lo realizan cuando adquieren conciencia de su necesidad conforme a su libertad y razón. El Estado se origina en la naturaleza política del hombre y tiene un fin necesario a realizar: crear las condiciones para que sus miembros alcancen la suficiencia vital; lo cual se demuestra de manera incontrastable ^ asegura Aristóteles - en el hablarla locuacidad o la lengua. El hombre es el único animal locuente, que comunica toda su realidad mediante la voz, sino fuese por naturaleza sociable, para qué otro fin serviría su locuacidad. El hombre por amor, remata Aristóteles, tiene una existencia sociable y política (Metaphisica Libro V; Política, Libro I,II y III; Ética Nicomaquea).Por otra parte, el Estado es la comunidad política, natural y fruto de la actividad industriosa del hombre; tiene un fin dado: posibilitar el bien perfectivo común. Como tal constituye un objeto de conocimiento u objeto de ciencia.

Aristóteles va a distinguir tres tipos de Ciencia, en razón del fin último que persiguen, (consecuentemente con su visión teleológica del ser: Telos, igual fin): las Ciencias que tienen por fin último la Verdad; la Verdad por la verdad misma, como las Matem áticas o la Metafísica, son llamadas Teóricas. Las ciencias que tienen por fin último el Bien humano, buscan la Verdad pero para la realización del bien o perfección de la criatura humana, como la Etica y la Política, son llamadas Prácticas. Y las Ciencias que tienen por fin último lo Útil o lo bello en el mundo, como las Ciencias Técnicas, Aplicadas o Estéticas, son llamadas Poéticas. Mientras que las Ciencias Fácticas o Morales persiguen la Verdad para guiar el comportamiento hacia el Bien humano. Las Ciencias Técnicas o Utilitarias procuran la Verdad como guía para dominar la naturaleza inerte, y alcanzar su dominio para el logro de múltiples fines que el hombre en cuanto agente obrante y racional puede atribuirle; la verdad para precisar técnicas de dominio sobre las cosas.Ahora bien, la Ciencia Política es una ciencia ética. Su fin último es la realización de una estructura humana que opera el bien de sus miembros bajo un mando o autoridad. Su contenido no puede agotarse en el comparativo entre sistemas constitucionales diferentes, sino que es indispensable un saber esencial que nos precise el deber ser conforme a una Antropología Filosófica, que subordina a la P olítica y a la É tica.-(P o lítica-") BIBLIOGRAFIA: Aristóteles - Política - Inst. Est. Pol. - Madrid - 1951: Aristóteles - Ética a Nicómaco - Inst. Est. Pol.- Madrid, 1954: Marías, J. - Introducción a la Política - op.cit.-; Jaeger, W .- Aristóteles - FCE - México, 1946; Sampay, A.E. - Introducción a la Teoría del Estado - Theoría - Bs. As., 1951 - Libro l Cap. I; Derisi, O. - La Doctrina de la inteligencia de Aristóteles a Santo Tomás - Bs. As., 1946, pags. 144 y sgs.

N IC O LA S M AQ UIAVELO : Nace en Florencia en 1469, en el seno de una familia de clase

media.

Su

padre

es

abogado y

recibe

una cuidada formación

en

las

humanidades. Ingresa a la función de gobierno recién restablecida la República, en su ciudad natal, en 1498. Cumplirá una gestión administrativa y diplomática como comisionado de la República florentina ante diversos gobiernos del nuevo mapa político que ofrece Europa, al terminar e siglo XV. Visitará los Estados Pontificios y conocerá de cerca a César Borgia, hijo del Pontífice Romano Alejandro VI, y que ha iniciado una empresa, político-m ilitar de ampliación de los dominios de Roma, que fracasará, más su arrogancia para la acción exenta de todo escrúpulo moral cautivará al severo analista que añora la Italia unida y cuna de la civilización occidental. Conocerá la Alemania del Emperador Maximiliano y quedará prendado por la presencia de un ejército permanente al servicio del poder político. Recorre París, comisionada ante la Corte de Luis XII, y con gran agudeza advertirá las ventajas de un poder unificado en lo interior y capaz de extender su dominio hacia el exterior mediante empresas militares. De todas estas experiencias dará cuenta en los informes que escribe para su gobierno y en cartas que envía a sus .at@i]gos políticos. Su estilo literario, simple, claro, rotundo, con frases breves y sentenciosas, convoca a la lec tu ra .- En Florencia insta a su gobierno a formar un ejército propio como medio eficaz de preservar la independencia frente a la voracidad de los Estados unificados,

