Cuentos De Jaans

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  • Pages: 39
Una colección particular…

Cuentos De Jaanrod y Poemas de Don Juan Rodrígo

Esta colección de Cuentos y Poemas se presenta en forma inédita. No ha pasado por ningún tipo de examen o revisión. Por lo que pedimos excusas por cualquier error que usted pueda encontrar. No obstante, nuestro deseo es proyectar lo genuino en las expresiones e ideas que inspiraron y motivaron estos cuentos y poemas. Nuestro interés es que le resulte en una fuente de inspiración; A la vez que le permite ver un mundo desde una perspectiva y estilo propios de los autores. Para mayor información puede enviar su email a: [email protected] o [email protected]

Gracias por tomar en cuenta esta colección.

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INDICE I.

La Vieja………………………....5

II.

Fine or Five…………………......9

III. La Novedad………..…………....11. IV. La Lata……………………….15 V.

El Latigazo…………………….17

VI. La Caza………………………....20 VII. El Almendro………..…………..25 VIII. La Totuma…………….……....28 IX. Un gato con apellido…..….……...31 X. Poemas de Don Juan Rodrigo.......33. XI. Gracias

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CUENTOS 1, 2, 3

En aquellos días en Gamboa … 1950-1960

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Cuento 1:

LA VIEJA

Por JAANROD

¡ La VIEJA ... ! ¡ Sabrosa que está ... ! ¡ No llegue a una conclusión equivocada ! Ya verá ... pues, por mucho tiempo, la VIEJA dominaba las aguas del Canal, el lago Gatún, el río Chagres y otras fuentes de agua. Oh, claro está, la VIEJA era un pez codiciado y delicioso. A veces los muchachos se iban por las tardes al puente que pasa sobre la desembocadura del Chagres que da al Canal; un puente de una vía que lleva a Gamboa y que hasta hoy día cuenta con una vía para el tren de Panamá-Colón. Caminando por el puente, por el paso de los transeúntes, a medio puente se apostaban los pescadores con sus cuerdas de nylon, anzuelos y bollitos de harina como carnadas, y lanzaban, a cierta distancia la cuerda en espera de la ' picada '. Y mientras pasaban los carros o de vez en cuando el tren, se estremecía el puente de madera y acero. Claro, con semejante tránsito, muchos concluían que no picaban los peces por tanto ruido y ' meneo ' . De ahí que algunos preferían ir en cayucos o apostarse en las riberas del Chagres a probar mejor suerte. Una que otra vez, picaba un ' sábalo pipón ' o un ' pejeperro ' o bien un ' catfish ' . Por supuesto, no desestimemos la pesca del gran ' sábalo real ' pues era la pesca mayor, de unos 4 a 6 pies o más, pero eso ya era con una carnada especial y una línea especial, destreza, fuerza y paciencia ...

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Resulta ser que una tarde de esas de ocio, como a eso de las tres, Jaimito y un par de amiguitos se fueron de pesca. Cada quien llevaba sus cuerdas, anzuelos, bollitos y algunos cartuchos o bolsas de papel, No muy lejos del puente, en el gran río Chagres, había un pequeño muelle flotante.

Allí se estacionaron, lanzaron sus

cuerdas, se sentaron al borde del muelle que se mecía tenuemente al movimiento del agua y esperaron. Debido a lo transparente del agua, se podía ver en el fondo algunas ' viejillas ' rondando cerca. Unas que otras se atrevían a remontarse hasta la superficie. " ¿ Será que quieren ver quién se las comerá ? " , pensaba Jaimito. Después de todo, como eran bastante pequeñas, los muchachos no le prestaban mucha atención. Pensaban que, al fin y al cabo, si las que estaban en la orilla eran chiquitas, entonces, las que estaban más hacia allá serían grandes. Así que, a veces sacaban las cuerdas y la lanzaban con fuerza a mayor distancia. Por cierto, todo esto se hacía a mano: girando la cuerda sobre la cabeza y después soltándola para que con el impulso cubriera una buena distancia. Y pasaba el tiempo. Y nada de VIEJAS. " Estas Viejas deben ser primas de los ' chogorros ' , meditaba Jaimito, " deben estar escondiéndose entre las piedras o las algas ... " " Están ariscas " , comentaban uno de sus compañeros. " ¡ No ! , debe ser un asunto de la luna " , decía el otro. Con el paso del tiempo el asunto ya desesperaba. " Deben ser estos ' baits ' , muy blanditos y se salen del anzuelo ". Total, seguían conjeturando.

Ya en los últimos minutos, cuando oscurecía, la

cuerda de Jaimito recibe unos tirones y sin pensarlo, jala con fuerza. Se siente que algo está al final de la línea. Con rapidez, saca la cuerda para ver al extremo una ' viejita ' agitada " Vaya que ' viejilla ' y tan ' negritilla ' " , se decía Jaimito. " Estás frita " , exclamaba Jaimito en esos momentos de decepción. Al poco rato, después de darle una larga mirada y dejarla que diera unos cuantos saltos sobre la cubierta del muelle, 6

todos concordaron que era mejor devolverla al Chagres. Allá fue a dar la ' viejita ' . También volaron los bollitos y las bolsas de papel.

