como andar en el mar caribe El barco se mueve con la corriente y se siente un temblor leve, que es constante. Hace unos días se inclinaba hacia la izquierda o la derecha y era necesario agarrarse a la baranda de los pasillos para mantener el equilibrio, pero a veces, cuando no estabas en el pasillo, tenías que colocar la mano en la pared o en la persona que tenías al lado o dar ese traspiés en soledad, esperar dos segundos y caminar de nuevo. En el piso catorce ese vaivén se sentía más que en otro lugar; entonces venía el mareo y luego, ocupabas la mente en otra cosa o continuabas la conversación como si nada. Quizá, el único otro sitio donde el mareo volvía era si estabas dentro de la piscina; era mejor sentarse en la orilla que tener el cuerpo dentro del agua salada. De todas maneras, que el barco se mueva es algo inherente a la travesía; algo que se conversa solo por la costumbre de tener los pies sobre la tierra.