Francia

y

España. Habiendo sido encargado a formar esa milicia,

fracasará rotundamente, demostrando sus falencias para el mando. Capta con sagacidad que la Italia dividida en múltiples estados autónomos, se encuentra inerme para enfrentar la invasión de los ejércitos políticos de los unificados y modernos Estados como Francia y España - La República de Florencia será derrocada en 1512 y volverán al poder

lo Médicis, una familia de sólidos banqueros y fuertes vínculos

con e Papado y los nuevos Estados. Maquiavelo perderá su puesto y luego será acusado de conspirador, y deberá exiliarse en las afueras de la Ciudad.Florencia ha perdido a un fiel servidor: lo ha ganado la literatura política. Maquiavelo, aunque con desconsuelo por el apartamiento obligado de la gestión política, se entregará a escribir dos obras que obtendrán una gran fortuna en los tiempos porque se traducirán a los más diversos idiomas y cosecharán miles de ávidos lectores: aunque consagrarán un adjetivo calificativo: maquiavélico, y un sustantivo

abstracto: maquiavelismo, que contienen tantas resonancias despectivas cuanto una reputación o una fama negativas. Una obra breve, contenida en 26 prietos capítulos, con

insinuantes

lecciones

sobre

el obrar político, y que atraerá

a múltiples

generaciones y a conocidos hombres de Estado, titulada EL PRINCIPE que conforme al decir del autor enseña el arte de gobierno obtenido ya por una larga experiencia de los asuntos de los tiempos modernos, ya por un estudio asiduo de la historia de los tiempos antiguos-■-indagando cuál es la esencia de los Principados, de cuantas clases los hay, cómo se adquieren, cómo se mantienen y porqué se pierden. En otro libro, de mayores alcances, escrito durante 7 años, y titulado: DISCURSO S SO BRE

LA PRIMERA DÉCADA DE TITO

LIVIO,

versará sobre la República

conforme a los relatos contenidos en los diez primeros libros del gran historiador romano, y está dirigido a extraer constantes episodios históricos que enseñan el arte político,

no difiriendo en sustancia de los criterios informados en el célebre

opúsculo.El Realismo Político: Con Nicolás Maquiavelo se inicia un nuevo enfoque del saber político. La Política es un conocimiento liberado de todo pensamiento especulativo, ético y religioso; podríamos afirmar LA POLITICA POR LA POLITICA: tiene un objeto específico el PODER EN EL ESTADO que debe ser estudiado tal cual es, sin las máscaras metafísicas, morales y teológicas con que lo habían cubierto las especulaciones aristotélicas y medievales.Él lo dice con toda la letra: “Nos queda por ver ahora cuáles deben ser los modos y el gobierno de un príncipe-■■ Y puesto que sé que muchos han escrito acerca de esto, dudo en escribir ahora yo, para no ser tenido por presuntuoso, máxime cuando me aparto de los criterios de los demás, en la discusión de esta materia. No obstante, como mi intención es escribir algo útil, me ha parecido más conveniente avanzar hacia la verdad efectiva de la cosa y no a su imaginación. Muchos se han imaginado repúblicas y principados que jamás han visto ni conocido la realidad; porque hay tanta diferencia entre cómo se vive y cómo se debería vivir, que aquel que abandona aquello que se hace por aquello que se debería hacer, camina hacia su ruina y no hacia el éxito; un gobernante que quiera hacer profesión de bueno en todas partes, se arruinará entre tantos que no lo son. Por lo cual se hace necesario que un Príncipe, si se quiere mantener, aprenda a ser bueno o no, y a utilizarlo, según lo necesita-**" (E.P. Libro XV, trad. Y subrayado del autor).El vero sapere p o lític o se atiene a lo que es, a la verítáeffettuale, de la cosa y no a su imaginación. Es un saber empírico que lo enriquece el conocimiento de datos

