COMO VIVIR SEGÚN EL ESPIRITU SANTO Jn 3, 6, … 6
Lo que nace de la carne, carne es, pero lo que nace del Espíritu, es espíritu. 7No te maravilles de que te he dicho: Es preciso nacer de arriba. 8El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo nacido del Espíritu. Nacimos de dos formas, el señor quiere que nazcamos del espíritu Hay que nacer de nuevo, es decir del espíritu Nacer de la carne es vivir de acuerdo a mi voluntad, de acuerdo los que ofrece el mundo Nacer del espíritu es morir de la carne Rom 8, 5,… 5
Los que son según la carne sienten las cosas carnales; los que son según el espíritu sienten las cosas espirituales. 6Porque el apetito de la carne es muerte, pero el apetito del espíritu es vida y paz. 7Por lo cual el apetito de la carne es enemistad con Dios y no se sujeta ni puede sujetarse a la Ley de Dios. Los que caminan según la carne 8
Los que viven según la carne no pueden agradar a Dios; 9pero vosotros no vivís según la carne, sino según el espíritu, si es que de verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, éste no es de Cristo. 10Mas si Cristo está en vosotros, el cuerpo está muerto por el pecado, pero el espíritu vive por la justicia. 11Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos dará también vida a vuestros cuerpos mortales por virtud de su Espíritu, que habita en vosotros. 12Así, pues, hermanos, no somos deudores a la carne de vivir según la carne, 13que si vivís según la carne moriréis; mas, si con el espíritu mortificáis las obras del cuerpo, viviréis. Hay que dejar que el Espíritu Santo dirija nuestra vida, que les demos cabida, que él tome la rienda de nuestra vida. Entregar nuestra la dirección de nuestra vida, que nos llene y nos oriente Gal 5, 16, … 16
Os digo, pues: Andad en espíritu y no deis satisfacción a la concupiscencia de la carne. 17Porque la carne tiene tendencias contrarias a las del espíritu, y el espíritu tendencias contrarias a las de la carne, pues uno y otro se opone de manera que no hagáis lo que queréis. 18Pero si os guiais por el espíritu, no estáis bajo la Ley. 19Ahora bien, las obras de la carne son manifiestas, a saber: fornicación, impureza, lascivia, 20 idolatría, hechicería, odios, discordias, celos, iras, rencillas, disensiones, divisiones, 21 envidias, homicidios, embriagueces, orgías y otras como éstas, de las cuales os prevengo, como antes lo dije, que quienes tales cosas hacen no heredarán el reino de
Dios. 22Los frutos del Espíritu son: caridad, gozo, paz, longanimidad, afabilidad, bondad, fe, 23mansedumbre, templanza. Contra éstos no hay Ley. 24Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias. 25Si vivimos del Espíritu, andemos también según el Espíritu. El diablo hace la misma tentación, haz que esa piedra convierta en pan