Camino de

regreso, planeaban: " en la próxima... ¡ Nos vamos en cayuco, y no habrá perdón ! ... ¡ Cuidado VIEJAS, que allá van los pescadores intrépidos ! ... " A todo esto, hoy las VIEJAS ya no dominan por el Canal ... están extintas, ni por el Canal, ni el Chagres, ni por el lago Gatún. Ahora predomina asuntos de ' rangos ‘: ahora están los ' seargents ' , todos, toditos son ' sargentos ' . Y curiosamente, son más rápidos de pescar y en cantidades. Vaya, esa ' VIEJAS ' sabían más por viejas que por rangos '. Panamá, La Chorrera . E-mail: [email protected] Agosto 23, 1998

Glosario de palabras 1. nylon (Del inglés nylon, marca reg.). hilo de material sintético muy

resistente. 2. picada: picada morder el anzuelo 3. baits: baits carnadas 4. cayuco: cayuco embarcación de madera más pequeña que una canoa y se usa canaletes. 5. Vieja: Vieja pez codiciado por su carne del Canal

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Ambiente del Cuento La Vieja

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1

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4 1. Puente sobre el río Chagres 2. Río Chagres desembocando en el Canal (Gamboa) 3. pez Sargento 4. el pez chogorro se perece bastante a este pez mosquitero que se uso mucho en la eliminación de las larvas de mosquito

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Cuento 2;

¿ FINE ... or ... FIVE ?

por Jaanrod Este cuento presenta una serie de expresiones o palabras características del lugar, ambiente y tiempo. No guardan ningún propósito de ofender.

Para aquellos años de los cincuenta y sesenta imperaba en la Zona un sistema de vida muy peculiar, sobre todo en Santa Cruz y Gamboa, donde eran muy evidentes esos contrastes de clases y privilegios. Por ejemplo, había un edificio grande y espacioso que funcionaba como un gran comisariato; con departamentos de comida, sección de muebles, ferretería, telas y así por el estilo. Pero este mismo comisariato estaba dividido internamente en dos grandes zonas, con sus respectivas entradas externas y con un gran pasillo uniéndolas internamente. Una zona estaba dedicada para atender a los ' whites ' o sea, a los ' gringos ' y la otra zona era para los ' colors ' o sea, gente morena y latina. De modo que podía verse, por ejemplo, una fuente de agua para los ' golds ' y otra para los 'silvers ' ; un estacionamiento lateral para los ' whites ' y otro para los ' colors '. Era prohibido estar en las secciones no asignadas a cada grupo. Por el lado de los ' Americans ' había ese peculiar orden anglosajón: por el lado de los ' colors ' y ' pañas ' la bien sabida agitación de nuestra gente. Y aún así se podía entablar cierta conversación entre ' whites ' y ' colors '. Tal relación despertaba muchas veces en los ' pañas ' el querer aprender y dar un pequeño ' speech ' en inglés. Y para un ' paña ', esto de conocer y usar el idioma extranjero, se hacía una necesidad muchas veces apremiante; los ' gringos ' con su inglés nasal y a veces, con ese quiebre sureño; los ' chombos ' con su inglés antillano, de modo que había un gran reto en el aprendizaje por acomodar el oído para uno u otro parlante, y aflojar la lengua para estar dentro del marco del entendimiento para uno y otro grupo. Resulta pues que una de esas mañanitas asoleadas, doña Tina muy engalanada con su traje de bolitas blancas con fondo rojo, bolsa en mano, salió con sus dos crías, Jaimito y Jorgito, aunque de hecho, más bien se les conocía como ' Jimmy ' y ' George ' respectivamente. De la casa 9

al comisariato distaba solo unas cuatro cuadras. Imagínese: para unos chiquitines de sólo unos seis o siete años de edad, las expectativas eran grandes. Después de comprar los víveres y otros enseres, corrían esta dos criaturas escalera arriba al único piso superior donde se ofrecían una serie de artículos para el hogar. Pero ahí también era el lugar de los juguetes y de las codiciadas bolsitas de canicas. Sólo figurese lo brillante que se veían esos ojos de niños al examinar esas coloridas bolitas de vidrio englobando curiosos diseños en su interior. Y, claro está, presente estaba la dependiente atendiendo y despachando en la caja registradora, y diciendo, " Hola, Hello ... How are you ? ... Oh, fine ... Bye...

Por supuesto, un rato de ' English ' y otro de ' Spanish ', hacía de esto tremenda ' salsa ' de lenguas etiquetada como “Spanglish”. Por otro lado, tantos sonidos llevaba a los pequeñines a codificar en desorden de todo esto en sus cabecitas.

De hecho, esta situación abrió una curiosa experiencia en una de esas mañanitas de ' shopping '. Una que otra vez, había algunas mamás gringuitas con sus niños apostadas por cualquier lado externo del comisariato esperando o charlando mientras que algun chiquitín ' blue eyes ' se iba de niño explorador, por ahí cerca. Resulta que una pequeña ' blondy ' andaba cerca de la entrada de los ' chombis '. En eso salía Jaimito y se topa con la pequeña ' American '.

Sus grandes ojos azules y su inocente sonrisa

impresionaron al pobre ' boy '. Y ella, con su encanto y cordialidad, con voz melodiosa dijo, " Hello, how are you ? " El impacto en Jaimito fue grande, y en la búsqueda en ese repertorio de palabras y respuestas, por fin encontró aquello con un sonido familiar a lo escuchado en otras ocasiones y exclamó muy seguro de sí, " One, two, three, four, five." " ¡ Five ! ,

¡ Five ! " ... seguía diciendo Jaimito esperando una respuesta de '

rizitos de oro ' . Ella, por su lado, lo miraba asombrada mientras mostraba una mano y movia sus blancos deditos, y contaba, " one, two, three, four, five ... Confundido y algo desconcertado, Jaimito se le quedó viendo los deditos mientras él, a la vez, levantaba su mano, movía los deditos suyos, y después con un gesto de satisfacción y despreocupado dijo, " FINE ... mis deditos están FINE . "

La Chorrera, Agosto, 1999 E-mail: [email protected]

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Cuento 3: La Novedad Por Jaanrod

Corría el año de 1962. Era cosa común para los muchachos pasar las tardes jugando a las canicas o removiendo tierra buscando a la famosa ' Nani' (una especie de larva de tierra) o leyendo los ' cómics ' ( paquines ) de Bat-man, Superman y otros muy populares en esos días. Ya en las noches, recogidos en casa, se tomaba algo de té calientito con dulce o pan con mantequilla de ' la buena’. Curiosamente, esa mantequilla tenía una rica fragancia y un rico sabor.