históricos que ordenados nos ofrecen constantes porque el hombre siempre es el mismo; esas normas constantes nos enseñan cómo es el hombre y un recetario de cosas útiles. La Historia perm ite tipificar las cosas pasadas para pronosticar el futuro; y la experiencia propia o personal permite tipificar las presentes y discernir lo que hay de común en ellas. En tanto el saber teórico nos ofrece una semblanza imaginaria, ideal, de cómo debiera ser el hombre, y un repertorio de cuestiones morales que escasa utilidad brinda al hombre político.¿Y cómo es el hombre? ¿Cuál es la naturaleza efectiva del hombre, para nuestro autor? Todas las obras de Maquiavelo contienen un muestrario de su antropología filosófica

agudamente

pesimista.

Sostendrá siempre que la malicia humana es

constante; un ser pérfido y mediocre:

Como demuestran todos quienes razonan

ac erca de la vida civil y como está llena de ejemplos la historia, es necesario para quien ordena un República y le da leyes, que presuponga a todos los hombres como reos y dispuestos siempre a usar la malignidad de su ánimo, tan pronto como se les p resen te una ocasión; y si alguna maldad aparece escondida por un tiempo, procede de una razón oculta que, por no ten er experiencia contraria no se conocía, pero el tiem po

la descubre

después, y de ahí que lo llamen padre de toda verdad

(D isc u rso - •• Libro I, cap. III).“ •-P o rq u e de los hombres puede decirse generalmente que son ingratos, volubles, dados al fingimiento, aficionados a esquivar los esfuerzos y codiciosos de ganancias fáciles; m ientras los favoreces, son completamente tuyos y te ofrecen su sangre, sus haciendas, su vida y hasta sus hijos, siempre que el peligro de aceptar sus o fertas es té lejano, pero si se acerca se sublevan contra t i * - Los hombres tem en menos ofender a quien se hace amar que al que inspira temor: porque la amistad es sólo

un lazo

moral, lazo que por ser los hombres malos rompen en muchas

ocasiones, dando preferencia a sus intereses; pero el tem or lo mantiene el miedo a un castigo que constantem ente se quiere evitar. Debe, el príncipe hacerse tem er de modo

que

el

miedo

no

excluya

el afecto

ni engendre el odio, porque

cabe

perfectam en te ser temido y no o d ia d o *-” (El Príncipe - Cap. X V II) (El subrayado contiene un verdadero manifiesto adverso a Aristóteles, y servirá a Hobbes para su tesis antiaristotélica: EL T E M O R NO EL AM O R NOS CO NDUCE A LA V ID A EN EL E S T A D O ).“ No debe in príncipe ser fiel a su promesa cuando esta fidelidad lo perjudica y han desaparecido las causas que le hicieron prometerla. Si todos los hombres fueran buenos, no lo sería éste precepto, pero como son malos y no serán leales contigo, tú

tampoco debes serlo con ellos. Jamás faltarán a un príncipe argumentos para disculpar el incumplimiento de sus promesas*" siendo siempre ganancioso el que mejor ha imitado al zorro*** siendo los hombres cándidos quien engañe encontrará siempre quien se deje e n g a ñ a r * ( E l Príncipe - Cap. X VIII).Como se advierte de la lectura de estas citas - y de otras varías - a partir de Maquiavelo se cambia en la Cultura Moderna la Antropología sostenida por la filosofía aristotélica, y el cambio oscilará entre dos extremos, el de un individualismo pesimista (Maquiavelo, Hobbes) y el de un individualismo optimista (Locke, Rosseau) fundados ya en un supuesto histórico o ya en un supuesto especulativo.El hombre no es un ser locuente y político por naturaleza, sostendrá Maquiavelo, sino un animal movido por pasiones que lo conducen a la vida fácil, a la holganza, al desorden. La virtud más difícil es la bondad, ya que en cierto modo, contradice la naturaleza humana (Cfr. CONDE, Francisco - El Saber Político en Maquiavelo ^ Encontrará un exhaustivo estudio sobre la Antropología en Maquiavelo, partiendo del concepto de volubilidad) Entonces, sólo una fuerza externa puede enderezar a los hombres, dominar sus pasiones, y dirigirlo hacia la hazaña. Tal es la política. UNA TECNICA DE DOMINIO, UN

ARTE

CONDUCTA

QUE

DOBLEGA

HACIA

LA

LAS

PROEZA

PASIONES HISTORICA,

HUMANAS HACIA

LA

Y

ENCAMINA GRANDEZA

LA DEL

ESTADO . Para cumplir ese cometido, el Político debe poseer VIRTÚ - no la virtud cristiana hecha de abnegación, caridad y henchida de moralidad - , capacidad o dote para las acciones de riesgo; fuerza, virilidad, coraje para la acción sumada a una gran habilidad para el fingimiento, para simular y para disimular, a la que llama Astucia. El Príncipe u Hombre Político debe ser león para reinar con su fuerza, y zorro para escapar a las trampas con astucia. La Política es un conjunto de normas técnicas combativas, unidad de energía e inteligencia para tener éxito, y se tiene éxito en política cuando se logra la GRANDEZA DEL ESTADO, en el orden objetivo, y la GLORIA, en el orden personal.Es inobjetable que la política de todos los tiempos ha conocido actos reputados como inmorales, ilegales o impíos, destinados a adquirir o a conservar el Poder Político, pero precisamente el hecho de que tales actos se califiquen de tal manera - o se descalifiquen - significa que el accionar político es enjuiciado desde una perspectiva ética, desde la moral ordinaria. Ahora para Maquiavelo, la POLITICA es una realidad en si misma, una Técnica de dominio sobre los hombres que los conduce hacia la Grandeza del Estado, supremo bien, y por lo tanto no puede ser

evaluada desde la ética: es un Arte a-moral. A partir del fiorentino es un lugar común referirse del amoralismo m aquiavélico.Pero es más, para Maquiavelo el político no puede ignorar la moral ordinaria que es necesaria exigirla en el comportamiento cívico, ni tampoco lo valioso de la religión; son útiles para la vigencia y estabilidad del orden político. Con Maquiavelo se invierte el vínculo, la jerarquía normal que desde Aristóteles se sostenía: la Política no se encuentra subalternada a la Moral y a Dios; sino que la Política se sirve de la Moral y de la Religión para la realización de sus objetivos puramente p olíticosVolvamos a las fuentes directas del pensamiento para documentar éstas últimas apreciaciones: “ ■•■cuando se delibera acerca de la total salud de la Patria, no debe tomarse ninguna consideración aferrada a lo justo o a lo injusto, ni de lo piadoso ni de lo cruel, ni de lo laudable ni de lo ignominosio, sino que pospuesta toda atención, debe seguirse enteram ente