De pronto algo cambió, algo que dio un giro grande en la vida de todos. Eso fue lo que descubrió Jaimito a los once años de edad. Muchas veces acostumbraban Jaimito y su hermano Jorgito a poner frazadas en el piso y a pasarla tirados en

ese piso de madera amachimbrada, que a su vez

resultaba ser un piso que separaba el cuarto de abajo con el de arriba. De hecho,

el edificio de madera donde vivían consistía en apartamentos

repartidos en dos plantas; todo el edificio era de madera. Si usted quería enterarse de algún bochinchito nada más tenía que pegar las orejas en el piso. Por otro lado, si los vecinos de arriba hacían mucha bulla, entonces el vecino de abajo se armaba de un palo de escoba y daba tremenda batería espectacular golpeando el piso de arriba. Así mostraba su inconformidad con los de arriba.

Volviendo a ese incidente que cambió la vida de todos, resulta que cierto día Jaimito y su hermanito estaban en el piso a piernas cruzadas, cuando ciertos sonidos empezaron a filtrarse a través del piso de madera. __ " Oye, George, pega el oído bien al piso; ¿qué oyes? " __ " Parece gente hablando. " __ " Debe ser la radio. " __ " Pero no suena a novela. Mamá siempre está escuchando todas las novelas, pero no a estas horas. "

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__ " Pega bien el oído. " __ " Escucha... oye... algo así como ladridos de perro... " __ " y caballos... " __ " y disparos ... "

Bueno, esa noche sobraban las inquietudes, los muchachos no conciliaban el sueño, había curiosidad y ansiedad. Después de todo el vecino de abajo, y en especial el vecinito, el ' Polaco ', estaban encerrados en su apartamento y todo eso era muy... muy extraño.

Por cierto, el ' Polaco ‘, (así llamaban a los judíos por aquí) era un muchacho alto, medio grueso, blancuzco y pecoso. Pero como todos los muchachos, se divertía haciendo travesura de vez en cuando. Mientras tanto, toda esa conmoción de la noche anterior amaneció con recelos, curiosidad y expectativa para los vecinitos del piso de arriba.

Transcurrió el día prácticamente a velocidad de un caracol en movimiento... a eso de la cinco de la tarde, el ' Polaco ' se acerca a Jaimito que se hallaba meciéndose en el swing-swang que había cerca de la casa.. __ " Te invito a ver algo fantástico." __ " ¿ A qué ? __ " A ver televisión ... película ... cine gratis en la casa ..." __ " ¿ Y eso qué es ? __ " Ya verás. " __ " " ¿ Y no es peligroso ? " __ " Ya verás ... " Suerte que un reloj no tiene ni orejas , ni oídos ... no habría soportado eso de, "

¿ Ya es hora ? " ... " ¿ Qué hora es ? " ... " Yaaa,,, ? " por los sesenta

minutos que parecían interminables. Estaba el ' Polaco ' por abrir la puerta de su apartamento cuando se encuentra a Jaimito y su hermanito debajo del umbral. __ " Ya llegamos." __ " Adelante. Agarren esos cojines y se acomodan. "

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y mientras se acomodaban, una caja grande con un cuadrado de vidrio reluciente,

sonido e imágenes en blanco y negro impresionaban a los

pequeños invitados. Así de extasiados, vieron desfilar una serie de películas, tales como Rin Tin Tin, y otros. Sí, aquel día el mundo cambió para muchas personas, y con el tiempo el bolsillo del papá de Jaimito. Claro, ahora los dos chiquillos querían pasar las tardes en casa del 'Polaco'. __ " No señores, " decía el papá de Jaimito. " No, señor. Eso de pasar metido en casa ajena todo el día ... no, eso no. "

De modo que para no perderse ni a Rin Tin Tin, ni a Bonanza y otros, los muchachos se iban al piso y pegaban las orejas en el piso. La verdad es que con el tiempo quedaron las marcas de las orejas en la madera. Y el papá medio asustado prefirió comprar la televisión antes de ver esas orejas ( y hasta las suyas propias ) impermeabilizadas en el piso. Por eso alguien por ahí decía, " ¡ No sólo las paredes escuchan, también los pisos ! "

( La Chorrera - agosto 21 de 1999 . E-mail: [email protected]

Casa de madera en Gamboa , antigua Zona del Canal (1960)

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Cuentos 4, 5, 6

En aquellos días en Gamboa… 1950 - 1960

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Cuento 4:

La Lata

Por Jaanrod El bien conocido juego de la lata ha sido muy popular entre los muchachos, desde hace mucho tiempo. La emoción de correr y esconderse, la de ser buscado y descubierto ... todo ello era emocionante y muy divertido. Pues bien, en todas partes los chiquillos jugaban ' la lata '. Allá en Chilibre, en la finca del abuelo Escobar, pasaban sus vacaciones de verano Jaimito y sus hermanitos.

Claro, cuando llegaban, se formaba todo un corrinche con los

vecinitos del lugar ! En una de esas ocasiones, se les ocurrió a los muchachos jugar a ' la lata '. El terreno se prestaba para el juego. Había muchos árboles cerca para ocultarse , de mango, de guayaba, marañón curazao, incluso de aguacate y uno pequeño de guanábana. Para entonces había una vecinita, Loli, algo regordeta, muy bonita, cabello largo, negro y lacio. Con tales características no era raro que Jaimito y los otros muchachos le pusieran el ' ojo ' a la chiquilla. De modo que no faltaban las monerías y otras formas de llamar la atención, todo para recibir una miradita de esos ojos de color de miel. Lo curiosos es que Loli rara vez se medio sonreía.

Por lo general ocultaba su sonrisa.