el

camino

que

le

salva

la

vida

y

le

mantiene

la

libertad

(D is c u rs o s --Libro III - Cap. XLI) '‘ •■•Contémplese a esta desdichada Italia, rogando a Dios que le envíe alguno capaz de redimirla de la cruel insolencia de los bárbaros. Véasela resuelta a seguir una bandera con tal que ;haya quién la en arb ole --T o da guerra es justa cuando es necesaria, y es legítima la apelación a las armas, cuando éstas son el postrer recurso de un p u e b lo --A todos hiede esta dominación de los bárbaros. Acometa vuestra ilustre Casa esta empresa política, con el ánimo y la esperanza con que se emprenden todas las causas justas que ennoblecen la Patria, y bajo sus auspicios se realice aquel dicho de Petrarca; LA VIRTUD EMPUÑARÁ EL ARMA CO NTRA LA FEROCÍA; Y EL COM BATE SERÁ CORTO, PUES EL ANTIGUO VALOR NO HA M UERTO , EN LOS CORAZONES ITALIANOS (El Príncipe, Cap. XXVI) “ También

debe

costumbres,

el

honrar

príncipe a

los

mostrarse amante de la virtud y de las buenas que

sobresalen. en

cualquier arte,

alentar

a

sus

conciudadanos a que ejerzan tranquilamente sus profesiones y oficios, lo mismo en el comercio como en la agricultura--y a cuantos por cualquier camino persigan el engrandecimiento del Estado-■•” (El Príncipe, Cap. XXI) “Com eter perfidias para alcanzar el poder es ser digno de vituperio y no de alabanzas-• -Así A gatocles--C iertam ente no puede llamarse virtù, asesinar a los conciudadanos, traicionar a los amigos, no tener ni buena fe, ni piedad, ni religión, condiciones con las cuales se puede conquistar el poder, pero no adquirir gloria---Sin duda, Agatocles tuvo

valor para

afrontar los peligros-•-pero

su desenfrenada

crueldad, su inhumanidad, sus infinitas maldades no consienten con que se las confunda con la virtù política ni registre entre los grandes hombres’ •■Buen y mal uso de la c r u e l d a d - ( E l Príncipe, Cap. VIII) “Obra de tal manera que cuando los hechos te acusen, el éxito te excuse” * El éxito en política es capaz de hacer olvidad cualquier ignominia” ’ ” los hombres no sabe ser ni completamente criminales o perfectamente buenos-” y cuando un crimen exige grandeza

de

ánimo

o lleva

consigo alguna magnanimidad,

no se

atreven

a

com eterlo” ’cuán poco dignos de estimación son los que viven y reinan y por ejecutar un acto cuya grandeza habría borrado a la infamia y a los peligros que llevan

consigo,

no

se atreven

a cometerlo.”(Discursos” ’ Libro I, Cap. XXVII)

(Verdaderos apotegmas del maquiavelismo, que se completan con aquellos de “ bellos crímenes” y “cometer eximias infamias”, siempre una convocatoria a una “técnica de dominio” que no se juzgan con escalas morales, sino con parámetros utilitarios; todo ellos nos persuade que para Maquiavelo la Política no es una CIENCIA ÉTICA, sino una CIENCIA ESTÉTICA o un SABER TÉCNICOpara el dominio sobre los hombres a fin de enderezarlos y que cumplan la hazaña: la GRANDEZA DEL ESTADO o una PATRIA SANA E INDEPEN DIENTE)- ^ BIBLIOGRAFÍA: Maquiavelo, N -E l Príncipe - en Obras Políticas - El Ateneo, Bs. As. 1965; Maquiavelo, N - Discursos sobre la Primera década de Tito Livio - ídem; Maquiavelo, N. - El Arte de la Guerra - ídem; M ein ecke- La Idea de la Razón del Estado - I.E.P., Madrid, 1969; García Pelayo, M. - Del Mito y de la Razón en el Pensamiento Político - Rev. De Occidente, Madrid, 1968; Cassirer, E. - El Mito del Estado - F.C.E. - México, 1968; Sampay, A.E. - Introducción a la Teoría del Estado - op.cit. - Libro II, Cap. IV, Parágrafo 5; Conde, F.J. - El Saber Político en Maquiavelo - Madrid, 1948;

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