Pero eso no importaba. Se

hacían pura ' melcochita ' los muchachos. ___ " Te toca, Jorgito, te toca. Busca la lata. " ___ " ¡ La lata ! ... ¡ la lata ! ... Allá va la lata ... ¡ a correr ! ... ¡ a esconderse ! " Y en lo que volaba la lata para caer en un lugar distante, salía corriendo la chiquillera en desbandada, cada quien buscando el mejor escondite.

Para

cuando Jorgito lograba asir la lata, ya todo el mundo estaba oculto. Parte del juego consistía en poner la lata a medio campo, salir a buscar y reconocer a la

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persona oculta, correr hasta la lata ( antes que cualquier otro la tomara primero ) y sonarla llamando el nombre de la persona descubierta. Así pues, cada vez que Jorgito descubría a alguien en su escondite, salía disparado a buscar y sonar la lata. De ese modo fueron descubierto Víctor, Sarita, Danilo, China ... ___ " ¿ Dónde estará Loli ? ; ¿ Dónde estará ese hermano mío ? " ... La tarde declinaba rápidamente.

Y entre las carcajadas de los chiquillos '

pillaos ', Jorgito se inquietaba... nada .... Se hallaba Jorgito a cierta distancia de la lata puesta sobre una piedra. De pronto un celaje sorpresivo alerta a Jorgito que está por perder la lata. Pero Jorgito, más ágil que un gato montés, logra tomar la lata y da un giro veloz para ver quién estaba por usurparle la lata. No obstante, el brusco movimiento de Jorgito lo lleva a golpear con fuerza el rostro del otro jugador, a Jaimito, nada menos que en la boca, de tal manera que le partió un pedazo de uno de los dientes delanteros. ¡ Qué susto ! , ¡ Qué golpe ! , ¡ Qué suerte ! ... ¿ Suerte ? ... Ahora Jaimito tenía un diente medio astillado y eso le quedaría como adorno y recuerdo para el resto de su vida. Y qué más decir ... ¡ Pena sin gloria ! En eso apareció Loli. ___ " Ahora medio bocacho, y todo por una lata " , se decía Jaimito. ¡ Qué pena con Loli ! Semejante accidente traería sus consecuencias. Hubo de todo: Jorgito, su regaño; Jaimito, su gran susto. Pero como consuelo para Loli; ella también tenía su medio diente, y eso siempre la había tenido cohibida. ¿ Cómo iba a reírse con los muchachos ? ahora ya tenía un compañerito, y Jaimito, su gran amorcito.

Así es que cuando usted ve a alguien con el diente delantero

astillado o medio quebrado, pregúntese, ¿Cuántos amores habrá conquistado ? La Chorrera, agosto 22 de 1999.

E-mail: [email protected] 16

Cuento 5 :

EL LATIGAZO Por JAANROD Por

ahí

se

decía

antes que un par de buenos rejazos, o un cuerazo, oportunamente aplicados, redundaba en un recordatorio y correctivo que duraría por mucho tiempo. De hecho, cuando uno mira retrospectivamente y observa como se aplicaba esa disciplina en esos días, y como hoy día todo eso ha cambiado, uno estima que la medida tenía sus beneficios. Claro, a veces se abusaba o se infligía tundas tremendas. Hoy los sicólogos lo llaman maltrato. Pero un par de buenos correazos en la pinilla o ' nalgadas ' podían ser suficientes para no buscar más... por lo menos por unos cuantos días. Hoy, en estos últimos años la disciplina y sus formas de aplicación es cuestionable.

Lo que si se deja ver es que la presente generación

está

caracterizada por ser impaciente, contestona, egocéntrica,,, mejor dejemos que las profecías bíblicas la ilustren. Según la opinión de los abuelos que hoy quedan, la falta de ' una vara correctora ' parece no solo ser una necesidad correctiva humana, también parece tener su origen divino.

Y cuando se

descuida, cuando se ignora, cuando se minimiza, resulta entonces

que la

misma Naturaleza, la misma Creación responde a la aplicación de la disciplina descuidada. Por supuesto, Jorgito no pensaba ni se imaginaba nada de eso.

Él y su

hermanito Jaimito acompañaban a su papá, de vez en cuando, a reparar el viejo Biuck en uno de los 'garajes' en el viejo edificio de los 'bachila' (bachelor's house ) . Este era un edificio de madera montada en pilotes o columnas de concreto, dejando así una serie de espacios donde se guardaban los carros. Algunos vecinos, como Don Juan, iban aquí para reparar su carro o para lavarlo y 'shainiarlo .' .

Estos edificios lindaban en su parte posterior con un

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monte y quebradas angostas. No muy lejos del garaje donde acostumbraba Don Juan a lavar su carro, había un pequeño promontorio y un poquito más allá un charco algo profundo y matorral al fondo. ¡ Lugar maravilloso, lugar de ensueños y aventuras ! Ese promontorio era la montaña mágica... y el charco ... el mar inaccesible.

Jaimito y Jorgito

disfrutaban pasar horas jugando por sus alrededores.

Si no eran las

mariposas, entonces eran los grillos sus constantes prisioneros.

Resulta

también que habían muchos 'borriqueros ' de todos los tamaños; algunos de color marrón, otros tiraban a un color azulado verdoso.

¡ Esos bichos... eran

los enemigos, los dragones ! Corretear algún sapo ' panzón ' era bueno, pero corretear algún borriquero era mejor. Y tirarle piedras de vez en cuando era cuestión de ' tiro al blanco '. Era una práctica que a veces le costaba un pedazo de ' rabo ' al bicho. __ " ¡ Dejen de molestar a los animales ! , les decía constantemente Don Juan. __ " Aléjense... dejen los borriqueros quietos... se pueden ' vengar ' . Pero, ¿ cómo quitarles la idea ? ' Al enemigo ' no se le puede perdonar. Así marchaban las cosas. Don Juan solo se limitaba en llamarles la atención... una ... otra ... y otra vez, siempre cuando volvían por estos sitios. Pues bien, una de esas tardes, estando de pie sobre la parte alta del promontorio, Jorgito atisba un gran borriquero moviéndose entre la maleza cercana. No muy lejos Jaimito andaba coleccionando grillos en una botella de vidrio de mayonesa. __ " Éste si que es... " se decía Jorgito. Y allá fue la primera pedrada... pero falló __ " Éste no se me escapa.. " Y allá fue otra pedrada y cayó cerca, mientras el reptil rápidamente se refugiaba a un lugar cercano.

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__ " A esa cabezota le voy a dar... " Y nuevamente otra pedrada... ésta si estuvo cerquita pero el borriquero cambió rápidamente de posición, quedando de frente a Jorgito, que a la distancia parecía un ' pitcher ' de las grandes ligas. Mientras tanto, al fondo se oye la voz del papá.. " deja de molestar al bicho. " Imagínese.. esto era como un juego de ' beis '... Jorgito estaba determinado a colocarle un ' strike ' al borriquero. Estaba seguro que en está ocasión no fallaría. Bueno el ' pitcher ' estaba determinado... ¿ pero y qué había del bateador ? ¿ y el bate ? Como Jorgito veía las cosas, esto pronto sería un ' out '. Tomando impulso, Jorgito lanza la piedra. Pero también el borriquero hizo su movimiento.

En un movimiento zigzagueante y veloz se arroja el borriquero

contra Jorgito que ni se percata del ' jonrronazo ' y el lagarto le dio tremendo latigazo con su rabo a la altura de la pinilla

al ' pitcher ' que

éste,

prácticamente, perdió el equilibrio quedando sentado en el montículo mientras el jonrronero se perdía a lo lejos, adentrándose al monte. ' A falta de correa, el latigazo. '.. a falta de acción por parte del papá, entonces el de la Naturaleza. Eso quedó grabado en la mente de Jorgito,. Mientras en sollozos le enseñaba a su papá como fue que un borriguero le ganó el partido de beís... uno a cero... a latigazo limpio. La Chorrera, Octubre de 1999

E-mail: [email protected]

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Cuento 6 :

LA CAZA Por Jaanrod

Las serranías que se extienden desde Gamboa siguiendo su ruta por las riberas del Canal, eran ricas en caza. Saínos, ñeques, venados, pavas de monte, y otros muchos eran presas codiciadas y trofeos de prestigio personal. Y en lo más remoto, en la lejanía de esos cerros se podía escuchar, en ocasiones, el rugido del tigre, un sonido candente e impresionante que hacía vibrar hasta los huesos del mejor cazador. De modo que muchas historias de aventuras y misterios se entretejían en las narraciones de los que 'monteaban ' estos linderos montañosos.

Tales

hazañas llenaban la cabecita de Jaimito con ' sueños despiertos ' de cacerías imaginarias. Además su padre, Don Juan, avivaba la imaginación del chiquillo, pues el Don era un bien reconocido monteador, bueno con las escopetas, los rifles y los machetes. Todo parecía cosa fácil... fácil de imaginar. Pero el día que le tocó a Jaimito acompañar a su papá en la montería ... eso fue algo distinto. Nadie le había comentado de los mosquitos ... la nube de mosquitos. .. esos zancudos, pati-largas, tamaño 'king-size '... Para

Jaimito pasar por estas

molestias era todo un trauma. Pero más traumático era andar con las botas que llevaba. Jaimito era cojo del pie izquierdo y la leve deformación del pie hacía que el calzar cualquier zapato resultara incómodo y hasta doloroso en muchas ocasiones.

Así que en esta aventura llevaba Jaimito un cántico

quejumbroso en la mente, " puede un pie quebrar tanta bota y puede una bota quebrar todo un pie ".

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Es de comprender, pues, con ese defecto el zapato izquierdo se quebraba y medio deformaba; a su vez, el pie experimentaba una constante tortura hasta que se rompía la resistencia del zapato. Si así era la cosa con un zapato... imagínese ahora con una bota. Ya en media montaña, después de un largo y extenso recorrido, con las primeras sombras de la tarde y un poco desanimados pues nada de presa había aparecido, se disponían, monteador y acompañante, devolverse a casa. Toda la mañana habían observado pistas, pisadas, frutas 'rumiadas' , además de un calor sofocante, uno que otro mosquito.... Vaya, eso no era un picnic. En eso, la vista del cazador ya entrenada, donde otros ojos ni siquiera notan los detalles, capto un celaje oscuro fugaz a cierta distancia ... de repente, todo quedó inmóvil. No se había escuchado ningún ruido ... todo alrededor estaba silencioso. Aunque Jaimito no percibía que pasaba, por lo menos comprendía que tenía que quedarse inmóvil como una estatua. Lentamente Don Juan fue alzando la escopeta y tomando la posición de tiro. Suavemente fue deslizando el gatillo. Los ojos de Jaimito estaban sobre el percutor del arma. Por otro lado Jaimito nada veía en el fondo, y todo parecía ir en cámara lenta. __ " ¿ A qué le apunta ? Nada veo. ", decía Jaimito para sus adentros. En eso la detonación, el retumbar del sonido, humo... de pronto, todo se apagó, todo se quedó quieto. __ " Vamos, muchacho, lo tenemos." __ "¿ Tenemos, qué... ? Mientras desenvainaba el machete, y con pasos firmes, Don Juan se adelantaba seguido de Jaimito lleno de curiosidad y expectativa.

A cierta

distancia yacía tendido en el suelo el cuerpo de un saíno. Lentamente se

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acercó Don Juan y con el machete toco el cuerpo inerte por varias partes. Sí , allí estaba inmóvil, ' cadavérico ' como decía Jaimito, __ " Muy bien, rápido, al saco con él. " __ " ¿ Vamos para casa ? " __ "

No ... primero vamos un poco más adelante, a una quebrada para

limpiarlo un poco. " De modo que dentro de un saco de henequén metieron al ' oloroso muerto ' y sobre los hombros de Jaimito bajaron por un trechito, pasando por entre peñas, piedras, y rocas que indicaban la cercanía de la quebrada. ¡ Pobre Jaimito ! Ese trecho le pareció una eternidad. Con la carga y el peso del bicho, ese caminar se hizo doloroso. Ganas tenía de quitarse las botas. Pero por otro lado, eso era inconcebible... ¿ Y si se aparecía una culebra, o un escorpión, o bien las piedras y las espinas ? Por fin llegaron a la quebrada. __ " Bueno, primer paso, " señala Don Juan y ¡zas ! con el machete afilado le rebana una porción de la ' rabadilla ' al saíno. __ " Eso es para quitarle el almizcle que tiene el saíno. El resto lo haremos en casa. " Con eso, lavó un poco el animal y lo volvió a meter al saco. __ " ¿ Y quién cargará con ese muerto ? ", se preguntaba Jaimito. Y mientras se doblaba para echarse la carga, recibía más bien, una cantimplora de mano de su papá. __ " Eso no te lo tienes que echar a la espalda. " Y sonriendo Don Juan cargó con el trofeo. A Jaimito todavía le seguía fascinando los cuentos y aventuras de los monteadores. Pero en lo que respecta a llevar la carga del trofeo, ya Jaimito llevaba una melodía... " Ese muerto no lo cargo yo . que lo cargue el que lo mató." ¿ Lo ha escuchado usted por ahí ? 22

La Chorrerara, Octubre 1998 Email: [email protected]

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Cuentos 7, 8, 9,

En aquellos días en Gamboa … 1950 - 1960

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Cuento 7:

EL ALMENDRO

Ver crecer un árbol, es poner cada año un anillo a la vida. Cada anillo es una renovación de matrimonio con la vida; es una marcada evidencia, muda y oculta, que el árbol cobija dentro de su tronco que va creciendo con el paso de los años. Así iba creciendo el almendro que se hallaba en medio del patio de la escuela donde Jaimito cursaba su sexto grado. Para Jaimito cada año era como subir un escaloncito más en el conocimiento de la vida. Se imaginaba ser como aquel almendro, ganando altura y brotando en más ramas de modo que la sombra a sus pies se hacia más grande y refrescante. Sí, aquel almendro era un motivo de inspiración, una sombra tenue de protección. Claro esta que aquel almendro no se había robado solo el corazón de Jaimito. La directora del plantel, Zoby, había caído también bajo sus hechizos; bueno, así decían algunos docentes que observaban el apego que le tenía la señora directora al árbol. Su corazón romántico, su sentido de la vida, su inclinación a la naturaleza la habían llevado a adoptar aquel almendro como un hijo más. Aún cuando solo le restaba a Doña Zoby un mes para acogerse a la jubilación, ella siempre envolvía al almendro con su mirada protectora , tal como se envuelve a un bebe con una sabanilla al acostarlo o sacarlo a pasear. De modo que para Jamito ese almendro era él mismo en crecimiento; para la directora, ese almendro era un hijo, un adoptado con sentimiento Deseando perdurar sus sentimientos para con el almendro, la directora Zoby logro que el sitio fuera un ensueño, colocando unas bancas alrededor y encerrando al almendro dentro de un gran macetero que ella misma cultivo con exquisitas flores .

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A fin de mes se despidió la maestra Zoby dejando un lugar hermoseado, mientras en el fondo de su ser ella esperaba que aquel sitio fuera un memorial a su nombre y persona, y una expresión de amor a la naturaleza. Y claro está, Jaimito se sentía más motivado, pues como él decía, ' tal era el árbol tal era Jaimito '

De hecho muchos otros se habían encariñado con el almendro y

resultaba ser un sitio concurrido a la hora de recreo o un solar en horas libres. Al poco tiempo llego la nueva directora, la maestra Sally. Es muy curioso, pero los niños tienden a percibir esos aires que de pronto llegan y alteran el medio ambiente. Cuando Jaimito se topo por primera vez con la nueva directora, tuvo la sensación de que el día se nublaba, que se desataban torbellinos, que un huracán se desencadenaba. Y es que la directora traía un aire diferente. Y fue cuando mas pensó Jaimito en su almendro, su querido almendro. Al pasar los días el cantar de Zoby se le hizo irritante a los oídos de la directora. ' Zoby por aquí, Zoby por acá '... Y con el nombre, el almendro. El almendro siempre se había probado fuerte al momento de enfrentar las fuertes lluvias y las ráfagas de vientos que en temporada pasaban por los patios del colegio. Pero, ¿ se puede con un huracán alimentado por un corazón celoso y envidioso ? Era un viernes ya de tarde cuando Jaimito se sentó en una de las bancas bajo el almendro. Observaba algunos frutos de almendro

que

se habían

desarrollado en algunas ramas, verdes pero bastante grandes. Y mientras se movían las ramas, meditaba Jaimito en lo pronto que esos almendros verdes pasarían a amarilla, ¡tiempo de cosecha! " Hasta pronto, arbolito. Te veré el lunes. Espero que estén amarillitas esos almendros”, le decía Jaimito al almendro, mientras recogía su mochila y se alejaba con los demás chiquillos.

El rosado del cielo y la suave brisa

despedían a los amigos ese día. Aquella mañana del día lunes... aquella mañana iniciando la semana, el alma herida,

el árbol muerto, ahogaban las horas tempranas.

Ante la mirada 26

agonizante de los ojos de los niños yacía el almendro en el césped, cortado y desmembrado; sólo su tocón en medio se hallaba. Moría el sueño y los ensueños; ganaba el celo y los recelos. No se explicaba Jaimito la razón de aquello, pero su alma quedaba cortada, sí, muchas otras almas que lloraban. Explicación ninguna de la directora salió, excepto, como dijo que era para los niños, su protección.

Para Jaimito grande fue su impresión, también la

decepción. Aquellos frutos del almendro, nunca comió.

Ya no habrá más

anillos que insertar en ese tronco; como tocón ha quedado expuesto. Así llegamos, así pasamos.

Unos con el corazón cantando , otros con el

corazón amargado. De modo que cuando veas un almendro con su sombra cobijando a chicos y grandes ilusionados, y de celos quieres arrancarlo del paso, no te olvides que puede haber un corazón involucrado. La Chorrera, 15 de noviembre de 2001. Email: [email protected]

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Cuento 8:

LA TOTUMA

Por JAANROD

Costumbres... costumbres... no importa a donde se vaya,

ahí está como una marca de hierro en piel

curtida. Para muchos que se van a la tierra del Tío Sam, hay cosas que no se pueden dejar: las tortillitas de maíz,

los porotos, los tamales, ... todas esas

viandas montunas que lo hacen a uno relucir algo gordito, grasosito, rellenito y con mucho saborcito. Por lo menos así parece ser en lo que a comidas se refiere.

' ¿ Qué es lo que más extrañas de tu país ? ' __ puede resultar , de repente, ser una pregunta nada fácil de contestar.

Bien pudiera ser que aquello que realmente

extrañamos no sea lo más convencional ... por lo menos para el llamado ' hombre moderno ' o ' el hombre de la era tecnológica '. De hecho, así ocurrió para Doña Enriqueta, señora ya muy entradita en edad, pasadito los ochentas y sus tantos abriles.

' Doña Enriqueta, ¿ qué piensa usted ? '. Imagínese... eso de dejar una tierra donde se da la yuca, se toma chicha de nance y se prepara un buen sancocho de pollo con ñame y arrocito blanco... m,m,m, o un buen 'bistec picao ' pues no es para menos. Ir a la tierra de Mister Sam en busca de nuevos horizontes o del ' sueño americano ', no puede desarraigar lo sembrado en el corazón ya por tantos años ... a menos que queramos matar esa herencia .

Aún así, Doña Enriqueta preparó sus valijas y bolsas y cartuchos y todo lo acomodó... ! hasta su irremplazable totuma ! ¿ Tiene usted idea de lo que es una totuma y para que sirve ? Seguro ; se parte un calabazo por la mitad, se saca lo que hay adentro, se raspa, se lava, se deja al sol ... y listo para usarse en ciertos menesteres de la casa o bien de carácter personal. Pero sobretodo la totuma está para echarse agua a la hora del baño, ya sea en el pozo, en el río o quebrada, e incluso de un balde con agua.

28

' Agua fresquita ' ___ decía doña Enriqueta __ ' fresquita, fresquita como quien la saca de una tinaja de barro . De modo que ¡ ampárame Señor ! pero esa totuma no se queda '. Muy bien acomodada quedó la totuma... empaquetada y sellada mientras con una mirada que

' mata ' Don Papi, su hijo y patrocinador del viaje al Norte, no consentía

ahí donde se guardan los sentimientos, que su madre llevará semejante cosa cuando ella podía disfrutar de todas las comodidades, amplias tinas, regaderas, agua caliente, baño de sauna... etc.

Usted probablemente no comprende lo frustrante que puede ser para tan achapada abuelita cambiar un ambiente, como éste, por otro. Nacer y vivir en La Chorrera en aquellos tiempos con chorros, cascadas, quebradas, ríos ... y cambiar todo eso por cuatro paredes frías para darse un ' chapuzón ' no... no es lo mismo. Aunque los tiempos cambian bañarse con totuma es ' cosa rica ' todavía.

Pues bien, ubiquémonos en Nueva York, ya instalados en el piso 16 de un edificio de clase media. Don Papi y su mamá disfrutan de una vista panorámica gracias a semejante altura. Con la entrada de la tardecita, el deseo de un baño se hace insistente. De modo que Doña Enriqueta entra en el baño; una gran tina blanca, una regadera, varias llaves... todo a su disposición.

En medio de tal escena, doña Enriqueta observa, medita, da

vueltas y vueltas...

' Agua caliente aquí,

agua fría allá ... no, Señor, esto es mucho enredo ! __

reflexionaba Doña Enriqueta ___ ' Si esto es lo moderno, me veo muy mal . ' Al poco rato sale y entra, sale y entra del baño mientras Don Papi se pregunta : ' ¿ Para qué un balde ? ¿ Para qué la totuma ? La puerta del baño está medio abierta ... se escucha un chorro de agua llenando un recipiente de metal.. y se cierra de un golpe la puerta . Al poco rato hay un cantar y el sonido de agua que salpica y corre.

Dicen las consabidas lenguas expertas en estos asuntos que en el apartamento 16 a eso de las cuatro o cinco de la tarde se deja oír por la ventana del baño que da hacía el exterior un ruido como de cascada y el canto peculiar del bin-bin... algo bastante inconcebible, ya que ningún río corre por ahí ... y mucho menos el Chorro de La Chorrera.

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Cuento 9:

Un Gato con Apellido Un cuento para mis hijos Por Jaanrod

¿Te gustan los gatitos? Bueno, te contaré de unos gatitos de mi casa. Para finales de febrero nacieron tres gatitos, dos hembritas y un machito. Al machito se le llamo Tigre, pues tenía muchas rayitas. Todos decían que sería un buen cazador. Pero Tigre tenía otro pensamiento. A medida que crecían los gatitos, las hembritas eran más

traviesas, pero Tigre era un gato lleno de

curiosidad. De vez en cuando Tigre se topaba con un grillo o una rana o con un borriguero. Los miraba con indiferencia y se alejaba. Cualquiera diría que para Tigre estos animalitos no eran dignos para un gran cazador. Pero sus dos hermanitas eran distintas. A cada rato cazaban algunos de estos animalitos. Tan bien lo hacían que las gatas miraban a Tigre de forma presumida y hasta lo llamaron ‘zángano’. Para Tigre ese apellido no le iba bien. Y hasta los dueños le decían, “ Ahí va el zángano “. Muy preocupado Tigre decidió que ya era hora de cambiar esa mala fama. Después de todo él no tenía nada que ver con la familia de las abejas y mucho menos con los zánganos. Así que un día cuando la señora de la casa se quejaba de las lagartijas que corrían por las paredes de su casa, y sobre todo en la cocina, Tigre vio su gran oportunidad.

Se escondió detrás de un sillón esperando el

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momento oportuno. Y claro, sin sospechar, iba bajando por la pared cercana una lagartija bien gordita. Y más rápido que un rayo, Tigre la atrapo, claro, después de hacer todo un escándalo, y quebrar unos vasos y platos. Muy sonreído, Tigre salió con su lagartija sujetada por la cola, mientras la señora de la casa miraba sorprendida todo el asunto y, por supuesto, con algo de lágrimas por su querido florero de vidrio que se rompió durante la cacería. Bueno, ya Tigre no tiene el apellido de ‘Zángano’. Ahora su apellido es ‘Terremoto’

La Chorrera Email: [email protected]

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Poemas de Don Rodrigo

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Poema 1

SIRENA

Yo vi una sirena de ojos azules como el mar profundo, de sonrisa brillante como las olas al suspirar, y su cuerpo de mármol esmaltado bajo los céfiros del sol al alumbrar. Y en su acuática forma de nácar, sobre el arrecife tranquila reposa, cual gaviota en sueños perdida, muy lejos, muy lejos del mar. Duerme sirena de azules ojos, descansa en las pasibles horas, refúgiate si la tormenta viene, hasta que renazcan nuevas auroras. Arrástrate a tu lecho de cálidas arenas, cuna de tus sueños, nido de tus lamentos, suspiros que navegan al pasar el viento, en tu nave silenciosa cargada de tormento.

Don Rodrigo

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Poema 2

FANTASÍA

Yo quiero ser luz de tus ojos, sombra de tus pupilas, rojo de tus labios, e inspiración de tu alma dormida. Yo quiero ser red de tus sueños, acariciarte con mis sedosos hilos, aprisionarte entre mi mallas, y hacerte ilusiones mil nidos. Yo quiero ser cometa, y darle a tu fantasía luz deslumbrante, y luego asir tu sedosa mano, y llevarte al infinito amante. Yo quiero darte todo lo que tú me pidas, hasta la luna como resplandeciente broche, para que tengas como testigo, lo bello de nuestras amorosas noches. Yo quiero seguirte amando, entre oscura y vaga lejanía, y en cada murmullo darte un beso, para brindarte calor en la noche sombría.

Don Rodrigo

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Poema 3 CONSUELO DE UN VIEJO Ya me veis viejo, derrengado y cojo, y arrastrando las patas como un gorgojo, pero no por eso me achico, ni me encojo; Yo tomo seco para coger gasolina, y no hacer una vida de piojo. Y la Ñata me espera a la vuelta de la esquina; Esa Ñata terrible que me muerde la oreja, me jala los pelos y me hace cosquillas; Ay, yo siento un friíto que me llega a las rodillas. Ya veís que ni me achico, ni me encojo, yo tomo seco para coger gasolina, porque cuando esa Ñata se enoja, no hay quien se la quite de encima, ni a tiro de escopeta, ni de revólver, ni metralla, cuando ella me abraza es toda una muralla.

Don Rodrigo

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Poema 4

GOTA DE AGUA ¿Por qué hace tanta bulla una gota de agua, o es que tiene fuerza en su diminuto haber, o es que por ser transparente, cristalina y clara, o ferviente néctar del humano ser? A tí sedientos homenaje rinden, Aves, árboles y flores en loca algavaría; Es conjunto de la naturaleza que trina, y en silencio va hacia la mar bravía. Retorna hacia la tierra en negro manto, resuenas en el arcano con tu grito, loco, enardecido y santo, fuente de la vida eres en proceder bendito. No niegues tu frescura al alba, no marchites la radiante flor, no ves que sedientas hablan cuando el sol las besa con todo su esplendor.

Don Rodrigo

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Poema 5

IMPERIO Visión que arrastras poderoso imperio, del pasado fuiste brillo, y del presente espejo. Aborigen fue tu cuna, y verde fue tu follaje, resonaban tus tambores con ecosos guerridos. Y el espíritu de los hados de América se unía, y en bárbara y fraternal contienda el ruin perjuro invasor huía. El sol brillaba y más brillaba, y los pabellones de América nacían, el astro de la victoria más se aferraba. A este mundo inmortal de sus guerreros, que matizaron con púrpura de sangre, y dieron a Hispanoamérica brillantes derroches de senderos. Ya de los paladines y sus corceles de guerra, solo la estampa queda,, pero nada ni nadie podrá borrar la huella, porque ellos condujeron América al nivel de una estrella Rodrigo

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¡ Gracias ! ¿Qué le pareció esta colección? De seguro todos tenemos esas añoranzas por aquellas cosas gratas o jocosas o aleccionadoras del pasado. Todos podemos contar alguna historia y de seguro que será interesante. Hágase un tiempito y siéntese. De seguro le llegará esa inspiración y también podrá contar a otros esas interesantes experiencias a su manera. Y con mucha razón, mucho más cuando usted mismo resulta ser el protagonista principal. Qué bueno poder contarlas; son suyas.

Hasta pronto.

Jaime A. Rodríguez B. La Chorrera, Panamá Mayo 2009

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